Partida Rol por web

Los niños corrieron alegres para esconderse, mientras que Momoka empezó a contar. Mientras contaba, por alguna razón, empezó a sentirse más pesada, mucho más pesada. Al darte la vuelta... No viste ningún niño ¡era hora de buscarlos por el parque!

Tal pronto como terminé de contar corrí a buscar entre los arbustos y los árboles, detrás de las estatuas y en la fuente. Sin embargo, me sentía muy pesada a pesar de no ver a nadie. Entonces, se me ocurrió una idea y me lleve la mano a la espalda.

Tras echarte la mano a la espalda... ¡Encontraste al niño del principio! Se las había ingeniado de alguna forma para que no sintieras sus manos ni sus piernas ¡incluso tampoco notabas su calor! Solo lo poco que pesaba. - ¡Wooooo! Me has encontrado... Muy bien, muy bien... ¡Pero jamás encontrarás al resto! ¡BUAHAHAHAHA! - justo al decir eso, pudiste ver un traseso sobresaliendo detrás de un banco y una zapatilla sobresaliendo por el tobogán. ¡Ay estos niños!

El pequeño que estaba a tus espalda, miraba a otra parte, intentando disimular o incluso distraerte.

Empieza a caer la noche, la madre que se había despedido de ti antes se reúne contigo y comienza a hablarte, aunque ahora parece mucho más relajada. - Hola querida ¿qué tal te fue con los pequeños? - todos los niños parecían haber pasado un muy buen rato, aunque les gustaría haber jugado a más cosas. - Oh, ya veo, así que al escondite ¿eh? El último que vino era un bruto, les dio palos a todos los niños ¡e hizo que lucharan entre ellos! Era un... Pelirrojo o castaño, no recuerdo bien, pero va a tu escuela, ten cuidado con él. - te dio el dinero y se llevo a una niña muy cuca... Entonces te diste cuenta ¡el niño de la camiseta roja te había mentido para llevarse un beso! Igualmente enseguida llegaron el resto de madres y se los llevaron a todos, no te dio tiempo a decirle a nada.

Decidiste que lo mejor era volver ya, pues se hacía tarde.

Al llegar al parque, una mujer adulta se reunió con vosotros. - Oh, joven pelirrosa, es un gusto volver a verte. - aunque pronto dirigió su mirada a las pequeñas. - ¿Estás cuidando de otros niños? ¿Es que no te pagamos lo suficiente? - se la notaba bastante indignada al decir esto. Pronto aclarasteis el malentendido. - Oh... Niños cuidando niños... ¿Dónde vamos a acabar? Pues no tengo tanto dinero como para pagar tres salarios, tendréis que decidir que dos de vosotros trabajan aquí.

Grrr...

Gruño Lilie a aquella señora. - Quizás no sea el mejor tipo de conversación o iniciación a entrar al mercado laboral o simplemente a tener una conversación formal con la empleadora, pero pese a ello, Lilie era Lilie, y no por ello iba a cambiar, aunque la Señora no quisiera a la pequeña y tétrica niña cuidando de sus criaturas.

Al contrario de cierta chica digna de protagonizar el exorcista, me quedo tranquila al lado de Momoka (escondiendome un poco de Lilie)

-No se preocupe por mi, yo vengo a ayudar a Momoka-senpai, asi que no tiene que pagarme-le digo a la señora, mientras sonrio inocentemente

- Estoy de vuelta para cuidar a los pequeñines - saludé alegremente a la madre - eh, no, no es que las esté cuidando ellas también querían cuidar de los niños - contesté rápidamente al comentario de la señora - es decir, Yadiel-chan y yo cuidaremos de los pequeños, Lilie-chan ha venido con nosotros porque no quería quedarse sola - dije con una inocente sonrisa abrazando a la tétrica niña como si fuera un adorable peluche. Mientras la abrazaba le susurré algunas palabras al oído - Lilie, luego dividiremos las ganancias entre las tres, ¿vale?

Tomé la decisión no sólo porque Yadiel era un poco mayor que Lilie, sino porque no podía imaginarme a la pequeña cuidando a otros niños. Imágenes de extraños rituales y niños volando por el aire venían a mi mente al pensar en ello.

¿Prefieres a la Nueva antes que a mi?

Lilie se separó de Momoka, para preguntarle aquella cuestión que según parecía para aquella pequeña niña, tendría una respuesta, obvia, evidente y sobretodas las cosas, hiriente en contra de esta y sus sentimientos hacia Momoka. Sin esperar siquiera una respuesta, Lilie salió corriendo del parque con lágrimas en sus ojos.

Lilie se va corriendo, a un futuro incierto y llorando desconsolada. Había sido sustituida como la pequeña del grupo en el corazón de nuestra querida pelirrosa. Aunque eso solo fue la impresión que tuvo Lilie, la cual al correr se cayó en repetidas ocasiones y por ello se lleno la cara y el vestido de mugre. Se notaba que había perdido los pendientes divertidos y volvía a ser una maga.

Con tanto la madre como Lilie desaparecidad en combate, el niño cabezón de la última vez, se acercó corriendo a Momoka. - Hola Nee-chan, que gusto verte por aquí otra vez, se ve que me echabas de menos, hehehehe. - rió de forma sonora nuevamente. - ¡Oh, mi madre se acaba de volver a ir y a olvidarse se mi besito de despedida! Nee-chaaaaan... - dejó caer, mientras ponía morritos.

Mientras tanto, ignoró por completo a Yadiel, haciendo como si no existiera. El parque estaba lleno de niños a los que entretener si querían una buena paga las dos chicas.

- ¡No, espera, Lilie-chan! - extendí la mano tratando de agarrar a la niña, pero no llegué a tiempo.

La pequeña se había ido y yo me había quedado estupefacta. No me había esperado aquella reacción y me hacía sentir mal por ella. No había pensado lo suficiente en sus sentimientos al medir mis palabras, por lo que más tarde tendría que ir a disculparme con ella. 

Miré al niño que me volvía a pedir un beso como el día anterior y le sonreí inclinándome a su lado. Me habría gustado perseguir a Lilie, pero no podía dejar a la pobre Yadiel sola el primer.

- Claro, ricura - una vez más le di un beso en la frente forzando una triste sonrisa - ¿qué os parece si hoy jugamos a pillar?

El niño sonrió. - Claro, podemos jugar a eso, pero a tu ya has pillado al mejor niño del parque al tener que cuidarme, que lo sepas, jejeje. - aunque se quedó parado un segundo, pensativo. - ¿Pero quien va a pillar el primero?

- Pues a correr, peques, que Momoka onee-chan os va a coger y comer a todos muahahaha - como si fuera un terrible monstruo comencé detrás de los niños - os voy a comer a besos.

Comencé a perseguir a unos y otros, con pasos pesados simulando ser un enorme monstruo, pero sin atrapar a ninguno. Mientras lo hacía sonreí a Yadiel.

- Dentro de poco te paso el testigo para que puedas perseguir niños - reí divertida mientras hacía cosquillas a uno de los niños.

Durante un rato perseguí, atrapé y "torturé" niños como una auténtica criatura malvada y, después, me uní a ellos corriendo mientras dejaba a Yadiel que los persiguiera un poco antes de que se las quedara otro niño y el juego volviera empezar de nuevo.

La madre volvió al parque y os vio jugando risueñamente. Contenta os dio algo de dinero a cada una y se marchó. ¡Y ahora a casa a descansar!

Al llegar al parque, como era costumbre ya para Momoka, la madre de alguno de los críos, a saber cual, fue corriendo hasta ella para agradecerle que se encargara de cuidar de los pequeños. Aunque esta vez se paró un segundo para observar a Lilie, la cual siseó un poco antes de que la madre huyera espantada.

Al acercarse al parque, el cabezón no tardo en mostrarse ante la pelirrosa. - Eeeeh monada ¿me echabas de menos verdad? Jejeje. Es normal que no te puedas resistir a venir a verme. - saltó entonces a los brazos de Momoka, para observar con cierto miedo que en la espalda de esta estaba colgada Lilie.

Por su parte Lilie no dijo nada, alzando su cabeza por encima del hombro de Momoka, esta tan solo lanzó una mirada de asco a aquel pequeño niño que al parecer le parecía divertido robarle la atención de su compañera de rosa. Un acto que, sin lugar a dudas, ya había molestado a la niña en el pasado y lo continuaba haciendo ahora.

- Claro, pequeñín - le sonreí al pequeño tomándolo en brazos - he venido a jugar contigo y tus amigos. Y hoy, además, vengo con una amiga, saluda a Lilie-chan - lo acerqué a la pequeña koala sosteniéndolo con las manos - es una niña adorable, seguro que os caéis muy bien, le encanta jugar a los sacrif... digo, jugar con los animales, los adora. Si le das uno de tus amorosos besos seguro que se hará tu amiga - dije recordando que al niño le encantaba dar besos.

El niño sintió la mirada en sus ojos. - Mejor... Paso... Además, no me gustan las niñas... - se bajó de los brazos de Momoka y se acercó al resto de niños. - ¡Vamos a jugar a los superhéroes! ¡Disfrazaos! - tras esconderse detrás de un árbol salieron todos disfrazados, a lo power ranger pero más cutre.

¿No se nos ve un poco en tono sepia? - preguntó Azul. - Eso es porque lo retro está de moda, tontín. - contestó Rojo. - Venga chicos, centraos ¡debemos acabar con los malvados monstruos!