Partida Rol por web

Iba a probar suerte él, alzando la mano con el puño cerrado dispuesto a pegar a la puerta con los nudillos cuando escuchó sobre la trampa. De nuevo la sombra de la duda nubló su juicio, ¿y si había un mecanismo que al intentar abrir la puerta explotara? Había visto programas nocturnos donde abrir una puerta empezaba una extensa cadena, una montaña rusa digna de grabar donde una pelota pasaba a través de conductos y golpeaba cartas que caían hacia el siguiente objetivo para avanzar la cadena hasta llegar al pistón de un arma.

- Señora Stein, ¿se encuentra bien? – Bajó la mano sin llegar a golpear, guardando la mano en los bolsillos. No iba a ser él quien activara todo.- Estamos un pequeño grupo en el cuarto de al lado, por favor, no permanezca sola, no es seguro.- Se apartó un paso y esperó unos segundos por si había respuesta, mirando después a Hallard.- Será mejor que no abramos. Si no quiere salir no la obligaremos y si está…- Bajó la mirada, incapaz de ver la posibilidad de que hubiera otra víctima tras la puerta número 3.- Deberíamos volver con los demás.

La voz de Wallace sonó al otro lado de la puerta. Él debías ser el compañero al que interpelaba el señor Hallard al otro lado de la puerta. Con una voz algo alterada le dijo

- Señora Stein, ¿se encuentra bien?. Estamos un pequeño grupo en el cuarto de al lado, por favor, no permanezca sola, no es seguro.- Tras unos segundos sin respuesta le dijo, presumiblemente a John - Será mejor que no abramos. Si no quiere salir no la obligaremos y si está…-dijo sin saber como continuar la frase para concluir con un enfático.- Deberíamos volver con los demás.

La puerta de la habitación el cabo continuaba en silencio. Si la mujer les escuchaba estaba ignorándoles decidida a proseguir con su anunciado plan de atrincherarse en la habitación. Por otro lado podría no estar escuchándoles por múltiples motivos, un barbitúrico después de la comida, estar escuchando música o por los endémicos problemas de audición que tenían los cadáveres.

Al no hallar respuesta, Hallard dejó escapar un resoplido.

-Esperemos un minuto o así y luego regresemos con los demás -sugirió, pensativo-. Eso sí, mejor apartarse de la puerta. La mansión entera es una trampa mortal.

El británico se alejó ligeramente de la puerta y golpeó una vez más la pared, por si todavía había posibilidades de que Stein les respondiera.

-¡Señora Stein! ¡Abra, por el amor de Dios! ¡De nada sirve que se quede usted sola!

- Está bien.- Podía concederle unos minutos frente a la puerta, esperando a que la mujer entrara en razón y decidiera abrirles. Se dispuso a apoyarse en la pared contraria cuando pensó que también podría estar manipulada, una puerta oculta que se abriera y les hiciera precipitarse al piso inferior. Estás desvariando, estás desvariando.

Colocado en el centro de la habitación sin tocar absolutamente nada por miedo a que contuviera veneno, activara algo o explotara con el mínimo contacto, cambió el peso de apoyo entre sus pies, contando mentalmente los segundos que permanecían quietos mientras observaba primero la puerta de la señora Stein y luego la que estaba su grupo.

- Señora Stein.- Un último intento antes de darlo por terminado para que su conciencia se lo perdonara.- Nos hemos reunido unos pocos, creemos que es mejor estar en grupos de tres o más, y confío en ellos.- Esta vez miró al pasillo que conducía a las escaleras, pues temía que los escucharan.- Si no va a salir, le recomiendo no ir a la hora del té, y tenga cuidado con la escalera izquierda. Intente evitarla.

Wallace no se rendía e intentaba hacerla entrar en razón

- Señora Stein,nos hemos reunido unos pocos, creemos que es mejor estar en grupos de tres o más, y confío en ellos. Si no va a salir, le recomiendo no ir a la hora del té, y tenga cuidado con la escalera izquierda. Intente evitarla.

Al no hallar respuesta, Hallard dejó escapar un resoplido.

-Esperemos un minuto o así y luego regresemos con los demás. Eso sí, mejor apartarse de la puerta. La mansión entera es una trampa mortal. 

Entonces alguien golpeó la pared con fuerza mientras John seguía hablando

-¡Señora Stein! ¡Abra, por el amor de Dios! ¡De nada sirve que se quede usted sola!

El sonido del gong de la planta baja anunciaba la hora del té pero, desgraciadamente, era el único sonido que pudieron escuchar pues la puerta insistía obstinadamente en su mutismo.

Resignados por el mutismo de la señora Stein y habiendo pasado el minuto estaban de camino a la suite Atenás cuando a través de los conductos de ventilación la voz distorsionada del señor Dark volvió a resonar, pero esta vez no se reía de ellos, esta vez anunciaba una nueva muerte.

https://drive.google.com/open?id=1ecUoak4ATg26RCnj5Y9PiYHsyiX-7AuT 

Los dos hombres parecieron darse por vencido y volvían de nuevo a la habitación vecina cuando, a través de los conductos de ventilación, el señor Dark volvía a hacer otro macabro anuncio, alguien más había muerto.

https://drive.google.com/open?id=1ecUoak4ATg26RCnj5Y9PiYHsyiX-7AuT

Al escuchar el nuevo mensaje se quedó petrificado, pues anunciaba una muerte. Sin saber de quién sería y con la duda rondando, no pudo evitar dejar de lado la habitación a la que estaba para volver con su grupo inicial, preocupado por su una de las víctimas hubiera sido alguno de ellos.

"Uno de ellos se murió con el corazón ensartado" repitió Hallard, para sus adentros, sintiendo un escalofrío que recorría su espalda. Por algún motivo, imaginó a Carl Aaron Vincent, con su orondo cuerpo ensangrentado y atravesado de lado a lado como una voluminosa brocheta.

-Volvamos con los demás, Bullocks -dijo el británico, apoyando una mano sobre el hombro de su joven compañero-. Si Stein sigue ahí dentro, no parece que vaya a salir.

Con esas palabras, el británico se dirigió de regreso hacia la habitación Atenas.

Por fin se habían ido esos pesados pensó Natalie después de haber sufrido el acoso de todos aquellos asesinos para que abriera su puerta. Tres días, solo necesitaba que pasaran tres días y saldría viva de aquello, viva para poder embaucar al siguiente ricachón y para entretenerse con el siguiente inmigrante ilegal que estuviera de buen ver, una era una dama, pero las damas también tenían sus necesidades.

Natalie se contentó al evaluar lo que podría sacar con el regalito de Dark si salía de allí con vida. No menos de medio millón, podré vivir acomodada unos meses siempre que salga de aquí con vida y Dark no aireé mi secretito. No sabía que le podía importar a él si su marido había muerto de un accidente de tráfico o si ella le había ayudado un poco, tal vez lo utilizaría como chantaje para acostarse con ella? No era lo previsto, ella solo usaba sus caderas cuando había algo que ganar, pero por otra parte era muy excitante y estaba segura que después de probarla en la cama lo cazaría, sería suyo, él y toda su fortuna.

Tenía sueño aunque no solía dormir la siesta. Segura de que todo era debido a la tensión decidió dar una cabezada abrazada a la lanza, solo por si acaso.

PDTE NARRAR MUERTE.