La habitación Dublín es una habitación 8 metros cuadrados con una decoración en tonos amarillos, marrones y ocres donde destaca una amplia cama con baldaquín ,en la pared de la izquierda, flanqueada por 2 medillas de noche de 3 cajones y herrajes dorados sobre las que descansan dos pesadas lámparas y una pequeña banqueta en la parte delantera tapizada a juega.
A la derecha de la cama hay una pequeña mesa donde reposan 6 vasos de pinta y dos tiradores de donde se puede servir la tradicional Stout de Guinness y la menos tostada Kilkenny, solo apta para aquellos sin el verdadero espíritu irlandés.
A la izquierda de la cama hay un inmenso ventanal que lleva a una terraza de 2 metros de ancho por 8 de largo donde hay una mesa de mimbre con 4 sillas a su alrededor a la que se accede mediante una puerta corredera. La separación de balcones es de poco más de un metro y 20 de alto y de la barandilla del balcón cuelgan tres maceteros repletos de tréboles.
En la pared de enfrente hay un armario de 3 cuerpos vacío con las perchas suficientes y a sus pies hay una pequeña caja fuerte de combinación, abierta, que permite poner una combinación de 4 dígitos a la que acompaña un pequeño folleto de instrucciones.
Siguiendo la pared se encuentra un televisor empotrado a la pared, la puerta que lleva al baño compartido para encontrarnos finalmente con un escritorio en roble sobre el que cuelga una araña de cristal para darle iluminación.
En el techo, pintado de un blanco inmaculado, parpadea perezosamente un detector de humos del sistema antiincendios.
Adelante.
Bueno, bueno, bueno, menudo lujazo tenía delante, eso sí que era una habitación y lo demás tonterías. Había hecho muy pero que muy bien en escoger Dublín, ¿cerveza ilimitada?, eso era un sueño.
Arrojo mis cosas a un lado de la cama, y me sirvo una Guinness en un vaso de pinta.
- Deliciosa.
Sonrío y sin soltar el vaso camino hacia el balcón para contemplar las vistas del lugar, la verdad es que era un sitio de ensueño, el tal Dark debía estar forrado, tenía que ser uno de los más ricos del mundo, pues no había oído hablar de muchos que tuviesen una isla como aquella en propiedad.
Me apoyo en la barandilla y me quedo observando al horizonte distraidamente, esperaré allí hasta que tenga que bajar.
Al entrar en la habitación Vanessa pudo ver como el equipaje del fornido camarero seguía en el sitio donde lo había dejado el mayordomo, sin deshacer. Evidentemente la necesidad de cerveza había sido más imperiosa que la de orden.
Cuando Vanessa entra estoy cogiendo un vaso para acercarlo a uno de los dos tiradores.
- Que prefieres, ¿Stout Guinness o la menos tostada Kilkenny? Y ponte cómoda, como si estuvieses en tu habitación, que por cierto, ¿cómo es por dentro?, imagino que cada una está decorada según su nombre asi que... ¿qué tiene de especial la tuya?
-"Guiness,por favor"-responde al chico mientras observa el cuarto con curiosidad.Hace un gesto ante su pregunta expresando que nada tiene de especial el suyo
No está mucho rato allí y que deben preparase para la comida así que tras un charla intrascendente y beberse la cerveza se despide del agradable joven
-"Nos vemos en el comedor"-se despide con una sonrisa mientras sale a prepararse
Tras hablar de cosas sin importancia nos llaman al Comedor, asi que como es lógico la chica se despide y se va hacia allí.
Me acabo la Guinness, mientras pienso en lo que acababa de suceder, había tenido a una mujer hecha y derecha en mi habitación y no me la había tirado, tan solo había disfrutado de su compañía, ¿acaso esa mansión estaba embrujada o algo?, me río de mis propios pensamientos mientras me cambio de ropa.
Una vez he terminado bajo hacia el Comedor sonriendo para mí mismo.
Mientras Caleb estaba en la habitación pudo escuchar bufidos y reniegos en voz baja en el pasillo más lo que parecía el ruido de alguien arrastrando algo pesado.
Un par de minutos más tarde la voz del mayordomo se oyó en el pasillo renegando de la vieja urraca de Hemmens
"Llévalo a su habitación, y por las escaleras.... puta urraca de los cojones, le arrancaré los ojos y se los daré de comer a los peces...."
Proveniente de los conductos de ventilación escucharon la siniestra voz del señor Dark. Parecía que resonara por toda la casa, como si cada conducto del aire fuera una boca que repitiera el mismo mensaje, un mensaje que anunciaba la muerte, la muerte de uno de los suyos.
https://drive.google.com/open?id=1zQuSqIQ080lcQYR0saiIAmsouTeMHp5J
Caleb se quitó los zapatos y los tiró de forma desordenada en la habitación, como si fuera suya de toda la vida y hubiera sido puesta allí solo para cumplir con sus deseos. Con una sonrisa se fue hacia el surtidor de cerveza y se volvió a servir una pinta de Guiness pero esta vez en el vaso que había empleado aquella pelirroja tan deliciosa que la había acompañado en el helicóptero. Con una sonrisa de suficiencia lamió los bordes del vaso donde eran visibles las marcas de carmín de aquella mujer, dándole un nuevo sabor a la cerveza.
Estaba claro, aquella zorrita volvería a por más cerveza y a por más Caleb, eso si no venía esa cocinera con acento tan sexy a probar el "monsieur" que tenía entre las piernas. A él no le matarían, y menos sin mojar, se había enfrentado a los hijos de puta más duros de brooklyn como para que un ricachón le mandara al otro barrio. No iba a pasar.
Caleb escuchó alguien entrar en la habitación adyacente, el gordo, debía ser el puto gordo ese con cara de ricachón que se había metido un palo de escoba por el culo. Se llenó otra pinta y casi se la bebió sin respirar. Ya no sabía a mujer. Habría que remediar eso en breves.
Como PNJ
Ninguna de aquella zorra venía y lo único que escuchaba eran los sonidos de la ballena de negocios que tenía por vecino de cuarto. Tenía cierta ironía poética. Él era jasón y el la ballena, o jasón era el de otro libro? No se acordaba, lo que tenía claro es que aquel gordo no se debía ver la pilila para mear y el tenía un cuerpo perfecto para hacer vibrar a esas zorritas. La doncella no era su tipo pero estaba seguro que le pediría guerra, Wallace?, en serio?, la cocinera parecía tener algún tipo de rollo con el mayordomo así que tendría que esperar hasta la noche para que se pudiera escapar y en cuanto a la escritora, bueno, estaba seguro de que su ropa decoraría el suelo de su habitación más pronto que tarde.
Se sirvió otra pinta mientras se quitaba la ropa. Adoraba estar desnudo. Era como ver una obra de arte maravillosa continuamente. Caleb Jenkins, sin duda había roto el molde. Solo deseaba que su gordo compañero dejara de meter ruido y que hiciera lo que hacen los gordos en silencio.
Por un momento el pensamiento de que pudiera estar intentando cascársela le hizo sonreír. Seguro que era eso. Puta foca viciosa.....
Como PNJ
Cuantas llevaba ya? 10 pintas? 15? No podía recordarlo. Estaba borracho, quería estarlo, quería dejar de fingir, quería dejar de sufrir. La había matado, ella era la única persona del mundo a la que había amado y la había matado. Recordaba su olor, su sabor, el tacto de su piel, unas sensaciones que había intentado encontrar en otras camas, con otras mujeres, con algún hombre incluso pero nadie le había llegado a la suela de los zapatos... Había sido el polvo de su vida pero el precio que había pagado había sido muy alto, demasiado alto.
Entonces lo oyó. La puerta que comunicaba su habitación con el cuarto de baño se abrió y entonces estuvo seguro que estaba borracho porque estaba viendo visiones. Su ángel estaba allí, estaba vivo, caminaba hacia él con un objeto alargado. Era una lanza? un vara? Era algo alargado que su ángel tenía apuntado hacia él
La muy viciosa, ha vuelto del mundo de los muertos para castigarme, para cabalgarme como en los viejos tiempos, mi amor ha vuelto por mi.... nunca nos volveremos a separar.
Caleb dio un paso hacia ella y su miembro la saludó como siempre hacia cuando algo afilado le traspasó el corazón matándolo en el acto. Caleb cayó al suelo desnudo, con el miembro erecto y con la lanza traspasando su corazón, un corazón que llevaba ya mucho tiempo muerto hasta que el resto del cuerpo le acompañó.