Partida Rol por web

La habitación Sevilla es una habitación 8 metros cuadrados con una decoración en tonos claros donde destaca el blanco, el gris claro y el naranja pastel son los colores predominantes. Una enorme cama con un cabezal en madera de encina destaca sobre el conjunto donde en el centro del cabezal hay una figura de la Virgen Esperanza de Triana.

Flanqueando la cama se encuentran dos mesillas de noche en tonos oscuros y con herrajes en plata vieja y sin cajones sobre las que descansan 2 estilizadas lámparas de pie metálico y cuerpo de cerámica. A los pies de la cama hay dos pequeños taburetes en color gris con un pequeño compartimento interior que alberga pequeñas mantas de viaje de color naranja.

Frente a la cama una gran cómoda, a juego con el cabezal, con 3 cajones sobre la que hay un crucifijo tallado en caoba. Al lado derecho de la cómoda hay un pequeño botellero con capacidad para 12 botellas que está actualmente lleno de diferentes botellas de vino de gama alta.

A la derecha de la cama se encuentra un pequeño sofá gris reclinable y junto a él hay un inmenso ventanal que lleva a una terraza de 2  metros de ancho por 8 de largo donde hay una mesa de mimbre con 4 sillas a su alrededor a la que se accede mediante una puerta corredera. La separación de balcones es de poco más de un metro y 20 de alto. En la barandilla del balcón unos hermosos geranios rojos alegran la terraza.

A la izquierda de la cama hay un escritorio en cuya parte alta reposan 4 copas para vino y sobre el que hay dos cuadros, la giralda de Sevilla y la torre del oro. Siguiendo la pared se encuentra  un armario de 3 cuerpos vacío con las perchas suficientes y a sus pies hay una pequeña caja fuerte de combinación, abierta,  que permite poner una combinación de 4 dígitos a la que acompaña un pequeño folleto de instrucciones.

El techo y paredes están cubierto de molduras donde los dorados y las formas en espiral predomina. La iluminación de la habitación proviene de una enorme araña de cristal de 24 bombillas en forma de vela. Junto a ella, parpadea perezosamente un detector de humos del sistema antiincendios.

El señor Hallard acompañó en silencio al señor Butler, aquel mayordomo cuyo aspecto le resultaba al británico un tanto inquietante. Al menos, había reconocer que el hombre parecía ser un trabajador eficiente, aunque también parecía un asesino de novela detectivesca.

Una vez que entra en la habitación, Hallard se tumba sobre la cama, donde pretende permanecer hasta escuchar el gong que determinará que la comida está lista. Nunca ha sido un hombre habituado a la bebida, y menos antes de lo que parece que será una comida para hablar de negocios, por lo que ni siquiera se le pasa por la cabeza servirse un vaso de vino.

Decide permanecer tendido sobre la cama, reposando y dándole vueltas al hecho de que el señor Dark haya invitado a alguien de clase inferior a la suya, como es el caso de Bullocks. ¿Acaso tendrá también que hablar de negocios con el joven? Mientras permanece tumbado, Hallard observe los cuadros de la Giralda de Sevilla y la Torre del Oro. Nunca antes había visto aquellos monumentos ni tenía ni idea de su existencia, aunque su arquitectura le llama poderosamente la atención del británico.