Partida Rol por web

El olor acre de la pólvora y el retumbar de la detonación de la escopeta saturaba sus sentidos pero un instinto primario, casi salvaje, le impulsaba a moverse, a desaparecer de esa habitación antes de atraer la atención indeseada de aquel policía medio loco que podía interpretar que había intentado matarle, y que no necesitaba demasiadas excusas para apretar el gatillo, o de Dark, o de quien fuera que estaba detrás de aquella locura de la que si salía podría escribir otra obra maestra.

Sir Gustave intentó hacer memoria de lo que había visto en las cámaras y recordó que el trastero estaba a la izquierda, a unos 20 metros y que la puerta estaría frente a él por lo que siguiendo el curso de la pared debería llegar a la puerta y a partir de allí recordó que el centro de la habitación era seguro, que los trastos se agolpaban en las paredes pero que el centro era seguro, así que mientras no estuviera allí Dark esperándole todo iría bien.

El escritor siguió el curso de la pared a oscuras hasta la puerta. El tacto de la madera y del metálico picaporte le tranquilizaron mientras lo giraba y la puerta se abría sin hacer ruido, entrando en la habitación y dudando cual sería el siguiente paso, un paso que fue facilitado por el chasquido anterior a la vuelta del suministro eléctrico.

Estaba en una habitación enorme donde se encontraban distintos muebles en diversos estados de conservación. Mesas y sillas antiguas con alguna pata rota, mecedoras, viejos cuadros tapados con sabanas, armarios y estanterías donde se veían elementos decorativos extraños y claramente de otra época, arcones, baúles, trastos y más trastos arrinconados con las paredes donde se podría pasar uno media mañana para intentar encontrar algo sino se tenía claro que se buscaba.

Mientras echaba un vistazo a la habitación la voz de Dark le anunciaba lo que ya había visto, la doncella había muerto, una pena, era ciertamente apetitosa.

https://drive.google.com/open?id=1zk0ExDBfcWSc74LV...

No tenía mucho tiempo hasta que le detectasen por las cámaras y necesitaba una ruta de huída. ¿encontraría aquí el "tobogán" a lavandería, o sólo estaría en la primera planta?

Bueno quizás daba igual y tuviera que enfrentar al policía loco. Ya casi creía oir sus pasos a la carrera en el pasillo.

En fin, había que empezar a buscar algo, aunque conociendo el modus operandi de Dark, si había algo, estaría protegido bajo una trampa.

Con mucho cuidado, comenzó el registro de la habitación.

Sir Gustave creía oír los pasos del inspector Wallace viniendo tras él, con la pistola desenfundada y sin atender a razones, justo como haría un sheriff en el antiguo oeste, vaciando el cargador primero, recargando y volviendo a regalarle una buena razón de plomo antes de preguntar, por el comportamiento del detective no era de extrañar que los índices de criminalidad andaran disparados. Pasaron los segundos y a pesar de creer escuchar los pasos estos no llegaban, incluso le pareció escuchar a Wallace hablar con alguien en el vestíbulo del primer piso, un hombre aunque no sabría decir cual de ellos.

Gustave empezó a revisar las estanterías buscando algo que le diera una pista, una pizca de información que fuera relevante, algo que le acercara un paso hacia su liberación. Libros polvorientos, viejos retratos, decoraciones estrafalarias, nada demasiado importante hasta que algo le llamó su atención, el manual de operación de un rifle operado a distancia, sin polvo, como si hubiera sido utilizado no hace demasiado.

Siguió con la inspección buscando la rampa de la ropa sucia, su escape de aquel policía loco, pero allí no había nada, la rampa debía ir desde el primer piso o estar mucho más escondida. Siguió dando una vuelta de reconocimiento y encontró entre otras cosas una cuerda de unos 15 metros, un juego de palos de golf ajado, esquís, ropa vieja, una cámara de fotos, todo parecía basura, trastos, pero Gustave era un tipo inteligente y podía darle usos no esperados, era lo que llevaba haciendo toda su vida para ganar ventaja, para sobrevivir.

Un movimiento fuera captó la atención de Sir Gustave que le hizo cuestionarse si estaba empezando a perder la locura. Una aparición en el jardín, un animal grotesco, enorme, de un color negro como la noche más oscura avanzaba a toda velocidad cambiando de dirección frecuentemente.

Parpadeó intentado encontrar una explicación y entonces distinguió lo que era realmente, un caballo, un enorme semental negro corriendo libre, sin jinete. No supo porqué pero su instinto le decía que era mala idea tener problemas con ese caballo, muy mala idea.

Gustave tuvo un escalofrío con la visión del semental negro, pero prefirió concentrarse en lo inmediato.

Allí había montones de... basura. Pero incluso con la imaginación adecuada, montones de basura podían convertirse en oro.

Era una pena que Gustave estuviese allí buscando inspiración precisamente por que su imaginación se había secado, así que solamente optó por lo obvio.

Cogió el libro y comenzó a leerlo con avidez buscando una nueva pista. Mientras tanto, avanzó hacia el resto de objetos. Cogió y se guardó la cuerda, después observó la cámara de fotos. Si era una de esas nievas cámaras digitales, podría observar las fotos realizadas. Si era una cámara de esas antiguas, podía usar el flash para cegar a un agresor como en la ventana indiscreta. Si era una cámara normal... bueno. En ese caso sacaría el carrete y ojearía los negativos a contraluz.

Cuando acabo de inspeccionar todo, cogió un palo de golf ajado y se dirigió a la puerta, de vuelta a la habitación de Dark.

Sir Gustave cogió el manual de operaciones del arma y lo que vio le heló la sangre. Según el manual de instrucciones el PGF era un rifle que tenía un alcance de 600 metros y que podía ser guiado, apuntado y disparado remotamente con algo tan sencillo como un IPAD, siendo la conectividda entre IPAD y rifle a través de una red WiFi, una red que no captaban sus móviles pero que debía estar allí y que con suerte les comunicaría con el mundo exterior.

Si entendía bien el funcionamiento aquella arma podía dispararse desde cualquier lugar de la casa y el calibre de las balas era suficiente para matar sin exponerse lo más mínimo. En ese momento un haz de luz roja salió de la torre del reloj apuntando a un lugar bajo él, en el primer piso o la planta baja, y pudo divisar el fogonazo de un disparo, un solo disparo, y como el haz de luz roja se apagaba unos segundos después. La voz de Dark no se hizo esperar pero, para su sorpresa, no anunciaba una sino dos muertes.

https://drive.google.com/open?id=1yN5kw7Q2__Rxw1SdQCrXY-LYG-NFc_nj

Gustave apresuró su inspección y se colgó la cámara de fotos al hombro y cogió un hierro 3 que parecía estar en buen estado, salvo la punta ligeramente oxidada, y revisó la cámara de fotos. Lo que encontró en la cámara fue una sorpresa, además de fotos de paisajes y flores, jardines y animales, Sir Gustave pudo ver la fotó de una señora Hemmens abrazada a alguien que se parecía a una versión joven de Greg, y la foto tenía fecha, 10 años atrás.

Allí ya no quedaba nada para él y decidió volver a la habitación de Dark.