Partida Rol por web

La mujer escuchó los comentarios de Gustave con una sonrisa traviesa y con un cabeceo estudiado llevó todo su pelo sobre el hombro derecho. Era un gesto repleto de elegancia y seducción, sin caer en lo obvio, y que dejó al descubierto la delicada línea de su cuello. Catherine dejó que Gustave pusiera las manos sobre sus hombros durante unos segundos pero no dejó que se extendiera demasiado ese momento y con suavidad puso las manos sobre las de él y se las retiró de los hombros. La mujer se levantó y con una sonrisa le dijo en su marcado acento francés

"Ya veó que sabe como haceg sentig a una mujeg halagada monsieur. Un poco de coqueteó c'est bien pego seguimos estando en peliggró pagá dedicagnos a este tipo de cosas.... Si salimos de la isla....puede seg Gustave. Ahogá si me disculpá tengo que prepagag el té de la tagdé... Segá mucho más lentó si tengo que pgrobag todo paga compgrobag que no soy una envenenadogá....Espegó que no me hayan quitado todos los cuchillós...."

Y la cocinera salió de la habitación camino de la cocina

Gustave suspiró.

Aquella mujer se le escapaba entre los dedos como un pez a medio pescar. Quizás debería haber apostado por la sirvienta, pero es que esa cocinera era... puff.

Le recordaba un poco a Catherine Z Jones de joven. Esa actriz siempre había sido su amor platónico, y aquella cocinera tenía sus mismos ojos, y también una sonrisa muy similar.

En fin.

Se levantó y salió de allí. Probablemente en los sótanos ya hubiese jugado todas sis cartas por el momento. Era el turno del juego en equipo. Iría a buscar al resto al salón principal.

Escaleras de vestíbulo.