Partida Rol por web

Y no quedó ninguno (Los diez negritos)

Prólogo: Felicity Kramer

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22/02/2018, 15:06
Agatha Christie

Querido cuaderno, vamos a pasar juntos las próximas semanas y espero que seas mi fuente de inspiración porque tengo un problema y solo tú puedes ayudarme. Me llamo Agatha Christie, pero no soy esa Agatha Christie, soy una chica de 17 años que parece tener 14 que vive en un pueblo que dudo que aparezca en los mapas, pero si apareciera sería bajo el nombre de Villa Oveja, Gales. 

Te estarás preguntando que problema puede tener una chica de mi edad, verdad? Dinero. Un dinero que me aparta de mis sueños de ser una escritora de éxito a largo plazo y de entrar en Oxford a corto. Sin dinero estoy condenada a convertirme en lo mismo que mis abuelos, mis padres y mis tíos: peón agrícola cuya máxima aspiración puede ser el convertirse en esquilador. 

Este es mi destino, pero tú puedes evitarlo. Solo tú. Dentro de 6 semanas acaba el plazo para presentar trabajos para la beca Christie y en el ordenador no puedo escribir. No soporto como el cursor parpadea cada vez que me paro, como burlándose de mi por no ser capaz de mantener el ritmo, ni soporto la facilidad con la que se puede borrar todo pulsando una sola tecla, es injusto lo fácil que es destruir y lo difícil que es crear. Te necesito, eres mi única posibilidad. 

Y Agatha, sí tú, la verdadera, si estás por ahí ayudame, para mi escribir es como respirar y voy a escribir una de tus historias. Espero que no te enfades. La llamaré "Un puñado de negritos". Manos a la obra...

*****

Alguien está aporreando su puerta insistentemente mientras intenta despejar las brumas del sueño de su mente. Un vistazo rápido a la mirilla desvela un hombre bien vestido, con más pinta de camarero que de hombre de negocios, que espera pacientemente la respuesta desde el otro lado.

En cuanto la puerta se abre el hombre se presenta con unos modales exquisitos identificándose como Derek Lipton, hombre de confianza del señor Dark, un excéntrico multimillonario famoso tanto por sus actos de filantropía como por el excesivo celo por conservar el anonimato.

El hombre le tiende un paquete indicándole que todas las instrucciones necesarias están en su interior. Tras despedirse con cordialidad se marcha dejándole frente al paquete. Lo abre con curiosidad y vierte su contenido en la mesa de la cocina, una carta a su nombre y un teléfono móvil de prepago. Una carta que le cambiaría la vida y con una oferta a la que era prácticamente imposible decir que no.

Notas de juego

No contestar. Post 0 de la partida

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24/02/2018, 19:22
Agatha Christie

Espera, espera!!!. Todavía no hemos dicho quien es ella!!. Uhmmm, déjame pensar, será una mujer guapa pero ajada, de mediana edad y poderosa y reconocida. No!, mejor que eso, antes era guapa y famosa y ahora ha dejado de serlo porque se siente culpable de algo. Era una periodista, pero no de esas del corazón que persiguen los famosos, no, era una periodista famosa de esas que hacen entrevistas a políticos y gente importante, alguien como Oprah Winfrey o Ellen Degeneres pero en serio, reconocida por su rigor e imparcialidad. Después de la muerte del becario cayó en la depresión, perdió su trabajo y su vida entró en barrena. Sí, puede funcionar!! Va a ser un personaje que dará mucho juego!. Se llamará Felicity como esa serie de adolescentes que tanto le gustaba a mi hermana y Kramer, en honor a la película favorita de mi madre, Kramer contra Kramer.

****

Felicity miró el paquete con interés una vez que vió el logo de industrias Dark. Conocía de sobra la fama de industrias Dark, sus actos filantrópicos y la excentricidad de todo lo que se movía el entorno del misterioso señor Dark. Cuando aun era alguien había intentado entrevistarle cuantas? cinco? seis veces?. Y el resultado siempre había sido el mismo, una cortés carta del departamento de prensa aduciendo que por problemas de agenda el señor Dark no concedía entrevistas.

Abrio el paquete,con curiosidad, y al ver su contenido alzó la ceja. Una carta con un sobre normal, sin emblemas ni marcas, y un viejo NOKIA 3310 encendido y que parpadeaba, indicando que había sido cargado recientemente. Un contenido extraño para un paquete, y más si venía de alguien como Dark que podía permitirse limpiarse el culo con billetes de cien pavos y utilizar Iphones X de posavasos. Que podía querer de ella?

Felicity abrió la carta y empezó a leer con avidez, como si algo de su antiguo yo despertara hambriento de fama y gloria.

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27/02/2018, 21:17
Felicity Kramer

Hacía ya dos días que se había vuelto a quedar sin trabajo. Sabía que tenía que ponerse a buscar sin falta para poder pagar el alquiler si quería seguir residiendo en el apartamento pero, por el momento, se veía sin fuerzas suficientes. Una nueva noche de insomnio había conseguido que el amanecer la hubiera sorprendido a punto de dormirse y, cuando el timbre de la puerta sonó insistente apenas llevaba un par de horas de descanso, pero su sueño era ligero y, una vez consiguió darse cuenta de dónde procedía el ruido, se decidió a abrir la puerta no sin antes mirar por la mirilla esperando que no fuera el casero solicitando el alquiler antes de tiempo.

No pudo evitar su sorpresa, así como su curiosidad, ante el elegante hombre que esperaba pacientemente al otro lado. Muy educado, sumamente correcto le explicó quién era y de parte de quién venía. Los ojos de Felicity se abrieron como platos al reconocer el apellido Dark y su mente se retrotajo a una época mejor y demasiado lejana en el tiempo.

Aún enmudecida por la sorpresa, Felicity se escuchó a sí misma musitando una despedida y con un paquete entre la manos. Muerta de curiosidad, volvió al interior de su apartamento dejando la caja encima de la mesa de la pequeña cocina donde se quedó mirándolo durante unos minutos sin atreverse a abrirlo. ¿Y si todo era una broma de mal gusto? ¿Y si dentro había algo peligroso?

La ansiedad comenzaba a hacer mella en ella y dudando aún si abrir o no aquel paquete, decidió prepararse un café. El burbujeante sonido del agua cayendo, convertido en negro líquido, la sacó de sus cavilaciones, de los recuerdos que había traído a su memoria el apellido Dark, de las veces que había intentado hacerle una entrevista y de todas las que dicha invitación había sido rechazada. Y, taza en mano, se sentó mirando con fijeza el bulto en la mesa.

¿Lo abro? —Preguntó a la nada, o más bien en su cabeza la pregunta iba dirigida a alguien que sólo ella veía, a alguien que desde hacía ya años la acompañaba a todas partes, a alguien con quien hablaba, reía y se enfadaba, alguien que había pasado a formar parte de su recuerdo desde el día en que murió.

Ni se dio cuenta el tiempo que había pasado así pero, alentada por una supuesta respuesta afirmativa de la misma nada a la que había lanzado la pregunta, por fin se decidió a abrirlo, y de nuevo la sorpresa se reflejó en su cara.

Un móvil bastante antiguo, algo extraño viniendo de quien venía, y una carta. Ese era todo el contenido del misteriosos paquete. Cogió el teléfono y le dio varias vueltas en la mano, observando hasta el más mínimo detalle por si hubiera algo oculto en él, pero no había nada, era simplemente un modelo antiguo de teléfono móvil.

Con los millones que tiene Dark podía haberse estirado un poco más ¿no crees Daniel? —Sonrió al aire mientras, con dedos temblorosos, se dispuso a leer la carta en voz alta.

Una mezcla de sentimientos la embargaron, así como más recuerdos inundaron su mente con cada palabra que iba leyendo de la carta.

Oh vaya… Lo siento por el señor Dark, pero si lo que pone en este papel es cierto… ¿Te lo imaginas Daniel? Puedo volver a ser la de antes, puedo volver al mundo y conseguir que el mundo me vuelva a conocer. Una entrevista al misterioso señor Dark… No me lo puedo creer.

¿Qué podía perder? Si aquello era una broma de mal gusto lo único que sacaría sería aumentar su depresión pero en cambio, si era cierto lo que allí se decía… Era su oportunidad de salir del pozo, una oportunidad que no podía rechazar.

Sintió los mismos nervios cosquilleando su estómago que sentía cuando andaba detrás de una noticia o de una entrevista interesante. Notó cómo volvía a crecer en su interior el gusanillo de poder volver a hacer lo que siempre había querido, lo que mejor se le daba… Aquella carta podía significar su salvación.

Excitada y ansiosa, se dedicó a tararear una cancioncilla mientras esperaba la llamada telefónica prometida, tamborileando con los dedos sobre la mesa con los nervios a flor de piel.

Notas de juego

Me he permitido llamar Daniel al becario ;)

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27/02/2018, 22:08
Agatha Christie

La luz del móvil parpadeaba cansinamente mientras los segundos se iban desgranando, uno a uno, como en un reloj de arena con el agujero entre cuerpos más estrecha de lo normal. El hombre más poderoso del mundo le iba a llamar a un teléfono de hace 20 años para ofrecerle la oportunidad de su vida? En serio?. Si no estuviera en su casa pensaría que estaba siendo víctima de una cruel broma, de esas de cámara oculta de las que salen en los programas dominicales, pero allí estaba, como el teléfono y la carta. El reloj de la cocina indicaba que el plazo se había cumplido cuando el teléfono empezó a sonar. Se podría decir muchas cosas del señor Dark, pero impuntual no era una de ellas.

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04/03/2018, 13:17
Agatha Christie

Por unos instantes no se oyó nada al otro lado del hilo telefónico, como si el altavoz del antiguo aparato no funcionara correctamente, pero tras unos segundos de espera tensa se escuchó una respiración trabajosa y metálica , seguida de una voz distorsionada electrónicamente con una cadencia cansina y un tono artificial. Con esa voz Dark podía ser un hombre o una mujer, joven o viejo, incluso podía ser alguno de esos enfermos atados a una silla de ruedas y que necesitaban un ordenador para hablar como Stephen Hawking. Todo era una misterio a su alrededor, uno ridículo, puesto que esa misma noche iban a reunirse.

El mensaje no daba oportunidad a la réplica, en 30 minutos tenía que estar en la calle con la maleta preparada para que le recogieran. Instrucciones sencillas de implementación compleja a esas horas de la mañana.

No se podía negar que el tipo estaba acostumbrado a que le obedecieran. Siendo tan asquerosamente millonario uno se podía permitir el lujo de ser todo lo excéntrico que se quisiera.

Notas de juego

Si alguien no tiene sonido que me avise para que le haga una transcripción de la llamada :)

Hora de hacer la maleta..... No hace falta que indiqueis lo obvio (Todos llevais calcetines para 3 dias), pero si llevais algo fuera de lo normal explicadme porque lo llevais y de donde sale. Y con mesura, nada de meterme el viejo AK47 del abuelo de cuando fue a vietnam o el helicóptero plegable de la señorita pepis XDDD
Ejemplo, si vuestro personaje es un viciosillo y se lleva unas esposas, o un latigo para sus actividades nocturnas...explicadlo, si vuestro personaje no se puede separar de una pistola, explicadlo. Autorizaré cualquier cosa que tenga sentido con vuestro personaje y quepa en una maleta.

También podéis elegir no hacer la maleta o no presentaros, el señor Dark tiene recursos infinitos... ^^

Puedes hacer el post, cogiendo llamada, reaccionando a su contenido y haciendo la maleta. :)

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05/03/2018, 13:02
Felicity Kramer

Con la vista fija en las manecillas del reloj de pared que presidía la reducida cocina, Felicity se preguntaba si no estaría haciendo el tonto esperando una llamada que, con toda seguridad, sólo se trataría de una broma. Miraba sin ver el lento recorrido de las agujas mientras en su cabeza resonaba sin descanso el molesto tic tac que marcaba el paso de cada segundo. No dejaba de pensar en lo estúpida que se sentía al estar esperando una llamada que probablemente nunca se daría porque, ¿cómo iba a llamarla alguien con el poder y el dinero del señor Dark?

Por unos segundos desvió la mirada hacia el teléfono móvil que reposaba en silencio encima de la mesa, fijándose una vez más en el modelo tan antiguo del que se trataba, algo impropio de alguien tan adinerado como era el hombre que decía se lo había enviado. Con un bufido de impaciencia y de enfado al ser consciente de lo tonta que estaba siendo al haber caído en aquella broma tan pesada, se levantó de la silla dispuesta a tirar a la basura la carta, el teléfono y el paquete también. Justo en ese momento resonó por toda la cocina una musiquilla que sonaba a épocas pasadas y, desviando una vez más la mirada hacia el reloj, pudo comprobar con asombro que se había cumplido el plazo marcado con una puntualidad matemática.

Con mano nerviosa cogió el teléfono mirando a la pantalla que se iluminaba en su mano, dudando si presionar el botón verde o si sería mejor dejarlo estar. Pero la curiosidad, la ansiedad por salir del pozo en el que había caído y el pensar que ya poco más tenía que perder consiguieron que tomara por fin una decisión. Pulsó el botón verde y se llevó el aparato a su oreja.

Diga… —Sintió la vacilación en su voz antes incluso de escucharse a sí misma. Esperó a recibir una contestación que no llegaba y la impaciencia y la sensación de estar siendo objeto de una broma volvieron a hacer presa en ella—. Sí, diga… —Volvió a repetir, esta vez de forma más segura y con un tono de voz más elevado.

Abrió los ojos con asombro al escuchar la voz al otro lado. Una voz distorsionada que impedía identificar a quien llamaba. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para entender lo que le estaban diciendo y, sin opción a réplica ninguna, la llamada se cortó.

Por unos instantes se quedó mirando la pantalla, ahora apagada, mientras valoraba lo que acababa de suceder, aún dudando que todo aquello no se tratase de una broma. De repente, como si alguien la hubiera pinchado con un alfiler, reacción poniéndose nerviosa al comprobar el poco tiempo que tenía para hacer la maleta aunque, si lo pensaba fríamente, poco era lo que tenía que pudiera llevarse.

Daniel ¿crees que estoy haciendo bien? Si todo esto es cierto es una oportunidad que no puedo rechazar —hablaba con la nada mientras se dirigía hacia la pequeña habitación adyacente donde una cama, una mesita y un armario era todo el mobiliario que había—. Tendré que elegir la ropa más adecuada para llevar ¿no crees? No sabemos con quién nos vamos a codear.

Empezó a rebuscar por el armario eligiendo las prendas que estuvieran en mejores condiciones y recordando la época en la que la elegancia y el lujo eran una constante habitual en su vida. Un par de vestidos, algunos pantalones y camisetas, ropa interior, alguna chaqueta fueron desapareciendo en el interior de la ajada bolsa de deportes que usaba como maleta. En el baño, cogió un neceser y metió lo imprescindible. De vuelta en la habitación, echó un vistazo a su alrededor pensando qué más podía necesitar y, acercándose al cajón de la mesita sacó de él la última bisutería que le quedaba, un collar y un par de pendientes.

Poco más tenía así que poco más podía meter en la bolsa.

Aún le sobraban unos minutos que aprovechó para mirar el pequeño apartamento que abandonaría no sabía muy bien por cuanto tiempo y, cerrando la puerta con llave, se dispuso a seguir las indicaciones que le habían dado por télefono, esperando pacientemente en la calle a que la fueran a recoger.

Volvemos a la acción Daniel, como en los viejos tiempos.

Notas de juego

No escucho bien la llamada, así que si se dice algo que no he puesto en el post es por eso :/

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05/03/2018, 13:30
Director

Transcipción de la llamada: Señor Kramer, soy Ivring Maximiliam Dark. Espero que haya encontrado mi propuesta satisfactoria. En 30 minutos le vendrá a buscar un coche, por favor, prepare equipaje para 3 y añade en él ropa de equipaje para la cena.... y sea puntual.

 

Contenido de la maleta aprobado ^^

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05/03/2018, 16:22
Luca Seppi

Tras la conmoción inicial por lo extraño del mensaje y las prisas por hacer la maleta, la fría niebla de la mañana fue la siguiente en darle la bienvenida, la típica niebla neoyorquina de febrero que te cala hasta el tuétano y te hace desear venderlo todo y mudarte a Florida, como si fueras un de esos viejecitos que van en tropel al estado del sol como su particular cementerio de elefantes.

Afortunadamente, la silueta negra y alargada de la limusina no tardó en recortarse en una niebla que se mezclaba con los gases de combustión de los coches, en plena hora punta y que presagiaba un camino largo y aburrido a dondequiera que le llevase su exclusivo transporte. El coche paró enfrente de él y bajó la ventanilla para preguntarle con una sonrisa

"Buon giorno signora, Es usted la signora Kramer ?"

Un rápido cabeceo afirmativo desencadeno toda la acción. El conductor de la limusina bajó de un salto y puso la maleta en el maletero y acomodó en el cálido interior del coche a su cliente especial. Una vez ambos dentro dedicándole su más profesional sonrisa le saludó recitando una cantinela que debía haber convertido en un mantra a lo largo de sus años de servicio

"Buon giorno signora Kramer y bienvenida a su servicio de limusinas Stark, sonno Luca Seppi y seré su conductor de hoy.  Mi misión no es solo transportarle de un sitio a otro sino hacer que su traslado sea lo más grato posible. Entre los asientos podrá ver una serie de controles para regular la temperatura del habitáculo, seleccionar la cadena de televisión o radio que desee o acceder a las funciones de oficina donde podrá activar teléfono, fax, internet y lo que pueda desear. Junto a la puerta de la izquierda podrá encontrar la cafetera y las capsulas para poder prepararse hasta 36 tipos distintos de bebida caliente. Junto a la puerta derecha podrá encontrar una variedad de bebidas alcohólicas: Cognac, Whisky, Champagne, Vodka..." abandona por un momento su voz comercial para guiñar un ojo a su cliente y decirle en tono confidencial "esto es mejor que un todo incluido del caribe.." carraspea y finaliza con su tono de voz comercial "Y si tiene cualquier necesidad solo tiene que pedírmelo, sus deseos son mi trabajo. Si desea cerrar el compartimento entre el conductor y usted debe pulsar el botón rojo del panel entre asientos"

El conductor giró la llave en el contacto y se adentró en la hora punta de Nueva York deseando que aquel encargo especial, en el día del cumpleaños de su hijita, no le llevara demasiado tiempo. 

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07/03/2018, 21:58
Felicity Kramer

El conductor giró la llave en el contacto y se adentró en la hora punta de Nueva York deseando que aquel encargo especial, en el día del cumpleaños de su hijita, no le llevara demasiado tiempo.

Arrebujada en su abrigo de segunda mano de un color negro bastante gastado y que había conseguido comprar en un mercadillo, Felicity esperó pacientemente a que alguien pasara a buscarla, tal y como había dicho la voz al teléfono. Tuvo la sensación de que la estaban vigilando de alguna forma ya que, apenas habían pasado unos minutos, una enorme limusina apareció hasta quedar situada frente a ella.

Felicity se la quedó mirando unos instantes el enorme vehículo antes de asentir en silencio a la pregunta del conductor. Cuando se decidió a entrar en el interior y se vio rodeada de todo aquel lujo, un cúmulo de sensaciones la embargó cuando los recuerdos de una vida pasada y mejor la golpearon con fuerza. No era la primera vez que se subía a una limusina pues, en su trabajo anterior, habían sido muchas las ocasiones que había tenido para alternar con hombres y mujeres de alta posición, de sobra conocidos por casi todo el mundo ya fuera en el ámbito social, económico o político.

Una vez sentada en aquellos cómodos asientos, nada que ver con los coches convencionales, se dedicó a escuchar al chófer mientras miraba a todas partes con expectación. Hacía ya tanto tiempo que no estaba rodeada de tanto lujo que sus dedos recorrían con cuidado la suave tapicería de cuero, como si tuviera miedo a mancharla o romperla de alguna manera, sonriendo con timidez ante las palabras de Luca.

Pero muchas de las cosas que tenía la limusina y que el chófer le estaba ofreciendo no le servían para nada en aquellos momentos. Por unos instantes desvió la mirada hacia la derecha, donde según él se encontraban las bebidas alcohólicas y, por un momento, dudó si coger algo de beber. Cerró con fuerza los ojos y respiró lentamente hasta tranquilizarse y, acto seguido, se sirvió un café.

Es usted muy amable. Y sí, mucho mejor que estar en el Caribe —dijo con cierta ironía antes de aspirar el delicioso aroma de café recién hecho. Un café como hacía mucho tiempo que no tomaba y que saboreó con calma a medida que el vehículo se adentraba en el tráfico y continuaba su avance hacia no sabía donde—. No se preocupe y espero no molestarlo demasiado. Si no le importa prefiero mantener el panel levantado así podremos charlar durante el viaje. Por cierto ¿dónde nos dirigimos? Si es que puede decirlo por supuesto. La verdad es que siento mucha curiosidad por saber de qué va todo esto y, sobre todo, de tener la oportunidad de entrevistar al señor Dark, ¿cómo es él? —Una vez pasados los primeros minutos de incertidumbre y timidez, la vena periodística de Felicity que se mantenía adormilada pero no muerta despertó, comenzando un torrente de palabras que esperaba no molestar al italiano.

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08/03/2018, 16:40
Agatha Christie

El coche partió de Queens, el barrio en el que vivía Felicity desde que su vida se fue al traste, y tras cruzar el puente de Queensboro se internó en el midtown de Manhattan. El tráfico matinal en Manhattan era infernal pero la pericia al volante de Luca era extraordinaria, la agresividad con la que metía la limusina en el hueco más inversosímil para ganar un puñado de metros a la vez que intentaba ser suave para que el viaje fuera placentero. Luca fue atento y contestó, en la medida de lo posible, las inquietudes de Felicity con una gran sonrisa y grandes dosis de paciencia

"Señora, yo no conozco al señor Dark, de hecho no sé si alguien lo conoce. Trabajo en una de sus empresas pero no lo he visto nunca en la cena de navidad, no sé si me entiende" dijo compartiendo la broma con la mujer "En cambio si que puedo decir cual es nuestro destino, nos dirigimos a South Manhattan, al embarcadero número 6, allí le espera un helicóptero. No puedo decirle mucho más con seguridad, pero por otros clientes que he recogido de allí es probable que le lleve a Dark Island, la residencia de verano del señor Dark"

Tras cruzar el puente se dirigieron en dirección oeste por la 59 Este en dirección a Central park. Desde allí giraron a la izquierda para dirigirse al downtown por la quinta avenida hasta llegar a Washington square. Allí giraron por la 8 Este hasta llegar a broadway, que les llevaría directamente hasta battery park, donde cada día miles de neoyorquinos y turistas tomaban el ferry a Staten Island para acudir al trabajo o simplemente ver de cerca la estatua de la libertad.

Dos minutos más tarde la limusina se estaba deteniendo en el aparcamiento del embarcadero 6 desde donde se podía ver un helipuerto donde un aparato de color negro con el logotipo de industrias Dark reposaba a su espera.

La voz de Luca se volvió a oir con su habitual alegría y dijo

"Señora Kramer, hemos llegado a nuestro destino. Gracias por viajar con limusinas Stark. Espero que haya disfrutado del viaje y confiamos en verle pronto de nuevo. Recuerde recoger su equipaje y preséntese ante el piloto del helicóptero para recibir información de su plan de vuelo. Necesita que le ayude con el equipaje señora?"

 

Notas de juego

 

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09/03/2018, 13:54
Felicity Kramer

No tenía porqué haberle sorprendido la respuesta que recibió del chófer sobre el señor Dark, pero aún así Felicity se sintió un poco decepcionada. Después de tantos años sin acordarse de él, ahora volvía a pensar en lo increíble que le parecía que nadie pudiera dar una mínima indicación, explicación o descripción de tan misterioso hombre.

Que ustedes supieran —continuó con la broma—. Quizás el señor Dark se encontraba infiltrado entre sus trabajadores como uno más. —Era una idea que se le acababa de ocurrir de repente, aunque sabía que era una auténtica tontería.

Felicity miraba por la ventanilla cómo el paisaje de la ciudad cambiaba a medida que se adentraban en el tráfico, sorprendiéndose de la pericia que Luca mostraba al hacerse hueco entre los coches con uno tan impresionante y grande como el que conducía.

¿Su residencia de verano? —Murmuró, volviendo a la conversación al escuchar el más que probable destino al que se dirigían, sorprendiéndose una vez más por lo alucinante que le resultaba todo aquel extraño asunto. Aunque después de haber leído la carta y conocer el mal estado de salud del hombre, no le debería parecer raro que quisiera mantenerse tranquilo y en un lugar apartado del mundo donde estar relajado—. Será como disfrutar de unas pequeñas vacaciones Daniel —volvió a murmurar, esta vez dirigiéndose a su compañero imaginario para el resto, muy real para ella.

Se sumió en el silencio, dejándose llevar por sus pensamientos, bastante lejanos en el tiempo y en una época mucho mejor para ella, hasta que la voz de Luca la volvió a sacar de su ensimismamiento avisándola de la llegada a su destino, o por lo menos a la siguiente etapa en aquel increíble viaje que había emprendido.

Ni siquiera se fijó en lo que la rodeaba ya que sus ojos permanecían fijos en el helicóptero que, según le había dicho el chófer, la estaba esperando a ella. Sintió un cosquilleo en el estómago de pura emoción y, por unos momentos, se vio como la mujer elegante, importante y famosa de otra época.

Muchas gracias por todo Luca —dijo, girándose al italiano que la había acompañado hasta allí, dedicándole una sonrisa—. No se preocupe, mi equipaje no pesa demasiado. Espero que tenga un buen día. —Si algo había aprendido en esos años de depresión y miseria había sido a valorar el trabajo de la gente que, hasta que no cayó en el pozo, había pasado por alto por considerarlo poco importante pero que, sin ellos, el mundo no podría seguir avanzando.

Cargando con la bolsa que había preparado deprisa y corriendo, se acercó hasta el helicóptero dispuesta a emprender otra etapa del camino que, en su cabeza, la llevaría de nuevo a lo más alto.

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09/03/2018, 19:27
Director

Notas de juego

FIN DE ESCENA.