Partida Rol por web

Alphonse se encontraba distraído, como era habitual, paseando por bosque, blandiendo para sí una rama de abeto, de los muchos que crecían alrededor de su ciudad natal, Villa Crepúsculo; el joven seguía caminando hasta que no pudo más, pues se encontró de bruces con una especie de mansión abandonada en mitad del bosque.

El palo sonó hueco contra los ladrillos, haciendolo levantar la mirada confundido. -Quien arma una mansión aquí? - "Quien odia tanto a la gente?". Dió un par de golpecitos contra la pared, asegurandose de que no se fuera a derrumbar de buenas a primeras. Siguió el camino de la pared exterior, intentando ver si había algún agujero en la estructura para poder explorar.

Detrás del joven se escucharon el sonido de unos matorrales y unas ramas partiéndose; por el rabillo del ojo, Alphonse pudo ver la figura negruzca de una criatura un tanto especial, completamente negra, con algunos trazos de color azul oscuro y unos ojos amarillos que brillaban.

Otro sonido, alertó al joven, otra de esas criaturas estaba por ahí; y un tercer sonido, y tras este un cuarto, confirmó las sospechas del joven, estaba siendo rodeado por esos monstruos, y no tenía forma de escapar, a no ser que decidiera escalar el muro de la mansión y buscar refugio en el interior, o volver al busque y esperar darles esquinazo allá dentro.

O también podía luchar, aprovechando el hecho de que esas criaturas parecían estar más distraídas con el hecho de rodearle, que directamente saltar a atacarle, si atacaba ahora quizás pudiera dar un par de golpes usando su palo antes de que ellas pudieran hacer nada.

La mansión era enorme, y parecía estable. Porque alguien habría abandonado una casa como esa era algo que escapaba a su imaginación. "Hasta yo me mudaría aquí" Quizás estuviera toda destruida por dentro. De cualquier forma no tuvo tiempo de comprobarlo. Escucho un crujido a su espalda y en lugar de ver al dueño, como esperaba, unos cosos negros salieron de entre las plantas. -Que carajos... - Murmuró viendo a los bichos esos acercarse como si acecharan una presa. No sabía que eran, ni que intenciones tenían, pero no parecían ser buenas. Sus ojos se dirigieron al palo, blandiendolo como una espada. Esos bichos seguían acercandose. No pensaba quedarse a adivinar que pasaría. Con todas sus fuerzas agito el palo hacia el bichejo que tenía más cerca.

El primer ataque por sorpresa acertó en la criatura, y porque Alphonse no se había preparado lo suficiente cuando lo atacó, lo que pudo haber sido un buen ataque, se quedó en un ataque sin demasiada relevancia. Mientras tanto, el segundo, aquella criatura logró esquivarlo sin problemas.

En un abrir y cerrar de ojos, Alphonse se encontró rodeado de esos seres. Dos de ellos saltaron contra el joven, el cual logró bloquearlos sin demasiados inconvenientes y contraatacar con el palo, causando muy buenos daños a ambos; mientras que otro cercano trató de rasgar la piel del joven con sus garras, algo que este lamentaría, pues contraatacando con un buen golpe con el palo, lanzaría a aquella criatura a un par de pies hacia atrás, causando un gran daño.

Por último, la terrcera criatura, decidió desaparecer, fundiéndose con el suelo y siendo, por tanto, inmune a cualquier tipo de ataque del joven... quizás esto fuera lo más inteligente, puesto que en un abrir y cerrar de ojos, dejó bastante heridas al resto de sus compañeras sombras.

-Que demonios quieren? - Masculló molesto de que alguien o mejor dicho algo hubiese decidido atacarlo así como así. Siseo, mirando la manga que el bicho negro había desgarrado. -Hey! Ahora voy a tener que coser! - Apuntó con el palo a su contrincante y se lanzó de nuevo hacia ellos, no parecían con intenciones de irse. "Bien, yo los voy a hacer irse". Aferrando su arma con ambas manos lo blandió como a un bate intentando arrojar al ser lo más lejos posible de allí.

Por su parte, Alphonse dió un buen golpe a aquella criatura; la cual, no tuvo más remedio que desaparecerse en el suelo si no quería ser diezmada por los ataques de Al; lo mismo le ocurrió a la segunda más cercana, que viendo como su compañera desaparecía, decidió seguirla en el piso.

Las otras dos Neo-Sombras que estaban por el lugar, decidieron atacar; una arañando y otra directamente avalanzándose sobre Alphonse, ambas tuvieron el mismo resultado. Fueron bloqueadas por Al, y recibieron un contragolpe mas o menos poderoso.

Encontrar una mansión abandonada quizás fuera lo mejor que le pudo haber pasado en los últimos meses a Nate; un lugar apartado de la ciudad en donde podía hacer sus cosas sin que nadie le interrumpiera o le molestara; lejos de miradas indiscretas y aún menos personas que le pudieran juzgar o mirar por encima del hombro.

Por desgracia, no parecía ser el primero en encontrar aquella mansión; pues en el exterior se podía escuchar cierto ruido de un pequeño tumulto; por desgracia para Nate, los altos muros que impedían que nadie mirara hacia dentro, también impedían que él mirara con comodidad hacia fuera.

Llevaba un tiempo explorando cada rincón de la ciudad, normalmente siempre me había limitado a recorrer una y otra vez los mismo caminos, tejados, túneles y callejones pero poco a poco había empezado a surgir en mi una necesidad de conocer todo mi entorno tal vez con la vaga esperanza de encontrar un sitio en el que poder estar tranquilo y en calma al igual que la torre del reloj. Y así fue como acabe en este lugar, una mansión abandonada desde vete tu a saber cuanto, me parecía raro que nadie mas conociera este lugar no es que estuviera precisamente muy escondido eso era lo que pensaba mientras me estaba de pie en mitad del jardín mirando la mansión y de hecho al escuchar un ruido detrás mía me di cuenta de que tenía toda la razón. Había mas gente tras la puerta.

Mi primer instinto fue el de ir a esconderme pero claro este lugar estaba abandonado así que nadie me podía echar la bronca... esta vez, así que me acerque a uno de los muros, subí por el hasta agarrarme al borde y asome un poco la cabeza para evitar ser visto por esa gente.

Un total de cuatro criaturas negruzcas, con afiladas garras y enormes antenas estaban rodeando a un joven de pelo negro, el cual, se defendía como podía usando un palo. Pese a que este joven estaba herido, parecía que podía contener a aquellas criaturas, al menos de momento, pues su cuerpo aguantaba.

Ni las criaturas ni el joven se percataron de tu presencia. Por lo que, tranquilamente podías unirte al combate cuándo quisieras, pero también podías volver por donde has venido y dejar al joven a su suerte. A fin de cuentas, esa no era una batalla tuya; o quizás ayudarle a escapar escalando el muro... o abriéndole la puerta.

En cuanto asome la cabeza lo primero que vi a un chaval, tendría que tener mi edad... de hecho si lo pensaba mejor recordaba haberle visto en alguna pelea en la que nunca me inmiscuía, siempre observando desde las alturas, sabía defenderse pero claro ahora no combatía contra otros chicos. No, enfrente suya se alzaban varias criaturas con aspecto ligeramente humanoide, negros como sombras, antenas que se movían de forma errática y lo peor unas amenazantes garras. Se veían peligrosas y yo no tenía nada a mano que me sirviera como arma pero tampoco quería abandonarlo.

Termine de escalar el muro hasta apoyar los pies en la parte superior y estando de cuclillas me revelé frente al chico y a las criaturas.

- ¡Eh, tu! -grite sin miramientos tendiendo mi brazo hacia el para que lo agarrara- ¡Ven por aquí y rápido! -no tenía la certeza de que esas cosas no pudieran seguirnos al otro lado del muro pero por lo menos podía intentarlo

Emitió un gruñido de frustración, esas cosas no desaparecían. Dió un vistazo a su ropa rasgada y apretó los dientes, había recibido mucho más daño del que le gustaría, y aún quedaban dos de esos monstruos que parecían intactos. Iba a lanzarse de nuevo  cuando una voz a sus espaldas lo sorprendió y casi cae de cara al suelo por el impulso. Se volteó viendo a un chico sobre el muro ofrecerle su mano. No lo pensó dos veces, piso sobre el muro y saltó hacia arriba aferrandose al brazo de su nuevo amigo, para trepar hasta el otro lado. -Muy oportuno! - con una sonrisa bajó con cierta dificultad del lado que daba a la mansión - Gracias, soy Al - Dió un vistazo hacia donde estaban las sombras, todavía había chanve de que vinieran tras ellos.