Partida Rol por web

El animal logró aterrizar en el techo del edificio, en concreto sobre el "Backstage", dejando bajarse a los dos rescatadores foráneos y a aquella esqueletica señora, la cual parecía más enfadada con el esqueleto que caería en algún lugar de por ahí, que preocupada por la seguridad del mismo.

¡Buscad a Miguel!

¡Ya no debe de quedar mucho tiempo!

Y con esta orden, caminó hacia la trampilla que daba al interior del edificio, dejando a los otros dos adolescentes, solos en aquel tejado. Ahora parecía ser una cuestión suya el hecho de encontrarse con Miguel, con Hector, o incluso con ese Don Ernesto de la Cruz.

  ¿ Pero como puede tener de amigo o héroe a alguien así...? Onda, el tal Ernesto tiene cara de no ser trigo muy limpio que digamos... digo,ehhhh.... _{burrrrmmm... nos quiso matar antes de entregar al muchacho y todo eso... ya sabe...} ¡¡¿Pero miren que esta pasando allí ?!! - decía para cambiar un poco de tema y que vieran las decorativas vidrieras que se gastaba la mansión sobre nuestras cabezas.

   Por suerte ... o no... justo de una de estas llega la gata piñata  rompiendo en fragmentos y haciendo que todas nuestras miradas se concentraran en ella- ¡¡Hostias!!...¿  C-como era que se llamaba esta ? - preguntaba aunque el campesino Hector ya me adelantaba - cierto~cierto P-pepita...

    Ehh...eh... bueno...bueno... en nuestra defensa... ¿ nos a tocado el peor anfitrión que la no-vida nos puede mostrar - la verdad me estaba asustando ante el control de la señora esqueleto en sus habilidades mágicas y su manera de amedrentar con solo palabras ... vaya... con que así se ve un buen hechizo de hielo... 

     Itch...chi...chi... duele~duele~duele...- gimoteaba mientras era arrastrado a punta de saltitos y con la cabeza ladeada por el tirón de oreja que la doña nos estaba escarmentando tanto a Caeru y a mi - y-ya~ya...vale vale... comprendo, p-pe-pero... - y sin poder alegar nada, la piñata ya nos tenia en el aire, mientras atrás se nos quedaba el anciano junto al campesino. 

_{*Una vez quedamos los dos en el techo*}

    Pregunta Caeru... ¿ crees que el viejo este bien ? - preguntaba mientras miraba hacia el interior del lugar, en donde se podían ver las graderías y demás cosas - N-no es como que este preocupado de el ni nada por el estilo - corría un poco la cara para evitar mostrar que igual me preocupaba un poco por nuestro compañero - pero tiene su temperamento y el señor Hector no pareciera ser la mejor pareja de baile para el viejo.

"¡Ay ay ay! ¡Perdón mamá! ¡Digo, señora! ¡Señorita!" exclamé dolorida cuando la Mamma Esqueleto ™ nos tiró de las orejas por incompetentes y con mucha razón y paciencia. ¡Sacras ballenas y delfines, cuánta energía tenía la Mamma Esqueleto ™! Nos mandó de vuelta al trabajo en vez de distraernos saqueando regalos ajenos. ¡Jo! ¡Con lo divertido que era! Pero es verdad que nos estabamos ya convirtiendo en esqueletos... Y bueno, a mi me daba igual porque eran cutes, pero seguro que a mi prometido no le hacía gracia estar a punto de casarse con una no-muerta...

Tras la reunión familiar entre la Mamma Esqueleto ™ y el Esqueleto del Guacamole, nos mandaron de vuelta a por el pequeño Miguel. Owen me preguntó si pensaba si el viejo estaría bien. "¿Sensei?" pregunté, inclinando la cabeza y luego hice un gesto de que no le diera importancia. "¡Nah no te preocupes, seguro que sí! La verdad, me preocupo un poco más por nosotros... Ya sabes, el que lo hacía todo era él..." reconocí cruzádome de brazos muy convencida. "La nave espacial extraña invisible teleportante que me trajo hasta aquí era suya y las espadas llaves estas también..." levanté el arma mirándola. "¡Pero bueno! ¡Ninguno de los tres estaremos bien si no encontramos al niño! ¡Es hora de ser competentes! ¡Sí señor!"

Y tras decir eso me dispuse a bajar del tejado haciendo parkour. ¡Mi especialidad!

  Si el anciano era nuestro muro y yo era el de los trucos, la muchacha demostraba bastante bien que sus habilidades de exploración eran superior al del resto.

  - Bien echo Caeru!!... - le gritaba para que me pudiera oir bien desde su nueva posición -ahora bien chica...- mirando que lo mio no era mucho lo de saltar bien ... se que me voy a arrepentir de esto...- tengo una idea... lo mas seguro que llegue al suelo malherido y botando sangre... lo se~lo se... no suena lo mas listo de mi parte -mientras preparaba aquel hechizo de viento - pero si me curas con los trucos raros que tenemos... me puedo levantar y allí... y luego yo me levanto a base de poderes... ¿ te parece ? - se que estaba confiando mucho en mi suerte, pero nos estábamos quedando sin tiempo y separarnos en caminos solitarios me resultaba mas estúpido aun.

  No era ni de lejos la brisa mas fuerte que esperaba generar... pero era lo que tenia en estos momentos y antes de que se pasara sus efectos, intento imitar los saltos que realizo Caeru para llegar abajo.

 mierda~auch...jo-hijo de-me lleva la- dios... - ninguna frase era posible de terminar, con el miedo ni un buen salto pude dar, mientras caia entre las rendijas y golpeaba contra las murallas del sitio

No se sabe muy bien cómo fue, si el hechizo de la brisa los revolvió, o si directamente se deshicieron por el camino; sea como sea, algo era evidente, cuando saltó Owen, sus cordones estaban desatados y aquel salto, fue incluso menor que haber dado un paso normal... Tropezando consigo mismo, y cayendo de cabeza contra los cactus que se usarían para la función de cierta mujer con entrecejo, pero no solo eso, al levantarse malherido y lleno de pinchos, Owen desestabilizó el escenario, cayendo nuevamente, esta vez sobre las brasas, quemando su ropa, su piel y los cactus.

Por si eso fuera poco, las llamas subieron, cortando algunas cuerdas y rompiendo el decorado trasero de la función que se estaba a realizar; cayendo de golpe para dejar ver a un Owen lleno de pinchos y cubierto de llamas corretear de un lado a otro. Sin lugar a dudas, el hecho de perder el efecto sorpresa fue evidente.

Quizás no ayudara que Owen finalmente sucumbiera a sus heridas y cayera de bruces nuevamente ante la televisión de todo aquel país, aún con su trasero en llamas y el sombrero de mariachi lleno de pinchos... Al menos los esqueletos que estaban tras el atrezzo se acercaron a él con extintores...

Mientras tanto, Caerulea había visto todo el lío que había montado Owen en un santiamén...

Dejando de lado la historia del Owen inconsciente en mitad del "backstage", los esqueletos lograron apagar las llamas que cubrían al joven y estaban, lentamente quitándole uno a uno, los pinchos que este tenía por todo su cuerpo; pese a estar semi-inconsciente los constantes "Ay" que soltaba un Owen paralizado, daba a entender que estaba bien... bueno, bien no, pero estar estaba.

Caerulea estaba aún de incognito y podía mirar como el escenario volvía a recomponerse para la siguiente función, y a juzgar por el júbilo del público, estaba iba a ser una función más que esperada... o quizás se estuvieran riendo de Owen, que también puede ser...

"¡Gracias! ¡Oh, gracias, gracias!" hice reverencias de actriz cuando Owen me felicitó por el parkour. Llevaba tanto tiempo haciéndolo allá en mi mundo que para mí era una extensión más del cómo correr. ¡Siempre es guay cuando alguien reconoce  algo que se te da bien y te encanta! Me dijo que seguramente se caería y le saldría todo mal, y que le curara en dicho caso "¡Venga Owen, ahora tú! ¡Seguro que te sale bien! ¡Tú pue-...!"

Cada vez que se golpeaba con algo, yo apretaba los dientes y entrecerraba los ojos, empatizando con su dolor, tomando aire y haciendo exclamaciones. "¡Auch! ¡Uy...! ¡Ouch! ¡No! Cuidado con el... cac...tus... uuuuh..." vale, pues sí, sí que tenía razón con que se iba a matar... "¡Vamos, espadita llave! ¡Cura!"

Con la fantasbulosa y la maravillástica cura de Caerulea, la leve herida que tenía Owen en la mejilla magicamente se sanó, cicatrizando y dejando de sangrar. Por lo demás, Owen seguía en el suelo, recubierto de pinchos, quemado y con alguna que otra llama rebelde que se negaba a apagarse por muchas patadas que los esqueletos le daban... aunque ahora parecían ser otros a los iniciales que salieron a socorrerles, muy similares a los porteros de la mansión de Ernesto de la Cruz. ¡Casualidades, probablemente!.

Sea como sea, Caerulea ya había hecho su parte, y con los gritos de júbilo proferidos por el público, así como el aviso dado por megafonía, esta se traslado a un lado del Backstage para ver la función del "grande" y "único" "Ernesto de la Cruz", bueno, eso último sin comillas. Dejando a Owen en buenas manos, o en manos a secas...

En aquella zona más apartada, en el lateral del escenario pudo ver no a aquel esqueleto que olía bien, sino a aquella otra mujer esquelética de vestido morado y delantal de zapatero que tan mal humor demostraba a todos los presentes, pasados y probablemente futuros como no hubiera un evento que la hiciera cambiar.

Sea como sea, el verdadero Ernesto no tardaría en aparecer al otro lado del escenario, señalando a aquella mujer que conocíais y ordenando a sus guardaespaldas que la sacaran de ahí y probablemente que la atraparan. Por último, pero no menos importante, el niño con el que nadie mantuvo ni una sola conversación, lo cual se da a Dios gracias pues tiene toda la pinta de ser un cargante de dos pares de narices, apareció al lado de Caerulea, y con este el esqueleto andrajoso que olía raro y mal... y tras ellos aquel tropel de esqueletos.

A medida que los guardaespaldas comenzaron a subir, los nervios de aquella mujer de morado afloraban, el nerviosismo casi hizo que se le cayera el micrófono de aquel escenario elevado encima del escenario; aunque por fortuna de esta lo atrapó. Llamando la atención, el niño incitó a aquella mujer a cantar, algo que, al verse acorralada hizo.

Tras aquella canción y baile, en el que el Hermoso Esqueleto que olía bien irrumpió para unirse a la fiesta y robar, lo que parecía ser una nota o una fotografía; aquella mujer esqueleto dió un fuerte pisotón al pie de su compañero de baile, se agenció la nota entre el grito del dolor y huyó hacia donde se encontraba Caerulea, el niño, el esqueleto maloliente y el resto de esqueletos que no tienen peso alguno en la trama o relevancia alguna.

-Por lo visto, la distracción funcionó -Dijo con una leve sonrisa hacia Caerulea- Hemos encontrado a Miguel y hemos recuperado el trozo de fotografía. Gracias... Carmen y... -se giró a mirar como Owen seguía siendo apaleado por los guardaespaldas esqueletos- y... no-Carmen.

Antes de que pudieran hacer algo siquiera, un temblor movió todo el Estadio; los presentes parecían estar completamente desconcertados e incluso asustados por lo sucedido, y los gritos comenzaron a aparecer cuando una enorme campana salió volando por los aires y aplastó a un aún dolorido Ernesto de la Cruz.

Alrededor del estadio, enormes tentáculos conformados por pequeñas criaturas negras y con los ojos amarillos se formaron, los cuales se abalanzaban sobre los esqueletos espectadores de aquel espectáculo, los cuales no podían hacer otra cosa que gritar, empujarse y huir como podían lejos de aquellas criaturas.

Los rostros pasmados de los esqueletos se detuvieron por unos segundos cuando una de esas criaturas golpeó la parte superior del escenario, arrancándolo de cuajo, y lanzándolo al vacío colina abajo; por suerte para los que estaban en el escenario, a parte de leves cascotes y focos, no hubo demasiado derrumbe sobre las cabezas de nadie.

Con una clara preocupación, la mujer esqueleto agarró la hoja se la puso en el pecho a Miguel, y este desapareció en un brillo de luz. Evitando que este se despidiera y se arriesgara a ser herido -o incluso peor- por aquellas criaturas. Sacando tres hojas más, se las ofreció a Caerulea y a Owen para que estos también salieran... que por cierto, los guardaespaldas que estaban apaleando a Owen también se fueron pitando, dejando a un Owen apaleado, lleno de pinchos y quemado.

    Con el dolor del impacto... las agujas y el fuego ... ¿ de... d-donde salio este ultimo ?... solo sabia que por fin me encontraba cerca del sitio en donde teníamos que llegar ...f-funciono...¿ verdad ?..., pero por el resto, de donde se encontraba mi compañera... que era del muchacho bardo... o el montón de esqueletos de acento chistoso... nada de nada...

    Sentí por un momento aquella calidad y  extraña sensación del sabor verde en mi boca nuevamente, solo que ésta era ahogada inmediatamente por el resto de sensaciones dolorosas a las cuales se sumaba un extraño golpeteo de distintos sitios... como si fueran esos fervientes creyentes esperando al otro lado de la puerta esperando poder compartir su visión de la fe con vuestro servidor ... otro día por favor... que hoy no hay nadie...

    Entre abriendo los ojos, pude ver que al resto parece que no le estaba yendo nada bien debido a la gran cantidad de gritos y alaridos que se sentían ... aunque al menos ya no se siente el molesto golpeteo... y buscando con la vista a donde se encontraba mi compañera, solo pude percibir un par de manchones de colores graciosos, en donde uno era iluminado totalmente de un brillo dorado antes de desaparecer y reducir la gama de colores en la extraña paleta de colores frente mio.

¿Distracción? ¡¡¿LA DISTRACCIÓN?!! De inmediato tuve flashbacks de momentos pasados recientes y menos recientes:

- Maldita sea, Carlota. ¡No ha funcionado tu plan de cantar y secuestrar al niño!

"¿¡Mi quéee!? ¿¡S-S-S-SECUESTRAR!?" exclamé estupefacta, con los ojos bien abiertos en gran sorpresa. "¡Eso no era parte del plan! ¿¡Cuándo cambió!? ¿¡Cuándo accedí yo siquiera a...!?" ¡No, espera! ¡Quizás era algún tipo de ardid extraño e inteligente por parte de Sensei! Owen disparó una bola de fuego al agua para intimidar. ¡Yo no entendía nada! ¡Pero seguro que estos dos habían planeado algo super guay antes y yo no me había enterado porque me había perdido en mis pensamientos! ¡Sin duda eso era! Aunque no entendí por qué Owen dijo que quería tener una charla con nosotros después... ¡Ay! ¡Seguro que era porque yo no cumplí mi parte! Claro, como yo no me había enterado...

 mierda~auch...jo-hijo de-me lleva la- dios... - ninguna frase era posible de terminar, con el miedo ni un buen salto pude dar, mientras caia entre las rendijas y golpeaba contra las murallas del sitio

Tropezando consigo mismo, y cayendo de cabeza contra los cactus que se usarían para la función de cierta mujer con entrecejo, pero no solo eso, al levantarse malherido y lleno de pinchos, Owen desestabilizó el escenario, cayendo nuevamente, esta vez sobre las brasas, quemando su ropa, su piel y los cactus.

Abrí los ojos y boca con mucha sorpresa, ¡así que ese era el plan! Hroreilf y Owen habían hecho sus partes, ¡¡Y YO ME HABÍA LLEVADO EL MÉRITO PORQUE ERA LA LÍDER!! ¡¡LA LÍDER!! Ello me llenó de gran orgullo capitalista, hasta que me di cuenta de que era porque la Madame Esqueleto sólo se había aprendido un nombre, el mío, y mal. Porque no era Carmen, era Caerulea. ¡Pero no importaba, todo había merecido la pena por esos minutos de gloria! Y en un par de días, seguro que Sensei, Owen y yo nos reíamos mucho al recordar la caída de _Edgar Owen.

También habíamos conocido a muchos esqueletos adorables y divertidos. El señor del gorro de paja, el mariachi que seguro que olía superbien, Pepita que no era un esqueleto sino una gatita gigante multicolor... Y por supuesto, ¡la Madame esqueleto! Todavía no me sabía su nombre pero era super guay. Toda una Mamma, severa pero amable, cariñosa y protectora. No pude aguantarme las ganas y le di un gran abrazo como despedida.

Sin embargo, la felicidad y emotividad de la despedida fueron aplastadas violentamente con la aparición de todos esas sombras acumuladas en una torre igual que ellas mismas aplastaron al esqueleto que olía bien. ¡Me habrían resultado increíblemente adorables si no fuera porque empezaron a arrasar y romperlo todo! Bueno, en realidad me siguieron resultando adorables de igual forma, pero no me gustaba que hicieran daño a los pobres esqueletos.

La Mamma esqueleto nos urgió a marcharnos igual que se había marchado Miguel. Fue una de esas miradas protectoras que sueltan las madres cuando hacen algo de verdad por tu bien, y no hay más que hablar. Me recordó a la que mis padres me echaban cuando yo quería echarme a la mar con ellos y faenar ballenas. Era un trabajo muy, pero que muy peligroso y no querían que me pasara nada. También era muy desagradable, decían, porque tenían que atrapar y cazar ballenas, y luego trabajarlas ahi mismo en la nave. Ellos no querían que yo viera eso, por mi bien.

Este caso era igual. La esqueleto Mamma no quería que las sombras acabaran con nosotros. Afortunadísimamente a los esqueletos las sombras no les hacían nada, pero a nosotros... ¡no solo las sombras podían hacernos daño, sino que también el propio mundo nos estaba transformando en esqueletos! Tomé la hoja, asentí con solemnidad, le di otro abrazo muy fuerte y corrí hasta el dolorido Owen, cargando con él al hombro, poniéndole la hoja en el pecho y buscando desesperada al viejales. "¡¡Sensei!! ¡¡Tenemos que irnos!!"

Finalmente con un enorme estruendo y crujido, el escenario se quebró en dos, lanzando a todos, esqueletos del público, esqueletos guardaespaldas, y esqueletos que trabajaban en el backstage a lo que parecía ser un mar negro, un mar de oscuridad; y entre tanto esqueleto y material de atrezzo los que cayeron fueron Owen y Caerulea.

A apenas unos centímetros de llegar ante esa negrura, que, por algún casual, parecía estar moviéndose violentamente en su composición; como si fueran unas aguas embravecidas, los pétalos de aquella flor se iluminaron y con ellos, los cuerpos de Owen y Caerulea, desaparecieron a tan solo milímetros de sumergirse en la más pura y absoluta oscuridad.

Día de los Muertos

1. Al usar "Ultimo Estertor" recupera el 50% de los PV.

2. La Habilidad "Ultimo Estertor" puede usarse hasta 2 veces por batalla.

3. La Curación recibida es tan solo el 50% efectiva.

 ... Creo... que necesito una almohada...

     No solo los colores se comenzaban a agitar de un lado a otro, los sonidos y barullos alrededor de donde me encontraba no dejaban de aumentar con el pasar de los segundos sumando ademas las vibraciones que remecían todo, en especial el cuerpo adolorido de un pobre falso-mariachi que no podía terminar su narración tranquilo debido a los dolores que le aquejaban. 

   Entre todo este giro de movimiento y colores, un tacto volvió a tocar mi apaleado cuerpo, pero a diferencia de las anteriores golpeteo éste se encargo de levantarme a la vez que decía algo, pero como todo en esta ruleta rara llamada vida... las cosas se volvían a mover como los cristales querían.

.... por que siento que estoy siendo arrastrado por una corriente...

    Sintiéndome mas a la deriva que antes pues ya no existía algo que llamar suelo para saber donde estaba "abajo" o "arriba" solo me limite a sentir como esta nueva fuerza me arrastraba por donde quería, aunque si... una sensación cálida y brillante empezó a calentar parte de mi pecho...

....Y ahora...¿ hacia donde me llevan cristales ?...

Parecía que el mundo entero estuviera siendo destruido y engullido. Pero al mismo tiempo, se parecía mucho a lo que pasó cuando Hrolleif puso en marcha su nave por primera vez en nuestro mundo natal. Al principio pensamos, o pensé, que este... anochecer de penumbra era el efecto que causaba la nave espacial en sus tripulantes antes de despegar o algo... Pero él siempre me había dado largas, dándome a entender que no era tenía nave espacial ni nada de eso, que las espadas llaves no eran suyas...

¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba Sensei? La persona que tendría respuestas, o que yo creía tendría respuestas, no estaba por ninguna parte. Y mientras caía, sujetando todavía a Owen, me empecé a temer lo peor...

Y si... ¿no volvíamos a verle? ¿Y si... tampoco volvíamos a ver este mundo? ¿Qué sería de la Mamma, y su familia, del esqueleto de sombrero de paja, ¡o incluso del ricachón que seguro olía super bien! Todos caíamos, caíamos a un mar de oscuridad, y en mi corazón empezaba a temer lo peor...