Partida Rol por web

Nombre: Patricia

Edad: 15 Años

Mundo: Shooting Star

Descripción física: Cualquiera que se fije en Patricia se daría cuenta. Su piel es suave, sus movimientos delicados, sus formas esbeltas, estilizadas. Como una muñequita frágil bien peinada, su pelo de azabache adornado por el broche de calavera que solo acentúa la inocencia de su mirada, su cuerpo nunca desplaza más aire del necesario, su voz aguda, modulada con delicadeza y cautela... Todo en ella susurra una cálida luz femenina. Y una cosa más: Tiene pene.

Descripción Psicológica-Historia: No se puede decir que Patricia tuviera una mala familia. Más bien tenía una familia ligeramente disfuncional en un ambiente que aceptaba familias ligeramente disfuncionales. Unos padres que gritaban de vez en cuando, como mucho rompían alguna puerta de rabia, pero como en realidad se amaban y como tenían trabajo estable, nunca pensaron en hablar del tema. Concretamente, su madre trabajaba de crupier en una web de poker on-line, y su padre revendía artículos que encontraba en subastas. Patricia intentaba que hablaran de las ocasionales peleas de pequeña, pero siempre le respondían cosas como que ellos eran gente honrada que se mataba trabajando para tener un plato de comida para su hijo, que él no tenía derecho a decirles esas cosas, que era arrogante, creído, que él sabía que se amaban y solo decía esas cosas para herir... el puente de comunicación entre Patricia y sus padres se fue debilitando, hasta romperse y caer para siempre.

Se acostumbró a vivir callada, ausente. Además, estaba el tema de que ella sabía que realmente era una chica, pero no es lo que habían decidido sus padres al nacer, y no sentía que pudiera contárselo. No sentía que pudiera contárselo a nadie, ni siquiera se había planteado hacerlo. En la escuela jugaba con otros niños y niñas, pero nunca acababa de hacerse amiga (o amigo) de nadie en concreto. Para colmo, su pueblo era bastante pequeño, y no había ningún sitio especial en el que refugiarse.

Al empezar la secundaria, algo cambió: una fábrica gigante con forma de plancha fue instalada en las afueras del pueblo.

No importaba en qué parte del pueblo estuviera, la gigantesca plancha la miraba, como recordándole algo. Sería complicado explicar exactamente como, pero esa plancha mejoró su vida social. La extrañeza que provocaba entre todos los niñas, niñas, adolescentes y demás especímenes que habitan en los institutos de secundaria era un tema en común. Nunca daba pie a una conversación muy extensa sobre el tema, ya que nadie sabía quien trabajaba en esa fábrica, o qué era lo que fabricaban, pero un comentario como "qué cosa más rara, verdad?" nunca quedaba fuera de lugar. Y como una cosa lleva a la otra, a los catorce años tuvo su primer amigo, quien se llamaba Policronio porque tenía unos padres bastante peculiares, y llamaba Pedro a Patricia porque es el nombre con el que la había conocido.

En algún momento, Patricia le cogió suficiente confianza a Policronio, y le contó sobre que se sentía y quería ser una chica. Policronio no solo entendió y respetó lo que le contaban, sino que le dijo que si se sentía y quería ser una chica, podía serlo. Le preguntó qué nombre le gustaba para ella misma, como le gustaría vestirse, como le gustaría que fuera su cuerpo, la ayudó a comprar ropa, hizo determinadas dietas y ejercicios con ella (resultando en que Policronio también tenía un cuerpo bastante femenino, estilizado), y hasta la hizo subir un autobús para ir al pueblo de al lado y hacerse unas cuantas amigas que la conocieran como Patricia desde el principio. Y claro, Patricia se enamoró muy fuerte. Y claro, no dijo nada. 

Y así, a los 15 años Patricia era el cliché de una chica enamorada de su mejor amigo. Para sus amigas del pueblo de al lado era demasiado fácil hacerle bromas que la pusieran roja como un tomate, pero ella las aguantaba sin decir nada, por evidente que era para todo el mundo.

Seguía habiendo el problema de la comunicación con sus padres, que seguían demasiado ocupados en amarse con peleas regulares y trabajar como para aceptar la identidad de su hija, su vida era bastante buena. Le habían dicho más de una vez que tuviera cuidado con las amistades que se hacía, que si iba así por la calle creerían que era gay, que se cortara el pelo... llegaron a preguntarle si era un "transformer", pero Patricia tenía demasiada ansiedad por dentro como para decir la verdad, no se atrevía, no era tan valiente, se decía. Simplemente respondía que estaba siguiendo alguna moda, o cualquier cosa que no incluyera más de una frase de conversación. Pero a parte de eso, su vida era bastante buena. Sus amigas del otro pueblo también parecían haber aceptado su identidad, aunque notaba siempre algo de distancia, pero quizás era ella... seguramente era ella. Y bueno, no se atrevía a decirle a Policronio lo que sentía por él... y a parte de Policronio, en clase seguía estando bastante sola... y además había pasado de ser un chico invisible a ser una chica a la que miraban raro constantemente... pero bueno... ella se repetía que su vida era bastante buena.

Hasta que un día apareció una mujer rara con una vespa, y le pegó tremendo golpe en la cabeza con un bajo eléctrico. 

Después del extraño encuentro, la misteriosa mujer empezó a trabajar para el padre de Patricia, lo que implicó verla cada día en casa. Se ve que contratarla para repartir los artículos de las subastas aumentaba los ingresos. El chichón por el golpe de bajo eléctrico era descomunal, muchísimo más grande que lo que le correspondía a un chichón normal-grande. 

Además, Haruko, aquella extraña mujer, parecía querer hacerle daño emocional a Patricia en específico. No solo era egoísta, acosadora, irresponsable, inmadura, y un largo etcétera de defectos. También se metía en su vida. Para empezar, idolatraba en voz alta a los padres de Patricia por cosas que Patricia odiaba: les decía que eran encantadores, que nadie sabía escuchar los problemas de una chica como ellos, que eran la familia más acogedora que había conocido, que daba gusto ver lo unidos que estaban... Aquella vez le salió un robot de la cabeza a Patricia, y Haruko luchó contra él. El robot era una especie de impresora 3d con patas, que también se quedó en casa, porque el padre de Patricia podía usarlo para vender las cosas que imprimía en 3d.

En segundo lugar, Haruko estuvo seduciendo a Policronio. Muy física y descaradamente, y muy delante de Patricia, como si quisiera que lo viera. Aquella vez también le salió un robot de la cabeza, y tuvo que ser arrastrada por la persecución surrealista mientras Haruko se encargaba.

Aunque tampoco podía odiar a la forastera. Lo cierto es que combinado con su tortura psicológica, tuvieron momentos muy bonitos. Por ejemplo, le enseñó a maquillarse, a cortarse ella misma el pelo como quería, a moverse de forma femenina, y muy importante: a enfrentarse a la mirada ajena. Le enseñó que si no quería, no tenía por qué aguantar las miradas y comentarios en voz baja de sus compañeros de instituto. Y Patricia estuvo a punto de hacerle caso. Reunió todo su valor, y estuvo a punto de pedirle a una chica popular que la miraba mal y soltaba algunas risitas con sus amigas cada vez que se cruzaban que dejara de hacer eso, que le molestaba que la mirara mal y se riera cada vez que se cruzaban. Estuvo a punto de hacerlo, pero le salió un robot gigante de la cabeza en medio del instituto. Casi mata a esa chica popular y casi se mata a ella misma, pero por suerte apareció Haruko en el momento indicado.

También le enseñó que podía sincerarse con sus amigas, que podía contarles que se sentía un poco apartada, que necesitaba hablar de sus cosas, de sus miedos, inseguridades, que no tenía suficiente con que simplemente le dijeran que la aceptaban sin más. A continuación Haruko también se apareció, como una adulta super cool que le robaba las amigas a la chica tímida y un poco sosa que era Patricia, con el resultado evidente de robots gigantes saliendo de la cabeza, tremendos percales para sobrevivir, etc.

Y finalmente, le regaló el broche de calavera que Patricia siempre lleva en el pelo. El mismo día en el que Haruko lo había arreglado todo para que los padres de Patricia coincidieran con ella en el cine del pueblo de al lado. Con Patricia, Policronio, y sus nuevas amigas. El plan era que Policronio, sus amigas, y Haruko, ayudarían a Patricia a contarles como se sentía, que sentía que era una chica. Pero pasó mucho más que eso...

Subes de Nivel

1. Filo Cortante: +2 de Daño

Capitulo 1: San Fransokyo

Noodle Burguer Boy = 75 Exp

Boss = 250 Exp

Tiradas (Critico/Dificultad) = 50 Exp

Ritmo de Posteo = 50 Exp

Calidad de Posteo = 75 Exp

Ala! Todo eso? Luego te digo en que me lo gasto y eso.

Poz a ver: lo que me has dado ahora suma 500, y tenía 15 guardados de los que nos diste al acabar la batalla contra burger boy. Así que ahora tengo la impresionante suma de 515 exp, soy rica en experiencias :D. Gasto:

Esquivar de 6 a 7 = 70 
Esquivar de 7 a 8 = 80
Esquivar de 8 a 9 = 90
Esquivar de 9 a 10 = 100.
Esto suma 340.

Estocada de 3 a 4 = 30
Reflejos de 4 a 5 = 40
Esto suma 70. 70 + 340 = 410

Me compro vitalidad = 20
Vitalidad de 1 a 2 = 10
Vitalidad de 2 a 3 = 20
Esto suma 50. 410 + 50 = 460

Armas cuerpo a cuerpo de 5 a 6 = 50
50 + 460 = 510

Y hasta ahí. ¿Todo correcto?

Y perdona que estuve días inactiva sin avisar, me estuve encargando de problemas de familia disfuncional.

Esquivar de 6 a 7 = 70 
Esquivar de 7 a 8 = 80
Esquivar de 8 a 9 = 90
Esquivar de 9 a 10 = 100.

Esquivar de 6 a 7 = 60 
Esquivar de 7 a 8 = 70
Esquivar de 8 a 9 = 80
Esquivar de 9 a 10 = 90.

=== 300

oh, cierto! Entonces todavía me sobran 40... hmmm...

Armas a distancia de 4 a 5.

SUBIDA DE NIVEL

1. +2 Daño (CaC/Lanzar Llave/Contraataque)

Holaaaa, ya me habías dado una subida de nivel que me daba una cosa llamada filo cortante que hacía +2 de daño, esta subida de nivel es nueva, o es una especificación al +2 de daño que ya me habías dado?

Tiene sentido, me lo suponía. Me gusta eso de boostear en vez de nerfear :D

¿Disponible para retomar con la partida?