Partida Rol por web

La batalla contra esas criaturas había sido dura, pese a ello se había logrado hacer retroceder a la horda de monstruos; el gato no estaba del todo alegre con la intervención de las fuerzas conjuntas para repeler la amenaza y mucho menos que el terrible monstruo Jabberwocky se hubiera convertido a las hordas que asolaban el país, ni siquiera la reina roja era capaz de controlar a esa criatura, no como antaño, al menos.

Aleksis estaba exhausto, y al volver casi arrastrándose a su hogar, o al menos su hogar temporal pudo ver al Sombrerero celebrar y beber té, como no, y junto a el, sus otros dos insaciables compañeros de fiestas del té. Pese a todo ello, Aleksis no estaba para fiestas del té, al menos no ahora mismo... no porque no quisiera, sino porque no podía.

De entre la oscuridad una sonrisa surgió.

Ahora no es tiempo de descansar

Dijo aquel gato que volvió a desaparecer nuevamente para posarse encima del gran sillón de cuero rosado; y poco a poco apareciendo ante todos los presentes, aunque ignorando debidamente al sombrerero y a los otros dos participantes de la fiesta del té.

El Sombrerero necesita a Alice y el País de las Maravillas también

Con un movimiento lento en el aire de su cola, el gato continuó con aquel pequeño discurso ante el joven exhausto y cansado por la batalla que acababa de librar contra esas criaturas de oscuridad. Al parecer el gato parecía preocupado detrás de aquella enorme sonrisa afilada.

Y aquí no hay ninguna Alice...

El Gato se quedó en silencio esperando que las indirectas que había lanzado hacia Aleksis surtieran su efecto y dieran en el punto correcto del razonamiento que aquel joven aún tenía sano.

Exhausto y sentado en el suelo agacho la cabeza en señal de asentimiento.

¿Dónde puedo encontrarla? Si me lo dices traeré a la chica para que nos ayude a defender el país de las maravillas. Yo apenas he podido sobrevivir a un combate. Dime, ¿Cómo puedo encontrarla?

Los ojos del gato rodaron sobre sus cuencas un par de veces antes de responder a esa pregunta, al parecer sí que había tratado el tema correcto, pero por desgracia la pregunta era la incorrecta, no era un "¿Cómo puedo encontrarla?". Y eso mismo era algo que el gato le haría saber.

Como se encuentran todas las cosas, buscando...

Por no ser ni era un "¿Dónde puedo encontrarla?". Algo que el gato ya se adelantó para responder a aquel exhausto hombre que parecía que en cualquier momento iba a desfallecer, tomar té o lanzarle una taza al gato. Quizás las tres en una secuencia poco verosimil de acciones.

Ella está donde se encuentra ahora y ella no se encuentra en este mundo..

Quizás el gato esperase a que aquel hombre hecho polvo dijera algo importante o inteligente, pero no, ese no fue el caso. Continuó hablando para así avanzar la trama, lo que aquí viene a significar, que pasaría menos tiempo de aquí a que Aleksis pasara a otro mundo, uno en el que quizás estuviera esa tal Alice.

Usa la chimenea de la casa y encuentra a Alice...

Miro la chimenea extrañado, aunque solamente me dura unos segundos, en mi mundo si alguien te dice que uses el paraguas al revés porque va a llover al revés, lo haces porque es muy probable que ocurra, aunque... Tambíen es posible que llueva de lado y te mojes.

Me dirijo a la chimenea, aquel gato tenía una gran fama y no quería comprobar si lo que se decía sobre él era cierto.

¿Y ahora que hago? Digo metiendo la cabeza dentro esperando cualquier clase de efecto.

Y no pasó nada.

. . .

_{^{o quizás sí...}}