Partida Rol por web

Tratando de fijarse en todo su entorno se percató de algo importante en la que tomaría acción inmediata

¿Tenéis un amuleto no?  Sonríe y pacíficamente os dice 

 Dármelo, ahora.

Arrastré como pude (de los pelos) a Asrai para quitarle de la vista de la amenaza y mientras lo hacia le enseñaba uno de los dedos de la mano al recien llegado... 

Rindeme pleitesia y me pienso lo de que te deje ayudarme a conseguir mis fines...

El samurai se emociona a la vez que se extraña y sonríe

Oh , ya veo...   Agacha la cabeza hacia la persona que le acababa de hablar y sin levantarla, le dice   

Soy procedente de Wutai , mi nombre es Hao

Levanta la cabeza y con un tono desafiante ,dice

Te escucho... Me permitiré juzgar si tus metas son las correctas.

Rhomian sonrie... sabe que sus metas son... bueno digamos que Rhomian piensa en Rhomian y en sus esbirros, si jugaba bien sus cartas, podria tener un adepto util.

Acto seguido le quita la llave-espada de las manos a Asrai y se la tira al que dice llamarse Hao.

En el caso que no venga a ayudar y sea un enemigo, quizas este proximo a su altura y será un entrenamiento acabar con él!!!

Hao se acerca a la KeyBlade del suelo y como por instinto se tratara , pega un pisotón a la KeyBlade y como resultado Hao substrae el extraño amuleto, poniéndolo así en una de sus dos katanas. 

Excelente...

¡WTF! Puñetazo al payaso de la capucha a la vez que grito para que me oigan todos:

¡Como osas llamar rata a nuestro gran Ratigan! ¡Discúlpate de inmediato!

Una vez que el amuleto fue sustraído, de la llave esta comenzó a brillar y a cambiar de forma y tamaño, lentamente aquella pequeña llave-espada se volvió una enorme tabla de metal y madera que fue ganando tamaño cada vez más rápida hasta cubrir el largo del barril y desquebrajar las paredes de madera del mismo, mientras esta seguía creciendo hasta recuperar el tamaño de la tabla solar del anterior propietario.

Para finalizar, la katana del hombre también comenzó a brillar, transformándose en otra llave-espada, similar a la que se había transformado en tabla, poniendo en riesgo la estabilidad del barril y la guarida de los villanos.

Los gritos de los ratones y sabandijas ante el sorpresivo ataque de la tabla solar del difunto, inundaron la estancia mientras el grupo huía de un lado a otro. Debido a esto, es posible que Ratigan no hubo escuchado la acusación de Asrai. Tan solo resaltaba la figura tranquilizadora de aquella enorme rata vestida como un rey, la cual agarraba con sus garras a los ratones-soldados reales y los amontonaba para que no huyeran despavoridos.

Este mismo ratón señaló a aquel nuevo grupo que se había conformado por Asrai, Rhomian y Hao; sin decir absolutamente nada, les lanzó las tres prendas restantes. Mientras guíaba al grupo de ratones y sabandijas, ahora más calmados a la salida de la guarida que se había visto comprometida.

Aquellos dos ratones que ya habíais visto, excepto Hao, se volvieron a acercar a vosotros y os ayudaron a poneros por encima de vuestros trajes aquellos disfraces de soldados de la reina, no dijeron nada, pero uno de ellos parecía guiñaros el ojo a cada rato, aunque quizás fuera porque el otro estaba tapado por un parche.

-Nos hemos infiltrado con éxito -Susurró el ratón alto- Ahora podremos descubrir qué está tramando, seguid el juego.

Con esto dicho, ambos se cambiaron y se dirigieron hacia el vehículo que se encontraba al otro lado del barril, vehículo al cual los tres aventureros también seguirían y se subirían en silencio para así completar la misión que tenían en mente por cumplir.

Poco a poco los animalejos fueron subiendo a una pequeña cabina, la cual una vez cerrada la puerta, comenzó a moverse de forma poco estable, lanzando a los incautos pasajeros de un lado a otro, en efecto no era una máquina elegante con ruedas, y este sentimiento era algo que tanto Asrai como Rhomian pudieron reconocer.

Al mirar por los ventanucos de aquella cabina pudieron ver el bien reconocible pelaje blanco del gato que hacía unos minutos atrás había devorado a su compañero de expedición, Asher. Tragando saliva por el poderío del animal, el viaje continuó bordeando el río por aquellas calles vacías y recubiertas de neblina.