Partida Rol por web

N-n... HMMM. 

Al verse empegatinada de aquella manera, lo primero en lo que pensó Patricia fue en el pintalabios, y como seguía llorando, luego pensó en el rimel. Pero luego se acordó de que un ñordo robótico intergaláctico la había estampado contra paredes y suelo, y luego la habían puesto a dormir en un tubo de ensayo, y que estaba en una nave espacial, así que se preocupó aún más por el maquillaje. Con cara de dolor y limón, estiró lentamente la pegatina, torturándose estúpidamente en vez de sacarla de un tirón. Y luego le pegó con la mano abierta a Burger-Boy. ¡Robot malo! Se nota quien lo fabricó... Aunque hablarle como a un perro era toda una mejora en su relación con las inteligencias artificiales. Y eso había sido culpa de un chico-hombre anacrónico que en ese momento le hacía caer las lágrimas, que también eran por el dolor físico de la pegatina.

Las lágrimas iban llenando el vacío mientras Élan hacía su sobrio memorandum. Como líder dinámica y pionera en lágrima fácil, Patricia tenía que hacer también su aportación. Se puso muy seria y muy lúgubre, se limpió un poco las lágrimas con la mano - más por el gesto que porque sirviera de algo - y habló a Burger-Boy. Burger-Boy, estamos hablando de tu padre.

Dio unos pasitos al frente, como haciendo todo el peripé de un entierro. Q-quiero dedicarle unas palabras...

 Bob... Obake... fue una persona... que nos puso acertijos... y... y... hizo explotar una bomba... viajó en el tiempo... era bastante poco hablador... y... y... le pegué cuando lo vi... y... tenía un sueño noble... y se sacrificó por nosotros. Respiró un poco para calmarse. Con él aprendimos que si lo haces todo solo, te mueres... También nos mostró que las llaves que nos salen de la cabeza son la puerta a una nueva vida... una vida de matar monstruos... y... Nos legó esta nave, y a Burger-Boy... y... y... una parte de él siempre estará en la nave y en Burger-Boy. Os cuidaremos bien. Y cuando veamos al encapuchado, lo apalearemos en su honor. Asintió con la cabeza, como todo un amén. Cerró los ojos, y sus lágrimas se iluminaron llenas de patetismo épico, porque la llave le salía de la cabeza, pero no para luchar, sino por pura decoración. La levantó, y repitió las palabras de Élan. Por Obake. Por Bob.

Intentaba mantenerme tranquilo ¿Cómo era posible que Burger-Boy no pudiera abortar su misión?,aunque siendo una máquina lo comprendía -Quizas podamos salvar a Obake pero para eso tendremos que esperar hasta regresar,por el momento tengamos fe que podemos solucionarlo- se podía notar la sonrisa forzada que intentaba mantener mientras decía esas palabras.

Mientras las preguntas rondaban mi cabeza recordé que una de nuestras teorías en uno de los acertijos de Obake fue que nosotros éramos contenedores y empecé a hablar conmigo mismo tomando nota -Tres tipos de contenedores,uno de luz,uno de oscuridad y uno que tiene ambas energías- so tenía razón había una posibilidad de que el encapuchado que asesinó a nuestro amigo viajero fuera uno más posiblemente uno oscuro.

Ante el discurso de empatía de Patricia solo pude bajar la cabeza ya que las probabilidades de que realmente no teníamos formas de ayudarlos su muerte sería irreversible.

El ambiente de pesar que se podía sentir en el interior de aquella nave, contrastaba con la apariencia infantil e incluso absurda del exterior, aunque para fortuna de los presentes, nadie estaba mirando por la ventana para ver aquella monstruosidad en forma de Noodle Burger-Boy que, por algún motivo, de diseño quizás, dejaba a su paso un rastro de arcoíris.

Poco a poco, el mundo se hacía cada vez más y más pequeño y minúsculo, se estaban alejando de su hogar a pasos agigantados, hacia la aventura, hacia lo desconocido, hacia los nuevos mundos sumidos en oscuridad y en tinieblas. Aunque, el mundo que tenían enfrente en particular, parecía sumido en otra cosa, en agua.