Partida Rol por web

[HLdCN] 2x Diez Negritos

Día 4: Expedicionarios amateur

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11/03/2015, 19:27
Margaret Beddingfeld

-Sir Cavanaugh, por favor, tranquilícese. Yvette está siendo irónica -Margaret le sonrió al escritor. Al parecer Gustave no había captado el tono total del discurso de la doncella-. De todas maneras, eso no es suficiente para conseguir cambiar mi opinión sobre la señora Bennett.

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11/03/2015, 19:30
Sir Gustave Cavanough

Captarlo lo he captado, por desgracia tengo oidos... La verdad que si no fuera porque estoy bastante seguro de ella...

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11/03/2015, 19:31
Yvette Mercier

-Cuando diga "chicho" menea el rabo, mientras tanto no me hables- Le digo al sire mostrándole el dedo corazón y recogiendo los otros cuatro .

-Assassin de la merde.
 

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11/03/2015, 19:37
Sir Gustave Cavanough

Pongo los ojos en blanco.

Ya le he dicho que con los descalificativos usted tiene la de perder. Des-Ca-Li-Fi-Ca-Ti-Vos... significa insultos ¿me sigue? En fin, como iba diciendo, dudo mucho que ella sea la dueña de la casa... habría usado alguna muda para taparse un poco. ¿qué clase de propietaria de esta casa vestiría así día tras día? Ya puestos... ¿cuando la contrataron le obligaron a llevar ese disfraz de lumia?

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11/03/2015, 19:47
Everet Schuls

No eres culpable de asesinato, pero si eres la dueña, si que has pagado para que maten pero tu misma no te has manchado las manos, creo que  has orquestado la supuesta paliza al igual que la carta, la paliza te la dieron justo después de indicarte que eras la dueña, bien? La carta justo después de acusarte abiertamente bien?

Se pasa la lengua por los labios y mi mira al suelo, una sonrisa de impotencia se le dibuja en el rostro.

No hay mas ciego que el que no quiere ver, no hay mas sordo que el que no quiere oír y por su bien Señora Yvette , dueña de la mansión espero que no me vuelva a decir loco, no la matare, pero le afeitare su asquerosa cabeza y lavare su lengua con lejía.

Si alguien quiere dialogar seré todo oídos y volveré a explicar las cosas las veces necesaria, pero pido por favor un poco de respeto a mi persona, por favor.

 

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11/03/2015, 21:14
Leonard Clement

- Señor Everet, tengo que decirle que me gustaría creerle, en serio. Su historia podría ser plausible y muy sólida. Pero le aseguro que, sin pruebas, lo que dice suena demasiado raro y, unido a sus continuos ataques psicóticos, no ayuda a que creamos en sus argumentos. Lo que empiezo a creer de verdad es que justamente entre ustedes, que se acusan unos a otros, haya realmente algún asesino o asesina. La historia de la señorita Mercier como dueña es muy tentadora, pero usted mismo y su actitud tampoco me inspira mucha confianza...

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11/03/2015, 21:51
(Jotade) Sean Arbuthnot

Sean había estado muy callado. Quizás un poco herido en su orgullo de que sus pensamientos expuestos en la noche anterior no calaran más o porque....porque estaba demasiado turbado con las cosas que estaban pasado. Sean ayudó en las expediciones, además prestó a que registraran su cuarto sin ningún problema.

Calló todo este rato hasta que muy de noche casi sin nada nuevo que aportar dijo:

- Everet, quisiera creerte, pero de verdad me cuesta. Más cuando hemos visto esa carta. Me temo que me cuesta mucho pensar otra cosa ahora mismo. La señorita Mercier tampoco me ha parecido limpia del todo, sus modos y su manera de expresarse... que pueda saber quien es un "negrito" me escama...y mucho pues sólo hay una persona que lo pueda saber,...y es la persona que nos ha metido aquí....o alguien en contacto con esa persona. Que ayer quisiese defender al bueno del Doctor quizás era para que si no salía elegido dar un mensaje a los asesinos...así escondiendo su mensaje "a caballo" con otra expresión, como propuso que haría alguien de los aquí reunidos....

Se acarició el mentón

- Todo son congeturas, y claro que puedo equivocarme...pero tras los incidentes y sabiendo que muchos piensan que Yvette puede no ser culpable y que sea digna de defensa, me inclinaré por el señor Schuls....En cuanto a esta noche... ¿volvemos a repetir la charla que venimos gastando?

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11/03/2015, 22:23
Penny Barrow

Penny siguió al señor Cray durante el registro, colaborando con los demás y manteniéndose apartada mientras revisaban su cuarto. Cuando finalmente apareció la carta, la joven se asomó por encima del hombro de quien la cogiese para verla, igual que hizo después con el diario del joven. Penny frunció el ceño y no era difícil darse cuenta por su mirada de que los engranajes de su mente estaban funcionando. Sin embargo, finalmente se encogió de hombros y miró a Everet.

- Mire, a mí lo que nos dijo anoche en la cocina me parecía que tenía sentido. Y podría llegar a creer que todo esto es un montaje contra usted... - Hizo una pequeña pausa.

- Pero en primer lugar no me cuadra que Yvette orquestase un ataque contra sí misma. No le veo sentido. Y por otra parte, sigue sin encajarme que si ya sabía usted eso no nos lo contase anoche directamente en lugar de fingir que era una teoría. ¿Para qué querría usted reunirse con ella? Eso es lo que menos me cuadra. Si ya sabía que era ella la que había organizado todo esto no le veo sentido a esa reunión en su cuarto, en lugar de contárnoslo a los demás.

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11/03/2015, 22:45
Sally Miles

Sally fue con el grupo de personas que registraron las habitaciones. Era algo reacia a tocar las pertenencias de otros, limitándose casi en todo momento a mirar. Aunque si alguien necesitaba ayuda podía registrar algún cajón o armario. Las habitaciones eran dejadas sin encontrar nada que incriminara a nadie. No puso pegas a que su propia habitación fuera registrada, saliendo de ella para que nadie le acusara de esconder pruebas o entorpecer la investigación. Y una a una hasta llegar a la de Schuls. Como la francesa decía, había una prueba que incriminaba a Everet. Las circunstancias eran, como no podía ser de otra forma en esa casa de locos, misteriosas y enervantes. Pues suscitaba más dudas aún que antes de encontrarlas.

Cartas que podrían ser falsas. Criadas que sabían donde encontrar esas pruebas sospechosas. Por contra, Everett parecía cada vez más hundido en el fango y sus excusas danzaban de un lado a otro como una bailarina de valet. Y Sally, que ya había indicado sus sospechas sobre el joven cuando vio lo extraño de sus acusaciones cambiantes, decidió creer que aunque algo le oliera raro respecto a Yvette, más olía respecto a Schuls  -  Ya he expuesto al principio del día que la actitud de Schuls era rara. Ahora, viendo los hechos tan extraños que nos rodean, incluso algo más.

 

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11/03/2015, 23:00
Owen Cray

Owen volvió junto a los demás para ver que seguían hablando de lo mismo aunque ¿que había más importante que aquello?
También escuchó la propuesta de Sean. Si Yvette gusta de acompañarme iré a la reunión encantado Una vez se separasen y los lobos se volviesen lobos no quería dejar sola a Yvette. A Owen le gustaría acudir para hablar de la tranquilidad con que algunos se toman todo esto...como si esto fuera un juego que no fuera con ellos y se divirtiesen viendo a los demás despellejarse entre ellos. Pero entre hablar de eso y mejorar sus posibilidades de supervivencia preparando la habitación en vistas a la noche que se avecinaba...bueno, la supervivencia siempre tenía las de ganar.

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11/03/2015, 23:07
Elisabeth Cavendish

- Si eso te tranquiliza, yo también tendré un ojo puesto en Yvette. -Le dije a Owen para intentar que se relajase.- Y también asistiré a la reunión del salón. Al fin y al cabo... ¿quién sabe cuándo será mi última noche aquí? No me gustaría pasarla encerrada en mi habitación tantas horas.

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11/03/2015, 23:32
'Director

Finalmente, los huéspedes señalaron mayoritariamente al señor Schuls como culpable o cómplice directo de los que estaban acabando con ellos. Los intentos de defensa del joven celador cayeron en saco roto, por muy apasionados que estos fueran, o quizá debido a ello.

La desesperación comenzó a embargar al pobre Schuls, que comenzó a hablar con su difunta madre como si estuviera a su lado. Sin pudor ninguno, a voz en grito. El espectáculo que protagonizaba comenzó a ser bochornoso incluso para aquellos con los estómagos más curtidos. Los insultos que se "intercambiaban" madre e hijo eran de una inventiva e imaginación tales que, muy probablemente, estarían batiendo algún récord de la especialidad.

Pasado unos interminables minutos de discusión, en que Everet parecía no escuchar ni ver a nadie más que a sus fantasías, se diría que la "madre" tomó el control. Sacó una raída peluca blanca de un bolsillo y se la puso sobre la cabeza, se encorvó y comenzó a hablar, a todos los que la miraban, con voz de vieja y adelantando el mentón.

El momento álgido fue cuando se fue a la chimenea y agarró un atizador. La postura era amenazante, pero en lugar de cargar contra los presentes, como más de uno temió en aquel momento, "la vieja" continuó hablando con su hijo, insultándole de formas diferentes a las anteriores y, mentando a Dios y al Diablo y usando como estandarte la palabra penitencia, comenzó a golpear su propia espalda con el atizador.

Pareció que Everet recobraba el control con el dolor y la mano izquierda comenzó a luchar contra la mano derecha por la posesión del arma. La lucha fue pintoresca y tan absurda como lamentable. Everet rodando por el suelo y peleando consigo mismo por la posesión del atizador que ya había surcado su propia espalda de sangre.

Finalmente, el muchacho ganó la batalla. Se puso en pié ya sin la peluca, pues se había desprendido de su cabeza y estaba por el suelo, y grito: -¡Madre, es usted una puta zorra! ¡Déjeme en paz!-

El jadeante Everet comenzó a curvar sus labios en una sonrisa incrédula. - ¿Se ha ido? - Preguntó con cautela al éter. - ¡Se ha ido! - Exclamó. - Pensé que nunca sucedería algo así. ¡Esto hay que celebrarlo! - Y diciendo esto se acercó al mueble-bar, agarró una botella de wisky y dió un trago a la botella. Everet era feliz. - ¡Un brindis! - Ofreció a los presentes. Se giró a buscar vasos, pero no había. En su convicción, comenzó a abrir cajones y armarios, hasta que encontró un juego de seis vasos chatos, los cuales colmó de wisky de la misma botella que tenía en la mano. Tomó uno de los vasos y lo alzó hacia los huéspedes. - ¡Por la libertad! - Lo bebió de un trago.

Entonces su cara de satisfacción pronto se tornó en una expresión contrita y extraña. Claramente no se encontraba bien. El vaso cayó y se hizo añicos, su mano se agarró a su garganta, sus labios se tornaron azules, sus piernas flaquearon y cayó al suelo. Los estertores no duraron más que unos pocos segundos. Luego Everet no volvió a moverse... nunca más.

Notas de juego

Escena cerrada.

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12/03/2015, 10:37
'Director

Notas de juego

Algun@s lo preguntáis: no, no hay negrito roto ni fragmento de la canción tras la muerte de Everet.