Penny sirvió una taza con infusión para Wesley y volvió a sentarse antes de resumir para el hombre lo hablado anteriormente.
- Bueno, el tema es que ella parece saber quiénes tienen una de esas estatuas asignadas y quiénes no. De ahí comentamos que tal vez ella podría tener relación con el anfitrión, o tal vez haber tenido algo que ver en la preparación de todo esto. Pero el señor Schuls apuntó que con los modales que tiene parece cualquier cosa menos una doncella y que tal vez es una mujer rica fingiendo ese papel. Él comentó que tal vez en lugar de tener relación con el anfitrión, ella misma podría serlo. ¿Tú qué crees, Wes? ¿Encaja, verdad? Explicaría también su actitud de superioridad. El señor Schuls comentó que ella intenta salvar a los asesinos y acusar a los inocentes.
Después miró al joven Everet y negó con la cabeza.
- No creo que la señora Bennett sea una de ellos. O al menos, espero que no. Me sentiría muy afligida si así fuese. Le he tomado cariño a Prudence y me parece una buena mujer. Pero la enfermera... ¿Se refiere usted a la señora Beddington?
La teoría que Penny anuncia hace que Wesley se muestre sorprendido y enarque una ceja. Balancea la cabeza a los lados antes de tomar otro trago. - Demasiado peso para una cabeza tan débil, ¿no? - Pregunta a los presentes sobre Yvette. - Aunque, si es tan encantadora a propósito... No lo sé. Desde luego es una teoría potente, hay que darle una vuelta. - Se trata de convencer a sí mismo. - Los más acusados han salido con los pies por delante. Penny y yo no hemos dudado en señalarla. Si ella misma es la anfitriona, me juego el cuello a que no morirá. - Propone echándose hacia el respaldo de la silla.
Cuando Penny rompe una lanza por Bennett él extiende una mano hacia ella. - Si confías en ella, yo confío en ella. Por otro lado, la señora Beddington... No me da buena espina, como Dupont.
-Señor Barrow yo creo que Yvette puede ser la anfitriona,ya a visto que es una desleguada,habla de masturbaciones y hace gestos groseros y caras a todos,si se le vota por que no iba a morir como el resto?sea como fuere si usted no esta seguro puede indicarnos a quien votar,si no recuerdo mal ella dijo que el Doctor y el parroco no eran culpabkes y al morir el Doctor se descubrio que tambie era negro,con lo que creo que esta noche morira el parroco,si Yvete es anfitriona algo deben de saber el resto de trabajadores,que decis de Owen y la otra asistenta? Owen sin ningun motivo fue por el cuerpo del violador
- Owen parece estar limpio, Everet. Ayer por la noche estuve con el, así como esta noche también he tenido ocasión de hablar con el. Pone todo de su parte para intentar atrapar a los culpables. Modesto y sin ir acusando a diestro y siniestro....Si fuese un maldito asesino sería toda una sorpresa.
La hora avanzada y el cansancio dan a entender a todos los presentes que ya es suficiente por esta noche y que poco más puede resolverse esta noche.
Cada cual se retira a sus respectivas habitaciones, con la promesa incierta de un nuevo día cerniéndose.
Reunión cerrada.
Una vez en la cocina, Yvette cierra la puerta tras de sí.
- Pero, ¿es que eres imbécil? - Pregunta sin remilgos a Jacqueline. - ¿Pretendías matarnos a los dos con un bate de baseball? Te recuerdo que Owen es un tipo que le metieron siete balas en el cuerpo y sobrevivió. - La reacción de Yvette era desconcertante. No actuaba como la Yvette que Jacques podía recordar de las reuniones diurnas, era más fría, menos visceral y el doble de controladora.
- Veamos... os contraté para que matarais a esos desgraciados y por lo que veo no pude elegir peor. ¡Sois unos aficionados! No habéis matado más que a cuatro de los seis que eran los objetivos. Si metí en el ajo a la señora Miles, no era para que la quitarais de en medio en cuanto descubrierais su capacidad, ¡era para que la utilizarais! Por lo visto a nadie se le ocurrió, ¿verdad?
Yvette caminaba de arriba a abajo. Realmente enfadada, con la actitud que se esperaría de alguien acostumbrado a mandar dirigiéndose a un subordinado. Jacqueline estaba sin palabras.
- No sé si venías a por mí o a por Owen, pero sólo se me ocurre una forma de ayudarte. - Sacó una jeringuilla de un paquete cuidadosamente preparado. - No me matarás con un bate de baseball. - Lo dijo con una voz cargada de ironía. - Me inyectarás esta jeringa y los efectos serán los mismos de una muerte, pero sin morir. Ni siquiera la enfermera podrá distinguir que se trata de un engaño. Después, yo podré moverme con total libertad de espaldas a todos esos desgraciados y colocaré pistas falsas, para que se acusen entre ellos y te dejen en paz, mientras tú vas haciendo el trabajo sucio. Me reuniré contigo en tu habitación por las noches, para guiarte un poco, querida, que veo que estás más perdida que mi virginidad. Por lo menos, que te sirva de aliciente que lo que pensaba pagaros a cada uno de vosotros será para ti sola si acabamos el trabajo.
Está a punto de hacer entrega de la jeringa a Jacqueline. - No. Deja. Ya lo hago yo. - Y se inyectó la dosis. - Ahora vete a tu cuarto. Nos vemos mañana. - Mientras dice las últimas palabras, se desploma en el suelo de la cocina.