El nuevo día amanece y la tensión vuelve a palparse en el aire. Pero tanta intensidad tiene un doble filo. El temor, el odio, la pasión y el amor, están tan a flor de piel que, a veces, se confunden y confluyen como por ensalmo, surgiendo en donde menos sería de esperar.
Quizá fuera por la confidencia de la otra noche. Quizá por el roce nocturno y casto en diferentes estancias. Quizá por el objetivo común. Sea como fuere, algo había surgido de repente entre Prudence Bennet y Sean Arbuthnot.
Las flechas de Cupido os han unido en una amalgama de sentimientos inextricable.
Rol Secundario: Enamorados.
Heridos en lo más profundo de sus corazones por las flechas del amor, los personajes emparejados por Cupido vivirán un idilio apasionado mientras los hechos se suceden en la mansión. Deberán cuchichear durante las fases diurnas para acordar el lugar de reunión durante las fases nocturnas y, así, retozar a gusto y evadirse del mundo ruin que les rodea. Su amor será tal y tan fogoso, que en caso de morir uno de ellos el otro correrá la misma suerte, arrojándose en brazos de la Parca como única forma de continuar al lado de su amor.
Podéis narrar aquí cómo ha surgido vuestro amor, para darle un poco de color rosa a todo ello. Pero para compartir confidencias, habrá de ser en reuniones nocturnas.
Pues menuda puntería, en el momento justo.
-Esto no esta bien Señor Arbuthnot...-Le temblaba la voz al hablar.
Respiró hondo
- No pasa nada, tenemos que ser fuertes, seguro que conseguimos terminar esto y salir.
La abrazó para consolarla.
Se dejo abrazar, porque lo necesitaba lo anhelaba pero siguió hablando.
-No, no me refiero a eso, tal vez eso sea un castigo justo después de todo, hablo de lo nuestro.-Alzo la mirada para buscar los ojos.-Sean, soy una mujer casada.-Y apoyo su cabeza en su regazo.
- Pero...tu...tu sientes lo mismo que yo?
Asintió ligeramente, sin querer decirlo. Después de todo era tabu.
- Entonces, cuando salgamos de aquí...nos iremos lejos....cogeré algo de dinero que tengo de la empresa y nos iremos muy lejos, ¿australia? ¿américa? allí no tendremos un pasado que nos persiga.... tengo familia en los dos sitios, ellos nos podrían ayudar a asentarnos.
Prudence alzo la cabeza para escucharle hablar con ojos embelesados y una semi sonrisa aflorando por sus labios, luchando entre sus sentimientos y lo correcto, por suerte ella solo estaba atada por su marido y trabajo y ahora que otros sabían de su verdadero trabajo con sus pacientes, hasta huir le parecía lo mas lógico.
-¡SI! Hagamoslo, cuando salgamos de aquí... cuando...-Entonces hundió su cara en el cuerpo de el y sollozo ahogando su llanto entre las ropas de su amado.-Pero no lo lograremos, la gente me quiere muerta, por lo que he hecho por lo que somos.-Alzo de nuevo la mirada, ahora llena de lagrimas.-Dime, ¿Deberíamos seguir con esto? ¿Elegir hoy otra persona?-Ella lo sabia, sabia que la única manera de salir de allí era continuar con su macabro espectáculo, pero necesitaba escuchar las palabras de aquel hombre, que sin causa o razón había robado su corazón.