Partida Rol por web

Que aquellos dos desconocidos se preocuparan por reconfortarla fue un alivio para Margaret. Se sentía sola y perdida lejos de su familia, necesitaba el apoyo que le estaban brindando.

-Gracias por comprender... Por contenerme -hizo acopio de voluntad y dejó de lado los sentimientos para dar paso a la razón, la única que podía ayudarlos a salir de allí.

-Confieso que el trma de las estatuillas y su división me tiene mortificada. Como si fuera poco con los asesinatos, nuestro anfitrión se burla de nosotros dejándonos pistas que apenas podemos dilucidar...

-Tanto la teoría de la mafia como la de las nacionalidades parece tener sentido. También el hecho de que los ayudantes del maestro de orquesta no conozcan la totalidad de la partitura y que vayan tocando al tun tun... Aunque, por lo visto, están teniendo muy buena puntería porque de los cuatro asesinados, los cuatro eran negritos... Tal vez eso sea una bendición si es que no pertenecemos a ninguno de los dos grupos... Tal vez la venganza acabe pronto y podamos volver a casa, con los nuestros.

Penny asintió con la cabeza. 

- Esta noche espero reunirme también con Wesley. Le pediré que pregunte por las nacionalidades de todos los muertos. A ver si podemos sacar algo de ahí. Eso explicaría la presencia de las banderas, como tú apuntaste, Gustave. - Hizo una pequeña pausa y frunció levemente el ceño recordando algo. 

- Pero cuando sacaste el tema delante de todos Yvette se apresuró a dejarte en evidencia intentando ridiculizarte. Tal vez por puro descaro... Pero también podría ser porque estuvieras dando en el clavo y quisiera desviar el tema hacia otro lado. Ya, ya sé que a algunos les parece de fiar, pero a mí no. ¿Por qué sabe tanto sobre quién tiene una estatua asignada y quién no? Si ni siquiera nosotros mismos lo sabemos. - Se encogió de hombros. 

- Y otro tema que me llama la atención... ¿Por qué estatuas de negritos? ¿Tendrá algo que ver con África tal vez? Podríamos intentar averiguar si algunos de los presentes han visitado ese continente o han tenido relación con él. ¿Les parece descabellado? Puedo pedirle a Wesley que pregunte también por ese tema a los difuntos.

-A esta altura cualquier hilo del que podamos tirar, tenemos que seguirlo, señorita Barrow. Sabemos que la mente que se encuentra detrás de todo esto es muy retorcida por lo que, hasta que demostremos que nuestras deducciones están erradas, tenemos que explorar todas las posibilidades. Aunque intuyo que quien nos está asesinando se tomó mucho tiempo en montar todo el escenario, así que puede ser que simplemente se trate de un intento de forzar la coincidencia con el poema que nos han dejado en las habitaciones la noche pasada.

-Para comenzar a descartar, yo no he estado en el continente africano. Aunque a mi esposo y a mí nos han dicho que las colonias son una delicia, primero por no dejar sola a su madre y luego porque nuestros hijos aún son muy pequeños, no hemos considerado embarcarnos en un viaje tan largo. ¿Ustedes ha estado allí?

Yo tampoco. Hace un año y medio intenté organizar un viaje de placer a las islas Canarias, pero al final los plazos de entrega de un escrito se me echaron encima y tuve que cancelar el viaje para quedarme escribiendo. La verdad es que, a pesar de tener ganas de volver a organizarlo, aun lo había ido dejando pasar.

¿Qué me dicen de Sudamérica? Tal vez seis sean negritos y 4 aborígenes sudamericanos las estatuillas o algo similar... En cualquier caso estoy de acuerdo que la clave para poder avanzar en estas suposiciones nos las tiene que proporcionar Wesley.

- Pues yo tampoco he estado nunca. Ni en África, ni en América. - Añadió Penny haciendo una pequeña mueca. - No sé si este cabo tendrá mucho futuro, pero se lo comentaré a Wesley igualmente... Me cuesta pensar que sea un detalle al azar. Tengo la impresión de que tanto los versos del cuadro, como la elección de las figuras deben significar algo para quien preparó todo esto.  

Gustave detuvo la marcha y sacó su reloj de bolsillo.

Señoras, a pesar de lo agradable de su compañía, se está haciendo tarde y creo que nos estamos alejando demasiado. A estas alturas seguramente se estén juntando en el salón. Quizás deberíamos regresar para unirnos a ellos y contrastar ideas. ¿les parece?

Ofrezco mi mano a Penny y le dedico una gran sonrisa. Sé que ella sabe que hubiera agradecido tener un rato a solas con ella antes de que acabara la noche, pero no era tiempo perdido, era trabajar en conjunto para conseguir salir de esa casa y conseguir más tiempo para compartir juntos.

Tras decidir entrar en la casa, para asistir a la reunión del hall, os recogéis de la humedad de la noche del mar de Devon y regresáis a la confortable mansión.