Partida Rol por web

El arma seguía girando y estaba a un cuarto de vuelta de estar apuntando hacia las escaleras. Nadia intentaba bajar de rodillas, lo más plana posible, sin quitarles los ojos de encima al arma, como si esta en cualquier momento se fuera a mover y perseguirla escaleras abajo. Mientras Vanessa seguía manipulando los controles del arma pensando en que manera podría ser la adecuada para desactivar o inutilizar el arma de manera segura.

Pero no era lo único que las amenazaba, desde la base de la torre pudieron escuchar los pasos de alguien, esta vez no lo imaginaban puesto que las dos lo habían oído. Alguien estaba en la base de la torre y no tenían otra salida posible, estaban entre la espada y la pared.

Vanessa se pone tras el arma para que si se dispara no le de y quita el pasador para quitarla del trípode antes de intentar quitar el wifi.Al escuchar los pasos apunta con el arma en esa dirección esperando ver quién aparece por allí

Hacia frío pero Sir Gustave apenas no lo sentía. Se sentía lleno de energía y 20 años más joven mientras oleadas de adrenalina recorrían su cuerpo. Había hecho una proeza, había escapado de Dark, del policía loco y había salido por la ventana haciendo rappel como si el mismísimo James Bond lo hubiera planeado.

Corrió por el cesped con un ojo en la torre y otro en el caballo que parecía estar más preocupado destrozando los cuidados setos que de perseguir a Gustave. Esperaba que en cualquier momento un haz rojo se posara sobre él y que el violento impacto de la bala de francotirador le golpeara dejando tras de si muerte y destrucción pero afortunadamente el único estruendo llegaba amortiguado desde el suelo, sus elegantes zapatos aplastando la hierba a toda velocidad,  devorando la distancia a la torre con avidez.

Con un ligero jadeo llegó a la torre y se apoyó contra la pared para recuperar el aliento aunque tuvo que silenciarlo al máximo al advertir que no estaba solo. En la parte superior de la torre había alguien a tenor de las voces que escuchaba, solo les separaba la angosta escalera de caracol.

Vanessa estaba en la parte trasera del arma por lo que llegar al pasador que la unía al trípode fue muy fácil y, con un pequeño tirón, el pasador cedió y el arma se liberó del soporte que seguía girando lentamente con su motor eléctrico emitiendo un leve zumbido.

Vanessa miró a través del visor y apuntó a las escaleras donde Nadia estaba de rodillas descendiendo mientras manipulaba los mandos. Nadia miró hacia arriba y hacia abajo preguntándose cual era su mejor opción, los sonidos que venían de la escalera o el cañón del arma empuñada por Vanessa.

Era el momento oportuno. Ahora le tocaba ser el héroe de su próxima obra. La escena era perfecta. Eso serviría de inspiración para futuras generaciones. Las páginas ya volaban en su imaginación.

Asió con fuerza el raído palo de golf y se quitó sus caros zapatos echados a perder por la carrera por el césped. Abrió bien los oídos, y comenzó su ascenso descalzo y tanteando cada peldaño para asegurarse de no hacer ruído.

Mientras, escuchaba con atención la conversación para hacerse una composición de la escena que le esperaba.

Cúando vio a Vanessa apuntarla con aquella cosa le dieron ganas de gritar como una loca, pero no sabia quien subía por las escaleras, así que se apresuró a volver a subir a gatas y quedó sentada, pegada a la pared, con las piernas recogidas y tapándose la boca para que el llanto no se escuchase apenas.

Sus ojos anegados se clavaban en la pelirroja suplicando que tuviera cuidado, pues aquellas armas las cargaba el diablo.

Vanessa le hace gestos a Nadia para que se acerque a donde ella está y se quede a su lado,fuera del alcance del arma aunque seguramente el cabrón ese haya hecho algo para que en caso de que alguien dispare el arma le estalle en la cara pero...qué se le va a hacer,de algo hay que morir y si es de ese modo al menos el dolor no durará o mejor dicho ni lo notará

Las conversaciones cesaron abruptamente en cuanto empezó a quitarse los zapatos. Quien estuviera allí arriba había reparado en su presencia seguramente a tenor de los pasos apresurados que le llegaban al otro lado de la escalera de caracol. La piedra estaba congelada y su fino calcetín, apto para el protocolo, no le protegía de los fríos escalones. Empezó a subir y la sensación de entumecimiento se apoderó de él de tobillos para abajo, podía caminar y los pies le aguantaban, pero apenas podía notar el lento avance por los escalones. No quedaba demasiado, 10 o 12 escalones y descubriría quien estaba allí arriba.

Desde la base de las escaleras escucharon un ruido de zapatos que desapareció abruptamente. Nadia se había puesto detrás de una Vanessa que apuntaba con el arma la escalera, como si de un ángel vengador se tratara o una heroína de acción de las películas.

Aguardaron unos angustiosos segundos esperando que pasara algo, Nadia intentando sofocar su llanto nervioso y Vanessa deseando que se callara cuando una sombra se recortó en la escalera, a 10 escalones de distancia, fuera lo que fuese iba directo hacia ellas.
 

La pelirroja mantuvo la posición,centrada en quién apareciese por la puerta.Si no era conocido no preguntaría,apretaría el gatillo sin dudarlo.De fondo escuchaba a Nadia aunque realmente no prestaba atención a la rubia,no en ese momento

El dedo en el gatillo aceleraba su sangre y el corazón palpitaba expectante mientras sus ojos brillaban y la comisura de sus labios se elevaban ligeramente.Una muerte,hacía tanto que no experimentaba esa sensación que la espera se le estaba haciendo eterna.Necesitaba matar a alguien,era una ansiedad que volvía tras tantos años inactiva.

Oh...si Diablo me viese en este momento qué orgulloso se sentiría

El avance por la fría piedra resulta más problemático del que había llegado a suponer. Tanto, que a mitad de camino ya se arreñiente de su decisión e incluso se plantea regresar sobre sus pasos para recuperar sus zapatos, aunque finalmente lo descarta. No está la situación para ir siendo indecisos.

Lamenta su falta de previsión de no haber cogido sus zapatos y haberlos llevado con él. Es cierto que llegar con los zapatos en una mano y un palo de golf en otra puede perder gran parte de la carga dramática ganando carga humorística, pero también es cierto que solo de pensar en tener que rehacer el tramo de escaleras descalzo para bajar se le antoja un infierno.

Nadia temblaba tras una Vanessa que apuntaba el arma hacia la escalera esperando que quien fuera acabara de subir. Supo quien era antes de verle, un par de escalones por debajo de ellas, el aroma de su colonia le había delatado, el que subía por esas escaleras era Sir Gustave. El motivo por el que estaba subiendo la escalera sin hacer ningún ruido por haberse quitado los zapatos era una incógnita.

El arma cada vez pesaba más en los brazos de Vanessa pero no pensaba aflojar, no cuando una sombra se recortaba en la escalera de caracol acercándose de forma sigilosa a ellas. Tras Vanessa, Nadia seguía hecha un ovillo, esperando a ser rescatada de nuevo, incapaz de nada que no fuera lloriquear y proteger a su hija no nacida.

Sir Gustave subía por las escaleras sin zapatos para no hacer ruido aunque a mitad de ascensión se dio cuenta que había sido detectado, pero aunque supieran que allí había alguien no tenían porque saber donde estaba o cuanto le faltaba para llegar. Sir Gustave pudo ver con frustración como su sombra delataba su presencia debido a que la iluminación la proyectaba escaleras arriba y junto el palo de golf al cuerpo para que no se proyectara en el muro. Cuando faltaban 5 escalones por subir, aun fuera de la vista de quien estuviera encima saltó y blandió el palo de golf para encontrarse a Vanessa apuntándole con el arma automática que había ido a buscar. La distancia era de poco más de 2 metros y el espacio para esquivar el posible disparo inexistente y a esa distancia se quedaron los dos enfrentando sus miradas, Sir Gustave con su palo de golf, Vanessa con su rifle de francotirador.

- Gracias a Dios - dijo la rubia mientras apoyaba aliviada la cabeza en el muro que sostenia su espalda, como si estuviera agotada de tanto llorar y de tener miedo. Las lágrimas se fueron secando en sus mejillas y su respiración se normalizó. Como no salieran pronto de allí le iba a dar un infarto en cualquier momento. Sentía el frio morderle la piel y la humedad de la sangre que cubría su vestido y parte de sus brazos no ayudaban, pero en esos momentos era un alivio ese frescor.

Luego fijó su vista en Gustave y después en Vanessa - ¿Qué hacemos ahora? - musitó

Gustave bajó el raído palo de Golf al ver que allí sólo se encontraban las dos mujeres.

En realidad, su aspecto era ridículo en calcetines, sudoroso por la tensión y armado con un viejo palo de golf con aspecto de haber tenido mejores épocas.

Así que son ustedes. ¿Dónde está el jardinero? Vi que salió de la casa con ustedes hace ya no sé ni cuanto.

Se recompuso y asegurando por segunda vez que estaban solas, se relajó del todo.

Por favor, señorita, baje el arma. Creo que he encontrado a Dark. Pero para poder enseñárselo tengo que sacar algo del bolsillo y no quieeo que piense que es un arma. Aunque si lo fuera no llevaría este estúpido palo.

Durante un momento Vanessa estrechó los ojos al ver a Gustave,aún reticente en bajar el arma a pesar de sus palabras aunque finalmente lo hizo pero si soltarla,apuntando al suelo

-"Carl ha muerto,el arma fue dirigida por wifi y le disparó,hay un vídeo.Y Greg también ha muerto,había una trampa,un pesado muñeco que hizo que el caballo le coceara en la cabeza.No pudimos hacer nada por él"-le explica al hombre mientras se acerca un poco para ver lo que él tiene que enseñarles

La noticia de la muerte de Greg pilló por sorpresa a Gustave, que sacó lo que tenía que enseñarles con más lentitud de la planeada.

Una lentitud fruto del desconcierto. Aquello no era lo esperado y la pregunta que siguió sonó ridícula, pero cobraría sentido con la evidencia encontrada.

¿Cómo que ha muerto? ¿Estás segura?

Efectivamente era una pregunta estúpida.

Lo que acompañó a aquella pregunta fue la mano de Gustave introduciéndose en el bolsillo interior de la chaqueta para sacar de su interior el carrete de negativos de la cámara de fotos analógica que había guardado a buen recaudo.

Tendió el carrete de negativos a la mujer. Aquel objeto hablaba por sí solo, así que no dijo nada más. No por hacerse el interesante, si no porque estaba muy ocupado estando desconcertado por la noticia.

Al contraluz, aquel carrete contenía el negativo de una imagen con fecha de 10 años atrás. Y aquella imagen contenía algo bastante esclarecedor.

Mientras las mujeres observaban aquello, Gustave recuperó el sentido hasta cierto punto y les habló del negativo.

Greg nos había dicho que entró a trabajar para Dark 6 meses atrás. Hemmens nos había dicho que ella entrevistó al personal personalmente y que tan solo hacía 6 meses que había vuelto a esta casa pero que era la niñera de Dark desde su infancia. La imagen de hace 10 años es de Greg y la señora Hemmens. ¿Cómo podían siquiera conocerse si Greg no había empezado a trabajar para Dark hasta recientemente y Hemmens llevaba trabajando para él toda la vida?

Aunque si Hemmens y Greg están muertos...

No dijo más. La imagen se correspondía con la descripción echa por el escritor.

Conseguí abrir la habitación de Dark introduciendo la fecha del cuadro de su hermano que encontré en la habitación de Hemmens. Ya saben que alguien había trucado el lector de huellas para que reconociera las mías como las de Dark incluso si por edad es imposible que yo lo sea. Entré y Carl empezó a chilla. El señor Nate Wallace corrió hacia mi con la pistola en la mano a pesar de que tanto Carl como Wallace fueron testigos de como conseguía la combinación. Así que me encerré dentro. Allí dentro había una escopeta apuntando a la puerta y también unas pantallas para monitorizar la casa, aunque también estaban controladas en remoto porque se encendían y apagaban a voluntad de alguien. Nate Wallace hizo guardia en la puerta intentando dispararme, yo le previne de la escopeta que apuntaba en su dirección. Él me ignoró. Después se fue la luz y finalmente Wallace se cansó y se fue. Mientras estuve encerrado vi lo que sucedía por las cámaras, incluyendo al joven Wallace yendo a su cuarto a jugar un solitario, a la señorita Colette morir asfixiada delante del mayordomo y a Nate Wallace irse abajo. A ustedes las vi a través de la ventana caminando por el jardín con Greg aunque no recuerdo si fue antes o después del apagón. También vi el restallido luminoso del disparo que hizo esa cosa desde aquí. - Dijo señalando el rifle - Además de oirlo, claro. Cuando Nate se fue y ya era seguro manipularla, intenté desactivar la trampa de la escopeta sin éxito y esta se detonó reventando la puerta. Fui al trastero y encontré la cámara que contenía esto, el palo de golf y una cuerda larga. Salí con intención de bajar para ver qué habia ocurrido con el disparo del rifle cuando oí una nueva detonación de un arma y gritos de dolor de Nate Wallace. El sonido fue como si el arma estuviese obstruida y en lugar de disparar le explotase en la mano a Nate. Pensé que si Nate había intentado disparar era que allí abajo estaban perdiendo la cordura y Nate Wallace me habia prometido matarme cuando me volviera a ver por haber conseguido entrar en la habitación de Dark y encerrarme dentro (yo le dije que si se deshacía del arma le abriría pero no quiso). Total que usé la cuerda del trastero para descolgarme por la ventana hasta el suelo y después vine aquí. Escuché ruido de voces y como no habia vuelto a verlas a ustedes ni al jardinero, pensé en acercarme sigilosamente y noquearle, porque en un cara a cara poco tendría por hacer contra él. Y más o menos, eso es todo. Creo que no me he dejado nada relevante.

Se quedó meditando un rato.

El caso es que si Greg no es el señor Dark...

De pronto tuvo una revelación.

¡Claro! ¡Qué estúpido he sido! Déjeme ver de nuevo ese negativo

Recuperó con gentileza el objeto y lo observó con detenimiento buscando algo. Alguna pista sobre alguien muy concreto de la foto...

En esta foto hay 3 personas. Hemmens, Greg... ¡y el fotógrafo! ¡El señor Dark tiene que ser quien sacó la foto!