Partida Rol por web

La bodega era una habitación larga y laberíntica donde las barricas y las estanterías de madera repletas de caldos y licores de distinta añada abarrotaban las paredes. La distribución de la habitación es en forma de 0 de los que aparecen en los dispositivos digitales, con el centro de la O repleto de estanterías con pequeños pasadizos para pasar entre una pared y otra.  La estancia no tiene ventanas y es seca para favorecer el estado de conservación de las botellas y la  tenue iluminación artificial proviene del techo en forma de unos fluorescentes que emiten una luz verdosa y que se encienden al detectar el movimiento.

La bodega tiene dos accesos. La puerta junto a la planta baja del vestíbulo y una escalera que lleva a la cocina. La escalera en la que perdió la vida Felicity.

La extraña comitiva encabezada por la señora Hemens llegó a las escaleras del vestíbulo en silencio, intentando procesar todo lo que había ocurrido en la sala de estar. El paso titubeante de la anciana contrastaba con sus formas totalitarias, como si fuera una dictadora con los pies de barro a la que solo sostuviera el gigantesco y no demasiado inteligente jardinero.

Con extremo cuidado y, afortunadamente, sin ningún nuevo sonido emitido por la escalera llegaron al sótano. Desde allí se podía ver una pesada puerta de roble, que tenía dos agujeros por los que pasar un candado y bloquear la puerta y que daba acceso que daba acceso a la bodega.

Al abrir la puerta les sorprendió lo ordenado que era todo y la ausencia total del polvo que se esperaría en un sótano. Todo estaba impoluto y a pesar de la pobre iluminación se intuía la gran fortuna en vino, champange y distintos licores que se encontraba allí abajo, no solo por calidad sino también por cantidad. La señora Hemmens se giró y les dijo

"La bodega  consta de 2 rectas con 6 pasillos que las unen, lo mejor es separarse. Si alguno de ustedes tiene miedo es mejor que se quede en la entrada" Dicho eso le hizo una pequeña señal a Greg y empezaron a investigar por el pasillo izquierdo.

-Nueve negritos bajaron a una bodega -murmuró Hallard, tratando de disimular su nerviosismo de solo pensar que en aquella misma bodega había perdido la vida Felicity Kramer, la reputada periodista.

Escuchó con recelo las palabras de Miss Hemmens, mientras su mente divagaba acerca de las ingeniosas muertes que el señor Dark podía tener preparadas para asesinarles en una estancia como aquella.

-Deberíamos separarnos en, al menos, grupos de tres -sugirió, pensativo-. Así nadie se quedaría totalmente solo junto con el posible señor Dark espectador de todo. -Mientras una idea se le venía a la mente, se giró hacia Carl, intrigado-: A todo esto, señor Vincent, ¿qué piensa sobre Sir Cavanough? Apuesto que, tras estar los dos solos, usted ha podido generar una opinión sobre el comportamiento de nuestro ilustre escritor.

La señora Hemmens se volvió con una sonrisa sádica esperando a ver cual podría ser la respuesta de Carl. La opinión que tenía ella de Sir Gustave estaba muy clara después de lo que había pasado en el segundo piso y esperaba ver si Carl la compartía, la elección más sensata ante aquel vengativo ser, o prefería ganarse una nueva enemiga.

Mientras contestaba le dijo a John "No es mala idea, tres por la izquierda y tres por la derecha y tres en la puerta para que nadie pueda escapar. Les parece bien?. Escojan ustedes los grupos y por donde irán sino siempre dirán que los maté yo o que murieron por mi culpa"

- Yo me quedo en la puerta - dijo pasandose la mano por el pelo con cierto nerviosismo para luego alejarse un poquito de la puerta. Alzó la mirada al techo a ver si había algo que colgase para en ese caso evitar estar justo debajo. Luego hizo lo mismo con el suelo. Antes de pisar de firme, tanteaba con sus pies enfundados en las comodas manoletinas.

Su madre siempre le decía “en boca cerrada no entran moscas”, manteniendo su silencio desde que llegaron a la sala de estar, simplemente escuchando con tal de no llamar demasiado la atención, esperando únicamente saber el destino del arma.

Bajó a la bodega de los últimos, quedándose en los primeros escalones como un dejavú de las escaleras principales. ¿También tendrán pitidos? ¿Explotarán y nos quedaremos sepultados aquí abajo? ¿Por eso falleció Felicity? – Esperó a que todos y cada uno de ellos bajaran, más por si sonaba que no le llegara la onda expansiva antes que por precaución, decidiendo después tras pasar unos segundos encaminarse por los escalones. Las suelas de sus zapatos le jugaron malas pasadas, resonando en los escalones y creyendo que eran nuevos pitidos, haciendo que bajara más rápido, prácticamente saltando los últimos con tal de sobrevivir.

No llego a los 40. No llego.- Con una mano en el corazón y una gota de sudor descendiendo por su frente, se incorporó justo cuando estaban decidiendo separarse de nuevo.

- Me quedaré en la puerta también.- Estaba asustado, era evidente. Otra división, otra elección, y posiblemente otra muerte. Prefería quedarse en la retaguardia custodiando la salida y protegiendo a su grupo.- Tened cuidado. Pegad un grito si pasa algo.

Miró a la embarazada y luego a Wallace y asintió

-"Me quedo también"-la verdad es que eran dos personas con las que se llevaba bien y desde luego no pensaba ir ni con la Vieja Loca ni con el Borrachuzo

Además estaba cansada,no habían parado de ir de acá para allá desde que llegaron y encima en tacones y ella no era una mujer acostumbrada a andar tanto,necesitaba parar un poco

La Señora Hemmens se había convertido en el centro del universo de Nate. Cómo si aquel revólver fuera una zanahoria, y él el asno que la persigue.

- Iré con usted, si le parece.

Los grupos se iban formando y, por suerte para Hallard, el detective Wallace había decidido acompañar a Miss Hemmens y a Greg, lo que le dejaba Dylan O'Brien y Carl Vincent como únicos compañeros.

-Perfecto -murmuró, pensativo-. Tomaré el camino de la izquierda. O'Brien, Vincent, vengan conmigo. No es seguro que nos movamos en solitario o por parejas. Dark podría ser cualquiera.

El chico quiso elegir la puerta, cuando Vannesa, Bullock y Nadia ya lo habían elegido. Luego miro con cierto escalofrío a Nate, pensando en que quizás la casualidad lo emparejase con él.

Pero para su suerte, Nate decidió ir con Hemmens y el jardinero, y Hallard lo nombraba a él. El chico asintió y empezó a andar junto con el resto del grupo por su camino a la izquierda y dijo sin volverse.- Si pasa algo, gritad el nombre del causante... será más revelador que sólo gritar.

Iba a empezar a andar cuando pensó en algo y dijo refierendose a Miss Hemmens.- Señora Hemmens... ¿Pero que es lo que buscamos?.

Según mi opinión, cualquiera de los allí presentes podría ser el causante de nuestras desdichas (aunque tenía más sospechas de unos que de otros) por lo que me daba igual el grupo con el que me tocase ir, por lo tanto me abstuve de decidir y dejé que fuese el resto el que decidiese por mí. 

Me encaminé tras el señor Hallard y el joven Dylan sin dejar de mirar a mi alrededor buscando cualquier cosa que pudiese desentonar en la ordenada bodega, cuando Dylan se giró para hacerle la pregunta a la señora Hemmens.

Me paro también a esperar su respuesta pero no tengo fe en que ella sepa más que nosotros en este sentido, aunque está claro, al menos para mí, que ella no es un objetivo

La señora Hemmens miró a Dylan como si fuera más lento de entendederas que Greg, hasta Greg se giró a mirar a Dylan con una expresión dubitativa, intentando calibrar si el muchacho estaba bromeando o le estaba tomando el pelo. Con un bufido la señora Hemmens dijo

"Buscamos al señor Dark, o cualquier pista que pueda llevar a él. Si lo atrapamos podremos escapar. La única manera de escapar es vencerle en su juego. Abran los ojos, cualquier cosa inusual puede ser importante... señores Carter y Wallace, por favor, tengan la bondad de seguirme"

La señora Hemmens se encaminó por el ramal de la derecha, iluminándose las luces según iban avanzando.

Dylan, Carl y John avanzaron por el pasillo izquierdo con infinita cautela mientras las luces se iban encendiendo y apagando según su avance. Estaban a punto de llegar al otro extremo cuando algo les llamó la atención. En el suelo había una gran trampilla con una argolla oxidada por la que podría caber una persona y junto a ella un charco de líquido enorme, un líquido que no tenía explicación puesto que no se veían goteras ni filtraciones que pudieran haber llevado ese charco hasta allí.

Estaban por revisar el contenido cuando la conocida voz del señor Dark les trajo otro macabro anuncio. Alguien había muerto, o al menos eso decía aquel demente.

https://drive.google.com/open?id=11lS-lKaEZf1aDmRLe9eb8lH1t59esTYq

La señora Hemmens al frente de Greg y Nate avanzaron por el pasillo derecho. Las luces del techo estaban programadas para que cada dos metros se encendiera una luz y se apagara la siguiente para dejar la bodega en penumbra siempre que fuera posible, una penumbra que en ese caso no escondía a nadie.

Aliviados por no encontrarse con ningún problema escucharon una voz que habían empezado a odiar a través de los conductos del aire, la voz del señor Dark anunciando una nueva muerte.

https://drive.google.com/open?id=11lS-lKaEZf1aDmRLe9eb8lH1t59esTYq

Ambos grupos empezaron a caminar en paralelo mientras las luces de cada pasillo se iban encendiendo y apagando automáticamente como si estuvieran bailando algún tipo de ballet. En pocos segundos perdieron visibilidad de los grupos cuando de pronto la voz del señor Dark se coló por los conductos de ventilación anunciando otra muerte, la muerte de otro de ellos, ya solo quedaban 13.

https://drive.google.com/open?id=11lS-lKaEZf1aDmRLe9eb8lH1t59esTYq

- Oh no, uno más... - miro el charco del suelo intentando averiguar si se trata de agua o de alguna botella que se pueda haber roto. 

- ¿Ha dicho que se ahogó? Me huelo que este líquido y esta trampilla han de tener algo que ver.

Me agacho para examinar el líquido y de paso pruebo a ver si la trampilla se abre o no.

Hallard carraspeó al reparar en aquel enorme charco que tenía ante ellos. Le generaba una mala impresión, y lo peor de todo es que el señor Dark había anunciado de nuevo que alguien más había muerto. Esta vez, fuera quien fuera, se había ahogado.

-No sé si ese líquido y la trampilla pueda tener algo que ver -dijo el británico, pensativo.

Colocó los brazos sobre los hombros de Dylan y le indicó que retrocediera un par de pasos mientras que Vincent procedía a examinar el líquido y comprobar si la trampilla podía abrirse o no.

-En cualquier caso, es mejor que no se arriesgue a abrir esa trampilla sin ayuda -le indicó Hallard, con nerviosismo-. Ya lo sabe, hay trampas... Mejor deje que se encargue el jardinero. -Acto seguido, el empresario comenzó a gritar-: ¡Hemmens, Carter, Wallace! ¡Por aquí! ¡Hemos encontrado algo!

- ¡Maldita sea!... volvamos con el resto... - Miró a  Hemmens con súplica - Déme el maldito revólver Hemmens... no vale la pena que haya más muertos. Daremos con ese hijo de perra... 

Mientras en su cabeza intentaba descifrar la teoría de Dylan... ¿cual de aquellos extraños invitados estaba alojado en una habitación que tuviera que ver con el mar o con agua?.... 

Desde ambos pasillos les llegó una cacofonía de voces difícil de interpretar. Les parecío escuchar la voz de la señora Hemmens y de Nate del pasillo derecho mientras que John y Carl hablaban en el pasillo izquierdo. Su posición no les permitía ver ni oír nada pero si se movían corrían el riesgo de que quien pudiera estar allí se escapara.

Poco después escucharon la voz de John que llamaba a sus compañeros

"¡Hemmens, Carter, Wallace! ¡Por aquí! ¡Hemos encontrado algo!"