Partida Rol por web

Hemmens suspiró con resignación mientras decía entre dientes

"Estúpida, hará que la maten, en que estaría pensando?, embarazada y queriendo hacerse la heroína, increíble..."

Tras considerarlo un momento le dijo a Greg "Señor Carter, por favor, cuide de la señora Stinson, no se preocupe, aquí los caballeros cuidarán de mi". El gigante la mira con los ojos muy abiertos y con una expresión dubitativa en su rostro pero acaba cediendo y se marcha por la escalera mirando hacia atrás, esperando un ataque de alguno de esos invitados asesinos sobre su patrona.

Con una sonrisa en los labios dijo "Empezaremos con la habitación de las señoritas, tengo ganas de saber de donde sacó ese zorrón ese perfume tan caro..a no ser que tenga alguna sugerencia de por donde empezar. Caballeros?"

Podía ser deliberado o fruto de una educación anticuada pero no parecía que la opinión de Vanessa la fuera a tener demasiado en cuenta.

No le gustaba Greg, siendo prácticamente cuestión de celos. El armario empotrado que suponía el hombre en comparación con el bicho palo que era Wallace le añadía más inseguridades de las que ya de por sí tenía, sabiendo que él nunca podría ganarse la confianza de protección sobre el resto, pero al conocer que sería él quien se encargara de proteger a la embarazada fue un peso que le quitó de encima. Confiaba más en Greg, con quien no había intercambiado ni una palabra, que en el policía resacoso que deseaba tener a mano su pistola.

Se apartó del camino para que pudiera pasar, escuchando que el destino sería las habitaciones de las señoritas. Pensó en los invitados, mirando a Vanessa al pensar que sería la suya la primera puesto que ya habían estado en la de Stinson, Stein estaba recluida sin posibilidad de entrar y Kramer… Seguía sintiendo lástima por su repentina muerte, cambiando el peso de sus pies al estar triste y nervioso a la vez.

tengo ganas de saber de donde sacó ese zorrón ese perfume tan caro..

No necesitó decir el nombre para saber a quién se refería, notándose en sus mejillas encendidas y una repentina tos que pareció inundarle. Cruzó los brazos recordando el contacto con la pelirroja y cómo jugaba con él sin miramientos, sabiendo que posiblemente moriría antes de un ataque cardiaco que por las siniestras manos de Dark.

- Cr-creo que será mejor empezar por la suya, señora Hemmens.- Se frotó la nuca e intentó sonreír, pero a cada movimiento que hacía se le notaba más nervioso y encendido.- Si Dark nos ha dejado un “regalo” a nosotros, no me extrañaría que también tuviera algo preparado para los empleados. Creo que es mejor asegurarnos de que duerme en una habitación segura, sin mensajes ni trampas de ningún tipo.

Ignorando a Hemmens espera a que el resto decidan.Si puede evitarlo no cruzará palabra con esa cosa humanoide que se hace llamar Hemmens ¿Podría ser que un alienígena se hubiera metido en ella y por eso se comportara como una maldita hija de puta?No,no,eso era improbable,sencillamente la Vieja era una amargada de la vida que quería joder la vida a los demás

Con una sonrisa vio cómo Wallace se ponía colorado ante la mención de la camarera putita.Oh,sí,ese hombre tenía algún problema con las mujeres,estaba segura

Vio llegar al resto con alivio y esperó a ver qué decidían para seguirles a todos

Hemmens se encogió de hombros y sonrió despreocupada

"Mi habitación no está en esta planta sino en la principal, junto a la cocina. La inspección no será demasiado exhaustiva si van saltando de planta en planta pero si es lo que desean eso es lo que haremos"

Si le importaba lo más mínimo que su habitación fuera inspeccionada lo ocultó magistralmente. Actuaba como si todo aquello fuera normal y tuviera control sobre ello, aunque no lo tuviera, al menos en apariencia.

-Esta mujer es tonta -dijo Hallard, refiriéndose a Nadia, con absoluta acidez. Mientras lo decía, observó sus limpias uñas, buscando un ápice de suciedad bajo ellas-. Le dicen que un psicópata va a asesinarla, comprueba que hay trampas por toda la casa, ¿y no tiene otra cosa que hacer que marcharse sola? -Suspiró, resignado-. Si sale de esta con vida, que lo dudo, espero que la niña salga al padre.

-Encontramos una trampilla cerrada y un líquido que resultó ser agua de mar -le respondió a Bullocks, queriendo compartir la información obtenida-. Es una indirecta al señor Vincent, que tiene miedo al mar. Del mismo modo que le dejaron un osito de peluche con un cuchillo en el vientre a Nadia en su habitación. Una provocación.

El británico escucho las palabras de Miss Hemmens, quien ahora proponía que fueran a revisar las habitaciones y, tras la sugerencia de Bullocks, iban a comenzar por revisar la habitación de la institutriz.

-Sea la que sea la habitación que revisemos, no se separen. No necesitamos más héroes -fue lo único que dijo, pensativo.

Escuchaba como Nadia había ido tras el gran policía atormentado, y negó con la cabeza y dijo.- Su obsesión por los prototipos justicieros y no ver la realidad van a acabar con esa mujer.

No le importa los posibles trastornos del "Gran Nate", mientras sea policía para ella sea fiable... sin decir los peligros de esta casa. Pero si ella quiere correr en busca de la muerte, yo no voy a correr tras ella para frenarla, muchas veces los más perjudicados son aquellos que intentan salvar al resto por obligación punitiva y no por sentido común.

Escuchó cuál sería la siguiente habitación y dijo con cierta pregunta.- ¿A quién se refiere con lo de "zorrón y perfume caro"?.- Miró al resto y dijo.- Parece que la gentil ama de llaves, de gran disciplina y normativa, se la pasa por el forro cuando se refiere a hurgar entre nuestras cosas...

Negó con la cabeza y dijo.- Me da igual el orden mientras podamos nosotros hurgar alguna vez entre sus cosas también... os seguiré a donde decidaís.- Dijo esto último dirigiéndose más a Hallard que a la propia Hemmens.

La señora Hemmens les miró desdeñosa a ambos hombres mientras les decía

"La señorita Stinson tiene más pelotas que cualquiera de ustedes, incluso de ambos juntos. Tienen miedo de morir? Tan importante es su vida? Usted, por ejemplo" dijo mirando a Dylan "por qué cree que sus padres le envían lejos cada vez que pueden? Por lo mucho que le quieren? Soy disciplinada pero llamo a las cosas por su nombre, los invitados son todos señores o caballeros, aunque haya algunos que no merezcan tal apelativo, el servicio es el servicio, y cada cosa tiene su nombre. Oh, no me diga que está interesado en ella? jijijiji, será como una lucha entre un corderito y un lobo. Cuanto menos interesante. Esta bien, pueden acceder a mi habitación, planta baja, junto a la cocina yo iré a coordinar la cena a la cocina. Así pueden hurgar mis cosas a gusto..."

La señora Hemmens se acercó al vestíbulo y pulso el botón de llamada del ascensor mientras con una sonrisa cínica les decía

"Alguno desea subir conmigo?"

-Voy con usted -dijo Hallard, aproximándose a Hemmens y esperando a que descendiera el ascensor. Dirigió una mirada a sus cuatro compañeros-. Vengan también uno o dos de ustedes. Teniendo en cuenta lo creativo que es Dark, puede que también tenga alguna trampa reservada para al ascensor, igual que en esas malditas escaleras lllenas de minas que explotarán en algún momento. Aunque por ahora, parece más seguro.

Dylan no lo dudo ni un segundo, y ante la invitación de Hemmens y la siguiente de Hallard, entró en el ascensor y dijo mirando a Hemmens por si había intentado hacerle daño con lo de sus padres.- En respuesta a su pregunta, creo que lo hacen, porque tanto ellos como yo, preferimos la distancia... Ni ellos soportan mi cara, ni yo sus presencias.

Somos familia, pero eso no quiere decir que necesitemos estar como las rémoras.

Miro al resto fuera del ascensor y dijo.- ¿Alguno más?

La reprimenda del sargento Hemmens le cayó como un jarro de agua fría sin entender muy bien qué había hecho mal, ya que a pesar de estar cagado como ningún otro de los invitados siempre intentaba proteger al resto.

Como un niño pequeño, intentó mascullar un “lo siento” pero al final quedó en una bajada de ojos avergonzada y hombros tensos, esperando que así su enfado disminuyera aunque fuera un poco.

Miró a Vanesa, quien sabía los roces que tenía y dudaba que fuera con ella, aunque imaginaba que el hecho de inspeccionar la habitación de su “enemiga declarada” la alegría.

- Señorita Hemmens, si me permite iré con usted a la cocina.- Varios ya iban a la habitación, no veía necesidad de ir también.- Cuantos más estén con usted, más segura estará. O eso espero.- Una sincera sonrisa tímida, aplastada con la severidad de su mirada.- Subiré por aquí.- Señaló las escaleras, más porque el ascensor iba lleno que por temor en esta ocasión.- Tengan cuidado.

El ascensor llegó al sótano y la señora Hemmens, Dylan y John subieron en él mientras Wallace elegía la escaleras. El ascensor empezó a subir cansinamente mientras Wallace subía vigorosamente por la escalera, preguntándose si algún pitido de mina haría que sus nervios se tensaran como hilos de pescar después de que un pez bien gordo picara.

Carl y Vanessa se quedaron en la bodega, incapaces de elegir la mejor de las opciones, la que menos riesgos les pudiera reportar.

Me quedo mirando como las puertas del ascensor se cierran ante mí aún actuando como un autómata después que me viese claramente como la siguiente víctima, pero en cierta forma las palabras de mis compañeros me calman un poco y cuando me doy cuenta me he quedado solo en la bodega. Sin pensarlo más, comienzo a subir los escalones intentando alcanzar a Wallace, el único que había decidido no usar el ascensor.

Carl salió de su ensueño en cuanto vio las puertas del ascensor cerrarse, así que empezó a subir trabajosamente por las escaleras en dirección a la habitación de la señora Hemmens. La sensación de que estaba pasando algo por alto era cada vez más acuciante, de que algo no estaba bien, que el peligro estaba más cerca que nunca.

Mientras Vanessa seguía mirando la puerta del ascensor con una sonrisa extraña. Solo Dios podía saber en que estaría pensando.

-"Eh,esperad"-exclama corriendo en pos de los dos hombres.De ningún modo quería quedarse a solas allí abajo

-Maldición, Vanessa tienes que dejar de soñar despierta-piensa mientras alcanza a Carl que había empezado a subir también

-"¿Va usted al cuarto de Hemmens?"-pregunta al orondo hombre mientras mira la espalda de Wallace

Vanessa empezó a subir las escaleras de forma apresurada mientras Diablo la seguía caminando despacio desde abajo, riéndose mientras le gritaba

"Oh sí, me gusta cuando mueves ese culo, por ese culo mataré a uno de ellos, quieres a la vieja? al putón? vamos Vanessa, dame uno, tengo hambre y ya sabes que me pongo de mal genio cuando no como"

Mientras Vanessa dio caza a Carl. Aquel hombre estaba tan gordo que pensó que moriría del infarto y le ahorraría el esfuerzo a Dark. En la habitación de la señora Hemmens estaban casi todos ellos, pero no había rastro ni de John, ni de Dylan ni de la señora Hemmens a pesar de haber utilizado el ascensor antes de ella.