Partida Rol por web

El ascenso a la segunda planta se hizo sin mayor contratiempo, sin pitidos, ni explosiones ni trampa alguna. La habitación de Dark no tenía perdida, justo tras el vestíbulo se extendía la gran habitación, del tamaño de 3 o 4 de las ya de por si grandes habitaciones de huéspedes. Solo tenía una puerta, protegida por un código numérico y con un lector de huellas digitales.

Unos segundos después de que Carl y Sir Gustave se plantaran ante la puerta llegó Nate.

Me quedo mirando la cerradura...

- ¿Alguna idea? - pregunto - Si obligasemos a todos los invitados a poner el dedo podríamos saber si el señor Dark está oculto entre nosotros... - digo medio en serio, medio en broma.

- Ahora mismo no veo la forma de acceder - Me aparto para dejar espacio a mis compañeros

Podríamos forzar la cerradura. - Dice con poca esperanza.

Después pone su huella en el lector.

También necesitaríamos un código. Apuesto a que Hemmens dice no saber abrirlo y como no tiene sentido ninguno que esto esté instalado desde los 8 años del señor Dark (teoricamente y según ella, la última vez que él estuvo aquí) porque ni siquiera se abriría con la huella actual, este lector es prueba suficiente de que miente y de que yo tenía razón.

Se recupera y se gira a los dos hombres.

Mis desconfianzas se centran en el jardinero. Creo que finge ser estúpido. De todos modos, el mayordomo aunque no sea el señor Dark estoy seguro de que es peligroso. ¿Han visto como le mira la cocinera? ¿ese miedo en sus ojos? Ella lo niega pero creo que ambos son los señores Stewart que mencionaba la voz y que él le atemoriza porque la domina, bien siendo su padre, su hermano o su marido.

En cuanto Sir Gustave introdujo su dedo en el lector de huellas este emitió un breve pitido y la luz del lector se tornó de color verde mientras una voz femenina computerizada decía

"Bienvenido, señor Dark. Introduzca su código para acceder a su habitación"

Curioso. Por favor, ¿podría alguno de ustedes poner aquí su dedo?

Cuando veo que la cerradura reconoce a Gustave como señor Dark me sobresalto tanto que no puedo dejar de mirarle boquiabierto.

- Espero que a mi también me salude, porque si no, creo que tiene un problema...

digo mientras introduzco asímismo mi dedo en el lector...

Más bien tendría dos problemas, y el más grave sería mi absoluta y total falta de cerebro

Carl Aaron puso su dedo en el cristal lector de huellas y este cambió del color verde al rojo siendo acompañado por un pitido menos agradable que el anterior. La voz computerizada no habló y la puerta se mantuvo cerrada a cal y canto.

Vaya por dios. Bueno, supongo que deberé defenderme de esta trampa, pero al menos aprovechemos para entrar. Por favor, señor Wallace, indíqueme diez números al azar.

Pongo el dedo de nuevo en el lector

Demasiado fácil - pensó Nate - El 4 - dijo con naturalidad mientras se colocaba justo de tras de "Gustave" por si hiciera falta noquearle.

Pulso varias veces el 4 haciendo una breve pausa entre dígito y dígito

Cada pulsación del número 4 era respondida de un pequeño pitido, del mismo tono exacto,  por la cerradura de la puerta. Al introducir el último la puerta la puerta se quedó en silencio. Faltaba algo? El código era más largo? El código era incorrecto?.

Pulso el botón verde y giro la manilla

Sir Gustave volvió a poner el dedo sobre el cristal y se volvió a poner de color verde mientras la voz computerizada le volvía a reconocer como el señor Dark

"Bienvenido, señor Dark. Introduzca su código para acceder a su habitación"

Sin prestar atención al mensaje giró la manecilla de la puerta hasta llegar a su tope inferior y empujó la puerta sin conseguir abrirla. Parecía que aquella puerta no se abriría sin introducir un código, o que el dedo en cuestión no era el dedo adecuado.

Dedo huella 0 0 0 0 abrir.

Pienso un instante, calculo con los tiempos que ha dado la señora Hemmens: 8 años + el tiempo que hace que no ve a Dark y pruebo de nuevo introduciendo la fecha de nacimiento como código.

Pruebo una tercera vez con 1 2 3 4

Una cuarta vez con mi año de nacimiento.

Una quinta vez con 4 números aleatorios.*

Luego desisto

La puerta permanece impasible a los intentos de Sir Gustave por abrirla. Cuando llega al quinto intento del otro lado de la puerta empieza a aullar el sonido enloquecedor de una alarma, que por la intensidad de su sonido parecía seguro que sería audible en el último rincón de la isla.

Cuando empieza a aullar la alarma primero me sobresalto pero a continuación me sale una sonrisa sardónica...

- A ver si hay suerte y aparece la policía para sacarnos de aquí... La alarma da igual, ya no nos pueden hacer algo peor de lo que ya están haciendo. Lo que temo es que se haya bloqueado la puerta... ¿Los números 1 y 6 que faltaban en el reloj no tendrían algo que ver con el código? - pregunto con muy poca fe en mi razonamiento

- Demasiadas aventuras gráficas de niño...

El aullido de la alarma fue respondido por una iracunda Miss Hemmens que ,en su rabia, se había olvidado del dolor de sus piernas y había subido por la escalera para encontrarse con los causantes de aquel ruido. Su mirada acerada, sus ojos estrechos y su boca apretada en un rictus de indignación no presagiaban nada bueno

"Veo que se nos han colado ladrones en la casa, un empresario, un lord inglés y.... un policía. Debería estar avergonzado señor Wallace, del falso caballero Cavanough no podía esperarse demasiado, los caballeros no son lo que eran antes, pero usted es un servidor de la ley." dijo apretando los labios "Tienen suerte de que estemos incomunicados pero si no se marchan de aquí ahora mismo yo misma les denunciaré a las autoridades..."

La señora Hemmens se fue hacia el hueco de las escaleras y empezó a gritar

"SEÑOR CARTER, AL SEGUNDO PISO, YA!" mientras musitaba entre dientes _{"Si es que es capaz de contar hasta 2 y llegar hasta aquí....}"

La rabia de Hemmens no había hecho más que empezar mientras los pesados pasos de Greg resonaban en la escalera junto a dos familiares pitidos espaciados en el tiempo.

Espero a que llegue Greg a lo alto y cuando haya un momento de silencio no llenado por la verborrea de la bruja, pongo el dedo en el lector y miro a los empleados de la casa estudiando su reacción.

Greg apareció en el pasillo pálido como si hubiera visto un fantasma y con las manos puestas en las orejas como haría un niño al escuchar una moto demasiado revolucionada.

"Señora Hemmens, me ha llamado....Que ocurre?"  -dijo el jardinero sin atreverse a mirarla

La mirada de la mujer no se dulcificó lo más mínimo al ver a su subordinado y la voz se hizo más autoritaria, exigiendo, más que pidiendo, obediencia absoluta e inmediata

"Los señores han intentado entrar en la habitación del señor Dark y han hecho saltar la alarma. Si nuestro mayordomo no se retrasa en 5 minutos será la hora del té, escóltelos a la sala de estar" - le dijo la ama de llaves sin darle opción a réplica

Entonces Sir Gustave puso el dedo de nuevo en el cristal y la puerta le volvió a reconocer como el inquilino mientras el graznido de la alarma cesaba. Sir Gustave estudió los rostros de Greg y la señora Hemmens esperando encontrar algo.