Partida Rol por web

La adrenalina y excitación de haber conseguido entrar en la habitación se diluye cuando Sir Gustave vio frente a él, a cinco metros de distancia,  el cañón de una escopeta recortada unida a uno de esos mecanismos de las películas que las accionaba de forma remota, como si una enorme sucesión de fichas de domino fueran a desencadenar en el fatal disparo que acabaría con sus tripas desparramadas por el suelo de la habitación, un disparo que pasados cinco segundos no se había dado, todavía.

Fuera los pasos apresurados de Nate y la voz de cerdo llevado al matadero de Carl le anunciaban más problemas que soluciones. Cinco segundos, suficiente tiempo para captar la atención de un arma pendiente de disparar y algo más, frente a él, ocupando una gran parte de la pared varias docenas de monitores mostraban lo que estaba ocurriendo en la casa en ese momento dejándole la certeza absoluta de que estaban siendo observados, por quien y donde estaba esa persona, esas eran las preguntas a responder.

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- ¡¡¡¡ Maldito hijo de perra!!!! ... sabias que eras tú...!!!! - Nate echó en aquella carrera todo su arrojo. Como si en unos pocos metros pudiera recuperar todo el crédito pérdido. Como si definitivamente, el sentido de la verdadera justicia cayera sobre sus hombros. Corrió tras Gustave... 

- Vas a pagarlas todas, Señor Oscuro... 

Gustave cerró con fuerza la puerta. El loco armado corría hacia él por que el idiota porcino se había empeñado en malinterpretar todo* a pesar de haber asistido presencialmente a la búsqueda de la contraseña y a haber sido invitado a participar en todo momento e incluso a entrar en la habitación.

Ni de coña iba a dejar entrar al loco de la pistola.

Señor Wallace, si quiere que abra la puerta ya está vaciando el cargador de su pistola al aire.

Gritó a través de la puerta.

Cuando Gustave vio lo que había al otro lado de la puerta, se alegró de no haber seguido el consejo de su porcino compañero. Cerró con fuerza la puerta y, una vez se aseguró de que la puerta estaba cerrada, se tiró al suelo fuera del alcance del arma que apuntaba hacia allí confiando en que la cerradura comprase suficiente tiempo.

A gatas se arrastró al interior de la habitación y observó lo que allí había.

Tiene que haber otra entrada. Estoy seguro de eso

Y se puso manos a la obra a buscar por la habitación, una ventana o algún otro tipo de entrada.

También buscó la megafonía con intención de enviar un mensaje general.

Nate corrió como no lo había hecho desde sus tiempos de cadete en la academia de policía, y aunque el suelo estaba cubierto de una pesada alfombra hacía resonar sus pasos mientras volaba por el pasillo como un cancerbero resollando fuego por las fosas nasales.

Desafortunadamente para él, la ventaja de Sir Gustave era demasiado grande para que el esfuerzo del detective tuviera más recompensa que el sonido del portazo que dejaba a Sir Gustave dentro y a ellos fuera. 

Nate frenó su carrera con una mano en la puerta haciendo que esta resonara con su rabia y dentro el sonido fue correspondido con otro más quedo mientras desde dentro la voz de Sir Gustave resonaba segura de sí misma

"Señor Wallace, si quiere que abra la puerta ya está vaciando el cargador de su pistola al aire."

Mientras la acción se desarrollaba dos pisos por encima desde la planta la voz de Dark resonó en la casa haciendo un anuncio extraño hasta el momento.

https://drive.google.com/open?id=1u9yvyj_kJ5Vquui1CeTZcVHFU4RgPo1E

Apenás acabó el mensaje, bajo ellos resonó el gong dos veces anunciado la hora de la cena, aunque en ese momento de tensión ninguno de ellos sentía hambre. 

Sir Gustave se tiró al suelo al ver la escopeta mientras al otro lado de la puerta Nate golpeaba la puerta con rabia por no haber llegado a tiempo, habían sido apenas por dos segundos de margen pero había sido más que suficiente.

 La escopeta no se disparaba, lo que era todo un alivio, mientras el escritor gateaba en busca de apartarse de la línea de fuego y neutralizar la amenaza de convertirse en un colador.

Un rápido vistazo le permitió ver que el mensaje no había sido generado en aquella habitación, o al menos nadie estaba hablando allí en ese momento y no parecía haber ningún equipo electrónico que pudiera emitir ese sonido. En las pantallas pudo ver que en el comedor se había congregado el servicio, o lo que quedaba de él, y que el resto de invitados o aporreaban la puerta de esa habitación, o estaban en el vestíbulo. Entonces, aquella voz, de donde venía?

Nate no dijo palabra. El mensaje de Dark ya no le asustaba. Se sentó junto a la puerta, y mantuvo el revolver a punto sobre sus rodillas. No pensaba moverse de allí hasta apenas pasados 20 0 25 minutos del inicio de la cena.

Nate esperó pacientemente a que saliera Gustave con la pistola lista para abrir fuego pero no parecía que esa fuera su intención.

Tras Nate, Carl miraba toda la escena desde un segundo plano viendo como todo se producía pero sin intervenir, dejando que arreglaran la situación entre policía y escritor. Pasados 3 minutos desde el cierre de puerta el corpulento hombre le dijo

"Le dejo al cargo de la puerta y que no escape, me voy a cenar" y se encaminó a las escaleras camino del comedor

Si Nate, o quien quisiera que estuviera fuera, había oído su propuesta de cambiar acceso por balas de una pistola no parecía que estuviera o conforme con el trato. Silencio, lo único que obtuvo el escritor fue el silencio únicamente roto por la voz desde fuera de Carl diciendo que lo dejaba en manos de Nate y que se iba a comer.

Una vez que estuvo seguro que la puerta no iba a volar en cualquier momento y que la escopeta que apuntaba a la puerta no suponía un peligro para él su curiosidad innata le pudo.

La habitación era inmensa, más de 100 metros cuadrados con 4 enormes ventanas desde las que se podía ver la luna reflejando sobre el mar aunque, desgraciadamente para los planes de Gustave, no había desde ellas ninguna escalera o balcón para acceder al piso de abajo por lo que si quería bajar tendría que buscar otros modos. La habitación era algo desconcertante puesto que su mobiliario era escaso, por no decir inexistente, un escritorio a la izquierda pegada a la parte derecha de la habitación junto al único mueble digno de reseñar, una cama de 2 metros y medio por dos metros y medio vestida de sábana de algodón egipcio y perfectamente hecha, con un doblez casi matemático de exactamente 20 centímetros. Al fondo a la izquierda una pequeña puerta insinuaba la presencia de un cuarto de baño en suite y entre la puerta y la cama una gran nada que solo era rota por multitud de pantallas que mostraban una vista cenital de lo que iba sucediendo dentro de la casa.

Gustave pudo ver como Nate jugaba nervioso a su puerta como la pistola y como el resto de los invitados y el servicio estaban en el comedor cenando dispuestos de una forma extraña. Los comensales estaban separados en dos grupos, cerca de la cabecera estaban el mayordomo, Gloria, Greg, Vanessa y Nadia y al otro extremo Wallace, Carl y Catherine. No había micrófono, y salvo la cama todo parecía ser más el lugar de descanso de un monje que de un millonario, y lo más preocupante, no había salida obvia, puerta o escotilla de la que escapar de Nate.

Pensó en la distribución de la casa y se dio cuenta de que no podía ser. No encajaba ni en distribución ni en lógica. Él había visto en la lavandería una rampa para ropa sucia y lo lógico por sentido común y por distribución de habitaciones es que aquel fuera el lugar donde estaba el otro extremo de la rampa. Pero no se desanimó, aun quedaba el baño en suite.

Antes de ir al baño, se giró y mientras revisaba cada monitor primero (en busca de alguien más en la casa) y por las paredes luego (en busca de la rampa para ropa sucia a lavandería), alzó la voz para que Nate le oyera.

Señor Wallace, aquí dentro hay unos monitores desde donde se ve toda la casa o buena parte de ella. Le estoy viendo sentado delante de la puerta jugueteando con el arma. El caso es que no es lo único que hay aquí dentro, también hay un mecansimo conectado a una escopeta de doble cañón apuntando directamente hacia la puerta, a la altura aproximada de su cabeza. Por favor, le pido que se retire pues voy a intentar desmontarlo o apuntar la escopeta en otra dirección. También le pido que recapacite y se deshaga de las balas. Sabe que yo no le voy a dejar entrar armado y si de verdad se cree que yo soy el señor Dark sabría que no necesitaría usar esa puerta ni para entrar ni para salir. De hecho, estoy buscando la salida y, descuide, que la voy a encontrar. La salida y al verdadero señor Dark

Sir Gustave examinó los monitores con atención intentando encontrar a alguna persona en la casa fuera del comedor o de la puerta de la habitación donde él estaba, pero salvo los cadáveres que dormían en las camas de las habitaciones que el destino les había asignado, no había nadie. Estaban solos, o al menos por lo que se veía en aquellas cámaras, pero habían otras posibilidades ya que aquellas cámaras solo mostraban el interior de la casa.

Torciendo el gesto examinó los monitores intentando encontrar un posible punto de origen para la rampa que conectaba con la lavandería. Parecía obvio que no podía venir de la planta baja puesto que ese lugar lo ocupaba el comedor por lo que debía venir de más arriba. Tirando de memoria recordó haber visto en el pasillo puertas, distintas a las de las habitaciones y los cuartos de baño, que podrían ser habitaciones donde el servicio guardaba los utensilios de limpieza o la ropa para vestir las camas y baños con sábanas y toallas limpias. Era lógico pensar que en una de ellas pudiera estar el acceso a la rampa, eso si no estaba, en la habitación conjunta de la segunda planta que no había visitado.

Alzando la voz habló con Nate intentando sonar convincente y relajado, como haría un inocente en una rueda de reconocimientos o un interrogatorio, él no tenía nada que ocultar y aquella situación era ridícula, todos estaban en el mismo barco....Ahora solo faltaba que aquel testarudo borrachuzo se diera cuenta de aquello.

Sir Gustave alzó la voz desde el otro lado de la puerta mientras le decía "Señor Wallace, aquí dentro hay unos monitores desde donde se ve toda la casa o buena parte de ella. Le estoy viendo sentado delante de la puerta jugueteando con el arma. El caso es que no es lo único que hay aquí dentro, también hay un mecansimo conectado a una escopeta de doble cañón apuntando directamente hacia la puerta, a la altura aproximada de su cabeza. Por favor, le pido que se retire pues voy a intentar desmontarlo o apuntar la escopeta en otra dirección. También le pido que recapacite y se deshaga de las balas. Sabe que yo no le voy a dejar entrar armado y si de verdad se cree que yo soy el señor Dark sabría que no necesitaría usar esa puerta ni para entrar ni para salir. De hecho, estoy buscando la salida y, descuide, que la voy a encontrar. La salida y al verdadero señor Dark"

El tono era convincente y relajado pero nunca se podía estar seguro en aquella casa donde toda apariencia era susceptible de falsedad.

- Puedes estar por seguro que no creo ninguna más de tus tretas... Gustave Dark o como carajo te llames... asi que si quieres salir de aqui vas a tener que echarle dos huevos y disparar esa escopeta... por lo menos, en el peor de los casos, te chafaré tu estúpido juego donde seguramente me querrías matar con la antorcha de la Estatua de la Libertad metida en mi culo... - Dijo airadamente Nate mientras buscaba cualquier minimo resquicio a su alrededor que efectivametne pudiera esconder una escopeta que apuntara a su sesera.