Partida Rol por web

Komachi y Uma, igualmente llegaron al punto de encuentro, solo que el resto se había ido sin nosotros. Cuando las chicas hablaron, me quede el silencio, para hablar al último. 

Si Suigin no me hubiera dicho, hace tiempo que esto no es real, me hubiera costado trabajo sacar esa conclusión, por mi mismo. 

Volteo ver a todas las direcciones, no estaba claro a donde ir. -Tenemos que alcanzar al resto, capaz que se abre una puerta y se van sin nosotros. 

Ya era tarde por lo que cuando las chicas hablaron, decidí que lo mejor que podía hacer era acatar lo que Suigin decía y llevármela lejos de allí en dirección a las cabañas.

Ya es muy tarde, voy a llevar a Suigin a su habitación y voy a dormir en mi cuarto. Supongo que el resto ya habrá ido a dormir a sus habitaciones y mañana será un día largo.

Volteo a ver a todas las demás chicas por si alguien tuviera algo que decir y me llevaría ya a Suigin.

Siendo empujadas por la silla de ruedas, Suigin Shita abandonó la estancia y justo detrás de ella, siendo el causante de aquel movimiento, se encontraba Joshua Josef, que haciendo caso a lo dicho por la joven muchacha, la llevó a un lugar donde podía dormir y descansar sus huesos... no literalmente, esperemos.

"Ah... así que ya es de noche..." Había pasado prácticamente un día entero tirada en la arena, apoyada a la lápida de mi difunta media naranja, con la mirada perdida, tras descubrir que absolutamente nada de lo que hiciéramos importaba ni lo más mínimo. Había provocado prácticamente la misma turbación en Uma Yugana, aunque ella parecía haberlo asumido mucho mejor que yo. En cuanto a Joshua y Suigin, ellos ya lo sabían de antes, por eso el juicio anterior apenas les importó. Ahora había que 'dormir'. ¿Por qué necesitábamos dormir si eramos avatares virtuales? Aún así me sentía cansada, y estaba agotada mentalmente. Dejé que Uma Yugana, Joshua Josef y Suigin Shita se marcharan, mientras yo me dirigía de vuelta a la playa.

Finalmente Tsumiko Komachi logra percatarse que ya era de noche, por lo que el tiempo de socializar con aquellos que hasta hace nada le dieron la espalda hubo terminado. Por la experiencia que esta tenía de los asesinatos previos, ahora era el momento en el que la gente se volvía más violenta, y ella no quería participar en nada de eso, por lo que simplemente se marchó... o simplemente se marchó y ya... el narrador no es omnisciente.

Siendo Tsumiko Komachi la última en salir del Aeropuerto, aquella muchacha se quedó sola en aquel lugar, tan solo observada por la luna "glitcheada" desde la distancia. Con el cansancio acumulado de los días pasados, y sabiendo como esta sabía que Tsumiko Komachi no deseaba ser molestada, finalmente Uma Yugana vuelve a su habitación.

Mientras Tsumiko Komachi trataba de repasar mentalmente todo lo que había ocurrido durante aquel sorpresivo asesinato, a fin de cuentas, lo que en verdad cotizaba era que el asesinato tuviera lugar DESPUÉS de terminar la atracción del pequeño trenecito y no en mitad de la montaña rusa... algo llamó la atención de ella cerca del aeropuerto.

La figura de una persona desconocida se encontraba observándola desde la entrada, aunque esto era difícil de saber pues no tenía ojos, sino que era un ente completamente negro y ni siquiera su figura era estable, pues se retorcía y se dispersaba por el espacio en todo momento, como si no fuera capaz de mantener una forma estable.

Esta criatura, persona o lo que fuera, se giró y se adentró en el interior del aeropuerto antes de desaparecer finalmente, no solo de la vista de la muchacha, sino definitivamente.

"¿¡Pero qué!?" ¿Me engañaban la vista, los ojos? No sólo vi la silueta de alguien metiéndose en el aeropuerto (¿qué se le habría perdido a nadie ahi?) sino que encima, quizá fuera porque no había comido nada y por el calor, ¡pero la vi como distorsionada! Como un espejismo... ¿o como una distorsión en este mundo virtual? ¿Quién era? ¿¡Akemi Eiji!? Salí corriendo tras la figura.

Investigando un poco más el lugar; aquella chica se percató de que la presencia no estaba por ningún lugar de aquel aeropuerto, ni siquiera en la estancia catalogada de los "Objetos Perdidos" en donde había una caja con algunos objetos y una lista de objetos que habían sido reportados como desaparecidos por parte de... ¿alguien?. Sea como fuere, parecía que alguien se los había devuelto casi todos.

- OBJETOS PERDIDOS -

1. Plancha

2. Hélice de Barco

3. Microondas

4. Monomi

Desde la entrada del aeropuerto llegaría una figura, figura que esta vez sí que se veía bastante bien, y que cualquiera podía reconocer incluso desde la distancia: Monokuma.

¿¡PERO SE PUEDE SABER QUE HACES AQUÍ?!

¿¡ACASO NO SABES LEER!?

¡AQUÍ PONE AREOPUERTA! ¡NO MONOKUMA ROCA!

¡VAMOS YA QUE EL JUICIO VA A COMENZAR!

No había rastro del tipo que estaba persiguiéndo... ¿era siquiera real? Me llevó a la lista de objetos perdidos, en la que podía ver que había uno que de nuevo estaba perdido... "¿Hélice de barco? ¿Tomada de nuevo? ¿Sería... el arma del crimen? ...Mierda..."

No pude entretenerme mucho más, porque Monokuma me pilló manos en la masa. "Ah, sí, sí... es que quería fugarme antes del juicio, pero olvidé que los aviones no funcionan..." evidentemente no era verdad, menos aún con la sonrisilla socarrona con la que se lo dije.

Aquel oso escuchó aquella mala excusa que Tsumiko Komachi dio y, para fortuna de esta, parecía que se lo había creído, probablemente porque esta había explotado un elemento muy importante de la personalidad de aquel oso, y esto era, su creencia en que aquellos jóvenes no eran más que un puñado de estúpidos, por lo que sí...

Upupupupupu...

Tonta Tsumiko... No hay forma de escapar...

A no ser que mates a alguien claro...

Al final siendo obligada por el propio Monokuma, Tsumiko Komachi tuvo que abandonar la estancia para dirigirse -escoltada muy de cerca por aquel oso- a Monokuma Rock, donde iban a tener que enfrentarse al juicio del que su vida o su muerte dependería. ¿Lograrían ser capaces de averiguar a este asesino?.