- Playa de Jabberwock -
Los Preparativos para la Introducción
Joe Jonstar se encontraba llevando a uno de los estudiantes en su enorme espalda, a juzgar por un ligero sudor de su frente y el hecho de que ya hubiera bastantes cuerpos en el suelo, darían a entender a alguien que mirase esta escena por primera vez que este había hecho lo mismo con todos los demás, el solo.
Dejando el cuerpo de este en su sitio, alguien le recriminó a su espalda.
¡Eso esta mal!
El grito hizo girar a Joe Jonstar hacia dónde su compañero le estaba recriminando, pero no pudo decir nada, pues una aburrida explicación acerca del porqué estaba mal, fue dicha por aquel pipiolo tiquismiquis que lo quería todo perfecto, a fin de cuentas, este iba a ser un gran juego. ¿Por que aceptar menos que la percepción?.
¡Diste 38 Pasos desde el último!
¡Tienen que ser 39 pasos exactos!
La mueca de Joe no se hizo esperar, pero pese a ello no dijo nada a esta persona que le había recriminado no haber dado exactamente los 39 pasos que había entre cada uno de los cuerpos que se encontraban tendidos en la arena y los cuerpos de los que, como él, aún se encontraban en pie marcando sus lugares en aquel gran esquema de las cosas. Por el contrario se quejó a Akemi Eiji.
¿Por qué he de ser yo el que tenga que cargar con todos?
¡Vosotros ni habéis movido ni a uno de los cuerpos!
Por su parte, Akemi tan solo se limitó a suspirar desganado, al parecer no quería tener que lidiar con quejas de sus compañeros, mucho menos tener que aguantar una pelea, y más teniendo en cuenta que la hora límite para que los que estaban en el suelo se levantaran.
Pero al parecer, alguien sí tenía ganas de dar guerra, y ese era su muñeco.
¡A callar!
¡Soy el líder de este grupo de 5 y este es MI plan!
¡Vamos a hacerlo perfecto, tal y como dijo mi Mano Derecha!
¡Y después de todo eso, nos prepararemos para parecer desconcertados!
¡Y la llegada de Monokuma y todo lo demás!
¡Así que termina de poner a ese en su puñetero sitio!
Qué remedio...
Dijo Joe mientras de una patada, movía un poco más al alumno. Levantándose, volvió al camino dónde aún le faltaba otro más para mover y colocar; cargando a este último sobre su hombro volvió junto al que acababa de colocar y comenzó a caminar por la arena, contando en voz alta el número de pasos que daba hasta llegar al número 39, dejando caer de su espalda al alumno.
¿Sabes que eso siempre me pone de los nervios?
Dijo una voz recriminándole a Akemi. Esta vez era de otra persona que las anteriores escuchadas. Una voz con ya un grado de malestar y molestia traída de antes. Pero quizás los motivos de sus quejas estarían bien justificadas mientras este nuevo personaje en juego se encontraba tumbado en la arena, esperando a actuar inconsciente.
¿Es necesario que hables como ese Oso?
¡No digo que no hables en absoluto o que uses tu voz, pero busca otro animal!
Y como no, el oso fue el que tenía que responder; no podía quedarse callado, o quizás el "anonimato" tras el muñeco del oso fuera lo suficiente poderoso como para darle fuerzas a discutir, quizás el oso realmente tuviera su propia personalidad... o quizás tan solo le gustaba reírse de sus compañeros. Sea como fuera... el oso habló.
¿Y a mi nadie me pregunta qué es lo que me gusta o no?
¡Porque si lo hiciera diría que tu cara!
Tenías que haberme dejado hacerle un arreglo... ¡Pero no!
Cada uno de nosotros decidimos cómo ser, y esta es mi decisión.
¡Yo soy el que habla y Akemi permanece en silencio!.
Yo trabajando y vosotros discutiendo...
¡Vamos, Vamos! ¡Solo era una broma!
¿Todo listo?. Pues tirémonos en la arena y espere-
¡NOS FALTA EL PEQUEÑO!
Ese grito desgarrador de una tercera persona fue escuchado por todos los presentes activos, alzando la cabeza todos mientras el reloj de arena -metafórico, por supuesto- iba gastando los últimos granos. Ya no había vuelta atrás. Todos se miraban confusos mientras el cuerpo del adolescente pequeño aparecía desde detrás de la silla de ruedas.
¡No nos dará tiempo!
¡Mejor dejad a ese criajo ahí tirado!
¡NO!
¡Los Números! ¡Los 39 Pasos!
¡ESO ES IMPORTANTE!
¡EL SIMBOLISMO!
Joe se giró hacia donde aquel niño dormido se encontraba mientras el reloj seguía moviéndose de forma impasible para aquel grupo de villanos con muy mala pata o control del tiempo, o incluso de la situación. Por suerte para los presentes, Joe era el Ultimate Limitless, por lo que eso no le resultaría ningún tipo de problema.
Con un Sprint digno del Ultimate Sprinter llegó al pavimento sólido, y mirando al firmamento obtuvo una resolución de la situación, asumiendo que tendría que dar 39 pasos desde uno de los lados, así como volver a su sitio designado, la resolución de este problema era único: Imposible. - Un cálculo hecho en apenas una fracción de segundo, como si fuera el Ultimate Tactician.
Mirando al firmamento, con el niño agarrado por el cuello de su camisa. Joe tomó su decisión. - Con un poderoso lanzamiento, el niño salió volando por el firmamento hasta caer en mitad del agua. Como si el Ultimate Javelin Thrower se tratara.
Dándole tiempo a saltar sobre la arena y derrapar hasta su punto exacto, arrastrándose y derrapando como si de un Ultimate Baseball Player se tratara. - En verdad, este era el Ultimate Limitless.
¡Nooooooo!
¡Los Números!
Y con este grito aislado y ahogado por parte de uno de los culpables, todo se quedó en silencio hasta que la primera persona despertara. Lo cual sería en los próximos segundos, puesto que el reloj ya estaba a punto de terminar.
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