¡Bueno ya es hora!
¡Antes de que te vayas!
¡Toma un regalo!
¡Consideralo por tu servicio!
¡Ahora ve ahí y diviertete!
¡O no!
Ízan tomó lo que parecía ser una daga y salió de la habitación.
Y es cierto, ya era casi la 01:00, hora en la que el muchacho tendría que llegar a la segunda isla y meterse en el restaurante si no quería incumplir las normas... así que tenía que correr, con cuchillo o sin el... eso era decisión suya.