El taller de robótica parecía ser una mezcla entre un cabaret y un quirófano, eso sí, en vez de tener los elementos que uno pensaría que tendría alguno de esos dos lugares, todo el sitio estaba repleto de herramientas mecánicas, desde sopletes hasta llaves inglesas, desde martillos neumáticos hasta un montón de tuercas de distintos tamaños.