La zona de Atracciones Menores tiene casetas de tiro, algodones de azúcar, bolsas de palomitas y perritos calientes clavados en palos, realmente parece una bonita y apacible plaza central en donde, a partir de ahí, poder explorar el parque para decidir si ir hacia una u otra atracción más "emocionante" y no tan contemplativa:
Guiados por Monokuma hacia aquella plaza, aquel grupo pudo llenarse de los aromas típicos del área de restaurantes y puestos del parque de atracciones, y algunos de ellos su estómago rugió debido a semejantes olores tan agradables de comida que había expuesta por el lugar... Al final parecía que este evento no iba a ser excesivamente malo...
Acercándose a uno de los puestos en donde estaban expuestos distintos pasteles y tartas, Monokuma no tuvo ni un solo ápice de duda y cogiendo un tenedor y uno de esos platillos agarró un buen trozo antes de girarse hacia el resto.
¿Véis como no es nada malo?. ¡Coged algo si queréis!
¡Esta comida está deliciosa y no está envenenada!
El oso parecía estar disfrutando de aquella escena, incluso cuando al acercarse la tarta a la boca esta chocara contra sus labios y se deshiciera en nada... a fin de cuentas era un robot y no necesitaba comer.
Siguiendo al grupo por el interior del lugar, no pude hacer mas que alegrarme con evidente premura al ver tan amigable escena, pues entre los aromas cargados de aditivos y exceso de aceite y el toque del vinagre ligeramente caliente ... mas de un condimento cuenta con esto en mayor o menor medida... , simplemente me dirigí hasta la mesa en donde cogería algo de la comida.
*Sluuu~urp* - sonaba el liquido atravez de la pajita en mi refresco - *Sluuuuuuuu~urp* - chupando casi de una sola sentada aquel bebestible, a fin de cuenta por mis habilidades natas, estaba totalmente segura sobre mi seguridad en estas cosas - Bffff.... esta mintiendo - para agitar ligeramente el vaso de plástico antes de sorber una nueva porción del liquido - Mmmmmmmm... rico re-guste a toxina... mi preferida - tras lo cual y sin dejar de pasar la oportunidad tomaría un perrito caliente para complementar el aura de "En la capital, tengo una reunión en 20 min y por ansiedad no pienso pillarme algo mas caro que me arrepienta de vomitar por el estres acumulado que llevo encima" - un manjar...
Cogí algo de la comida con miedo, desde que había llegado a esa isla cada vez me daba mas miedo intentar comer, si salía viva de aquí iba a acabar con una Cibofobia severa, eso o vegetariana, al menos con lo que preparaban otros. Aun así cogí un refresco y algo de comer que pareciera normal y lo mas vegetal posible, eso no podrían hacerle nada raro ¿No? comí en silencio mientras miraba al resto.
...¿Por qué?
¿Por qué diantres estaba aquí, en una excursión escolar, donde la gente se tiraba panecillos y se ponía a mirarse entre sí y a mí con caretos y ahora todos juntitos a ver las atracciones... ¡UFFFHHGGGH! Si no fuera porque no tenía nada en el estómago habría vomitado. Y hablando de estómago vacío, más me valía aprovechar ahora para comer algo. Sin decir nada fui a probar uno de esos paste-... No, no. Espera. ¿Pasteles y perritos calientes? Es como escoger tu veneno: o Ultimate Junk Food o Ultimate Blood Food. Negué con la cabeza y me aparté. "Paso..." murmuré cada vez más malhumorada.
-Bueno, ciertamente hace un buen tiempo desde que no comi nada -dije suspirando- Josef, podrias mirar de acercarme uno de esos perritos? Gracias... -termine mientras esperaba a que me lo diera, tras lo cual si lo hacia miraria de ir dando bocado tras bocado sin demasiada hambre para ser sincera.
-Supongo que Monokuma en verdad quiere que la proxima trajedia tenga algo de peso emocional, quizas por eso esta haciendo que pasemos por todas estas atracciones-niego con la cabeza-Aunque no puedo negar que tras todo lo pasado lo tiene bastante crudo para que un nuevo asesinato nos afecte, quizas sea yo que me he acostumbrado muy rapido, pero estos ultimos se han convertido casi en rutina, no?-pregunte esperando la respuesta del resto de personas.
Empujé el carrito de Suigin hasta el puesto de perritos calientes y le di uno de ellos, así como le acerqué tanto la mostaza como el ketchup para que ella pudiera echarse al gusto lo que quisiera. Yo mientras tanto tenía otras cosas en mente ahora mismo y fui directamente a por la canela del puesto de al lado. -Puede que a vosotros os baste con comer perritos calientes o palomitas, pero esto de aquí es lo que de verdad me apasiona a mi. -Comenté señalando la canela, para luego meter ambas manos en el tarro y sacar una pequeña montaña de canela, solo para mi- Me apasiona la canela desde el día en el que en mitad de alta mar tan solo tenía canela o unos plátanos un poco verdes a mi lado mientras esperaba el rescate que duró... como dos horas en llegar. Sobreviví gracias a la canela, aunque haya vomitado en el viaje en helicóptero, no puedo parar de comerla. - Y empecé a devorarla sin parar.
Por su parte, la jinete tomó uno de los perros calientes y un refresco, evidentemente hambrienta. Nada le aseguraba que aquella comida no estuviese envenenada o adulterada, pero quizá morir por eso sería un poco más digno que morir por inanición. Aunque las últimas revelaciones de la isla hacían que todo fuera menos relevante para Uma.
- Dudo que logré crear vínculos fuertes entre nosotros... básicamente este juego mortal alienta a que desconfiemos entre nosotros y nos llevemos mal. Esta tarde de atracciones no hará la diferencia... casi nada hará diferencia ahora...
Todos parecían estar bastante distraídos con las comidas que había por los puestos y nadie parecía querer o percatarse de lo que yo había hecho para ellos, por lo que acercándome a una papelera cercana, fui tirando las tortitas ahí dentro de manera lastimera.
-Haces tortitas de sangre una vez... y de repente... ya nadie quiere probar tu comida... el mundo a veces es un lugar tan cruel e injusto...
Con un suspiro, vuelvo a cerrar la mochila y me la cargo al hombro, esperando poder avanzar una vez que todos estén satisfechos con esas comidas que son de una calidad claramente inferior a la que yo podía ofrecerles.
Monokuma por el contrario estaba disfrutando -y bastante- del buffet de comida de feria, parque de atracciones y demás lugares en donde se podía encontrar un puesto de perritos calientes al lado de uno de algodón de azucar y justo enfrente de uno de manzanas caramelizadas con barniz de chocolate.
-Mu... Muy bien... ufff... va...vamos allá...
Incluso la voz de Monokuma era ligeramente diferente, más grave y profunda de la habitual, mientras este trataba de moverse en aquel nuevo cuerpo, hinchado hasta los topes de comida hacia la primera de las atracciones que había en el itinerario de viaje, en este caso el tren.
-Vamos en tren, solo medio viajecito... así nos acercamos un poco a la noria...
Y con esto dicho, los alumnos, obligados por la normativa del oso fueron detrás, aunque tenían tiempo para coger alguna que otra comida por los puestos antes de largarse del lugar sin que la penalización por incumplir una norma de Monokuma se activara y terminara con su cabeza decapitada... o algo peor.