Parecía que las palabras de la Ultimate Informer caían en oídos vacíos. El muchacho del póker, que redoblaba la apuesta con eso de ser grosero, simplemente se fue del lugar en búsqueda del grupo que se había ido. Estaba bien si no compartía la mirada de Himitsu, pero... ¿tenía que ser tan descortés?
- Bueno, Pio... ¿qué quieres hacer? No me quiero quedar sola si todo el mundo quiere ir a explorar este lugar...
Me importaba poco todo lo que pasaba y estaba perdido.
Nose podemos buscar a los demas. O algo.
La respuesta del compañero enfurece a Himitsu, quien parecía que comenzaba a largar humo por las orejas.
- ¡¿O algo?! ¡¿Realmente todo el mundo está tan perdido o desapegado de la realidad?! ¡Podríamos morir, maldición! No me imagino peor destino para un montón de ultimates como el de morir todos encerrados, sin poder aportar nuestros talentos al mundo.
La chica se sienta, derrotada. Girando la cuchara en la taza vacía que estaba en frente de ella.
- No entiendo nada... realmente, no entiendo nada. Me quiero ir a casa.
Que llorara era algo que no habia visto venir.
No llores. Seguro que salimos de aquí. Le acaricio la cabeza.
El mensaje de Monokuma que apareció en las pantallas fue breve, pero aún así parecía ser importante.
Mm, ahem... este es un anuncio escolar. Son las 10 de la tarde.
Y como tal, es oficialmente el "horario nocturno".
Pronto las puertas del comedor serán cerradas, y la entrada a este punto está estrictamente prohibida.
Bien entonces, ¡Dulces sueños a todos!. Buenas noches, dormid bien y que no os piquen las chinches...