Había lo que se podía ver. Nada extraño escondido más allá de cosas que una vieja cabaña o un hotel pudieran necesitar para sus quehaceres diarios. Desde algunas planchas hasta unos periódicos antiguos enrollados, algunos artículos para fiestas de temática de San Valentín, algunas bandejas, cubos, toallas... y paquetes de comida enlatada y no perecedera.
Llegando al lugar, aparecería no otra que Barbara Custik, probablemente en busca de un arma improbable, como una cucharilla para el postre; arma que por un lado no iba a encontrar en el lugar. Pero había otras cosas también bastante improbables para cometer un asesinato, quizás encontrara algo interesante.
Quizás si fuera otro día, con menos peso dramático que el estar buscando letras alienígenas tras ver como una chica de mi edad se hizo chocapick.... igual me planteaba la idea de buscar aquellas mini cucharas, pero.... era una joven adulta totalmente funcional y sin ganas de armar mas jaleo del que ya existía, por lo que tomando la plancha que se encontraba sobre la tabla, me regresaría por donde venia y si estaba ocurriendo algo interesante en el resto de la cabaña.... pues que se enterara alguien mas que tuviera el plot armor de su lado.
Tomo la plancha
regreso a la entrada.
Haciendose con la plancha, Barbara Custik abandonó la cabaña tras revisar por encima si algo más había ocurrido por la Cabaña, pero al parecer, ninguna de las otras salas de la estancia parecía haber sufrido ningún tipo de problema o inconveniente, y tampoco parecía haber nada más fuera de lugar.