Partida Rol por web

- Segunda Isla -

Farmacia

Un lugar donde los estudiantes pueden encontrar una variedad de medicamentos diferentes entre otras delicias químicas. ¡Los anestésicos incluso se pueden encontrar aquí!

Cuando B-Rabbit e Ízan llegaron a la Farmacia de la Segunda Isla, la cual ahora se encontraba desbloqueada, se encontraron con un espectáculo algo sangriento, pues en el suelo había un leve rastro de sangre que los estaba conduciendo hasta una zona algo oculta de la entrada, tras la estantería central, en donde pudieron ver a Akemi Eiji.

Akemi Eiji se encontraba luchando consigo mismo para arrancarse el cuchillo de su mano hábil, pues pese a tener todos los elementos para curarse del daño sufrido por el suelo a su alrededor, este aún no había arrancado el cuchillo. Gimoteando cual animal herido este trató de morder el mango y tirar con fuerza, pero su flaqueza se lo impedía.

Entonces... os vió.

Con una fuerza recobrada, este arrancó el cuchillo de cuajo y lo dejó caer a aquella mano ensangrentada.

¡ALTO AHÍ!

¿Qué hacéis en la Segunda Isla?

¡Se suponía que no teníais que venir aquí aún!

—Ya veo —dijo Ízan mientras caminaba de forma distraida por la farmacia, revisando el gran número de medicamentos del lugar en busca de identificar los que conociese—. Eres bastante torpe para ser la mastermind, ¿no crees, Eiji?

¡Se suponía que yo iba a ser el Héroe de este Juego!

Akemi no se encontraba en absoluto alegre con todo lo que estaba pasando en estos momentos por sus alrededores. Ni que aún estuviera dolorido por el cuchillo. Apenas podía curarse, y la sangre seguía corriendo por sus dedos hasta caer al suelo, frente sus pies mientras mantenía el cuchillo en alto.

¡Pero al parecer, mis compañeros son tan incompetentes que ni un asesinato saben hacer!

¿Era tan difícil seguir las indicaciones de cargarse al que había sido señalado?

¡POR SUPUESTO QUE NO!

Akemi parecía haber perdido la paciencia, y quizás algo de cordura.

¡Y AHORA NO SOLO TENEMOS AL PELIGRO DE YOSHIMATSU!

¡SINO QUE ADEMÁS LAS VÍCTIMAS DEL CASO 3 Y 2 YA ESTÁN MUERTOS!

¿SABES LO DIFÍCIL QUE ES ORGANIZAR UNA EXPERIENCIA DE ASESINATO MÚTUO INTERESANTE?

¡POR SUPUESTO QUE NO LO SABES! ¡NI SIQUIERA SABES LO QUE SON LAS EMOCIONES!

Ízan estaba leyendo la letra pequeña de unos medicamentos.

—¿Que si sé qué tan difícil es? —preguntó sin demasiado interés—. Suficientemente difícil como para que no puedas conseguirlo, supongo. Aunque bueno, tampoco es que eso ponga el listón demasiado alto. —Ízan se giró hacia B-Rabbit—. Ne, B-Rabbit, ¿a qué vinimos a la farmacia? —le preguntó con los ojos caídos.

Fue una increible sorpresa encontrarnos al pelirrojo de las marionetas en aquel lugar, siendo que era comprensible teniendo en cuenta que aún se estaba desangrando... Una lastima que siguiese vivo.

-Calla, calla, Eiji-kun -le dije de manera vaga antes de empezar a revisar en las estanterías, tal como hacia Ízan, el cual parecía tener algún problema para expresar sentimientos... Hasta ahora solo pensaba que era alguien muy serio. -. Mi buen amigo Ízan, hemos venido hasta aquí por lo que cualquier persona viene a una farmacia... Medicinas -confesé, buscando son sumo interés algo que me pudiese ser útil de alguna forma... Como drogas, o jeringas, o instrumental médico... -. Pero ahora que lo pienso... -me di la vuelta para observar a Eiji. -. Ya que tenemos al mastermind aquí, podemos hacerle algunas preguntas, ¿no crees? -una sonrisa se dibujo en mi rostro, observando al marionenista mientras esté aún se desangraba, siendo que alcancé algún vendaje para arrojarlo a sus pies. -. Dinos, Eiji-kun, ¿que consideras que es necesario para que un asesinato se consideré perfecto?

Por su parte Akemi Eiji se encontraba no solo herido sino molesto, mucho más por el hecho de que esos dos aparecieran aparentemente de la nada y de forma más que casual comenzaran a amenazarle. Sin demasiadas cosas por hacer, Akemi se agachó lentamente y con su mano ensangrentada agarró el vendaje, aún apuntando hacia la joven con el arma en su mano buena.

¡Que sea el 5º Asesinato del Juego y que todos sigan el plan!

Eso no parecía indicar mucho, demasiado o minimamente algo relacionado con lo que se le había preguntado, probablemente. Por lo que, este no parecía demasiado convencido de servir como ayuda a la hora de idear un plan de asesinato perfecto, al menos a no ser que fuera el 5º Caso del Juego, claro está.

-...¿De verdad? ¿Esa es tu mejor respuesta? -suspiré, decepcionada. -. Entonces, gran mente maestra... ¿Cual es el plan que te hará el héroe del asesinato perfecto?

Akemi Eiji con la ayuda de sus dientes ya había arreglado un poco más su mano gracias al rollo que B-Rabbit le había lanzado, pese a ello, se le notaba herido, molesto y asustado. Como si no fuera más que un pequeño zorro atrapado en un corral con las gallinas que iba a comerse antes de que un doberman apareciera por la puerta.

¡Un mago no revela sus secretos! ¡Tampoco yo lo haré!

¡Eso es cosa de los Villanos, y no de los interesantes!

Aprovechando el hecho de que aquellos dos no parecían tener ganas de seguir interrumpiéndole y ya habiendose curado de las heridas, aún abiertas, que tenía, este trató de salir de la farmacia lo más lejos posible de aquellos dos. A fin de cuentas, en estos momentos no quería ver a nadie ni que nadie viera su estado deplorable en el que se encontraba, herido y asustado.

También puedes tener un cómplice que pague los platos rotos.

Eso suele ayudar...

Akemi Eiji abandona el lugar con cautela.

-Vaya... Se ha pirado... -suspiré, inconforme con sus respuestas. -. Creo que ya no tengo nada más que hacer aquí. Me gustaría ir a echar un ojo en mi habitación a ver si también se encuentra igual que la primera vez... ¿Me seguirás hasta allá? -pregunté a Ízan con una sonrisa pícara. -. Ízan-kun, no sabía que eras ese tipo de chico acosador...

—Sí, se fue —afirmó Ízan, corroborando la observación de B-Rabbit—. Sí, te seguiré —respondió después con total naturalidad y el mismo tono monótono de siempre, sin variar la posición de sus cejas ni contraer un solo músculo facial—. Y... no soy un acosador —aclaró finalmente, mirando a un lado.

-Oh, vamos: No seas tímido, no sientas pena por eso... -añadí soltando una pequeña risa antes de acercarme, por no decir que me le tiro encima, a Ízan para posar suavemente mis manos sobre su pecho. -. Es bueno que sientas algo, aunque sea interés de algún tipo por alguien, ¿no?

Dicho eso, me separaría y le invitaría a seguirme, aunque era claro que no era necesario. Tal como dije, me dirigiría a mi habitación a ver lo que nos esperaba...

Y aquel grupo salio de aquella farmacia en la que tuvieron aquel funesto encuentro. Al menos no había más victimas, o lo que era importante, ninguno de ellos había resultado como una víctima, por lo que ambos pudieron volver a la primera isla con algo más de información, si es que no tenían ya suficiente, acerca del Mastermind y sus planes.

Ízan Pasternak llegó rapidamente a la Farmacia. Al parecer el sitio estaba casi igual que la última vez que hubo llegado, con una ligera escepción, justo frente a él, faltaban un par de objetos, por lo que este podía acercarse a mirar qué tipo de medicamentos y cuántos de estos faltaban si quisiera tener una confirmación.

Ízan inspeccionó de cerca las estanterías. Quería comprobar cuáles eran los objetos faltantes.

Al parecer faltan dos inyecciones de anestésico super-duper potente. No parece faltar nada más del lugar. Tan solo eso.

Desde detrás de la estantería en la que Akemi Eiji se escondía en el día anterior por la mañana, apareció una figura que rapidamente inyectó algo en el cuello de Ízan Pasternak, haciendo que este perdiera su fuerza en las extremidades y terminara cayendo inconsciente en el suelo.