Partida Rol por web

Sales fuera de la casa en esta nueva noche. El mar parece más en calma que cuando rescataron el cuerpo de Frederick, aun así no deja de estar agitado, a juzgar por el rumor de las olas. Una macilenta luz exterior aporta la claridad justa para saber por dónde se pisa, pero poco más.

Las terrazas y porches de la casa son agradables, y es justo cuando llegas a la terraza donde se os recibió tras el viaje en canoa motorizada que observas dos siluetas en el embarcadero. Sin duda, dos personas se encuentran allí, seguramente conversando. No puedes saber de quien se trata con tan poca luz y a esta distancia.

¿Sería Sean una de las dos personas? Pudiera ser que hubiera citado a Owen también. Después de todo, los tres habían sido los únicos dispuestos a reunirse desde un primer momento, sin ocultar sus intenciones.

Decidida, Margaret se envolvió en un ligero chal que llevaba para resguardarse del viento y hacia ellos se dirigió.

Tras tu reunión en la habitación de Penny, bajas por las escaleras que están frente a vuestras habitaciones y, al descender, accedes directamente a la salida hacia la terraza que da al embarcadero.

El mar está bastante tranquilo esta noche y el viento, aunque continúa soplando, lo hace más como una leve brisa que como el temporal de estos últimos dos días. Quizá por la mañana sea por fin el momento de abandonar la isla, pues el barquero debería venir cuando el tiempo lo permitiese. Una macilenta luz exterior aporta la claridad justa para saber por dónde se pisa, pero poco más.

La sensación de estar aquí fuera es agradable, como un pequeño remanso de paz para el alma. Desde esta posición se adivina la silueta del embarcadero, aunque parece estar vacío.

Me busco unas florecillas para cuando llegue mi cita

Bajas la escalera que encara la salida a la terraza. Esta vez sin sorpresas desagradables. Cuando sales al exterior, estás en la terraza que da al embarcadero, la suave brisa te refresca el rostro.

El mar está bastante tranquilo esta noche y el viento, aunque continúa soplando, lo hace más como una leve brisa que como el temporal de estos últimos dos días. Una macilenta luz exterior aporta la claridad justa para saber por dónde se pisa, pero poco más.

Te encuentras a alguien aquí, el señor Sean Arbuthnot.

La puerta de acceso a la terraza se abre y aparece la señorita Cavendish.

Cuando sales al exterior, estás en la terraza que da al embarcadero, la suave brisa te refresca el rostro.

El mar está bastante tranquilo esta noche y el viento, aunque continúa soplando, lo hace más como una leve brisa que como el temporal de estos últimos dos días. Una macilenta luz exterior aporta la claridad justa para saber por dónde se pisa, pero poco más.

Te encuentras a alguien aquí, el señor Sean Arbuthnot y la señorita Cavendish.

La señora Margareth Beddingfeld abre la puerta y sale también a la terraza.

Margaret sintió alivio al ver allí a Elizabeth y a Sean. Se habían desatado tantas suspicacias durante los días anteriores, que en las únicas personas que la mujer podía confiar, era en aquellas que habían participado en la primera de las reuniones abiertas, demostrando que no tenían nada que ocultar. Lamentaba no haber podido citar a Owen, pero su deseo de proteger a Yvette le había parecido demasiado sólido como para distraerlo de su tarea.

-Menos mal que han venido. Antes que nada, quisiera que sepan que tanto ustedes dos como el señor Cray son las únicas personas en las que realmente confío. Si los he citado esta noche, es porque creo que entre nosotros nadie enturbiará nuestro entendimiento, tratando de confundirnos para que no podamos llegar a la verdad. También me parece que lo que concluyamos aquí debemos hacérselo saber a Owen y decidir quién más es digno de nuestra confianza. La situación comienza a enturbiarse demasiado y tenemos que separar la paja del trigo pronto, o no podremos salir de aquí.

- Lo cierto es que dudé en presentarme, pero viendo que estamos cayendo como moscas... es mejor intentar hacer algo al respecto. Y ciertamente, las últimas reuniones tenían demasiada gente. Si hubiese sido el caso de la primera, no me habría molestado, pero de repente hay bastantes personas que... no me inspiran prácticamente ninguna confianza. Dicho eso, tengo información más que jugosa sobre el hermano "medium" y el párroco. Puede que el loco de Everet estuviese más cuerdo de lo que parecía...

En tu etéreo deambular, sales al exterior atravesando la puerta de entrada sin necesidad de abrirla. En la terraza donde preparasteis la recepción de los huéspedes hay tres personas charlando. Arbuthnot, Cavendish y Beddingfield.

La brisa marina hace ondear sutilmente sus ropas y peinados, cosa que es totalmente ajena para tu fantasmal e inmaterial sustancia actual.

Las palabras de Elizabeth despertaron su curiosidad. Margaret no sabía que pensar hasta el momento del supuesto medium y su falsa hermana tampoco despertaba sus simpatías. Pero había intentado, hasta el momento, moverse con certezas y no solo con impresiones, ya que con Von Baach había quedado patente que, por más aborrecible que fuera la persona, esta podía ser inocente.

-Qué nos puede decir Elizabeth? yo no me fío de los hermanos. Hoy los he vuelvo a ver cuchicheando y aunque Wesley diga que los muertos hablan con él, hasta ahora nos ha servido de muy poco la información que nos dio, de hecho casi ni transmite lo que supuestamente ellos le dicen... ¿qué ha podido averiguar?

Sean había estado esperando a Beddingfield...hasta le había preparado unas flores que apuró a escondeer de manera cutre cuando entró ella. Iba a hablar, pero entró Cavendish y bueno, luego se pusieron a hablar de cosas serias. No es que le importara al jóven empresario, pero por un momento pensó que ese encuetro tendría otro caracter. Salió de sus pensamientos más romanticos y se metió de lleno en lo importante, cosa que también era interesante. De hecho hasta tiró las flores con un disimulo pesimo.

- Me alegra veros a las dos, la verdad es que siento lo mismo. Las otras charlas aunque interesantes sin ningún lugar a dudas, también son demasiado ruidosas.

Luego asintió a sus compeñaras.

- De eso quería hablaros, el señor que dice poder hablar con los muertos, está muy callado ultimamente...umm la hermana es calificada por Gustav como de entera confianza continuamente ¿sabéis algo sobre eso?

Margaret pareció no notar que Sean arrojaba unas flores por su espalda. Estaba nerviosa, la escena del final de aquel día había sido espeluznante, a duras penas había reunido el coraje necesario para hacer frente a la situación.

-Anoche, cuando intentaba dar con usted, me crucé con el escritor y su cortejada. No me gustó en lo más mínimo aquel encuentro. Estaban en el muelle, intentando ocultar su presencia. Al verme llegar actuaron con normalidad y la charla versó sobre temas mundanos. Cavanaugh tenía la teoría de que los negritos eran personas asociadas a la mafia, pero si esto hubiera sido así, nuestro amigo Cray ya estaría sirviendo de alimento a los peces. También sugirió que la nacionalidad podía ser un factor, pero la verdad que todo aquello me resultó más una especie de maniobra de distracción que un intento certero de averiguar algo. Cuando a Penny le pedimos que nos diera más información sobre las actividades de su hermano, también respondió con vaguedades... Algo se traen entre ellos.

- Sí, sin duda algo se traen, la misma Yvette dice que no se fía del señor Cavanough porque tiene intenciones ocultas. Y, sinceramente, esta tarde parecía no tener muy claro qué decir. En ocasiones parecía que torcía para un lado y en otras, para otro. Por su puesto, su amorcete se subió al carro diciendo que Yvette es inocente como todo apuntaba. Vamos, que siguió sin dar realmente su opinión y siguió a la marea.

- Bien... esta vez no pillé infraganti a nadie intentando quedar, en su lugar dí con información mucho más interesante y útil. -Me aclaré la garganta y después me acerqué más a ellos, bajando la voz.- Durante el desayuno, Wesley se anduvo haciendo gestos con el párroco. Lo interesante, es que Wesley, una vez logró captar la atención del párroco, señaló con la cabeza a Everet, tras lo cual, señaló con el dedo las figuras de los negritos para finalmente, hacer un gesto negativo con la cabeza. Su mirada era seria y grave. -Volví a apartarme ligeramente de ellos, aunque dudé y volví a acercarme.- Y aunque parece estar bastante claro el bando de ambos, diría que estaría bien que entre nosotros tuviésemos algún tipo de código por si alguno cae de noche, para así confirmar de una vez si Wesley es medium o no. Hablando claramente: tenemos una frase clave, "te adoro, Margaret", por poner un ejemplo, -eché un rápido vistazo a Sean- el que muera, intentará que el medium se la diga a los vivos. Si Wesley la dice, entonces los que estén vivos sabrán que realmente es medium.

Las noticias de Elizabeth y su idea le parecieron interesantes y adecuadas. Había que probar si el hermano Barrow era tan médium como decía y aquella era una buena forma de sacarle provecho a una desgraciada situación.

-Muy bien... Si algo llegara a ocurrirme, yo le diré inmediatamente que amo a Sean -la mujer ni se dio cuenta de que aquello podía alentar falsas esperanzas en Arburhnot- ya que quedaría raro "transmitir" mi amor propio.

- El señor Cavanough se va a volver a salir con la suya. Ha vuelto a hacer lo mismo que con el Doctor. Ha cogido datos, los ha juntado aprovechándose de ¿hechos que no tienen explicación? y ha soltado la bomba para que todos digan "anda, sí, es verdad".

Apreté los puños, furiosa.

- Joder, ¿qué culpa tengo yo si los asesinos en vez de matarme huyeron? ¿También tengo culpa de eso? Esto es de risa. De puta risa. Lo peor es que tendré su voto, más el del párroco y los hermanos. Si no muero de noche, que lo dudo, porque habiendo soltado tal bomba, han atraído todos los ojos hacia mí y eso les conviene, moriré de día.

Preocupado habla

- No me ha gustado nada eso.... Y creo que ya va siendo hora de exponer ciertas cosas. Morstan era asesina. De eso no tengo dudas. Elisaveth, ya dudabas de Morstan, conseguistes incitar de algun modo que los asesinos se revolvieran contra la Mucama?

- En cuanto a trasmitir mensajes desde el mas alla, me parece algo macabro, pero podeis contar conmigo. Sera un placer trasmitir un poco de afecto a tan bella señor...ita

Bromeo al final aunque no es momento, no pude reprimir la sonrisa. Lo ultimo era un tema macabro, pero tenia cierta logica y queria demostrar que Sean Arbuthnot ayudaria a desenredar esto, pues tenía grandes planes de futuro. Luego se puso serio

- Siento no haber dicho nada antes, pero no queria exponerme, en cuanto una persona, Yvette se ha expuesto, han ido a por ella. Podeis confiar en Owen sin lugar a dudas también...y bueno, menos relevante, Agape tambien carecia de intenciones de matar dentro de la casa.... Esta noche me gustaria fijarme en Prudence. Quizas pueda trasmitiros que es "pecadora" si...quizas le hago una carantoña a Miss Beddinfield durante el día.

Beddingfeld sonrió ante las bromas de Arbuthnot, más enseguida recuperó la seriedad.

-No hay nada en mí que permita saber a ciencia cierta quien es quien, pero sepan que he confiado en ustedes desde que pudimos conocernos mejor la segunda noche. Dicho esto, sigo creyendo en que Bennet no es trigo limpio. Aunque tal vez haya algo de cierto en que no trabaja con los que están cazando negritos. Creo que, si Yvette es nuestra anfitriona, puede haber contratado a alguien para que vigile su espalda y así es como Morstan acabó muerta.

-También me ha dadi por pensar la actitud que tiene Cavanaugh. No se si es que es un asesino con mucha labia o tan sólo un idiota útil. Si sobrevivimos a esta noche, tal vez debas investigarlo a él también Sean. Lo que sí, mientras sigamos vivos, intentemos reunirnos a solas, con Owen también. Así tendremos alguna posibilidad de sobrevivir.

- Imaginé que irían a por Yvette porque había acertado con el Doctor. Habiendo dicho un dato tan importante que luego demostró ser cierto había puesto una diana en su cabeza, así que no dudé ni un momento que irían a por ella. -Contesté a Sean.- Cavanough es idiota. Temo que todo esto sea algún modo de proteger a su amada, porque ella apesta, y no precisamente a perfume.