Al taller llega primero Adel. Está bastante ordenado y como siempre aunque huele un poco a pólvora. Flay parece estar mezclando unas cosas en el caldero. Cada tanto pone la mano sobre él (sin meterla en las partes hirviendo) y parece conjurar algún tipo de runa que se ilumina en el aire antes de desintegrarse en partículas arcanas que se mezclan en la fórmula. Es mientras Adel está dejando sus cosas en el taller que llega también Kross.
-¡Eh! ¡Buenas a los dos! Tengo noticias, buenas noticias.-, tiene algunos moretones en la cara también, parece que se ha dado de hostias con alguien. -He hablado con el profe de Artes Oscuras, Robert. Para la semana que viene parece que va a empezar a hacer eso de ir al laberinto... ¡Ah! ¡Que no les conté! Hay un laberinto bajo la Academia, está lleno de monstruos debiluchos en los primeros pisos y de materia prima rara, perfecto para hacer cosas. Robert se encarga de permitir o no las expediciones: Los requisitos es que haya un alumno de mayor rango de compañía para asegurarse de que nada salga mal y... Bueno, un montón más de cosas pero de todo eso me encargo yo.
-¡Podemos ir durante las noches de cualquier día! Por el día no suelen aparecer muchos monstruos, como con las sombritas que están por la noche. ¿Las han visto ya? Bueno, si no las han visto no se asusten, casi nunca molestan.
-Será un buen entrenamiento. ¿Que dicen?
Adel suspira cuando ve que Kross también va al taller... Decide no hacer ningún comentario.
Se acerca a Flay mirando con la ceja alzada lo que está haciendo en el caldero, y se cruza de brazos.
Adel: Ah, encima no es lo único peligroso que hay en la academia, ¿no? ¿Pero qué clase de lugar es este? Dejando que hayan monstruos así con alumnos residiendo bajo el mismo techo... -niega con la cabeza, con hastio-. ...Aunque siento curiosidad, he descubierto que puedo hacer cositas con la tierra, quizá podría probarlo allí. ¿De verdad que podemos fiarnos de ti en que no nos pasará nada...? No sé, no sé... No es que me transmitas mucha confianza. -lo mira de arriba abajo-. Casi me fío más de Kross que de ti. Y mira que a él le llegaron a dar de palos en la anterior pelea con sombras... -sabe de sobras que sin él las sombras los habrían apalizado a todos, que él era el único que podía hacerles frente en condiciones... Pero no podía pasar la oportunidad de lanzar una picada así, sólo por molestarlo un poquito y quedarse agusto. Sobretodo porque estaba resentida por la anterior disputa-.
Tras mezclar algunos ingredientes más, Flay termina drenando el caldero y quitando un polvo negro espeso. -¡Ah, perfecto!-, asiente varias veces. -Es la primera vez que no me explota en la cara.-, comenta antes de guardarlo todo en un frasquito. No limpia el caldero ni nada de lo que usó, simplemente se aleja de ahí a buscar otras cosas del Taller.
-¿Peligroso? ¡Que va! Si los monstruitos esos no pueden salir del laberinto. Además, son muy debiluchos. No se ponen fuertes a menos que vayas bastante profundo.-, parece tan sonriente y bonachón como siempre.
-¿Tu Elemento es la Tierra también? ¡Igual que el mío!-, asiente varias veces, -Es un elemento fuerte~ Te podría dar algunos consejos, ¡pero creo que ya lo irás descubriendo sola!-, asiente varias veces.
-Además, ¡soy muy confiable! Pero no se piensen que lucharé por ustedes: Estaré ahí para supervisar e intervenir si la cosa va mal, ¡un hombre!, o mujer, ¡ha de luchar sus propias peleas y forjar sus propias experiencias!-, recoge unos viales más y luego una espada grandota de hierro en bastante mal estado y oxidada. -Y hablando de forjar, voy a la Sala del Eter a terminar de reforjar esta preciosidad.-, parece que la espada tiene algunos engranajes.
-¡Ah! Eso, si, que no les he dado tutorial de eso tampoco: La Sala del Eter es como una forja pero mágica. ¡Hecho!-, como tutorial eso ha sido extremadamente pobre, pero se da por satisfecho: Demasiada exposición al mismo rato.
-Y yo que pensaba dormir... Este desgraciado se pone a jugar a ser Panoramix.- Es lo primero que dice Kross ante el espectáculo que se viene llevando a cabo en su precioso territorio de sueño. -Se puede saber qué carajos?
Y antes de que pudiera oír la respuesta de Flay ya Adel está de vuelta con sus ataques.
-Me molieron a palos, porque fui el único que al menos hizo algo!- Aunque lo que más le dolió realmente fue la patada en los cojones. No tenía pensado entrar a discutir de nuevo porque podrían pasar demasiado tiempo valioso en el que podría estar durmiendo.
-Ahora Flan, en serio.- Deja de prestarle atención a Adel para volver a dirigirse a Flay. -Si quieres hacer budín mágico vete a otra parte, es la hora en que me toca ver mis párpados por dentro.-
Agradece a todos los dragones cuando el chico se va de ahí y se echa en el sofá y cierra los ojos. -Ya había oído lo del laberinto, no me parece que sea buena idea bajar ahí por voluntad propia...- Piensa mientras intenta dormirse. -Tampoco necesito forjar armas... Supongo.- Abre los ojos y se mira la palma de la mano. Hace aparecer de la nada una aguja de plata y se pone a juguetear con ella entre los dedos. -Momento, se me acaba de ocurrir algo.- Altera ligeramente la forma de la aguja, y se la mete en el oído para rascárselo, con mucho cuidado. -Aaah... Magistral.- Piensa contento.
Adel aparece en la panorámica de Kross, con las manos en jarra y demostrando por su expresión lo mucho que le había disgustado lo que dijo.
-¿Él único que hizo algo? Perdóname que discrepe, señorito. Si no fuese por MI estarías harto aún de haber comido más hostias y suelo. -le tiembla la ceja, indignada. Después relaja la expresión y lo toma del brazo, con cara de pobrecita-.Anda... Ven conmigo ahí abajo. No quiero ir sola con Flay. Por favor... -le hace ojitos-.
Se propuso no discutir para evitar hacerse mala sangre inútilmente, así que no responde a esa acotación, pero también frunce el ceño y aprieta los dientes.
Echado en el sillón con los ojos cerrados siente como le jalan el brazo y casi cae al suelo, pudiéndose levantar a tiempo de un salto. -Eh?! Se supone que vamos a ir ahora??- Mira a Flay, que ya estaba con un pie fuera del salón del taller, -Se supone que vamos a ir ahora??- Pregunta de nuevo.
Y ve que tiene a Adel encima poniéndole cara de niño que quiere que el padre le compre helados; hay un par de protuberancias suaves oprimiéndole el brazo que lo hacen sentir algo incómodo. -O...oye... Me estás tocando con tus... asuntos.- Dice ruborizándose e intentando apartar el brazo. -Deberías tener un poco más de pudor o la gente podría aprovecharse de ti!
Adel se hace la tonta cuando le dice eso de sus pechos, pero parece ignorarlo porque lo abraza más fuerte del brazo.
-... ¿Aprovecharse de mi? Tú no harías algo así, ¿Verdad...? -se ruboriza también un poco cuando ve que él lo hace, por lo que se cohíbe un poco-. ...Ven conmigo ahora, no tengo nada que hacer. Por favor... Prometo no meterme ni tocarte el pelo si tú no quieres. Seré buena. -de nuevo le hace ojitos como una niña buenita-.
Notese que Flay ha dicho que eso del laberinto es por las noches de la semana siguiente~ Mientras esos dos discuten, el pelirrojo ya se ha ido riendo por el pasillo, tan bonachón.
Aún así, siempre podrían hablar con el profesor encargado de estas expediciones, Roberto, o ir a ver que hace Flay. O cualquier otra cosa, tienen la tarde y noche libres.
Tampoco es que nadie excepto Kross tiene ningún arma... Aunque podrían improvisar un escudo con una cacerola o algo así. A saber.
-Pero quién demonios te crees que soy?- Grita algo enfadado a Adel. -Yo no hago esas cosas!
Suspira y se lleva la mano a la cara, frotándose los ojos. -No tengo interés en lo que esté haciendo ese payaso, ni tampoco en bajar a ese laberinto.- Mira la carita de Adel y pone cara de estresado entrecerrando los ojos. -No va a funcionar...- Adel continúa insistiendo. -...Bien... Supongo que podré dormir luego.
-Vamos a preguntarle a Roberto sobre el laberinto, no creo que Flan tenga más información que la que ya nos dio, y parece ocupado.
Adel pone las manos tras la espalda, sonriendo contenta cuando consigue convencerlo.
-¡Vamos, seguro que será divertido! -y los dos van en busca de Roberto-. -Además, si vienes conmigo no tengo miedo.