Partida Rol por web

Tras un largo tramo de escaleras está la cuarta planta del castillo, desde donde se accede a la amplia torre que actúa de habitaciones para los alumnos. Son dos, una para las chicas y una para los chicos. Sí, quizás es un tramo largo, pero todos los que viven en Issaera están más o menos acostumbrados a subir y bajar muchas escaleras a lo largo del día.

No hubo problemas en encontrar el acceso, estaba bien señalizado: Allí parecen haber bastantes alumnas, algunas nuevas y otras no tanto, todas alistándose para dormir. Las únicas divisiones que hay en la torre son entre los diversos pisos llenos de camas en cuyo centro hay una chimenea, y en la más baja un aseo donde parece haber unas duchas lo suficientemente grande como para que varias alumnas puedan asearse por la mañana al mismo tiempo, pero definitivamente no todas.

Los ventanales de esta amplia torre sí que tienen vidrios, a diferencia de muchos otros del castillo. Parecen poder abrirse, aunque solo dan al tejado (o peor: a una caída libre un tanto fea).

Cada alumno parece tener una cama de plaza y media de buena calidad (aunque no excelsa como la de la posada) con un gran arcón a su pie. Todas las chicas tienen una llave con el símbolo de un cofre que encierra un número, de esa forma pueden identificar cual es la cama y arcón que les corresponde. ¿De donde sacaron esa llave? Estaba junto al resto de lo que Alma les dio el otro día, entre los papeles.

No queda mucho más que descansar y esperar a un nuevo día.

Aunque Devi no fuera una de las mejores en orientación, tras preguntar y ver las señales. Menos mal que lo tenían todo pensado. 

Se queda mirando todo con cara de embobada, aunque tenía sus dudas: ¿había cambiado de cara desde que había llegado a la Academia? Parecía casi improbable. 

Seguía llevando bajo el brazo todo lo que le había dado Alma y en la espalda la gran mochila que no parecía pesarle. Habían bastantes chicas ( ... es la zona de chicas después de todo ¬¬ ) y esperaba que todas fueran simpáticas. Después de llevar gran parte de su vida viviendo en un campo de nabos (con su hermano y su padre, además de juntarse más con los chicos que con las chicas) se le hacía demasiado raro el hecho de estar en un lugar tan... digamos a lo Barbie.

Viendo que una cama seguía libre se apresura a sentarse en ella, aunque no tarda en aparecer su dueña -perdón perdón jejejejeeee~ soy nueva y no sé muy bien cómo va esto- con una sonrisa despreocupada y una risa pasmosa se rasca la cabeza mientras vuelve a recoger sus cosas.

​¿Mmmmmmmmmmmmm? ¿y aquí cómo sabes dónde duermes? ¿me ha tocado en el suelo?

Por suerte, una de las muchachas que estaba más cerca le escuchó hacer las preguntas al aire y las contestó, indicando la llave que debería encontrarse entre las cosas que nos dio Alma y así saber cuál sería mi cama -cuanta parafernalia ......- se encoge de hombros sin darle mayor importancia y busca la llave.

¡La encontró! (milagro no haberla perdido). Busca una cuerda de las que siempre llevaba para hacer pulseras o ahogar a la gente o utilizar como correa para las piedras... La idea era llevarla siempre encima y no perderla. Así engancha la llave en la cuerda y se la pone a modo de collar. 

 <---------- (para que quede claro)

Ya había desempaquetado, puesto el pijama y metido en la cama (con la llave colgada, no se la quitaría ò.ó), todavía quedaba alguna alumna despierta, por lo que, sin levantar demasiado el tono indaga un poco sobre lo que harían al día siguiente aunque el sueño empezaba a pesarle en los ojos -psssst oyeee~ ¿alguna sabe lo que haremos mañana por la mañana?

Alguna que otra chica suelta una risíta ante el comportamiento de Devi. ¿Se ríen de ella o con ella? Sea como sea, la pobre termina dando vueltas de cama en cama hasta que se percata del enigmático sistema de llaves y cofres numerados (¡por suerte le dieron una pista!).

Muchas de las chicas presentes en el piso donde se encuentra Devi, que parece casi reservado para alumnas de primer curso, resultan ser bastante amables. Claro, hay de todo: Alguna quizás es un poco más borde, alguna quizás es un poco más callada... Pero en general todas tienen curiosidad sobre las demás, ¿Con quienes les tocará dormir todas estas noches, todo este año? Algunas ya se preguntan si podrían conseguir habitaciones privadas eventualmente...

Algo tarde, ya para cuando Devi está poniéndose su pijama, llega una chica de pelo azulado y agraciada apariencia. Es una de los estudiantes que estuvo en la presentación manteniendo un perfil bajo, de los tantas que no llamaron la atención (a diferencia de Kross, que ya todo el mundo sabe quien es).

Tras no demasiado, ¡Devi notaría que esta chica duerme en las cama adyacente a la suya! Resulta, por lo tanto, el objetivo de la pregunta de Devi. Aún así, Adel sabe tanto como todas las demás: Que tienen una primera clase y ya. Quizás si prestó atención en el discurso recuerde quien la impartiría, pero más allá de eso... Poco o nada.

No pasan veinte segundos desde que la pregunta es formulada y entra Eleanor a las habitaciones, encontrando prontamente su cama, ¡Justo al lado de Devi también! Está rodeada.

La peliazul que yacía semirecostada en la cama adyacente de Devi parecía demasiado inmersa en perfilarse a la perfección las uñas que acababa de pintarse de azul... Antes de responder a la pregunta, y siquiera mirarla, chistó descontenta con el resultado y se dispuso a empezar de nuevo, escogiendo de un neceser una gran variedad de diferentes colores, "Aparentemente caros". Después se volvió a la muchacha y frunció el ceño, quedando algo pensativa. 
-... Supongo que algún profesor de esos raros nos indicará qué hacer, bah. Tampoco me enteré mucho en la presentación, tenía cosas más importantes que hacer. ...Aunque no todos los profesores son tan raros, ¿verdad? Me fijé en un par de ellos que realmente merecen toda mi atención y dedicación... 
Tras su gratuita afirmación se vuelve a sus uñas soltando una socarrona sonrisa... Casi como si en su expresión pudiese leerse todas las fantasías que le pasan por la cabeza con ciertos profesores, de una forma poco discreta...
Después de su respuesta se queda mirando a Devi, casi como si la examinase a fondo... Desde la punta de sus pies, hasta el pelo más alto en su cabeza. Quizá aquella conversación no ha sido la más apropiada de iniciar con una desconocida, pero la verdad es que si no le cuenta esas cosas a alguien explota... Es aburrido escribir únicamente en el diario lo que le pasa por la cabeza... Al menos espera que alguna de sus compañeras sepa compartir ese tipo de conversación de vez en cuando. ... Si no, menudo lugar en el que se ha metido...
Cuando iba a preguntar algo más, entra en la habitación la siguiente chica... Y se la queda mirando, con la palabra en la boca.

-Ammmh entonces haremos cosas aleatorias seguramente...- mira a la chica que comienza a pintarse las uñas. Parecía no tener ninguna preocupación. Eso le gustaba.

...Aunque no todos los profesores son tan raros, ¿verdad? Me fijé en un par de ellos que realmente merecen toda mi atención y dedicación... 

-¿Les pintarás también las uñas?- gira la cabeza hacia un lado con una inocente sonrisa -la verdad es que puede que les quede bien una uña de cada color, como si fuera un arco iris... Yo nunca me las he pintado- mira con desinterés sus uñas -¿crees que me sentará bien? Quizás parezca más un pastel mal decorado... mmmmmmmm...- antes de que pudiera decir nada más se da cuenta de que su otra vecina de cama ya se había instalado. Le sonaba de verla en la cena, aunque no había cruzado palabra con ella. 

 -¿Qué hay de nuevo viejo? Diiiigo... hooola- levanta la mano saludando a la nueva inquilina. 

-Por cierto, soy Devi- se señala con la palma de la mano. Ya no recordaba si se había presentado o no, pero no reconocía el nombre de las otras dos, y con una mirada cargada de interés parecía esperar una respuesta también.

Adel se queda mirando a Devi como si no diese crédito a lo que acaba de decir... Y sin poder contenerse, aún habiendo intentado mostrar una expresión de desagrado ante el comentario, estalla en una estruendosa carcajada que casi podría sonar como hiriente o burlona... Seguramente despertando a toda la habitación. Tampoco quería parecer desagradable el primer día con sus compañeras, pero es que la inocencia con la que respondió la chica le resultó graciosa... 

Luego de un rato de caminata, Eleanor sube las escaleras hasta la cuarta planta hasta las habitaciones de las mujeres. Desde fuera se escuchan las risas de Devi y de Adel y a pesar de que sabía que debía entrar… apoya la espalda contra la pared para tomar coraje antes de hacerlo. En qué habrás estado pensado Eleanor antes de venir aquí, no sabes que decir ante la alegría y el comportamiento tan barbie de esas chicas… Sabes que la rara aquí eres tu, lo lógico es que te comportaras como ellas, no como una vieja vinagre, pero no puedes evitarlo y lo sabes. Qué más da. Se dijo a sí misma y juntando coraje entró en la habitación.

Una vez dentro, miro a las dos risueñas, que se sorprendieron al verla entrar y mirando hacia la única cama vacía por fin dijo: -Hola chicas, esa debe ser mi cama verdad?, qué tal los colchones mas sorprendentes que las clases o al mismo nivel-  había intentado ser graciosa por sabía que no lo había sido, el humor no era lo suyo… Y sin más se dejo caer sobre la cama.

Eleanor se había despertado muy temprano, la falta de agua en su organismo comenzaba a sentirse. Debía buscar un lugar para sumergirse, pero dónde…

Repasó en su mente los posibles lugares y recordó la cercanía de un río. No era mala idea. Pero entonces vino a su mente el recuerdo de la Fuente del elemento Agua y su mágica esfera azul y su rostro se iluminó. Nunca se había sentido tan humana como cuando había estado cerca de ella. Recordando que era de gran tamaño, tomó su bolso. Acomodó un poco su túnica y marchó rumbo a la Fuente. Si se daba prisa podía llegar de vuelta justo a horario para comenzar las clases.

Solo algo la inquietaba el encontrarse con Xen merodeando por allí, si así fuera sería difícil explicarle que estaba haciendo metida en la Fuente… pero no podía pensar en eso ahora… El agua la estaba llamando y si no hacía caso a su llamado su cuerpo comenzaría a deteriorarse.

Una vez en el parque Eleanor  pasó su mano por el borde de la Fuente… la luz azul brillante la extasió, algo en ésa fuente causaba cambios inexplicable en Eleanor. No tenía mucho tiempo, debía darse prisa antes de que alguien llegara por allí y la descubriese.

Tomó su bolso y sacó los cristales, por suerte ya se habían recargado de energía. Los acomodó en el fondo, dejo su gran caracol en el borde de la Fuente, se quitó el calzado y la túnica de clases y se metió en el agua lentamente, hasta sumergirse totalmente. Una vez que su cuerpo fue tomando contacto con el agua, su piel comenzó a recuperar su brillo y tomó el aspecto anfibio como siempre, sus delicadas branquias se abrieron… para cualquiera que la viera a simple vista, era una mujer tomando un baño en una Fuente… Sacó su mano fuera del Agua y tomó el caracol y lo llevó a su oído e hizo su llamando a casa. Su padre sabría ahora que todo estaba bien, oyó el canto del mar en su oído y ella canto un canto dulce y algo melancólico. Se sentía muy triste en la Academia, hubiese querido disimularlo, pero el efecto de la Fuente de agua sobre Ella no se lo permitió. Definitivamente algún efecto poderoso tenía esa fuente sobre ella.   El canto se ahogó en su garganta y antes de comenzar a llorar, sacó el caracol de su oído. No quería preocupar a su padre. Sin poder evitarlo, lloró como una niña sollozando en la soledad del parque. Una vez que se hubo compuesto. Se levantó del agua y bajo de la Fuente, se cubrió el delgado cuerpo y quitó los cristales y el caracol del agua y los dejo en el bode de la Fuente, que al contacto con los cristales intensificó su luz azul, dejando a Eleanor bañada por su reflejo.

Se colocó la túnica, y el calzado, guardó los cristales y el caracol en el bolso. Y se decidió a volver a la Academia, ya comenzaban a brillar los primeros rayos del sol y no quería que nadie notase su ausencia.

El intento de broma de Eleanor hizo sonreír a quienes le escucharon: Casi todas están tan incómodas como ella, así que sus respuestas fueron igual de torpes, completas con algun que otro tropiezo o palabra equivocada.

A esas horas, tras tanto movimiento durante el día, pocas personas se encontraban despiertas: La sensación de nerviosismo es compartida entre muchas de las presentes.

Aún así, poco a poco, quienes quedaban despiertos terminan cayendo en sueños. Las luces comienzan a apagarse, la mayoría son velas pero no falta algún que otro cristal mágico brindando luz en las tinieblas. Todo queda en la oscuridad para cuando el respiro de cada alumna se va volviendo rítmico.

Así acaba la noche, la primera noche en la academia. Las sombras pronto palidecerán y la mañana se alzará entre las montañas que rodean el valle donde se encuentra Issaera: El dorado matutino bañará los rostros de las alumnas y, enredadas en movimiento y nuevas convivencias, deberán prepararse y dirigirse a desayunar para estar listas para su primer día de clases.

Comienza algo nuevo; más de un engranaje están en movimiento.