Partida Rol por web

Para cuando Kross regresa a la Academia, ya está anocheciendo. Fue un día bastante movido, definitivamente, pero al fin ahora puede descansar. Afortunadamente para él, no le costó demasiado encontrar a Dom, el chico está paseando por los pasillos con las manos tras la espalda, silvando despreocupadamente.

-Ah, saludos, buen compañero~-, saluda él tras dedicarle una grandilocuente reverencia a Kross. -Por vuestra cara de odio profundo, ¡puedo deducir que el encargo ha sido efectuado con la más grandiosa de las satisfactoriamente exitosas resoluciones! O al menos, eso puedo esperar.

-¿Como ha ido~?-, pregunta él, levantándose de su reverencia. -¿Tiene el paquete, mi estimado contratado?

-Me preocupa tu manera de relacionar las cosas.- Le digo con esa misma cara de odio que está viendo. -Espero que sea algo realmente importante esto que traigo. Pero no, sabes? Me estoy esperando un puñado de galletas de tu abuela, que como son ultradeliciosas todo el mundo las quiere, y es por eso que contrataron ninjas asesinos para que me las quitaran!

-Gracias a los guionistas que se trataba tan solo de novatos y que luego recibí ayuda me pregunto cómo les habrá ido que si no, ya podrías haberte olvidado de tu paquete, payaso.- Le dejo su paquete en sus manos y me alejo refunfuñando palabras incomprensibles.

Pero luego de haberme alejado unos metros me doy un golpe en la cara con la palma de mi mano y retrocedo sobre mis pasos. -Es verdad. Dame los crysts.- Le pongo la mano con la palma hacia arriba, esperando.

-Oh, en esta época del año la mayoría de los agentes del Reino Lunar siguen de vacaciones~-, comenta él con una sonrisa alegre mientras sostiene su paquete.

-¡El Año Nuevo es muy importante! Los buenos agentes regresan a su capital~ ¡Por eso sabía que no iba a ser peligroso!

-Pero por lo que dices, he de asumir que desgraciadamente has sido asaltado por los malvados y terribles aprendices que dejaron atrás para vigilar la zona. ¡Oh, que desgracia!-, se lleva la mano a la frente, dramático.

Dom deposita 7 Crysts Blancos en la mano de Kross. -Para tí~

-Grrracias.- Asiento y me alejo de este tipo antes de que me empiece a contagiar su manera rimbombante de hablar.

Luego me encamino hasta el Taller, necesito preguntarle un par de cosas a Flay.

El taller está bañado por una agradable luz anaranjada proveniente de los ventanales, los cuales muestran la escena del bosque del colegio mientras allá lejos el sol va cayendo por debajo de las murallas de la academia.

El chico pelirrojo está haciendo flexiones de brazos en el suelo, con una mano en la espalda.

Parece estar algo lleno de moretones, marcas moradas muestran que recibió más de una paliza. Teniendo la enfermería tan cerca y sabiendo hacer pociones curativas, no hay motivo para que no se cure eso. Aún así, no hace nada para curarse por ahora, sigue haciendo ejercicio.

En cuanto ve que Kross está ahí, apoya ambas manos en el suelo y da un empujón, levantándose. Se cruza de brazos y sonríe.

-Kross. ¿Que hay? Se te ve de mal humor.

Ni me molesto en preguntar de dónde sacó todos esos moretones, debe haberse metido en algún lío. -Justo de eso quería hablar.- Me dejo caer en un sofá. -Un compañero de clase me pidió que le fuera a buscar algo al círculo superior, y resulta que para llevárselo tuve que tratar con unos ninjas locos.

-Si no fuera porque justo se le dio por pasear por ahí a otro grupo de compañeros habría tenido un mal día. Y quería preguntarte por qué hay ninjas allí. No se supone que está prohibido ser ninja?

El pelirrojo dejó salir una bonachona risotada.

-¡Ninjas locos! ¡Ja! ¡Pues no tengo ni idea de lo que hablas!-, dice con una sonrisa tan grande que hasta parecería que acaba de decir algo de gran utilidad.

-Los barrios bajos de la ciudad están llenos de criminales. ¡Eso es todo lo que sé!-, asiente él con sabiduría.

-¿Te unes a hacer algo de ejercicio?-, junta sus manos, crujiéndose los nudillos. -¡El primero en hacer cien flexiones se queda el sillón cómodo!-, le reta.

-A decir verdad, no tengo tiempo para siesta en este momento.- Sí, esas palabras salieron de boca de Kross, aunque haya pasado por alto lo de hacer flexiones. -Tengo un par de cosas que averiguar, y tú como siempre, no aportas nada bueno.- Saco el rifle y me pongo a observarlo. -Sabes si la pirata está en su oficina? Necesito pedirle algo.

Su risa bonachona hace eco por todo el taller nuevamente, él se mantiene de brazos cruzados, tan alegre como siempre.

-¡Seré más útil cuando haya justicia que impartir!-, se refiere a cuando haya que ir a golpear cosas.

-Sí, la he visto. Está al principio del pasillo después de todo.-, asiente con suavidad.

Y recordando cómo no apareció automáticamente a impartir justicia con los ninjas que me atacaron, le echo una mirada fulminante y me voy con el rifle al hombro. -Nos vemos luego pues.

Salgo al pasillo y me voy a donde me dijo, con la esperanza de encontrar a la profesora.

Efectivamente, Kross encuentra a Alma. Tiene las piernas cruzadas sobre su escritorio, está cruzada de brazos y parece estar pensando. Cuando ve a Kross, asiente un poco en su dirección a modo de saludo.

-¿Cómo lo llevas?-, parece algo preocupada.