Partida Rol por web

 Antes de que Alma pueda responder, Ñyan responde: -No. Son androides.-, a lo que Alma perdería todo su café de haber estado bebiendo.

Sin preocuparse por las implicaciones de divulgar eso, la científica ya casi termina de organizar todo y está apagando luces y cosas de la sala.

-¡O... Oye! ¡No... No puedes decir algo así! ¡No soy ninguna máquina, no es justo!-, parece enojada.

Con un nudo en la garganta, se gira a mirar a Kross. -... Yo nací porque mi padre, el Doctor Windsor, aprendió a crear vida casi totalmente biológica. Tengo alguna que otro aparato dentro, ¡Pero soy esencialmente una humana!-, no parece gustarle que le digan andróide.

 -El Doctor Reynolds trabajó con Windsor en las etapas tempranas del Proyecto Anima, el cual resultó en Alma aquí presente. Durante el desarrollo tuvieron algún tipo de discusión y Reynolds se fue por su lado. Trabajé en conjunto con él para la creación de algunas piezas de tecnología del Proyecto Génesis, su 'versión' del que había comenzado con Windsor. El Proyecto Anima pretendía crear vida, el proyecto Génesis pretendía crear armas: De ahí las pobres capacidades sociales de Victoria.

-Es posible que hayas sido una etapa anterior o posterior al desarrollo de Victoria. Eso significaría que posiblemente compartas características y habilidades con ella, sumadas a las ventajas de ser un casi-humano.

-¡Maldita sea, Ñyan!-, se enoja bastante más, -¡Victoria no es ningún arma y yo no soy ninguna marioneta! Somos personas y punto.-, se cruza de brazos, negando con la cabeza.

-... No le hagas caso, Kross, tu eres un humano y ya. Da igual lo que te hayan hecho o por qué. Lo que pasa es que ella está celosa por ser un apestoso mutante.

Ante eso, Ñyan no parece ni preocuparse. Definitivamente ese nombre hace difícil tomarsela en serio...

-Sin embargo Ñyangwaza parece más un androide que tú.- Le dice Kross a Alma con los ojos entrecerrados. -Tú eres un pirata, mire por donde te mire.

Y luego se pone a observarla detenidamente, con la mano en la barbilla, pensativo. -Tampoco tienes interruptor de encendido.- Le levanta el brazo para ver debajo. -O es que está muy bien escondido?- Y se pone a hurgarle entre el cabello como buscando algo. -No será que estás aguardando a que todos bajemos la guardia para luego absorbernos y alcanzar la perfección...- Le toca el moflete con el índice, que parece bastante suavecito.

-Eeen fin.- Se lleva una mano a la cintura y con la otra se rasca el interior del oído. -Tenga alma o no, ella ríe y se enfada igual que nosotros, así que no tratarla de humana me parece un insulto, Ñyarlahotep, y tú también, estoy seguro de que cuando nadie te ve te picas la nariz y eructas, y ahora solo te comportas así delante de nosotros para verte más chula.
-A la otra no la conozco muy bien, pero seguramente opine lo mismo respecto a ella, pues sentía dolor cuando la atacaron las sombras y se alivió cuando llegamos a ayudarla, hasta nos lo agradeció, y se disculpó. Pienso que deberías replantearte tu definición de 'persona', por ejemplo, aquél Reynaldo de Chatillón, el del antifaz, me parece menos humano que ella -le pone la mano en la cabeza a Alma- por andar creyéndose el dueño de todos. Y te juro por mis pelos de la nariz que si aparece de nuevo a llevarse a alguien no me quedaré sentado de brazos cruzados.- Alzó un poco la voz al decir esto último, pero todavía no estaba enfadado. No, hace falta mucho más que esto para lograrlo, pero es posible.

-Mejor ya nos vamos... necesito un buen parfeit de fresas con toda la salsa de arándanos que se pueda conseguir.

-Eres libre de formar esa hipótesis.-, responde con despreocupación, no parece importarle las acusaciones de comportarse indebidamente, ¡O incluso de no tratar como personas a los demás!

Finalmente sale del laboratorio, la asistenta esa les esperaba junto a la puerta del elevador mágico. Una vez dentro, suben hasta la altura de la entrada. Ñyan se queda en el elevador y asiente suavemente para despedirlos mientras van hacia el patio donde dejaron 'aparcado' el deslizador ese.

-Pues... Adiós.-, dice ella, quedándose en la entrada. Parece un poco más expresiva que la otra científica, en su caso tan solo parece ligeramente borde. No es que ese par sean súper agradables pero parece que tienen a su alcance poder, tanto en forma de información como en forma de tecnología inexistente en otros lugares del continente.

-Oye...-, comienza a decir Alma mientras están preparándose para salir del lugar, el portón ya se encuentra abierto. Llueve un poco más fuerte que antes... -Gracias por defenderme. Me cuesta mucho discutir con Ñyan, ¿Sabes? Me frustra que no reaccione ante nada. Es como si no le importase lo que tengas para decir a veces...

-Pero otras veces es maja, no sé. No la entiendo. Bueno... ¡Da igual! Hablemos de lo tuyo.-

El vehículo comienza a levitar suave, ella ayuda a Kross a montarse (aunque no es que a él le cueste mucho, con lo ágil que es). -Quizás cuando eras pequeño experimentaron contigo... Creo haber escuchado, no sé si de Ñyan o Luna o de Roberto, que Reynolds hacía experimentos con humanos...

-Si Ñyan tiene razón y eres como Vicky, ¡quizás ella te pueda enseñar a hacer más cosas! Vicky también puede crear espadas... Y volar y crear escudos de energía... O quizás sepa cómo mejorar tus espadas... No sé. Habría que preguntarle.

Finalmente el vehículo arranca, empiezan a viajar por la pradera en dirección al bosque. -¡No te preocupes! Seguro todo estará bien. ¡No dejes que te afecte! Digo, si no te has enterado hasta ahora será porque no es importante... ¿No? Osea, que no tendría por qué influir en tu vida si no lo dejas...

-Hazme caso, si empiezas a cuestionarte quien eres y tal, caerás en una depresión que no mola nada. A mi al principio me ocultaron que no era... Bueno, que no había nacido de forma natural, y cuando me enteré me dolió mucho. Pero luego aprendí que la verdad no importa de donde vengas sino quien eres.

-No.- Dice secamente Kross mirando la palma de su mano, antes de subirse al aerodeslizador. -Si entendí bien, la energía con la que creo todas esas cosas proviene de las almas que componen mi 'corazón'.- Cierra su puño y esconde las manos en sus bolsillos, diciéndole a Alma muy seriamente. -Almas que una vez fueron, o podrían ser personas. Las cuales estoy segurísimo de que no han cedido voluntariamente sus vidas para formar parte de esto.
-Y yo todo este tiempo las he estado usando para idioteces como cucharas para comer mi helado o palillos para rascarme la espalda... No. Me niego a usar esto de nuevo, realmente. Son vidas las que se consumen.
-No volveré a utilizar mis armas a menos que sea estrictamente necesario. 

Al darse cuenta de que llueve algo peor se le quita la seriedad y vuelve a poner esa cara de tonto con los ojos entrecerrados. Callado como está materializa una cápsula que coloca encima del vehículo para proteger a ambos de la lluvia y no mojarse. -Esto es estrictamente necesario.- Dice así con displicencia.

Mientras van en viaje de regreso Kross escucha lo que Alma le dice mientras mira ya con algo de sueño el paisaje; sí, ya hace unas tres o cuatro horas que no duerme, pues. -No me afecta. Yo sé muy bien quien soy, pues si yo no fuera yo me extrañaría a mí mismo.
-Lo que me da rabia es el hecho de que Rayquaza sigue por ahí haciendo lo que quiere, y si dices que experimenta con humanos, pues razón de más para tener que ir a pararle el carro...- Se queda un rato pensando. -A todo esto... Quién es ese otro, Windsurf? Le gustan las olas y el viento?

-Creo que tendré que pedirle a Demian que me regale alguna espada que le sobre... Aunque...- Mira por encima del hombro, donde descansa la ballesta-rifle. -Este armatoste no está tan mal, podría practicar tiro también. De vez en cuando. Muy de vez en cuando.- Bosteza.

Alma va un poco más lento para que el ruido del viento y los pulsos de energía que libera el vehículo no ensordezcan la conversación entre los dos. Escucha atenta lo que tiene él para decir antes de asentir.

-No estoy segura de si se consumen las almas al tomar energía o si solo les robas energía que luego recuperan... Ñyan dijo algo sobre que genera energía casi, casi ilimitada o algo así, ¿No? Supongo que se refiere a que si le das tiempo siempre estará cargada pero... Bueno, no lo sé. En todo caso, estoy de acuerdo contigo con que quizás sea mejor no abusar de ello.-, ella asiente y le sonríe un poco. Se lleva bien con él, se nota que presta atención a lo que tiene para decir, quizás sea por el hecho de que siente algún tipo de conexión debido a por lo que él está pasando.

-... Si no estuviese dentro de tí, quizás podríamos quitartelo pero... No creo que eso sea posible.-

Cuando Kross crea el 'paráguas-capsula', ella ríe un poco y asiente. -No te sientas culpable, no lo sabías. Quizás ni lo notan.

Un poco más adelante, ya más cerca del bosque, están conversando sobre Reynolds de nuevo. -Ya, el problema es que es difícil... Creeme, si fuese por mí iría armada hasta los dientes y lo dejaría hecho un colador, pero está siempre escondido por ahí excepto cuando viene a tocar las narices... Y para colmo parece que está como asociado a una nación militar poderosa, según Roberto... ¡Lo cual es incluso peor, porque les está dando armas!

-Es un cabrón, un imbécil sin escrúpulos y en cuanto tenga la oportunidad iré a...-, le mira de reojo, -Iremos a darle una paliza. Pero primero tenemos que encontrarlo... Y de mientras, bueno, mejor que estés listo. Hablaré con mi hermanita.-, aunque no tengan siquiera el mismo creador la trata de hermana, -Si alguna vez cambias de opinión sobre lo de aprender sobre eso, habla con ella. Tampoco es que sobra el tiempo para aprender toodas las cosas que hay para aprender...

Más adelante, a medio camino por el bosque (tres cuartos del camino hasta la entrada de la ciudad), Alma se pone a hablar sobre ese otro, el wind surf. -El Doctor es mi padre. Es una persona muy buena, no sé como terminó enredado con Ñyan, Reynolds y ese otro que nunca me acuerdo el nombre... Se supone que trabajaron todos juntos en el proyecto este que llevó al descubrimiento de las Gemas de Almas, papá nunca me habló al respecto.

-Ñyan es más como una científica, Reynolds es más bien un ingeniero, el otro ese era un alquimista raro y papá era un médico. Desde que tengo memoria, él siempre ha estado ayudando a los demás y haciendo grandes esfuerzos por dar salud y bienestar a todos los que conoce.-, sonríe orgullosa de su 'padre'.

-Se obsesionó un poco con esto de crear vida tras... Bueno, le pasaron unas cosas y perdió a personas muy importantes para él y... Bueno... ¡Pero no pretendía nada malo! Nunca mató a nadie para crear vida... Eso no tendría sentido para él, ¿No? Además, yo no tengo de esas Gemas de Alma...-, y parece que va a agregar algo y luego ríe un poco. -... Que va, no puedo hacer un chiste tan malo. Iba a decir uno sobre que si me pongo un collar, esas serían las 'Gemas de Alma'. Porque me llamo Alma.-

-... Lo mío no son los chistes, son las frases guays que sueltas cuando tiras una puerta abajo de una patada, con un rifle en la mano.

-Tal vez no haya que ir, si dices que lo tienen muy bien guardado no tendremos mucha chance. Me parece mejor idea el esperar a que regrese. Es más fácil que buscarlo, y no tendré que caminar mucho.- Normalmente no le debería preocupar aquél tipo siempre y cuando no se metiera con sus seres queridos, pero las cosas que hacía eran simplemente demasiado como para no darles tanta importancia.

-Así que el cuarto es un alquimista entonces... No será aquél Teofrastus Bombastus? Ese nombre siempre resuena en mi cabeza cuando oigo hablar sobre alquimia. Creo que fue uno muy conocido hace ya tiempo, pero no estoy seguro realmente...- Se le cierran los ojos mientras intenta no bostezar cuando habla. Se había levantado muy temprano para ir hasta aquél lugar, y ahora le está entrando sueño de nuevo. -Ah, sobre los rifles... Quién es el encargado de las clases de tiro? Pienso apuntarme para practicar con este que me diste.- Señala a su espalda con el pulgar. -Jamás he disparado algo en mi vida y todo lo que he hecho a distancia ha sido arrojarles piedras a los monos que se robaban mis dulces, así que no sé muy bien de qué va la cosa. Pero pienso que me será útil como otro recurso más.- Recuerda perfectamente la pelea con Flay, y fue por eso más que nada que le pidió el rifle en un primer lugar. -Aunque me gustaría algo más compacto, pienso que no podré moverme como siempre lo hago mientras esté cargando con eso.

Alma asiente un poco. -Ya... Es un tema un poco jodido con esto de Reynolds. Pero es solo cuestión de tiempo antes de que se le cruce un cable e intente atacar y no me importa cuantas armas reúnan los reinos vecinos, dudo que se atrevan a atacar a la ciudad... ¡Sí hay casi tanta energía ahí que en todo el resto del planeta combinado!

-A veces sospecho que el único motivo por el cual actualmente no hay ninguna guerra grande es porque todas las naciones tienen algun arma que los otros temen... ¿O quizás simplemente la gente dejó de ser estúpida y ya no quieren luchar? Nh, no sé.

Mientras hablan van saliendo del bosque, les queda solo cruzar el puente.

-Teofrastus...-, se queda pensando, -A mi también me suena pero... No sé, yo no sé de esas cosas.-, niega con la cabeza. -Y... ¿Quien crees que es la encargada de la clase de tiro, eh?

-¿Quien va a ser? ¿La profesora que te ha dado un rifle, quizás? Aunque, bueno, Roberto va con una ballesta... ¡Bueno, da igual , soy yo!-, asiente contenta.

-Quizás querrías una ballesta de mano o algo así, en vez de ir con la cosa mágica esa por ahí. Tengo cosas más grandes y cosas más pequeñas, eso seguro.

Finalmente llegan a la ciudad. -¿Que, vamos hacia arriba o te dejo en algún lugar?

-Ah, genial, eso facilita las cosas.- A Kross se lo ve un poco más alegre, la idea de que sea Alma esa profesora le agrada. -Entonces ya que estamos me apunto a esas clases. Luego veré qué clase de arma me resulta mejor.

Mientras van llegando a Kross le hubiera gustado tomar un helado en alguna parte de la feria de la ciudad, pero recordó lo que tenía que hacer luego y se le ocurrió una idea. -Por cierto, tienes unos momentos? Necesito ir a recoger una cosa a... -saca una hoja de papel de su bolsillo, casi se le vuela- la posada 'Tres Guantes', en la zona del Mirador. Me podrías llevar? Creo que con este trasto llegaremos rápido, y me ahorraría todo el trabajo de tener que caminar hasta allá. Tendré más tiempo para dormir.

-Ah, y seré recompensado tras llevarle eso a quien me lo pidió, si quieres te doy una parte por llevarme, aunque no es mucho.- Le dolía en el alma el tener que compartir el dinero, pero sería lo justo.

El viaje por la ciudad no fue muy largo hasta que ella decidió detenerse por el Distrito Comercial, donde las calles son más mercado que otra cosa. Como si le leyese la mente, Alma se bajó de su vehículo para ir a recoger algunos refrescos: No es helado pero al menos son una especie de jugos frutales con algo de hielo. Nada extraño.

Un vaso para ella, un vaso para él, los dos disfrutaron de una dulce y refrescante bebida tras tanto viaje. Sí, que está lloviendo y tal, pero eso solo significa que el clima está algo templado: No hace frío, para nada.

-Claro que eres bienvenido a mi clase.-, le dijo ella tras sorber un trago. -Te has perdido la primera clase pero da igual, la semana que viene te enseño algo guay a ti y listo.

-La posada esa... Uhm... Me suena. Típica de mercenarios. Te dejaré cerca y luego volveré con el trasto a casa, que...-, antes de seguir se fijó en los cristales del vehículo, un tanto agrietados, -Jo. Es que así no se puede...-, suspira ella, sentándose de costado en la montura del mismo, ahora mismo estacionado y apagado. -No puedo hacer que funcione del todo bien... ¡Es que estoy todo el día peleándome con este aparato! Ya me he cargado un par de cristales más... A este paso Lunaire se va a cansar y va a dejar de darme fondos.-, y entonces se da cuenta de que está hablando casi consigo misma. -Er... Verás. Estoy construyendo este vehículo hace mucho. Últimamente no consigo un balance entre que los cristales no se rompan y que el vehículo sea controlable: Si lo ajusto para que el deslizador no se descontrole, los cristales terminan quebrándose y me cuesta un ojo de la cara repararlos; si no los ajusto lo suficiente al deslizador le agarran ataques de locura así porque sí y... Uf, no importa, deja, que te estoy agobiando.

Tras darle unas palmaditas al vehículo, termina su bebida y devuelve el vaso al tendero. Se monta propiamente en el deslizador e invita con la mano a Kross. -No te preocupes, que aguanta para este viaje. A ver si tengo tiempo esta semana de repararlo para otro viaje, por si hace falta. ¡No te preocupes por la recompensa! Tu quedatelo todo y ya.