Alex y Akairaku escapan corriendo. Akairaku le guía, bajando rápidamente por la ya conocida avenida de la Gran Escalera. Se acerca el atardecer: El sol aún brilla en el Círculo Superior pero gracias a las montañas cercanas y la geografía de la zona, la forma en la que está construída la ciudad con su cara apuntando al oeste; el Círculo Medio empieza a teñirse de anaranjado.
Quedan algunas horas hasta que ellos deban subir a la Academia para pasar la noche. Poco a poco algunas tiendas de la Gran Escalera van cerrando, los aventureros van a buscar posadas y los viajantes se retiran a sus carretas para acampar fuera.
Los trabajadores con viviendas en el Círculo Inferior se retiran antes de que la seguridad incremente y deban hacer filas mostrando papeles antes de poder bajar.
Pronto giran por una concurrida avenida secundaria y se encuentran con el Distrito Comercial, cientas de pequeñas calles repletas de puestos donde venden todo tipo de cosas: Armas, artefactos, comida, herramientas, arte... Y finalmente, tras pasear un poco, ¡encuentran lo que buscaban!
-Invito yo.-, dice con una alegre sonrisa una vez llegan allí. De todos modos Akairaku no tiene dinero consigo, así que realmente no puede discutirle... Es una tienda donde venden tanto frutas como zumos. -Pide lo que quieras. A mi me gusta de naranja y fresas.-, asiente. Tras un momento, agrega:
-... Oye... No creo que la hayas liado. Está bien que le hayas puesto los puntos a ese chico, Roland. No sé, es algo raro, siempre habla como si no fuese de este mundo...
-Y... Uhm... Si me lo preguntas, creo que has estado fantástica. Eres muy fuerte.-, asiente un poco, frotándose la nuca. -Yo ahí mirando como un tonto, paralizado sin saber que hacer, y tu haciendome quedar como un cobarde.-, ríe suave. -En parte me alegro de que no le hayas herido de gravedad, te has detenido justo a tiempo... Pero se merece la paliza que ha recibido después de haberte dado ese golpe, ¿Quien se cree que es?-
-Que envidia, ¡ya me gustaría ser tan natural como tu!
Seguia muy nerviosa, y en cierta manera, agradeció que Alexander se dejase llevar sin hacer muchas preguntas. Tenia ciertas lagrimitas aun en el rabillo del ojo. Furiosa, asustada, arrepentida. Tenia ganas de hacer pagar esas palabras al loco de Roland, y lo haría. Igual que se vengo de Adel. Pero con lo demas, solo tenia que solucionarlo consigo misma. Camino cogiendo de la manga del uniforme a Alexander, mojada por la lluvia al haber dejado el paraguas atras, pero le dio igual. Asi se calmaba mas aun.
Casi no fue consciente del momento de llegar al puesto que el decia, alzando la cabeza para dejar de mirar al suelo y observar al frente. Era todo bastante nuevo, muy diferente de todo lo que conocia, y la verguenza llegó al darse cuenta de que no tenia dinero.
- Yo... supongo que lo mismo que tu... Gracias. Te debo una.- Lo dijo y se quedo en silencio hasta que les sirvieron, cogiendo el vaso con las manos y bebiendo de la pajita. Realmente le vino bien, ya que se habia deshidratado un poco por la temperatura. Solia pasarle.
- Roland creo que realmente no es de aqui, viene de bastante fuera o eso ha dejado caer algunas veces. Aun asi, no justifica lo que ha hecho. Necesito tu ayuda, para vengarme de el como hice con Adel. Tenemos que poner un cuenco con las hierbas picantes debajo de su cama, y dejarlo arder muy despacio para que llene el colchon y las sabanas de humo.- sonrió muy levemente, al final. Apoyó la cabeza en su hombro, algo adolorida todavia. Realmente se habia dado una buena torta.
- No eres ningun cobarde, yo... no controlo el fuego, asi que podria haber hecho daño a alguien que no se lo mereciese, o quemar algo. No tengo tanto merito.- Tambien admitio sus puntos debiles y sus fallos.
Siento la ausencia, ha sido una semana muy complicada.
Él pide el zumo para ambos, pagando por adelantado. El tendero parece provenir de tierras lejanas. Es un humano común y corriente, algo mayor. Se encarga de preparar el brebaje mientras ambos hablan.
-No me debes nada. Es solo un zumo.-, dice él mientras niega con la cabeza.
-Sí, le he escuchado. "No soy de este mundo", "En mi mundo las cosas son diferentes"... No lo sé. ¿Lo dirá literalmente...?-, murmura antes de sonreír un poco. -... ¿Sabes? Yo creo que todos venimos de mundos diferentes. Tú, yo, él, todos vivimos realidades distintas... Pero ahora estamos en la misma, ¿Verdad? Ahora somos todos estudiantes... A mi me gustaría vivir esta etapa sin que mi pasado o mi futuro se metan a separarme de los demás.
-Pero... ¿Que sabré yo? Siempre tuve una vida cómoda.-, niega con la cabeza, agitando las manos en señal de negación, -¡No quiero actuar como si realmente supiese como los demás tienen que vivir sus vidas!
-Y sobre venganzas...-, él se frota las manos, sonriendo de lado, -Son mi especialidad~ ¿Que tal si compro algun polvo que le cause flatulencias incontrolables~? O mejor, mejor: Podemos cambiar de lugar los carteles y que se meta a la ducha de las chicas por accidente, ¡así le meten una tunda! También podemos retarlo a que luche con alguno de tercero... Podríamos decirle a alguno que él dice que es estúpido, así van a pegarle.
Parece que le agrada eso de ir planeando jugarretas.
-... Y... Bueno. A mi me pareció impresionante de todos modos tu fuego.-, niega un poco con la cabeza. La lluvia ha parado hace poco, ahora solo está nublado. El suelo está hámedo aún, pero no es tan malo.
Pronto llegan los zumos: Son vasos grandotes hechos de vidrio y metal. Cada uno recibe uno: ¡Rico y natural! Como cualquier zumo.
No pasa nada, yo también he estado con semana de examenes y me ha costado ponerme y postear cosas ^^U Lo siento yo también.
Akairaku sonreia mientras le escuchaba. Era raro, ambos eran muy hiperactivos y molestos, pero cuando estaban juntos era como si las energias se recolocasen y entrasen en estabilidad. Al menos de momento. Se apoyó en la barra mientras pensaba en todo lo que decia, en ser de un mismo punto y a la vez ser diferentes. O viceversa.
- Yo... creo que no importa que vida hayamos tenido, sino como la hayamos afrontado. No somos de mundos distintos. Porque aun gente que pasa por las mismas cosas, reacciona de forma diferente. No se. Pero shh. Me estas volviendo filosofica, y a mi eso se me da muy mal.- Sonrió avergonzada y le dio un leve empujoncito en el brazo.
Y como siempre, el tema de hacer maldaddes le arranca mas de una sonrisa de los labios, asintiendo con energia.
- ¡Si, es perfecto! ¡Algo que le averguence y le haga quitarse esa cara de amargado de la cara! Lo de meterse en el baño de las chicas es muy buena idea, aunque con lo cortes que es casi que se dejaria pegar en vez de salir corriendo. Y lo de pelear... tampoco quiero que le den una tunda. Lo de las flatulencias suena mejor.- Como aun no estaba muy puesta en bromas magicas, no propuso ninguna mas, pero maldades tipicas como echarle picante en la comida o cambiarle la pasta de dientes... Si que se le venian a la cabeza.
Se quedó sorprendida ante la llegada de los zumos. Tenian una pinta estupenda, y la verdad es que le venia bastante bien beber algo despues de haber dado ese choque de calor. Bebio unos sorbitos y sonrio.
- Que bueno está, gracias.- Preferia no comentar nada respecto a la magia, ya que no lo consideraba algo muy especial al no poder controlarla tanto como le gustaria. Y observó el cielo. Nuboso, algo mas frio y humedo... No era su naturaleza adecuada, pero veia lo bonito que era.
- Gracias por acompañarme, de verdad necesitaba un respiro. Eres un sol, aunque seas pervertido.- Cerró los ojos con una sonrisa.
-Ya... Creo que tienes razón.-, razona él mientras hablan, bebiendo un poco de su zumo de tanto en tanto. De mientras caminan por la zona, aunque poco a poco va bajando el sol.
-Vamos volviendo, venga.-, comenta y dirige la caminata hacia la Gran Escalera.
De camino piensan y hablan sobre posibles tretas, Akairaku da su opinión sobre las diferentes trampas que ha sugerido Alex. -Hmm, hmm...
-¡Está bien! Suena bien. Vamos con flatulencias... ¡Seguro que hay algo! Hmm... Aunque la tienda debe estar cerrada... Hay una tienda bastante guay cerca de la entrada al Círculo Inferior, venden principalmente juguetes y cosas así, ¡pero he escuchado que también venden en secreto chascos y esas cosas! Mañana bajaré a buscar si tienen algo que le revuelva el estómago y por la noche se lo damos a comer de alguna forma~
Ya por la zona superior de la Gran Escalera, Akairaku le suelta el agradecimiento. Él se pone rojo y se rasca la oreja, sonriente.
-Que va... No es nada, en serio, ¿Eh? ¡Además, no soy ningún pervertido! No te he mirado las tetas en ningún momento.-, dice, mirando hacia el pecho de la pobre chica. Y entonces se da cuenta de hacia donde mira y se da en la cara con la palma. -... Hasta ahora. Es tu culpa, me has tentado por comentarlo.-, excusas, excusas.
¡Lamento la tardanza! He estado algo liado, últimas semanas de exámenes.
También me disculpo por re-plantear cuando sucedieron las diferentes cosas que dijo Akairaku, intento acelerar un poco para compensar por todo el tiempo que estuve fuera ^^U