Partida Rol por web

A lo largo de la ciudad (como todos los años durante estas fechas) está activo el festival que da la bienvenida al nuevo año. Hay eventos por aquí y por allá, principalmente en el Circulo Medio, a lo largo del Distrito Comercial y La Gran Escalera: No es nada raro encontrarse con magos y no tan magos haciendo exhibiciones y espectáculos múltiples, ¡incluso todo tipo de actividades y juegos! En algunas zonas es casi una gran feria.

Ahora mismo está cayendo la tarde, pero como de costumbre el Circulo Inferior lleva sumido en la oscuridad desde hace algunas horas. Afortunadamente las lamparas mágicas iluminan las calles, tiñéndolas de bonitos coles. Por el Circulo Medio aún hay algo de luz natural en sus zonas más altas y en el Circulo Superior aún está siendo bañado por los dorados rayos solares.

El padre de Devi lleva horas ya dándole consejos. Está preocupado, un poco paranoico quizás: ¡Desde mañana mismo su hija ya no vive en su casa! Intenta no demostrarlo pero claramente tiene un poco de miedo.

-... y creo que les dejan salir los fines de semana, así que más te vale venir a visitarme o CUANDO MENOS mandarme una carta avisándome que te encuentras bien. ¡Lo único que me faltaba, estar sacando canas verdes por mi pequeña!-, concluye (por ahora). Sí, quizás está siendo un poco dramático... Pero también se le nota que está orgulloso de Devi.

Su hermano menor irrumpe en la conversación: -¿Me traerás cosas de allí arriba, Devita?-, con curiosidad en los ojos y una sonrisa mona plasmada en el rostro... Siempre intenta conseguir lo que quiere haciéndose el dulce y bueno.

La última carta de la Academia que recibió Devi incluía todos los documentos que ella necesita para poder llegar al Circulo Superior sin problemas, e incluso instrucciones para encontrar a una posada lujosa (¡casi un hotel!) donde pasará la noche antes de ir a la ceremonia de apertura, como es tradición desde hace tantos años que ya nadie se pregunta por qué es así. La ceremonia es el día siguiente, ¡pero en la posada esa está todo pago! A saber que tipo de comida le ofrecen allí arriba... La única condición que le han dado es que llegue para la hora de la cena.

Devi vive en La Explanada, el Circulo Inferior de Issaera. La caminata hasta el hotel... Bueno, ¡es bastante larga! Tiene que subir tooda la montaña... Afortunadamente está La Gran Escalera, una zona del Circulo Medio que es exactamente lo que su nombre indica: Una escalera que va desde La Gran Entrada hasta el Circulo Superior. Quedan varias horas hasta la hora de la cena, momento en el cual ya deberá estar en la posada... Pero el camino de subida también es largo, y hay un festival de por medio. A saber cuanto tarda, considerando la cantidad de personas que deben querer atravesar el portón que separa el Circulo Inferior del Medio, y el que separa el Circulo Medio del Superior...

Seguía manteniendo la misma sonrisa que hacía ya un buen rato, cuando su padre había comenzado con el sermón. No quería cortarle como era costumbre, hoy por lo menos le daría la oportunidad de terminar de hablar, aunque su mente hacía rato que había desconectado y vagaba por distintos lugares, pensando (sobre todo) en la comida que le darían, si llenaría su estómago, si la ropa que llevaba sería la adecuada, en los caminos más seguros para pasar... espera espera... 

"¡mierda! Esta vez no voy a colarme... ¡paso al Círculo Medio como invitada (o algo por el estilo)! ¿qué debo hacer? Me conozco las callejuelas propias de los ladrones, pero no las que deben usar las personas normales...."

Al fin parecía que su padre había terminado de hablar, por lo que asiente lentamente con la cabeza -Papá... ya no soy una niña, ¿recuerdas? ¡Estaré bien! Pero- levanta dos dedos indicando las distintas partes que iba a tratar por separado. 

Primero. ¿Venir todos los fines de semana? Me encantaría, ¡pero sabes que es un pateo! Intentaré venir cuando hayan algunas vacaciones largas o algo por el estilo, aunque a saber las costumbres que tienen por allí.

Segundo. Escribir... ¿hay que hacerlo a menudo? ¡Me da mucha pereza, ya lo sabes! Además, eso me quitaría tiempo de mis estudios- lo mira entrecerrando los ojos. Sabía que en ese terreno su padre no podría decir nada, aunque seguramente podría aprovechar el tiempo para alguna otra cosa -pero si pasa algo muy muy interesante ten por seguro que escribiré. 

Mira a su hermano desde arriba con cierto aire de suficiencia y un atisbo de pena. No se había dado cuenta, pero había crecido bastante en poco tiempo. ¿Cómo estaría cuando lo volviese a ver? -¿qué quieres que te traiga, moco? ¡Ni un mono, que para eso papá ya tiene suficiente contigo!- le saca la lengua mientras guiña un ojo. Revolviendo su pelo comienza a reír, se había prometido no llorar.

-No me gustan las despedidas, así que...- ya tenía la mano en el pomo de la puerta y medio cuerpo fuera de casa -¡nos vemos pronto!- con una gran sonrisa desaparece por la puerta. 

No, definitivamente no le gustaba las despedidas. Por lo que no sería una despedida, no para ella. 

Con una mochila a su espalda que abultaba más que ella, unos cómodos pantalones negros, una gran camisa blanca (probablemente de su padre, que le estaba considerablemente grande) y unas botas marrones, con su diadema amarilla (sí, lleva su propio estilo), Devi camina sin mirar atrás. 

Colgado al cuello llevaba dos bolsas, bien a la vista para que no se la quitasen. En una llevaba algunas monedas por si las necesitaba hasta su destino, y en la otra lo que necesitaría para llegar a la Academia. 

-Veamos...veamoooos... ¿por dónde era?- sentido de la orientación: NULO. Y más teniendo en cuenta que era de noche... Sin pensarlo había terminado en la entrada del alcantarillado, lo que hace que sacuda la cabeza de un lado a otro con fuerza -no no no, esta vez no- da media vuelta siguiendo las zonas más iluminadas, caminando todo lo rápido que le permitían sus piernas, con un ánimo inquebrantable, dispuesta a dar lo mejor de sí misma allá a donde iba. 

El sermón duró lo suficiente como para que Devi pueda explorar mentalmente todos los manjares que podría disfrutar: Tanto los conocidos como los que alguna vez ha escuchado hablar, ¡e incluso algunos que se inventa! No es que su padre sea de dar sermones largo (no más que otros padres, al menos), pero este es particularmente extenso

Afortunadamente le escucha cuando ella habla, suspirando. Su padre sabe que es cierto: -... Tienes razón...-, exhala con suavidad, murmurando palabras que ningún padre suele murmurar nunca. -Pero aún así intenta escribir, como mínimo, dos veces al mes. A mi no me engañas, ¡una hora para escribir una carta se tiene siempre!-, no parece que vaya a ceder con eso.

Su hermano menor parece molestarte, -¡Eso no se vale!-, pero no quiere pelearse con su hermana justo el día que se va.

Los dos le acompañan hasta la puerta y le saludan con la mano mientras se aleja por las calles de piedra de La Explanada, por el Circulo Inferior. Cuando finalmente desaparece de la vista, su padre suspira con nostalgia y entra a la casa.

Una vez pasa por el alcantarillado, no puede evitar sentir que alguien le sigue... Antes de poder volver a las calles iluminadas, una mano se posa en su hombro.

-He escuchado que te han admitido en La Academia. Eso explica por qué no has aparecido más por aquí...-, dice el hombre que Devi reconoce como quien suele tener el control en el Bajo Mundo. No es que sea un jefe de forma oficial ni nada por el estilo, simplemente es alguien que los demás grupos respetan. No es alguien violento o peligroso, al menos no que Devi sepa... Pero tampoco es un santo.

-¿Supongo que eso significa que vas a olvidarte de todos los favores y privilegios que te hemos concedido, para irte a vivir con los ricos y opresores, hm?-

"Quizás sí consiga encontrar algo para ese demoniete de hermano" sonríe con cierta nostalgia. Ya le echaba de menos. Espera... ¡¿le echaba de menos?! Nah, seguro que se trataba de alguna fase postdespedida o algo por el estilo "aunque...¿qué le podría gustar?"

Estaba pensando en las distintas cosas que le podría gustar a su hermano, haciendo una lista mental y diciendo algunas cosas en voz alta (quien no la conociese podría pensar que estaba loca), pero era su manera de aclararse. No se le había pasado por alto la sensación de que alguien le seguía. Aunque no quería darle mayor importancia, aceleró un poco el paso y puso sus sentidos alerta, ¿quizás demasiado tarde? 

Al posarse la mano sobre su hombro reprimió un gran grito, apartándose de golpe y girando sobre sus talones para quedar cara a cara con quien le estaba siguiendo. 

-Ah...solo eres tú, Jefe- probablemente cualquier persona que se encontrase con él estaría bastante asustada, pero ella se mostraba realmente tranquila, incluso aliviada, llamándole "Jefe" como quien llama a su amigo "Pepe" -¿olvidarme? ¡No seas ridículo!- con una gran risa y (demasiada) confianza le da un par de golpes en la espalda, como quien trata entre colegas -pero, ya sabes. Preparativos, despedidas, estudios... ¡demasiadas cosas como para pasarme! Aunque, créeme, me habría encantado- mira hacia el cielo calculando medianamente el tiempo que tenía -pero voy con prisas, no quiero llegar tarde y perder la oportunidad de estar por allí- de pronto su sonrisa se vuelve pícara y algo malvada -sabes que nunca he estado por el Círculo Superior, y ahora que tengo la oportunidad... ¡no pienso desaprovecharla! 

-Además- le guiña un ojo volviendo a ser la chica enérgica y animada de siempre -¡seguro que encuentro cualquier cosa que necesitéis!- se para un momento llevando su mano a la barbilla mirándolo pensativa -¿necesitáis algo? 

El hombre no pudo evitar sonreír al escucharla hablar. No es que uno pueda permanecer 'molesto' con ella mucho tiempo, es demasiado dulce e inocente como para creer que tenía segundas intenciones escondidas tras la espalda... Sin embargo está claro (quizás no tan claro para Devi) que por un momento pensaba que estaba frente a una posible traidora.

-Claro que solo soy yo. ¿Quien más va a ser por aquí, estos días? Están todos en el festival, perdiendo el tiempo.-, alza la mirada al cielo, quitándose la típica pipa que siempre lleva a todos lados. -Tantas cosas que se podrían hacer...-, finalmente niega con la cabeza un poco. -No importa. Ardilla, Ardilla... ¿Que voy a hacer contigo? Anda, si quieres puedes ir por el camino de siempre. Toma el túnel C en vez del A, ayer cambiaron las cerraduras del A y como están todos de fiesta...-, suspira nuevamente, decepcionado de su propio grupo.

-Sobre algo que necesitemos... Bueno, uno de nuestros chicos ha sido admitido en la Academia también. Que buena suerte tuvo.-, con un tono de tal convicción... que ni él mismo suena convencido. -Estaré en contacto con él, si surge algo él te lo hará saber.-

Dicho esto se aparta un poco, soltándole y limpiando su pipa un poco antes de dar otra calada y soplar humo blanco al aire. Las alcantarillas... Realmente no huelen tan mal como uno pensaría. Hay sistemas de ventilación por aquí y por allá, y además hay artilugios mágicos (y no tan mágicos) dedicados a deshacerse de los deshechos inútiles y dejar el agua limpia fluir. La ciudad no es nada contaminante, a menos que se pueda considerar el exceso de magia algún tipo de contaminación: Con toda ese agua imbuida de energía, los ríos de la zona siempre están brillantes y repletos de todas las criaturas que se ven atraídas al mana en bruto.

Si las calles estuviesen desiertas, ir por las alcantarillas consumiría algo más de tiempo para subir, debido a todos los desvíos que se toman. Sin embargo, tomando en cuenta lo pobladas que están las calles (¡en particular durante días festivos!), esto es un buen atajo.

La salida más alta del túnel C no está en el Circulo Superior, tan solo llega a un punto cercano al portón que separa el Circulo Medio del Superior, pero como Devi ahora tiene papeles... Bueno, no es que sea una molestia.

Perder el tiempo en el festival... perder el tiempo... Demasiada palabrería ¡y poco tiempo!

Devi, mostrándose bastante ansiosa, comienza a mover primero un pie, y después a correr a trote en el sitio. No es que fuera demasiado puntual de normal, pero hoy... ¡cuanto antes llegase mejor! 

-¡Quizás encuentren algo interesante por el festival! Ya sabes jijijijii- guiña un ojo mientras hace la señal de victoria -cuantas más personas... ¡mayor puede ser el escándalo! 

Escucha atenta (al menos en parte) la información de que uno de los suyos también había entrado en la Academia. ¿Y ella no se había enterado?, ¿cómo había pasado? Bueno, qué importaba ahora. Asiente con la cabeza dando a entender que lo había entendido, y cuando le da vía libre pasa por su lado, dándole un toque en el hombro bastante animada. 

-No os olvidéis de mí, ¿vale?- ya se había alejado unos metros cuando se da la vuelta y grita con fuerza mientras agita el brazo -¡¡nos vemos pronto!!

Tras este "encuentro", camina (o más bien corre) hasta las alcantarillas, con ambas manos en las correas de su mochila, mientras tarareaba alguna cancioncilla que otra -ha dichooooo... túnel C- después de todo, gracias al encuentro podía ahorrarse el tener que esquivar a toda esa gente, o en su defecto, quitárselos del medio con la mochila como toda una tortuga. 

-Bien... entonces al final del túnel ya estaré casi en el Círculo Superior... ¡legalmente! ¡¡qué nervios!! Mmmmm... después de todo nunca lo he visto... ¿cómo será?- como siempre... hablando sola. Así por lo menos se hacía compañía a sí misma, algo es algo. 

El Guía se despide con la mano de Devi, negando un poco con la cabeza. De cierta forma, encontrarse con esa chica le alegró el día.

Devi recorre los ya conocidos túneles de piedra, caminando por las elevaciones que admiten el paso, ubicadas entre los canales de agua brillante. Mientras recorre la zona y sube por rampas y escalerillas, empieza a escuchar el sonido apagado del festival. ¿Que estará pasando ahí arriba...? Puede escuchar que hay música y mucho ruido, además de muchísimas personas caminando y hablando: Si hubiese ido ella por arriba, seguro se distraía y llegaba tarde. ¡Pero ahora está en buen camino! Solo tiene que patear toooodo el camino hasta tres cuartos de la montaña...

Eventualmente, tras lo que más o menos una hora de aburrirse y hablar con su propio eco, consigue llegar a la entrada más alta del Tunel C, ubicada en un callejón en el camino entre La Gran Escalera y El Mirador. Sin dificultad y sin que nadie la vea, consigue salir y tomar rumbo hacia el portón entre La Gran Escalera y las Torres de Marfil, o en otras palabras: Hacia el Circulo Superior.

Una vez allí, es solo cuestión de mostrar sus papeles a los guardias y pasar... Pero las vistas son bastante bonitas, a decir verdad: Las sombras están cubriendo poco a poco los escalones, en el Circulo Medio empieza a anochecer, pero en el Circulo Superior aún hay sol.

Hacia abajo se pueden ver las lámparas mágicas (orbes de vidrio sostenidas por tubos de metal de algo así como dos metros y algo de altura) brillando en diversos colores y expulsando formas y patrones por aquí y por allá. Más abajo, multitudes de gente, puestos, tiendas... Artistas y artesanos, ¡Y ni hablar de la cantidad de luz que se llega a ver allí debajo, en el Distrito Comercial! La ciudad está muy iluminada, pero Devi ya ha estado en este festival con anterioridad: Se festeja cada año, después de todo.

Tiempo...tiempo... ¡tiempo! Tiempo era algo que tenía, además, era algo muy relativo. 

-¡Todo es relativo!- da un pequeño salto en el sitio mientras suelta un agudo silbido, valorando la cantidad de gente que debía estar caminando por el Círculo Medio, entre las calles y plazas -¡vamos!

Como siempre, sin pensar demasiado, se dejaba llevar simplemente por su entusiasmo o intuición, podía tener mil y una maneras distintas de llamarse. La cuestión era que le apetecía más que nada en ese momento merodear por el lugar, sabiendo que podía hacerlo, mirar puestos, quizás algún espectáculo que otro. 

Camina a paso ligero, con la señora mochila a la espalda, intentando esquivar a las personas, cosa que no le costaría de normal -disculpeeeeeen ... pasooooooo- pero esta vez, con la mochila, más que esquivar, se iba abriendo paso golpeando a diestro y siniestro. 

Puede que la fiesta la celebrasen cada año, pero también (además de cierto recelo) mostraba entusiasmo hacia los colores, las luces, el ambiente...

Devi baja los largos escalones entusiasmada, acercandose al núcleo de la fiesta. Collmo está cayendo la noche, empiezan a volar fuegos artificiales (¿o serán hechizos?) dando giros y volteretas en el aire antes de estallar en estelas multicolor. Los cielos anaranjados por el atardecer se tiñen por tan solo unos instantes de arcoiris, pero aún es pronto para estos fuegos: Seguramente habrán más cuando la luna esté alta en el cielo.

La chica se abre paso entre las multitudes, cada vez más prominentes. Puede llegar a ver puestos de artesanías y pequeños escenarios improvisados donde bandas de pueblos o incluso islas lejanas tocan su música nativa.

De un momento a otro, mientras intentaba apartar de un codazo a alguien, esa persona se aparta con suavidad, haciéndole perder el equilibrio. Y entonces...

... un extraño híbrido, más animal que humano, le sostiene con una pata contra el hombro para que no caiga.

-Cuidado, cuidado, podrías hacerle daño a alguien.-, dice él con una sonrisa, parece de lo más divertido por la escena. Lleva una túnica amarilla completa con capucha, en la espalda enfundada una espada. ¡No mide más de metro veinte!

Había visto muchas cosas. Los espectáculos le entusiasmaban, pero en los puestos... bueno, demasiados joyeríos para chicas y pocas cosas de utilidad. Ni siquiera le había encontrado nada a su hermano. Es entonces cuando intenta apartar de un codazo a la gente que estorbaba, sin darse cuenta de que esa persona se apartaba de su trayectoria (seguramente había visto algo que había llamado su atención), con tan mala suerte que le hace perder el equilibrio. Solo esperaba no dejar marca en el suelo y que la gente no la pisase. Pero algo o alguien la detiene en su trayectoria. 

De verdad... ¡la gente no tiene cuidado! (fue a hablar la indicada...) 

-G-gracias- alcanza a decir mientras se esforzaba por mantener el equilibrio. La mochila se había echado hacia el lado del que iba a caer, y su equilibrio se había visto afectado. 

Una vez se asegura de que no caerá hacia los lados suspira aliviada mirando a su salvador con los ojos como platos. Parpadea una...dos... tres veces, pero sigue mirándole con cara de pasmada. 

-Eres...eres...- cualquiera diría que estaba horrorizada y saldría por patas en cualquier momento. Pero, lejos de que esto pasara, le coge de las patas con los ojos brillantes de la emoción -¡¡eres un gato!!- comienza a restregar su mejilla con la de aquel animal. 

-Pero...- espera, que ahora piensa -¡hablas! ¡y andas a dos patas! ¡y usas ropa!- tuerce la cabeza hacia un lado y luego hacia otro evaluando sus ideas -¡eres un gato muy raro!- concluye bastante confiada mientras le señala con el dedo índice. 

-Yo soy Devi- se señala con el dedo pulgar y una sonrisa triunfal -dime gatito, ¿te has perdido?, ¿tienes hambre?

El felino se aseguró de evitar la caída de Devi, manteniéndose atento a movimientos inesperados o intenciones extrañas, sin embargo lo único que se encuentra es a una joven curiosa. El gato con túnica se relaja y amplía su sonrisa al notar como le está mirando, le hace recordar a la expresión que pone un niño al recibir un regalo escondido dentro de un paquete colorido y lleno de moños.

Cuando Devi suelta ese primer y alto grito, él no puede evitar ponerse a reír, cerrando el ojo más cercano a la mejilla de Devi: -Tranquila, tranquila.-, le comunica con cierto deje de alegría. La poco alta criatura niega un poco, las personas que estaban por ahí se giran a observarlos, algunas apartándose, otras simplemente mirándoles con curiosidad, el felino es una rareza.

-No, no me he perdido, no se preocupe. Hambre... Bueno, planeaba parar a cenar en alguna tienda antes de salir, no es problema.-, responde tranquilo, quizás soltando una muy leve risa, dándose cuenta de por qué Devi se lo dice. Parece una persona bastante relajada, armoniosa en cierto sentido. Por un momento, sin embargo, se la queda mirando como si hubiese notado algo que le llama la atención. Se frota el mentón, intrigado: -... Hm... ¿Eres de por aquí? ¿Vas a la Academia?-

A lo lejos se pueden empezar a ver fuegos de artificio empezar a volar y crear figuras, como está cayendo la noche ya se ven mucho más bonitos. Empiezan a iluminar las zonas más ensombrecidas de la ciudad, la música de diversos espectáculos cercanos se mezcla un poco con las conversaciones y alegres gritos de niños: Casi no dan ganas de ir a esa cena en el Circulo Superior, viendo lo enérgico que está todo aquí abajo... Pero a saber que está pasando allí arriba, quizás como son ricos han contratado a un circo.

-No, no soy de aquí. Vengo de allí- alarga el brazo señalando en dirección al Círculo Inferior -¿Academia?

Se quedó pensativa un instante, el tiempo suficiente como para que los fuegos artificiales comiencen a iluminar el cielo y se quede embobada con los distintos colores y formas mientras soltaba un silbido -fiiiiuuuu cada año se superan.

Utilizaba la mano como visera con una gran sonrisa decorando su cara. Algo de lo que le había dicho el gato había llamado su atención y ahora le daba vueltas en la cabeza. Academia... Academia... ¿Academia? Cuanto más lo pensaba más extraña le sonaba la palabra. 

-¡MIERDA! ¡¡LA ACADEMIA!!- se da una sonora palmada en al frente. ¡Se había olvidado por completo! Se gira hacia el gato estrechando su pata mientras la movía con energía de arriba hacia abajo -gracias gracias ¡gracias! Me ha salvado hoy dos veces. 

Gira sobre sus talones y comienza a correr en el sitio para coger velocidad. ¿Qué hora sería? Con dos dedos en la frente a modo de saludo le guiña un ojo al gato -Ya nos veremos de nuevo Señor Gato. ¡Y que le aproveche la cena! 

Sin esperar un momento más le da la espalda y comienza a corretear entre las personas, esquivando a unos y a otros, buscando la puerta por la que debía cambiar de círculo. No sabía el tiempo que le quedaba, nunca había estado en el Círculo Superior y no sabía cómo transcurría allí el tiempo. 

El felino asiente un poco, mirando hacia el Circulo Inferior. Se queda un poco pensativo, sonriendo ligeramente cuando ella habla de los fuegos artificiales: -Es cierto. Cada año es más bonito...-, asintiendole mientras observan el cielo.

Cuando repentinamente ella se sobresalta, el gato la mira con algo de sorpresa. Le mira con los ojos algo más abiertos que antes mientras ella le agita la pata de esa forma tan energética. -Hasta entonces, pequeña.-, saluda él alzando un poco uno de sus brazos, mirándole irse. Ríe suavemente, negando con la cabeza mientras se da la vuelta y sigue su camino.

El camino al Círculo Superior no es muy largo, ya estaba cerca. Tras presentar sus papeles ante los guardias (y pasar unos momentos de tensión mientras los examinaban detenidamente), se le permite el paso. Se encuentra a si misma, tras el portón, en una zona que parece ser la continuación de La Gran Escalera, pero los edificios a sus costados son torres de color blanco, dándole nombre al distrito: Las Torres de Marfil. Allí viven usualmente los nuevos nobles o ricos, o los comerciantes muy adinerados.

Tras recorrer la zona y perderse un poco entre las calles, finalmente llega a una posada de varios pisos, similar a un hotel pequeño. Al fondo de la sala, siguiendo una larga alfombra carmesí con detalles dorados y negros, hay un escritorio largo de roble donde una mujer de mediana edad y ropas elegantes está actuando de recepcionista.

-Ah, buenas noches, jovencita. Imagino que será de los nuevos alumnos de la Academia... ¿Podría decirme su nombre y apellido, por favor?-

Parecía tener la palabra CURIOSIDAD escrita en la cara. Devi no paraba de mirar a un lado y otro. Desde que había pasado la puerta que separaba el Círculo Medio del Superior estaba más relajada y embobada con todo lo que veía. Caminaba con las manos en los bolsillos, disfrutando del paisaje. Distintos edificios se elevaban a su alrededor, personas refinadas paseaban por las calles, sin prisa ni hollín en sus manos o rostros, todos inmaculados, y algunos la miraban con gesto de desaprobación, a lo que ella les echaba una de sus miradas cortantes acompañadas con un chasquido de lengua -tch.

(Como siempre perdiéndose y sin sentido de la orientación) Acaba llegando nadie sabe cómo a la posada que le indicaban. "¡¿A ESTO le llaman posada?!". No tenía ni punto de comparación con respecto a su casa, y aun menos lo que ellos llamaban "posada", algo así como un albergue, quizás los establos o algo parecido. 

"Tch...tanto lujo mientras los demás viven de su sudor" admiración e indignación se mezclaban de manera extraña dentro de ella, hasta que la mujer le habló. Se quedó mirándola por un momento sin decir nada, hasta que comprendió a lo que se refería (su mente trabajaba a una velocidad lenta, qué se le va a hacer). 

-Eeeeh... ah, sí, claro, la Academia- era demasiada novedad de golpe y todavía se le hacía raro pronunciarlo -Devi Windsky. Dígame que no llego tarde para la cena- acompañando la frase mira a la mujer con dos lagrimones cayendo de sus ojos y carita de perrito abandonado. 

La secretaria sonríe un poco, anotando algo en un cuaderno y dándole una llave a Devi. -Tiene suerte, la cena está a punto de comenzar. Señorita Windsky, su habitación es la primera del segundo piso, la escalera está a mi derecha. El comedor está tras el umbral a mi izquierda, ya hay algunos de los jóvenes de la Academia allí. En su habitación dispone de un baño, cama, sillón y un armario con toallas. Espero tenga una cómoda estadía.-

-¿Eeeeh?- deja escapar un ligero tono de angustia. No era su intención parecer fuera de lugar pero... ¿acaso había en ese lugar más de un piso? 

La parte buena (y bastante buena) era que no se había perdido la cena pese a haberse entretenido por los alrededores con las fiestas y demás (sin contar con el rato en el que se había perdido por el Círculo Superior). 

-Ah- ¿ya habían llegado alumnos de la Academia?, ¿cómo serían? -muchas gracias- con una simpática sonrisa mira a la recepcionista y las escaleras, alternativamente. Bueno, por lo menos el lugar parecía lo suficientemente resistente como para no venirse abajo, ¿no?

Con la sonrisa congelada por los nervios, apretando la mandíbula y con los nudillos blancos de tanto apretar la correa de la mochila comienza a subir las escaleras. ¡Estaban en perfectas condiciones! Incluso parecía que se pudiese reflejar en el mismo suelo... En comparación... ella se sentía bastante sucia. 

Siguiendo las indicaciones que le había dado la mujer subió hasta el segundo piso encontrando de golpe su cuarto. ¿Había dicho que era el primero, no? -Guaaaau...- Entró al cuarto, tan impresionada como antes. Todo allí eran lujos...

Dejó la maleta encima de la cama y se fue directa a la ducha. Después de pasar por las alcantarillas (aunque no estuviesen sucias) y atravesar una marea de gente se sentía apestosa, indigna del lugar. Levanta un brazo y entierra la nariz en el sobaco, arrugándola en el instante y poniendo mala cara -sí...necesito una ducha.

Una ducha, en principio sencilla, se instalaba en el baño, aunque después de entrar en ella descubrió una infinidad de botones para hacer que el chorro de la ducha cayese de distintas maneras, caliente, frío... No tardó demasiado, pero fue el tiempo suficiente como para que la ducha fuese algo caótica, entre fría, caliente, relajada y estresada. 

Había dejado la ropa colgada de manera que se "airease" (vamos... no iba a lavar la ropa, pero esa era una manera de que se disimulara un poco el olor). Además, en el mismo cuarto habían jabones de todos los colores y olores, incluso más de los que se habría imaginado, y también había colonia, la cual comenzó a echarse por todo el cuerpo y por encima de la ropa una vez puesta de nuevo. 

Colocándose la diadema para apartarse el flequillo que caía mojado sobre sus ojos se miró en el espejo -mueee- se encogió de hombros. Estaba como siempre. Sin pensarlo más salió fuera de la habitación con el grito de -¡A CENAAAAR!- (¿modales?¿qué es eso?¿se come?) y se dirigió escaleras abajo cruzando por delante de la mujer para ir a la zona donde se realizaría la cena. ¿Conocería a alguien de los presentes?, ¿serían simpáticos? Y...¿sabría quién era el chico que le había mencionado el Jefe? 

Devi, tras un poco de dar vueltas por los pasillos decorados con largas alfombras rojas, ¡consiguió encontrar su habitación! Amplia, equipada con una cama grandota que parece digna de un conde, tan cómoda que le dan hasta ganas de dormirse allí y no despertar hasta que la obliguen~

Aún así... Su estomago le sigue pidiendo comida. La ducha no le ayuda mucho a distraerse, pero al menos relaja: Si se toma el trabajo de regular el agua un poco, ¡está perfecta! El baño está decorado con bonitos azulejos color miel. Entre jabones y perfumes, queda con un olor bastante dulce en el cuerpo.

Una vez sale al pasillo, algunos criados se giran a mirarla mientras grita apurada y entra al comedor.