Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

La Gran Sabana: Caminos de tierra.

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10/04/2012, 23:35
Khadesa.

La Quinta había tomado la mano que Lengua Negra le tendía, con una mirada intrigada. ¿De qué necesitaba hablar con ella su primo? Le siguió, pronto lo averiguaría. Además, así se alejaba del maldito chamán y sus comentarios.

Después se acostaría, tras un buen rato de meditación en su tienda.

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10/04/2012, 23:44
[RIP] Jabalí.

Estaba tan absorto en la conversación con el arquero, que hasta que este no se lo hizo notar no se percató de que los dos animales estaban hablando.

Si alguien se hubiera fijado verdaderamente en él en ese momento, se hubiera dado cuenta de que su piel palideció dos tonos por lo menos.

-Animales que hablan.... nada bueno presagian... mala señal, ¡mala cosa! -dijo negando con la cabeza mientras esquivaba ver aquel espectáculo y en un ligero murmullo repetía varias veces una misma frase, casi como si pronunciar varias veces aquello que fuera que estaba diciendo lo librara de fuera lo que fuera que pensaba que caería sobre su cabeza solo con presenciar a aquellos animales hablar.

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11/04/2012, 00:38
[RIP] Escarabajo.

Escarabajo escuchó a Serpiente con curiosidad y abrió los ojos solo un momento. De hecho, por un segundo, pareció, dar un paso atrás mientras paraba el golpe de Serpiente. Pero luego la rabia nubló por completo sus ojos. Había una diferencia entre fingir estar loco para tener una ventaja en un combate, y estar preso de una rabia profunda y homicida. El antiguo guerrero de la tribu de los Comedores de Cristal Afilado sonrió de forma perversa mientras lanzó un ataque rápido con el arma de su mano izquierda mientras golpeaba con el arma de su mano derecha el arma que empuñaba Mentiroso, buscando desequilibrarlo.

Los ojos de Escarabajo parecían dos pozos negros de profunda locura, y empezó a reir, entrecortadamente y entre dientes. Aun no estaba preso de la furia... pero nadie podía saber lo que iba a ocurrir. Al menos eso parecía.

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11/04/2012, 00:49
Campaña.

Campaña se había despedido del comerciante convencido de que había hecho un buen trato y había montado su nueva tienda con entusiasmo, ayudado por Attar y Ponzoña. En un primer momento Campaña había temido que la tienda fuese demasiado pequeña para él pero no había sido así y aquella noche había dormido plácidamente en la intimidad que le proporcionaba aquel trozo de lona. El conjunto de tienda y manta era de lo mejor que había probado Campaña hasta el momento, y unido al suave tacto de la capa de Soldado que su tío le había regalado consiguió algo difícil de superar.

Aquella noche durmió a pierna suelta recordando la promesa que le había hecho a Ponzoña, le devolvería su dinero cuanto antes, y no porque Ponzoña hubiese mostrado que lo necesitara con urgencia sino porque Campaña lo había prometido y las promesas entre hermanos constituían un pacto casi sagrado, o al menos así era cómo Campaña lo concebía.

La mañana sorprendió a Campaña cuando los primeros rayos de sol atravesaron la lona de la tienda, creando un ambiente cálido y colorido en su interior. El gigante se frotó los ojos sin terminar de creer lo que estaba viendo, pero en efecto, no era producto de su imaginación, aquella luz tenue pero acogedora era muy real y lo mejor de todo es que a partir de aquel día se despertaría todos los días contemplando aquel espectáculo. Seguramente sería algo que perdería interés con el tiempo, pero por el momento a Campaña le pareció grandioso y por esa misma razón aquel día se levantó de muy buen humor.

El día anterior había prometido entrenar con Attar y Ponzoña aunque al final no había sido posible por lo que sentía que se lo debía a sus hermanos, además era una excelente ocasión para mantenerse en forma, que por el momento no tuvieran un enemigo al que enfrentarse no significaba que pudieran dejar de lado el entrenamiento. Era incluso más importante que nunca entrenarse, pues no siempre contarían con tiempo suficiente para hacerlo. Campaña se puso su armadura como hacía cada mañana y marchó en busca de Attar y Ponzoña, cuanto antes comenzaran a entrenar mucho mejor.

- Campaña prometió entrenar con Attar... Campaña ya está listo - le dijo a Attar sonriendo.

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11/04/2012, 06:14
Matagatos.

-Está bien, mañana será un buen día para que aprendas algo entonces. Digo a Dedos. No era una mala idea enseñar a alguien más a encontrar hierbas y plantas medicinales. Había resultado ser muy útil hasta ahora y cuanto más pudieran hacerlo en el futuro sería mejor para todo el pelotón, no quería que volviéramos a tener gente enferma por falta de medicinas para tratarlos, aquello había sido un gran lastre en nuestra primera misión. Buenas noches.

Sigo con la mirada a la exploradora mientras se aleja y me acomodo encima de la estera para comenzar a dormir, no sin antes echar un último vistazo a que todos se encuentran bien. Casi inmediatamente Ojopocho aparece en la zona de acampada, parece cansado. Me alegro al verlo, su retraso estaba empezando a preocuparme.

-Me alegro Ojopocho, espero que hayas aprendido muchas cosas, empezaba a preocuparme por vuestra tardanza, me alegro que no os haya pasado nada.

Ojopocho se aleja en dirección a la zona de exploradores No sería mala idea que el explorador se uniera a la búsqueda de hierbas, pero apenas había regresado del entrenamiento y estaba ostensiblemente cansado, así que sería mejor dejarlo para otra ocasión.

Si no tenemos suerte por la mañana, quizá quiera ir por la tarde.

Antes de dormir hablo un poco con Ponzoña para comentar como había ido el día y avisarle que al alba me iría a buscar hierbas.
La noche pasa tranquila y apacible y me despierto con las primeras luces del alba decidido a aprovechar todo el tiempo posible hasta la hora de la comida. Me lavo la cara en uno de los barreños de agua para espabilar un poco y después me acerco hasta donde duerme Dedos y pongo una mano en su hombro mientras la muevo un poco con suavidad.

-Espero que no hayas cambiado de opinión. Susurro a la Exploradora que me mira soñolienta.

Notas de juego

Ponzoña: si hubiera algo destacado que comentar lo hacemos en conversaciones secretas que la noche se me ha pasado volando!

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11/04/2012, 12:07
Serpiente.

- Sí, sí, estoy despierto- respondí con la voz cascada. Carraspeé y continué hablando.- No sé quién prefiero que me despierte, si tú o Matagatos.

Pero su estancia en el exterior de mi tienda fue breve. Tan pronto como recibió confirmación de que ya tenía los ojos abiertos se alejó para preparar el viaje. A mí también me quedaba esa parte aunque no es que tuviese demasiado que preparar; las alforjas como siempre estaban listas y las bolsitas bien atadas al cinto. Cuando me cercioré de que todo estaba en su lugar, salí de la tienda.

Me tome unos segundos una vez fuera para que mis ojos se acostumbraran a la naciente luz. Luego me dirigí al pequeño estanque en el que me lavé la cara, bebí y llené el odre para el viaje.

Con todo listo solo me quedaba encontrarme con Mentiroso, aunque en el último instante se me ocurrió otra posibilidad muy divertida. Para mí, por supuesto, no para Mentiroso ni el resto de los Hostigadores, pero era una posibilidad al fin y al cabo. Terminé desechando la idea al pensar que el viaje sería lo suficientemente cansado como para que yo contribuyese antes de empezar un poco más a ello.

- “Otro día será.”

- No me gustan los animales. - le aclaré nada más llegar a su lado.- Además yo no pienso ir a pie si tú vas montado. Los camellos son animales muy poco discretos, Mentiroso- añadí con una amplia sonrisa.- A lo mejor se ponen a hablar a voces por lo emocionados que están con el viaje y despiertan a todo el campamento.

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11/04/2012, 12:11
Caracabra.

Se levanta descansado después de una noche tranquila, al pequeño jorobado ya no le duelen las piernas, y esta alegre, hoy podría ser un gran día. Antes de salir de debajo del carro se masajea, como todas las mañanas las piernas, una costumbre que le ha ayudado a recuperarse de las caminatas y tener menos tirones. También comprueba, el material para hacer trapas que ha podido escatimar en el campamento: algo de cuerda, ramas y un poco de cordel; con ello podría poner varias trapas de lazo.

Salió de debajo del carro, y espero a que Khadesa se levantara, era la encargada del racionamiento, y siempre le había tratado bien.   Hola, Khadesa. Me podrías dar un poco de grano, quería poner unas trapas para conejos cerca del campamento y el grano me serviría de cebo. Dice Caracabra con la mayor humildad posible, tratando de explicarse lo mejor que puede, con frases cortas y concisas.  Las pondré hacia el sur, lo mas alejado posible del poblado. La verdad no quería tener problemas con los esclavistas, y si le pasaba algo, quería que el resto supiera donde estaba; ya no estaba solo, tenia que confiar en el resto del grupo. Si alguien quiere acompañarme será bienvenido. La verdad, tenia miedo de salir del campamento el solo, aun no era el guerrero valeroso que perseguía ser.

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11/04/2012, 13:40
Khadesa.

Había amanecido un día claro, y ella se sentía bien. Había dormido en su tienda, como venía haciendo desde que habían acampado allí, cerca del poblado esclavista, a cubierto, en su estera, con su manta. Se había levantado de buen humor, y se había dirigido a buscar agua, tanto para beber como para lavarse.

Fue a la vuelta, junto al carro, cuando Caracabra le pidió el grano.

-El grano es para alimentar a los animales del Pelotón. Pero, si con algunos granos consigues algunos conejos, y de éstos algunos los das para los Hostigadores, puedes cogerlos. No será un mal trato.

Sonrió al guerrero.

-Por cierto, aún no te he dado las gracias por apoyarme con lo de ese bastardo de Rastrojo. No creo que lo consideraras culpable para hacerme un favor, sé que fuiste fiel a tu propia opinión. Pero quiero que sepas que te admiro por sostenerla, incluso cuando hubo tan pocos que lo hicieron. Hay que ser valiente y estar seguro de uno mismo para ir contracorriente. Y lo hiciste.

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11/04/2012, 14:03
Ponzoña.

El Hiena había ayudado a Campaña a montar su tienda junto con Attar, para después retirarse a su propia tienda. Aún era temprano para dormir, y el bloque de madera obtenido gracias a Carpintero aún permanecía sin tocar. Lo tomó entre sus manos, estudiando las vetas, los nudos, la textura de la madera. Desplegó a un lado sus objetos de talla y tomando el pequeño cuchillo lo afiló en la piedra tras escupir en ella. El filo brilló ante las llamas de la cercana fogata. Con su punta dibujó una fina y burda silueta, apenas perceptible, solo una línea de casi nula profundidad. Dejó el cuchillo a un lado, cerró los ojos y dejó que la madera hablara a sus manos. Aquel trabajo exigiría horas, muchas horas y no tenía prisa. Abrió los cerrados párpados y retomando el cuchillo de tallar, efectuó unos primeros y superficiales cortes, dejando que pequeñas virutas cayeran al suelo. Fue un trabajo lento y parsimonioso y a ojos de cualquiera, nada había avanzado. Pero el Hiena, satisfecho, dejó la pieza en el suelo, recogió las virutas y las arrojó a un lado.

Tras ello, extendió su estera y durmió.

El alba lo despertó con sus primeras luces. Se levantó y se alejó hacia las letrinas. Orinó y defecó y después se acercó con un cubo allí donde el agua se filtraba a la superficie. Aprovechó para rellenar su odre y llenó medio cubo que usó para lavarse y arrastrar así el sudor, el polvo y la suciedad. Cuando regresó a la zona de acampada de los hostigadores, vio a Campaña acercarse, dispuesto para un nuevo entrenamiento. Miró a un lado y a otro, buscando con la mirada a Matagatos. Era día libre, pero quizás tuviera instrucciones. Lo distinguió más allá, viendo cómo se inclinaba hacia Dedos. Si hubiera tenido algo que decirle, sin duda se hubiera dirigido hacia él. En cualquier caso, Ponzoña pensó que durante su entrenamiento estaría visible, de modo que si el líder quería decirle algo, lo haría.

-Sí, entrenemos. Hoy seremos tres. Nos organizaremos atacando dos a uno por turnos. Verás entonces la utilidad del escudo, Campaña -dijo al hijo del Herrero-. Y tú Attar, podrías probar también a usar el escudo. Saber más siempre es bueno. Attar, Campaña, atacadme primero vosotros. Solo marcar el lugar del golpe .

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11/04/2012, 14:05
Lengua Negra.

Lengua Negra bostezó ampliamente cuando despertó con los primeros ruidos del campamento. Apreciaba aquellos iniciales momentos de actividad, donde pocos hablaban, donde los ruidos aparecían amortiguados por una pátina de pereza. Y ante él, una larga jornada exenta de especiales obligaciones, un día en el que dedicar sus energías a objetivos propios.

Recogió sus enseres y tras las abluciones de rigor, se acercó a Dante. Acarició a su caballo, que frotó su testuz contra el cuerpo del analista. De un rápido y ágil salto, montó en él y la sensación de torpeza que habitualmente sentía sobre sus dos piernas desapareció. Clavó los talones en los flancos de dante y se lanzó a un trote rápido que acabó en un galope por el perímetro del campamento. La sensación de libertad, de velocidad fueron únicas. Redujo el paso de dante y regresó a su zona de acampada. Esperó a que la respiración del caballo regresara a la normalidad y secó la espuma de sudor que se había formado en su cuello. Cuando la temperatura bajó, dejó que bebiera de un cubo. Le dio su ración de grano y lo ató con una cuerda larga para que pudiera pastar con tranquilidad.

Entonces encaminó sus pasos hacia su objetivo. Los entrenadores de caballos. Debía hablar con ellos.

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11/04/2012, 15:12
[RIP] Attar.

Attar había dormido razonablemente mejor aquella noche. La manta que le había dado Campaña le sirvió para envolverse y mantener algo más de calor, además de comodidad. Era una sensación que si había conocido alguna vez, ya la había olvidado, por que le pareció totalmente nueva.

"Attar se pregunta como será dormir en una tienda de campaña, con su estera..."

Pero el día había llegado, asi que, después de atender sus necesidades fisiológicas, y observar como unas pequeñas hormigas recogían cáscaras de grano del suelo para alimentar a su hormiguero, volvió con Campaña y Ponzoña.

-Sí, entrenar-dijo en K'hlata-pero escudo... Attar tiene... arma grande, no poder.

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11/04/2012, 17:57
Caracabra.

Gracias.  dice el pequeño jorobado, casi sin poder parar de temblar a causa de la emoción, las palabras de Khadesa suponían mucho para él. Pero no tenía que dejar llevar por los sentimientos, un buen guerrero nunca se dejaba llevar por sus emociones, y eso era lo que deseaba ser. Si.. si.., solo defendí mis principios. Pero aun le quedaba mucho camino por andar, y la felicidad se marcaba en su rostro. Voy a poner las trampas. Caracabra cogió un puñado de grano, y avanzo hacia el final del campamento, aun pensando en las palabras de Khadesa.  Estas habían apartado el temor  de salir solo del campamento.

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11/04/2012, 18:06
Caracabra.
Sólo para el director

Me alejo del campamento con cuidado; alejándome de las zonas concurridas; y buscando  la mejor localización para colocar las trampas. Todo ello siempre alerta, siendo lo mas sigiloso posible, como me enseño Masutsu. Tengo todo el día, no me importa el tiempo que tarde.

Notas de juego

¿Que tengo que hacer para colocar 5 trampas?

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11/04/2012, 19:20
[RIP] Mentiroso.
- Tiradas (4)

Notas de juego

Entrenamiento con Escarabajo

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11/04/2012, 19:27
[RIP] Escarabajo.
Sólo para el director
- Tiradas (4)
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11/04/2012, 19:23
[RIP] Mentiroso.

Mentiroso hablaba en voz baja.

-Te habría dejado ir en camello. Pero tienes razón, podrían ponerse a discutir por no hacerlo -se encogió de hombros y volvió a atar el camello. -Vámonos andando.

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11/04/2012, 19:32
Dedos.

Medio abrió un ojo aún con la mente en un sueño que no recordaba, o eso era lo que se solía decir-

- ¿Uhmmmm? –fue su respuesta.

La noche había sido buena, sin contratiempo y un clima ni en comparación con lo vivido antes del poblado de Los Tres Castores. Se incorporó con los ojos entrecerrados y poco a poco fue cogiendo consciencia.

- Ahhh… Sí, sí… -se llevó las manos a la cara y se la frotó- Deja que recoja éstooo… -bostezó y acto seguido se dio unas palmaditas en las mejillas- Recojo, me aseo y te sigo.

Le dedico una sonrisa con aquella cara medio somnolienta y sus rastas completamente salvajes. Aceleró el ritmo para no hacerlo esperar, pero tampoco iba a dejar todo desperdigado. Una vez concluido se acercó con la mochila a la espalda.

- Lista.  

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11/04/2012, 23:11
Matagatos.
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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12/04/2012, 00:33
Peregrino.

Después de haber entrenado todo el resto de la tarde, me acosté a dormir en la zona más cálida que encontré, aprovechando que no ha llovido hace tiempo y no hay charcos de lodo en los que mojarme. La noche fue tranquila, pues con los Exploradores como vigías, nada debía preocuparme por incursiones sigilosas en el campamento, pues de seguro ni una rata entraba sin ser notada. Durante la noche soñé con mi entrenamiento, analizando mis movimientos y técnicas aun dormido. No existe devoción mayor por el arte del combate.

A la mañana, me despierto refrescado y me pongo de pie en medio segundo con una pirueta. Camino un momento por el campamento para desperezarme y comienzo a trotar y hacer flexiones para mantener y mejorar mi estado físico. Una vez he terminado, noto que tres de mis compañeros se preparan para entrenar, lo que me anima. Me acerco a ellos y le hablo les saludo con una reverencia, para luego hablarles en K'Hlatan, especialmente a Ponzoña, quien ahora es nuestro superior:

 - "¿Puedo entrenar con ustedes?"

Me mantengo a la espera, mientras comienzo a desenvainar mi espada. Entiendo que no será un combate, pues no quisiera dañar a mis compañeros, pero mi arma es mi vida y prefiero luchar con la desventaja de golpear con la parte plana del arma que tener que usar una imitación de otra arma que no domino, como tuve que hacer durante toda la instrucción.

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12/04/2012, 09:53
Rastrojo.

Hiiiiiiiiiiiiiii-Hooooooo

Hiiiiiiiiiiiiiii-Hooooooo

Hiiiiiiiiiiiiiii-Hooooooo

Los rebuznos resonaban en su mente con fuerza. Se despertó sudado y con el corazón latiéndole a la velocidad de una gacela.

Arf... Solo ha sido una pesadilla... Arf... Arf...

Había dormido más de la cuenta y el sol ya estaba calentando la lona, convirtiendo el cubículo en un horno. Por eso lo de la pesadilla, por el malestar que le estaba ocasionando dormir a esas temperaturas.

Segundo día libre, y segundo día para holgazanear. Pero estaba acalorado y necesitaba encontrar un lugar fresquito para pasar las horas. Aprovechando que el sol todavía no estaba en su punto más alto, paseó entre las tiendas de la Compañía disfrutando de la sombra que ofrecían. Cuando se quiso dar cuenta, estaba en la zona de los mercaderes.

No estoy para desprenderme de mi dinero, pero mejor me comporto como un cliente para que no crean que estoy haciendo el vago. La gente es muy malpensada.

Buenos días... ¿Cuánto cuesta un arco?