Partida Rol por web

El momento duró tanto como quisieron. Ambos se dejaron llevar por la pasión y, tras aquel mágico desenlace, se encontraban el uno al lado del otro, tumbados en la arena de aquel paraje de ensueño.

William giró la cabeza para contemplar el rostro de Rachel cuando ella le dedicó aquellas palabras. Su corazón aún latía con fuerza, estaba relajado tras la tensión pero aún respiraba entrecortado recuperando el aliento. Le sonrió a Rachel, la miró con dulzura y se giró hacia ella para acariciar su mejilla y apartar un cabello rebelde:

-Eres condenadamente buena Rachel, solo a ti se te ocurriría decirme eso ahora... y por eso me vuelves loco.-

Se incorporó un poco apoyándose en su brazo más cercano a la arena, negó con la cabeza en una señal de rendición ante ella, no sólo le gustaba aquella increíble mujer, sino que verdaderamente le volvía loco.

Echó un vistazo a su alrededor, pudo ver como la mesa y todo lo que tenía estaba desperdigado por todos sitios. Sin localizar su ropa, miró a Rachel de nuevo con una media sonrisa y comentó:

-Bueno, parece que hemos echado a perder la comida, pero ha merecido la pena solo por tenerte a mi lado con el culo al aire.-,al decir esto le sonrió él con malicia y le lanzó un guiño de complicidad, -¿Buscamos nuestra ropa para cenar? Me gustaría que nuestra despedida fuera igual de inolvidable.

La voz de William se apagó casi en un susurro, su expresión se volvió algo sombría ante la idea de separarse de Rachel. Acarició de nuevo su rostro y respiró profundamente, para luego inclinarse y besarla, un beso cálido, como si acariciase sus labios. Con los ojos entrecerrados la miró y concluyó:

-Aunque no creo que pueda olvidarte nunca Rachel.

Rachel le observó, de lado, con la cabeza apoyada en la mano y el codo hundido en la arena. Recibió su beso con cariño y dulzura y le sonrió al terminar, levantándose ella y levantándole a él también. Lejos de ir a buscar su ropa, no se separó de él, y pegó sus cuerpos de frente, mirándole desde abajo y con sus brazos alrededor de él.

¿Se está despidiendo Sr. Kelly? Me apunté a esto para conocer a alguien, no creo en los finales. Es tan fácil como darnos el contacto y ver dónde nos lleva... Ahora sí se separa, y busca su vestido.. le da la espalda, así que él no puede ver la expresión de su cara, ha ido a la mesa a rescatar un trozo de fruta. Pero prosigue: A no ser... que hayas conocido a alguien más. Dice con el mayor tono neutro que puede.

Al oír esas palabras apretó los labios y contempló a Rachel mientras se alejaba de él para coger algo de fruta. Negó con la cabeza y cogió sus pantalones los cuales se calzó para no estar desnudo, luego se acercó lentamente a ella y se puso a su lado, agachandose igualmente para coger algo de fruta que no tuviera mucha arena. Luego en tono tranquilo contestó:

-Para nada es una despedida, es más, no sólo quiero seguir conociéndote fuera de aquí Rachel, sino que me gustaría compartir Manhattan contigo, mi hogar.-,Will se encogió de hombros y prosiguió, -No he conocido nadie como tú, nunca, la forma que tienes de picarme y lo dura que eres me resulta irresistible, quiero ir a Central Park contigo, tomar un café en el Soho, quiero que vengas a Brodway conmigo...-,lanzó el trozo de fruta que le quedaba desechándolo y pasó sus brazos por las caderas de Rachel, -Desde nuestra primera cita me dejaste descolocado y eso no suele suceder. Mi vida sentimental siempre ha sido desastrosa por mi "trabajo" y en lo único que he pensado desde que te tuvimos la speed date es en ti, en tu sonrisa, en volver a verte, en tener un día entero para disfrutar contigo, en besarte, quise besarte cuando te acercaste a mi y cogiste mi corbata, quise besarte nada más verte aquí... Te has metido aquí de una manera que nadie lo había hecho antes.-,dijo señalando su cabeza, -Así que no, no es una despedida, de hecho si por mi fuera cogería ese helicóptero contigo y me escaparía del programa para llevarte al Empire State y besarte en lo más alto de Nueva York.-

William atrajo hacia sí el cuerpo de Rachel y la miró con una sonrisa cómplice:
-Y recuerda que soy boxeador, puedo machacar a cualquiera al que quieras escupir y eso siempre suma puntos.-

Fue instantánea la sonrisa de Rachel, de oreja a oreja y dejándose llevar por William. Se encontraba muy cómoda entre sus brazos, y a pesar de que ella siempre había sido una chica dura y autosuficiente, que de vez en cuando tuviese a alguien ahí con el que poder relajarse y bajar la guardia estaba bien.

Desde que tuvimos la cita, las demás no han sido lo mismo. A veces pienso que si la cita contigo no hubiese sido la primera, puede que las otras no hubieran ido así de amistosas. Dice acariciándole la mejilla y rozando su cuello con la nariz. Pero el destino quiso que fueras el primero, y que con los demás me lo haya pasado mejor o peor, no han dejado de ser citas como si hubieran sido con mis amigos. Dice encogiéndose de hombros. Cuando alguien se me mete aquí y aquí, ambos quedan bloqueados. Dice señalándose la cabeza y el corazón. Y por lo visto, también me vuelve una ñoña. Dice riendo.

William acarició suavemente la espalda de Rachel mientras hablaba, sus palabras le hicieron sonreír exultante y se deleitó en el tacto de su piel con la suya:

-Me sorprende señorita Vuitton, ¿usted siendo tan dulce?-

Lo cierto era que se sentía pleno, como si acabara de ganar un combate y eso le encantaba, adoraba como Rachel le hacía sentir:

-Me pasa lo mismo, después de conocerte no pude dejar de pensar en ti y en lo que disfrutaría contigo en cada sitio donde he estado. Me apunté a este programa para conocer a alguien especial y tenerla entre mis brazos es una sensación increíble. -

William alzó el rostro de Rachel con suavidad para encontrarse con sus ojos:

-Además, me alegra haber confiado en que el destino me llevaría justo a este momento, a tenerte en mis brazos, una chica normal algo loca...eres increíble Rachel y lamento decirte que a moñas siempre perderás conmigo.-,dijo sonriendo.

Rachel no puede evitar volver a sonreír. Le encantaban esas salidas que tenía y que la dejaban totalmente desarmada.

Cállate, idiota. Le dice aún sonriendo y le abraza por el cuello para besarle. Un beso, suave, pero con muchas ganas. Se separa, unos milímetros.

Así que quieres llevarme a tu terreno, ¿eh? Le dice con una sonrisa. Lo bueno de su trabajo, ser dibujante, es que podía hacerlo en cualquier parte. ¿Funcionaría? No lo sabía, ni quería saberlo. Ella era una jugadora nata, y no se dejaba amedrentar por nada.

William se dejó abrazar y recibió su beso correspondiendo sus ganas. Ante aquella pregunta le dedicó una media sonrisa traviesa y le susurró:

-Es mi especialidad.- ,dijo mientras la miraba con los ojos entrecerrados deseando besarla de nuevo, -Tendrás que jugar en desventaja, pero seguro que eso sólo hará que me des más caña...y esa idea me encanta. -

Al decir esto él se separo apenas unos centímetros, para mirarla a los ojos. Se mantenía con una expresión en el rostro exultante y sólo tenía ganas de salir de allí con Rachel a su lado:

-Ya te dije que conocerte sería una aventura, quizá sea así para los dos después de todo.-,comentó divertido enarcando una ceja.

Rachel sonríe y asiente. No lo dudes. Dice apretando los labios mirándole con travesura refiriéndose a lo de darle caña.

Y aunque tengo ganas de ver tu mundo... quizá deberíamos aprovechar este.. ¿no? Pregunta sin separarse de él, mirando por encima del hombro el precioso paisaje que tenían ahí justo al lado.

Podrías empezar contándome lo de la corbata. Dice levantando las cejas divertida, pues a saber dónde andaría, y aún sin separarse, es más, da unos pasos para sentarse encima de la mesa y acercarle a él rodeándole con las piernas.

Will le lanzó un guiño a Rachel de complicidad cuando le dijo que no dudase de que le daría caña, además eso le encantaba de ella, que nunca se cortaba.

Asintió ante la idea de disfrutar del paraíso donde estaban, desde luego no acostumbraba a visitar el Caribe y el marco donde estaban era sin duda incomparable.

-Lo de mi corbata, ¿eh?-,dijo sonriendo de medio lado y acomodando el cuerpo al de ella mientras pasaba sus brazos rodeando sus caderas, -Es un amuleto que lleva conmigo muchos años. Fue la primera corbata que me compré como profesional, para mi primera entrevista y bueno, siempre que tenía un combate me la ponía en la noche previa para la entrevista de rigor.-,al decir esto se le escapó una risa a modo de suspiro, -Siempre me ha traído suerte y pensé que si la conservabas y me la devolvías en nuestra cita... No podía fallar.-

Will se encogió de hombros y alzó una mano para acariciar el rostro de Rachel:

-No tenía pensado dársela a nadie, te aseguro que fue espontáneo, pero quise dártela, como si te estuviera dando algo mío, siempre he confiado mucho en mi buena suerte... Y este, es el instante en el que puedes llamarme mariquita y yo te beso por que eres irresistible.-

Al decir aquello paseó su mano por el cuello de Rachel y acercó sus labios a los suyos, apenas unos milímetros sin tocarlos, sonriendo suavemente y esperando a que ella sonriera.