Para esta segunda ocasión, los organizadores habían preparado un escenario diferente. Esta vez, os habían llevado en un jeep y habíais pasado bastante tiempo en él. Visteis desaparecer la ciudad una vez más, y os adentrasteis en lo que parecía una zona boscosa. Allí, el coche paró y os dejó bajar. Esta vez, no estaba amaneciendo, si no que aún faltaba bastante para el amanecer, y el camino, en lugar de ser conchas, eran unas velas. El lugar al que os llevaban volvía a ser un escenario único, en el que cualquier cosa podía pasar y en el que una vez más, estaba todo a vuestra disposición.
Ahí arriba, había una pequeña mesa con cosas básicas de picotear, así como una enorme cama en al que poder tumbarse tranquilos a charlar. Cualquier zona de alrededor, era también visitable, puesto que ya os habían dicho que era segura y no habría animales peligrosos.
En aquella ocasión, la cita era en un lugar distinto, bastantes horas antes para el amanecer. Había que reconocer que me encontraba nervioso, ya que no conocía de nada a la mujer con la que iba a pasar ese día.
Recorrí el camino de conchas con paso decidido y aguardé allí, de pie, sin tomar asiento hasta que ella llegara.
Llegó tarde y ella lo sabía. Y aunque formase parte de su trabajo, no por ello se sentía peor. Corrió todo lo que puedo y el viaje se le hizo interminable. No le gustaba ser impuntual, pero por cosas del destino había tenido que serlo.
Una vez allí, corrió de nuevo, y de nuevo incómoda por el vestido que no paraba de bajarse porque al correr se le subía.
Llegó, y a pesar de haber corrido, no aparecía ni una gota de sudor y su respiración era bastante normal.
Lo siento mucho. Se disculpó.
Dirigí varias miradas al reloj. Aburrido por la espera, incluso había decidido tenderme en la cama para descansar un poco.
Pese a todo, aquella chica decidió presentarse finalmente a la cita. Su tardanza ya era algo que jugaba en su contra, aunque me sorprendió la rapidez y la sinceridad con la que se disculpó.
-No pasa nada, lo importante es que has llegado -dije, esbozando una sonrisa. Extendí mi mano para estrechársela-. Soy Eric, ¿y tú?