Partida Rol por web

El felino alza la mirada al ser saludado. Nota a Alesio y le dedica una pequeña sonrisa, asintiendole.

-Propicias noches.- responde él con un tono amable, antes de seguir bajando.

Más adelante, Alesio consigue encontrar los papeles que ha de mostrarle a los guardias y sin dificultad se le cede el paso. Tras el control del portón se encuentra con lo que parece la continuación natural de La Gran Escalera: Los escalones se van volviendo cada vez más largos hasta que finalmente simplemente dejan de verse marcados, siendo reemplazados por caminos de piedra blanca que siguen subiendo por la montaña. A los costados hay grandes torres de ese mismo color, lo cual le da nombre al distrito: "Las Torres de Marfil".

Dirigiéndose hacia la izquierda en la segunda calle secundaria, logra ver una posada grande, las paredes de piedra lisa blanca. Tiene varios pisos, casi parece un hotel pequeño. La recepción está decorada con una bonita alfombra carmesí con retoques negros y dorados, al final de la misma se puede ver un largo y alto escritorio de roble. A cada costado de la habitación desde el escritorio se pueden ver tanto una gran escalera de madera refinada que va hacia los pisos superiores, y un arco que lleva a una amplia habitación que parece un lujoso comedor.

Hay una mujer de mediana edad sentada tras el escritorio, anotando algunas cosas en un cuadernillo.

Alesio contempla las torres blancas, preguntándose que se almacenara o quien vivirá dentro, si no fuera tan justo de tiempo llamaría a alguna puerta. En lugar de ello llega a la posada que le han indicado y espera de pie a que la mujer le dedique su tiempo, mirando la alfombra y su decoración. Cuando se apoya en su báculo se da cuenta de lo cansado que es caminar para arriba y para abajo en esta ciudad, sobre todo para arriba.

Cuando ella le mire se presentara, entregándole el papel correspondiente. -Buenas noches, Soy Alesio Ninbuitsa y vengo para la recepción del curso de magia, se supone que tengo habitación aqui.

-Alesio...- murmura para si misma, buscando en su cuaderno -Ah, sí, aquí está: Alesio Ninbuitsa, habitación tres.-, le sonríe. -El tercero en llegar, también. Faltan... Cuatro personas que pasarán la noche aquí y una quinta para la cena...-, murmura nuevamente mientras escribe en su cuaderno. Se gira, acercándose a una estantería detrás del escritorio y recoge una llave. Pronto vuelve con Alesio, ofreciendola: -La cena será pasando el umbral que está a mi izquierda, comenzará en como mucho veinitres minutos... Y como poco, bueno, cuando lleguen todos los invitados.-, le sonríe con amabilidad antes de volver a sentarse.

-Si quiere, puede pasar a su habitación a dejar sus pertenencias, pero procure estar a la hora, joven hombre.-

-¡Faltaría más!- Alesio no quiere perderse ni un solo minuto de reunión. Así que se lanzara a su cuarto a dejar su equipaje y lavarse un poco la cara. Gobernara su pelo, que solo fingirá sumisión mientras está mojado. Bajara, libre de equipaje y un poco adecentado al salón de la cena… ¿Cómo serán sus compañeros?¿Hara amigos?¿Encajara en este lugar?

De lo apurado que está casi no se percata de nada de la habitación: Solo que tiene una sala de baño y que en general es bastante grande.

Nota que hay una... Ducha en la sala donde se limpia el rostro. No es que sea algo extraño o desconocido, pero sí un poco raro encontrarlo en un cuarto privado: Suelen estar en baños públicos o lugares similares.

Finalmente llega al piso inferior, dispuesto a atravesar el umbral donde supuestamente ya hay algunos de quienes serán sus nuevos compañeros.