Partida Rol por web

- "¡No sigáis avanzando! Debéis acampar aquí." -

- "Ojopocho, he visto patos en un estanque cercano. Quizá tu arco podría sernos de utilidad." -

Masutsu asiente sin decir palabra.

- "¡He llenado el zurrón de moras! Si Ojopocho caza esos patos, esta noche nos los podríamos comer rellenos..." -

Malmirado compone una expresión seria. Mira a Piojillo y asiente levemente.

Se detiene al escuchar las palabras de Daga. Loor esperaba algo así, pero ha cumplido sus órdenes. A medio camino, con la mano en su bastón, espera pacientemente a que Ponzoña le diga algo

El hiena se acerca a Loor y le entrega dos ramas rectas y secas, buenas para hacer unas parihuelas, tal como estaban buscando. - Cogí estas - dijo sin más.

Sabandija respira aliviado y se relaja, volviendo a su estar habitual en vez de colocarse para el combate. Alza la palma de la mano en señal de saludo y se le escapa una sonrisa al ver que no eran problemas los que se acercaban.

La verdad es que no le importa demasiado el por qué de que detengan su marcha, y además, no cree que se lo vayan a decir aunque pregunté. 

Escucha al que le habla a su instructor y se queda bastante sorprendido. ``¿Patos aquí? Menuda suerte.´´, piensa. Acto seguido le dice a su compañero Hostigador:

-Parece que todo va bien ¿eh, Ojopocho?- su ánimo está bastante alto y sonríe, aunque de forma discreta.- ¿Quieres que vaya contigo a por los patos? Si no, puedo quedarme y montar nuestras tiendas.

- De acuerdo. - les digo. Indicadme el camino.

- Más vale que seamos más silenciosos de lo que habeis sido vosotros pues de lo contrario los patos saldrán volando. - pienso.

- Si eres capaz de andar sin hacer el ruido que hacen nuestros exploradores al avanzar puedes venir si quieres. - respondo a Sabandija.

TIRADAS OCULTAS:

- Movimiento Silencioso.

- Profesión Cazador.

- Cuatro tiradas de ataque aquellos provistos de arco y flechas.

Plumilla comprueba mi estado. Me siento algo incómodo, la verdad es que no estoy acostumbrado al contacto y a estar tan cerca de la gente... Cuando me da su valoración, asiento en señal de agradecimiento.

Estoy acercándome a los exploradores para escuchar lo que tengan que decir, cuando llega a mis oídos el arrebato de Rastrojo. No me siento con fuerzas para discutir con nadie, y lo que el hostigador tenga que decir no es mi problema. Parecía que aquel hombre estaba molesto por tener que ayudarme, cuando yo ni siquiera se lo había pedido. No necesitaba que me recordaran que estaba dando trabajo extra al grupo.

Parece que los exploradores van a quedarse con nosotros, y que vamos a acampar aquí. Me dirijo a Ponzoña, buscando confirmación:

- Ponzoña, ¿acamparemos aquí? Si es conveniente, podría preparar una hoguera para cocinar la cena.

Lo cierto es que solo quería tener las manos ocupadas, el discurso de Rastrojo me había molestado más de lo que quería aparentar.

Avanzo cautelosamente en la dirección indicada por los Exploradores seguido de cerca de Sabandija.

El tagliano se acerca a Ponzoña: se me ha olvidado comentarte, Ponzoña. Cuando hablé con Matagatos me preguntó si Plumilla estaba preparada para ser la sanadora de nuestro grupo- dice al ver como trata las heridas de Michou- o dice por si consideras que puede tener dicho papel o si por el contrario quieres que Dedos se incorpore con nosotros una vez recuperada de sus heridas.

-Ya habéis oído -dijo el Hiena tras la petición del grupo de exploradores-. Acamparemos aquí. Ojopocho acompañará en la partida de caza de patos y crucemos los dedos para que nos traiga una buena cena. Michou, encárgate pues de la hoguera. Que te ayuden algunos a buscar madera y hacer el fuego. Buen trabajo, Odio. Déjalas a un lado, protegidas, para que podamos montar las parihuelas más tarde. Sicofante, me temo que aún no tengo respuesta a esa pregunta. Hasta ahora se ha desenvuelto bien. La herida de Campaña ha mejorado y parece saber lo que se hace. En fin, seguiremos tal cual. Si en caso de emergencia, necesitáramos de los servicios de un segundo sanador, lo comunicaríamos. Por el momento, seguiremos tal cual.

Entonces se volvió hacia Masutsu y los suyos.

-Sed bienvenidos a nuestro grupo -dijo-. Tened, bebed agua -señaló ofreciendo su odre-. Masutsu, imagino que vuestra presencia aquí no es casual -afirmó, frotándose una vez más el entrecejo y cerrando los ojos ante la claridad-. ¿Qué os ha traído hasta nosotros?

Sabandija sigue a Ojopocho con seguridad. Al fin, tras mucho tiempo, está haciendo lo que realmente sabe hacer. Ni luchar, ni correr durante horas ni fingir interés en los delirios de ningún idiota. Simplemente deslizarse con su arma por entre la maleza, reduciéndose al instinto de cazar a los que eran más débiles que él.

OJOPOCHO:

- Consigues cazar tres patos gordos y hermosos.

- Podrían haber sido fácilmente el doble, de no haber sido por la torpeza pisando ramitas de Sabandija.

- Han transcurrido dos días más, mientras permanecíais acampados con total tranquilidad.

- Gracias a Ojopocho y a los Exploradores, tampoco ha faltado comida ni agua.

Plumilla se había ocupado a lo largo de esos dos días que Michou descansara, desaprobando los esfuerzos que se empeñaba en hacer. Si tuviera poder le daría un palo en la cepa de la oreja para que se estuviera quieto como la chica había dicho. Pero no estaba en su naturaleza hacer eso, por mucha frustración que sintiera... ni tampoco tenía fuerza como para levantar un palo y darle. Principalmente porque si se dieran esas dos premisas habría pegado a Rastrojo por no ayudarla (de hecho, ni siquiera preguntar para qué requería su ayuda). El absoluto rechazo de Rastrojo y su victimismo podría pasarle factura a Piojillo y ella no podía hacer nada al respecto por no conocer las plantas. Una torpeza, como otras tantas, el hecho de saber como aplicar las medicinas pero no sus componentes para poder hacer el remedio.
Una línea de preocupación se creó en el ceño de Plumilla que se acercó a Campaña y le habló en voz baja con manifiesta vergüenza, enroscando una de las rastas entre los finos dedos de ébano.

-Campaña, Piojillo está mal.-Titubeó un poco esperando que el Oscuro no la riñiera- está mal y yo no puedo ayudarle porque no sé que plantas hay que usar para que esté bien.-Hizo una mueca llena de frustración- no sé .-tiró de la rasta con la que jugaba nerviosa hasta que tuvo que inclinar la cabeza siguiendo la línea del tirón.-¿Y qué hago ahora, Campaña?-suplicó angustiada por la salud del Segundo de Cochinillo.