Teleco. 23.00 am. Telecomunicaciones
Había llegado el momento, le tocaba la guardia con Eylo y Billy trataba de mantenerse todo lo entero que podía, aunque su rostro dejaba entrever que claramente sufría mucho. Un dolor interno que no tenía cura a corto plazo... - Eylo... - A pesar de todo, había tomado una decisión. Quería saber lo que opinaba Eylo - Tengo algo que preguntarte... - se mantenía callado durante un par de segundos, tratando de orientar sus ideas, de saber como decir lo que quería decir. - A ver... - comenzó con dificultad al tiempo que se sujetaba con el dedo índice y el pulgar el puente de la nariz como gesto de concentración. - No tengo claro que hacer... Sé que con la ley en la mano, da igual los atenuantes... seré condenado por lo ocurrido. Aunque... - y ahora venía la bomba, pensó con un sentimiento de sudor frío en la nuca - Creo que sé que puedo decir para ser declarado inocente... lo qué no tengo claro es si lo merezco... - observaba fijamente a Yilmaz, era una conversación importante y trascendental. Esto marcaría el camino a seguir - Creo que actué con justicia, aunque fuera al margen de la ley... a veces las normas son demasiado estrictas y faltas de perspectiva... pero eso no quiere decir que se puedan ignorar a la ligera - Tomó aire de manera profunda, necesitaba aclarar sus ideas pues pensaba que no se estaba explicando bien - No quiero decir que las normas no sean importantes... pero muchas veces las propias leyes al pie de la letra van en contra del espíritu de la ley... Quiero decir - continuó con frustración pues le costaba pensar con claridad y creía que no se estaba explicando bien - Creo que hice lo correcto, pienso que proteger a Lizza después de todo lo ocurrido era lo más justo... pero a fin de cuentas, yo soy una parte implicada... mi opinión no es objetiva... entonces, no sé si realmente hice lo correcto o quiero pensar que hice lo correcto para no sentir que estoy siendo injusto si consigo librarme... - En ese momento miró a quien había sido elegido líder, pasándole una carga importante - ¿Qué crees tu? Merezco el fusilamiento o si hay suerte el exilio. O por el contrario, aunque al igual que yo pienses que matar siempre está mal, consideras que a pesar de ello ¿Fue lo más justo moralmente? - Se sentó esperando el veredicto, dispuesto a tratar el tema todo lo que quisiera e incluso a responder a cuantas preguntas considerase que debía hacerle.
Eylo había tenido un día duro, de los más duros que recordaba en mucho tiempo, la guardia nocturna la necesitaba como aire fresco. Le ahogaba la discordia y el veneno que fluía en el Domo, había momentos en los que se sentía derrumbar, pero no podía permitírselo. Había decidido tomar la guardia de William después de su charla en la cena, después de que el teniente dijera que trasladar a William al starliner no era posible, prefirió que, al menos, esa noche la pasara con él mientras se reorganizaban las camas.
—Dime, William —se volvió hacia él mirándole cansado, pero atento a lo que dijera.
Eylo no le interrumpió, dejó que hablara, que se liberara. Miraba a William con una comprensión infinita, una que le retrotrajo a episodios pasados y, sensible como estaba, provocaron que se le humedecieran los ojos. ¿Lloraba? No llegaba a eso, o sí. Porque a pesar de que no terminaban de brotar lágrimas, el alma del eridiano estaba llorando en silencio, por todo lo que estaba pasando y por todo lo que había pasado. Comprendía tan bien como se sentía William, tan bien que hasta le avergonzaba no haber sentido jamás ese sentimiento de.. arrepentimiento.
El eridiano no dijo nada, echó mano de las llaves de las esposas y le liberó dándole a entender con un gesto la respuesta. Durante unos segundos no dijo nada, demostrando confianza en William, y en esos segundos trató de concentrarse.
—Eres mejor que yo, William —le dijo con simpleza —. Yo no me hubiera arrepentido —añadió con dureza, recordando nítidamente los disparos y los gritos de los suyos, las risas de esos homicidas, lo recordaba todo y jamás se le olvidaría. Hizo una leve mueca, tardó unos instantes más en proseguir —. Hiciste lo correcto. Lizza no, pero.. ¿qué otra salida se le dejó?
Volvió para mirarle, afectado, aun con los ojos vidriosos. Estaba atribulado y le asintió.
—Si puedes buscar la brecha y que te declaren inocente, hazlo —le dijo casi como imperativo —. No quiero perder a más personas aquí. No cuando todo esto es más culpa del PEC que tuya, de Lizza o de Kurik.
Yilmaz parecía preocupado, sentía algo de lastima por cargar sobre sus hombros otro problema u otra decisión difícil. Pero a fin de cuentas es en quien más miembros del Domo habían confiado para guiarles, así que debería ser a quien le presentara sus dilemas. Se notaba en general que el ambiente estaba caldeado y enrarecido, algo razonable teniendo en cuenta todo lo que había ocurrido recientemente, sin embargo esta vez William había optado por pasar desapercibido, consideraba que era mejor no causar líos, sobre todo teniendo en cuenta que iba a ser juzgado en breve. Además, esperaba que el hecho de que Kurik no estuviera hiciera más fácil la vuelta a la normalidad, pero parecía que se estaba equivocando, aunque puede que simplemente fuera demasiado pronto.
Después de los duros momentos que le habían supuesto a Billy tratar de explicar la situación, se sorprendió mucho con la reacción de Eylo, no sólo por el hecho de quitarle las esposas, también por las emociones que mostraba su mirada. - Gra... gracias - Dijo escuetamente al tiempo que se frotaba las muñecas. Después de tanto rato con las esposas puestas, la sensación de alivio y libertad era grande al librarse de las mismas. Ante el comentario sobre Lizza, Thompson con gran pesar en la mirada respondió un escueto - Ninguna... - Estaba muy preocupado por ella y por las consecuencias a las que tendría que enfrentarse, aunque desgraciadamente ahora mismo no estaba a su alcance el averiguar nada al respecto - ¿Sabes algo de ella? - Preguntó con la esperanza de que él supiera algo.
Una vez que respondiera, afrontaría otra pregunta más - ¿Los nuevos reclutas... ? - Dijo sin mencionar a Milena - ¿Sabemos porque los han enviado a ellos? -
Eylo se mantuvo en un parco silencio, tardando más de lo que era habitual en responder. Los ojos del eridiano se habían enjuagado gradualmente, pero no endurecido. Acabó negando con lentitud.
—No he sabido más —respondió mientras dirigía una leve mirada a la consola de comunicaciones —. Miraré de enterarme de algo.
Al vehicular el tema de los recién llegados, recordó que Milena y él se conocían, lo miró con curiosidad, una pasajera que fue sustituida por una calma a juego con la quietud de la noche.
—Milena fue envenenada en el Domo 3. Ella, Elon y Lesly han sido trasladados aquí, pero no sé más —decía esto con sorprendente tranquilidad, pero por dentro le recorría un torrente de llamas incandescente —. Como ves.. no somos el único Domo con.. movidas.
Dicho esto con un aire un tanto cínico, suspiró mirando con detenimiento a William y sus reacciones.
—Conocías a Milena de antes, ¿verdad? —no preguntó más, dejando que fuera el propio William quien contara lo que quisiera contar.
La ausencia de noticias acerca de Lizza resultaba preocupante, aunque posiblemente aún estaría convaleciente y no sería raro que no hubiera novedades, pero quería saber como evolucionaba. Se sentía responsable. Al escuchar que Milena había sido envenenada los ojos de William se abrieron enormemente dejando paso a una mirada en la que sus cejas se juntaban mucho en un gesto mezcla de enfado y concentración... parecía cavilar algo, aunque no entendía que nadie fuera capaz de querer dañarla. Seguía pensando y dando vueltas a su cabeza cuando vino otra pregunta de Eylo - Eh... si. Coincidimos dos años en un instituto militar, colaboramos muchas veces... trabajamos bien juntos y trabamos una buena relación. ¿Tu también la conocías? - Era un pequeño resumen. En general aquellos dos años habían sido buenos y hasta felices... Una leve sonrisa asomaba al rostro de Thompson cuando recordaba aquel enfrentamiento en clase de táctica en el que no pudieron pasar del empate por mucho que lo intentaron.
Eylo asintió lentamente según escuchaba su relación con Milena, no era muy distinta a la suya, cosa que enseguida se lo hizo saber.
—Su padre estaba al cargo del orfanato en el que pasé la adolescencia —explicó un tanto serio —. Coincidimos poco más de un año, pero bueno. Ella tenía.. ¿diez años? Yo tenía diecisiete —suspiró recordando esa época —. En cuanto me enteré que era la hija de quien era.. la evité. Pero bueno.. —se encogió de hombros —. .. tomó mal ejemplo de mi. Y su padre no tuvo contemplaciones aunque fuera su hija.
No contaba esto como algo que estuviera orgulloso. Que él recibiera los castigos del comandante Kawalski era una cosa, que otra persona los recibiera porque le hubiera tomado como ejemplo a seguir era otra. Terminó por asentir de nuevo, añadiendo.
—Es una buena chica. Encajará deprisa, como sus compañeros —reflexionó con algo de esperanza —. Espero que los demás los tomen de ejemplo, y las cosas vayan un poco.. a mejor.