Einar tenía los dientes tan apretados que ni una gota de aire podía colarse entre ellos, por lo que la respiración, agitada y ruidosa, se realizaba únicamente mediante la nariz.
Sentía el palpitar de sus pulsaciones directamente en los oídos y en la garganta y, pese a que trataba de concentrarse únicamente en pilotar, su atención saltaba contínuamente hacia aquellos que acababa de dejar atrás.
Pese a ser una persona pragmática y lógica, su tiempo con aquellos viscerales y emocionales reclutas, todos ellos tan distintos y a la vez tan parecidos en cuanto a la intensidad de sus convicciones, había acabado calando profundamente en él por lo que pese a que era plénamente consciente de que la opción escogida era la única viable; había demasiado en juego y no podía si quiera plantearse el enfrentar en la balanza la vida de sus tres amigos contra el destino de la humanidad. Y quizá aquello era lo que más le dolía, pues se habría cambiado por cualquiera de ellos sin dudarlo, pero su condición de piloto no se lo había permitido.
Se dió cuenta de que sus dedos tamborileaban nerviosamente sobre los mandos, por lo que trató de obligarse a ocupar su mente en alguna tarea compleja que le ayudase a liberar algo de tensión.
Pese a saber que Heather estaba sentada a poco más de un metro de él, sabía que tenía profundos lazos afectivos que le unían al doctro McCarthy por lo que aquella abrubta despedida probablemente había sido igual de dura o más para ella que para él, por lo que con un hilo de voz escaso de convicción, finalente se atrevió a dejar salir aquelals palabras que hacía rato que se amontonaban en su lengua enredada.
-Yo... Siento mucho no haber podido salvarlos-materializar aquello en palabras provocó que sus ojos se vidriasen por un instante más por la impotencia que por la pena, si bien logró controlarlo.
No tenía mucho más que decir al respecto. Sabía que no había estado en sus manos sin tener que sesgar la vida de 9 personas que podían perfectamente ser simples Soldados Espaciales siguiendo órdenes dictadas desde la falta de información. Pese a tener la esperanza de que sus tres compañeros fuesen rescatados y, una vez contrastados todos los hechos, se resolviera el asunto, no dejaba de tener aquella horrible sensación de que los había abandonado.
Aquellas pocas palabras provocaron que su incertidumbre aumentase de manera contraproducente por lo que acto seguido desplegó el diario del ordenador de abordo y empezó a redactar el informe que muy probablemente le fuesen a solicitar nada más tomar tierra.
Recluta: Einar Andersen. 5 de Marzo. La tierra.
En el día y lugar arriba indicado, quien suscribe el presente informe y en relación a los hechos acaecidos en las instalaciones del BICOM entre el día 1 de Marzo y el día en curso, con sus consiguientes antecedentes hace saber:
Que tras los hechos ocurridos en el P.E.C. 12, los reclutas del DOMO 12 supervivientes, junto a la Sargento Dune Grey del mismo Domo fueron localizados temporalmente en una ubicación no identificada de la Tierra, en la cual fueron entrevistados por los superiores de la Fuerza espacial la Sargento Naomi Corlett, el cabo Moad Wulftang, el Teniente Lionel West y la Capitana Adara Thyndall.
Tras estas entrevistas se determinó que el cadete Harold Coock formaba parte del contingente enemigo que urdió el ataque al P.E.C., inculpándose él mimso y siendo detenido.
El piloto volvió a apretarlos dientes con rabia, pensando en como habían convivido y llegado a confiar en aquellos invasores como si se tratasen de camaradas, y el mal que aquello había acabado provocando.
Tras este incidente, los reclutas fuimos divididos en varios grupos de trabajo y enviados a diferentes localizaciones
Teclear esto le llevó inevitablemente a recordar a Yum y especialmente a lo asustada que había estado cuando se enfrentó a la realidad de que su inescrutable pasado podía devenir en una acusación de formar parte de los asterianos. De como incluso le había suplicado ayuda para abandonar aquel campo de concentración temporal en una suerte demaniobra suicida motivada más por el miedo que por la razón. En este punto se dió cuenta de que la última vez que la había visto había sido con aquella expresión llena de desasosiego y temor. Esperaba poder volver a ver quella tímida y esquiva sonrisa que a su vez era tan sincera.
El recluta que suscribe, junto con el recluta especialista médico Duncan Maccarthy y la Sargento Dune Grey fueron destinados a las instalaciones del B.I.COM, donde llegaron aproximádamente a las 16:00 del día 2 de Marzo, siendo recibidos por la Directora Judith Deuch, quien puso a disposición de los reclutaslas instalaciones para el desempeño de sus misiones asignadas, siendo estas el desarrollo de un método de identificación biológico de los asterianos por parte del recluta MacCarthy y la investigación del origen planetario de los asterianos, así como sus movimientos por el espacio por parte del recluta que suscribe. Ambas investigaciones se adjuntan a este documento para su posterior revisión.
Llegado a este punto, y sin ser consciente de ello, la redacción de aquel documento protocolario había logrado sacar a la fuerza el sentimiento de impotencia que le atenazaba, al menos de forma temporal mientras se mantenía ocupado por tal menester.
Dichas investigaciones fueron desarrolladas con la colaboración constante e inestimable de la investigadora la Señorita Tessa Bintel, miembro del B.I.COM, de quién se extenderá explicación más adelante conforme a la cronología de los hechos.
Una nueva punzada de culpa atacó a traición. Tessa se había demostrado como una mujer hermosa hasta lo absurdo, de agradable compañía, arrebatador caracter y, muy por encima de todo aquello, más humana que muchos humanos, pese a su sorprendente origen cibernético. De no haber sido por el omnipresente recuerdo de la muchacha oriental que tan importante era para él, habría caído sin lugar a dudas presa de sus múltiples encantos. Se consciente de ello provocó una media sonrisa culpable. ¿Como habría sido tratar de cortejar a un ciborg? Tessa se había demostrado muy ingenua e inocente en lo que a las relaciones personales se trataba por lo que no era capaz de imaginar cómo podría haber funcionado aquello... Y ahora estaba dejándola abandonada en tierra junto a la Sargento y al Doctor. ¿La tratarían como una humana al capturarla...? Él esperaba que con toda su alma que así fuese, porque ella se lo había ganado con creces.
Durante los días que transcurrieron en el B.I.COM, se estimó útil el planificar una expedición tripulada por el recluta abajo frmante como piloto y la Investigadora Tessa Bintel como tecnóloga, postergándose la partida de la misma al día 4 del mismo mes. Cabe destacar que durante estod días se unió al equipo la recluta especialista médico Heather Mosley, quien pasó a asistir al recluta especialista médico MacCarthy, con quien las investigaciones siguieron su curso sin contratiempos remarcables más allá de una aparente falla en la comunicación con el exterior que este recluta no puede asegurar si realmente se trataba de una falla o bien la demora formaba parte del protocolo de contacto de la instalación.
Einar había tratado de contactar con su madre para aprovechar sus contactos en Gunpei para tratar de avanzar en la investigación de los orígenes de Yum y con la misma muchacha oriental, a quien simplemente trató de hacer saber que él estaría para ella bajo cualquier circunstancia, en un poco audaz intento de sincerarse de cara a la recluta, haciéndola partícipe de sus sentimientos. Quizá el bloqueo en las comunicaciones se levantó al abandonar físicamente el B.I.COM por lo que existía la posibilidad de que aquel mesaje íntimo se estuviese mandando en aquel preciso instante en dirección a su destinataria. Pensar en ello le provocó un efímero instante de bálsamo. Al igual que cuando acabó accidentalemente con la vida de Sarah Castle, su compañera e interés amoroso había sido la única que había logrado sacarle de las tinieblas y quizá , una vez más, fuese capaz de disipar aquellos nubarrones que opacaban el alma de rubio piloto tras los recientes acontecimientos.
En aquel instante, dándose cuenta de que no hacía más que esquivar la muerte una y otra vez, Einar decidió que en cuanto volviese a encontrarse con Yum hablaría con ella, de forma sincera y directa. Porque empezaba a ser consciente de que dadas las cirucunstancias en las que se habían metido de lleno, la incerteza iba a reinar en sus vidas y cualquier momento desperdiciado iba a ser un momento perdido.
Transcurridos estos días sin incidentes remarcables, el día 4 de Marzo, aproximádamente a las 12:30 horas, encontrándose el recluta que suscribe en su dormitorio preparando material para la expedición que iba a partir esa misma jornada, pudo sentirse en estas dependencias personales un temblor de tierra aparentemente producido por una fuerte detonación en algún lugar de las instalaciones, pudiendo comprobar el recluta abajo firmante como en los pasillos se encontraban individuos fuertemente armados portando estos enseñas oficiales de la Space Force.
Contactada mediante los dispositivos personales con su superior directa, la Sargento Dune Grey, esta le informó de que se estaba produciendo un asalto a las instalaciones por fuerzas enemigas camufladas como Soldados Espaciales, las cuales ya habían causado muerte en, al menos, tres personas miembro delas instalaciones, no teniendo constancia el recluta de sus identidades.
Debido a estas circunstancias, el recluta que suscribe, haciendo uso de los conductos de ventilación, evadió las fuerzas hostiles, pudiendo sin embargo escuchar como miembros de las mismas manifestaban su intención de ejecutar a cualquiera que causase problemas y de, palabras textuales "Reventar la base"
Desde la posición de seguridad que le confería su posición en los conductos, el recluta pudo comprobar como las fuerzas enemigas conducían a los rehenes hacia el comedor de las instalaciones, así como situaban en diversas zonas de estas dispositivos desconocidos, si bien aparentemente se trataban de explosivos de algún tipo.
Para comprobar este extremo, el recluta abajo firmante accedió a una de estas zonas, comprobando como se trataban de bombas termonucleares con potencia suficiente como para eliminar las instalaciones al completo, si bien debido a la falta de equipamiento de cualquier tipo, no pudo desplazarlas o tratar de desactivarlas sin riesgo razonable.
En ese momento el recluta fue respondido por la Investigadora Tessa Bintel, la cual se descubrió como un androide de vanguardia creado por la B.I.COM y cuyas órdenes directas dictadas por la Directora Judith Deuch eran las de poner a salvo a los reclutas Andersen, MacCarthy, Heather, a la Sargento Grey y a sus respectivas investigaciones.
Con la colaboración inestimable de la Investigadora Tessa Bintel, el recluta logró reunirse en el Hangar de la base con la Sargento Grey y los reclutas MacCarthy y Heather, los cuales, al igual que el que suscribe, lograron alcanzar el Hangar utilizando los conductos, si bien, según manifestó la Sargento Grey, aportando prueba sonora (Se adjunta archivo con el presente informe) debieron confrontar y eliminar a un agente doble Asteriano quién comandaba el ataque y había adoptado la identidad humana del Teniente Zackary Teller, lo que implica un nivel de incursión del enemigo en las infraestructuras de mando humanas mucho más allá de lo que creíamos haber descubierto.
El piloto dejó de teclear para volver a leer la última parte, puesto que era importante que esta estuviese bien redactada puesto que tocaba asuntos terriblemente importantes.
Una vez reunidos los reclutas arriba mencionados, junto con la Sargento y la señorita Bintel, evualuaron la situación en tiempo real; encontrándose en el Hangar dos transportes de tropas artillados modelo Vindicator rotulados con las enseñas de la Fuerza Espacial y tres avionetas Cessna 331 SkyHawk de 3 plazas desprovistos de capacidad para el combate, custodiado el hangar por 4 soldados armados y provistos de armadura de combate.
Haciendo uso de una hábil maniobra ingeniada por el Doctor MacCarthy, se logró mediante engaño hacer abandonar a los 4 individuos armados el hangar, aprovechando los arriba reseñados el momento para acceder a los transportes artillados, siendo decisión del que abajo firma el dividirse en dos grupos, contando ambos con un integrante con la capacidad de pilotar, siendo el que suscribe uno y la investigadora Tessa Bintel la otra, con la intención de desproveer a los asaltantes de un medio de escape de las instalaciones, obligándoles a desactivar los explosivos por nopoder abandonar el lugar y así ganar tiempo a que un contingente de la Guerza Espacial pudiese personarse en el lugar para proceder a la confrontación con las fuerzas enemigas armadas y a la liberación de los rehenes.
Sin embargo, tras abandonar el que suscribe el hangar junto con la Sargento Dune Grey y la recluta Heather, así como con las pruebas y las muestras de la investigación, el segundo transporte mientras realizaba la maniobra de despegue recibió fuego de armas laser desde el interior del complejo, causando averías inasumibles en la nave, lo que provocó que la misma empezase a perder altura súbitamente, amerizando en un lago helado para posteriormente hundirse en el mismo.
Sin ser consciente de ello, Einar cerró los ojos con fuerza mientras recordaba este punto, pero se obligó a seguir escribiendo.
Una vez comprobado mediante comunicación por radio que los pasajeros del transporte estrellado se encontraban con vida, El que suscribe situó su nave sobre la brecha producida en el hielo y extendió un cable de rescate hacia el interior del lago, para proceder a elevar a los compañeros derribados, si bien en ese momento las tres avionetas anteriormente mencionadas abandonaron el Hangar en dirección al lugar del impacto, contactando mediante radio alguien que se identificó como Sargento Samuel Bleiz de la Fuerza Espacial ordenando la entrega de todos los presentes bajo amenaza de abrir fuego.
Las pulsaciones, así como u respiración, volvieron a acelerarse al obligarse a rememorar lo que acababa de hacer apenas unos minutos atrás.
Por no poder determinar si las fuerzas que exigían la rendición incondicional se trataban de fuerzas enemigas infiltradas o de soldados leales a la Fuerza Espacial carentes de información de la situación; siendo consciente de la importancia de los datos portados a bordo, quien suscribe tomó la decisión de:
-NO iniciar un enfrentamiento armado contra las avionetas pese a tener supremacía aérea
-Abandonar el lugar sin dilación para tratar de poner a salvo la inteligencia, y solicitar apoyo urgente para sus compañeros caídos.
Y no tenía mucho má que añadir. Había hecho todo lo que estaba en su mano y solo podía esperar que hubiese sido suficiente. Rezaba por que algun destacamento se encontrase a una distancia razonable para partir de inmediato hacia el lugar para prestar su apoyo. O al menos que sus compañeros únicamente estuviesen detenidos de forma preventiva, o que los asterianos simplemente hubiesen desistido en capturarlos y se hubiesen centrado en abandonar la zona antes de la llegada de las fuerzas de la Humanidad...
Duncan sonrió. Sabía que se podía estar dirigiendo directamente hacia su final, pero Heather se salvaría, y Einar, y la investigación. La humanidad tendría su oportunidad, no caerían más PECs y algún médico mejor que él encontraria el misterio de la sangre asteriana. Había hecho su parte, había tirado de la lengua al cabrón de Teller y lo había matado con sus propias manos. Ahora solo había que cruzar los dedos y esperar que quienes les recogieran no fueran asterianos.
Grey bendecía la decisión de Einar, así como lo hacía Duncan. Ya le había dicho que cuidara de Heather, solo le quedaba decirle una cosa
- Uena uete Eina y no e ies de naie (Buena suerte Einar, y no te fies de nadie)
Cortó la comunicación con la aeronave. Cualquier cosa que dijera lo único que haría sería complicar las cosas. Ya era lo suficientemente difícil, y no quería escuchar a Heather, no quería que le dijera algo que le impidiera ser valiente. Sabía que su vida estaba en riesgo, que si los soldados a los que se iba a entregar eran asterianos estaba muerto, por eso debía mirar a la muerte a los ojos, y puestos a morir no avergonzar a la space force, una space force con la que se había reconciliado en esos días. Sonrió y dijo de forma marcial
- Saento ey, ha sido un aé seí a sus onenes. - Sonrió antes de añadir - No solo es una eseente anno, es una an aia. Asias o amme una oouniá (Sargento Grey, ha sido un placer servir a sus órdenes, No solo es una excelente mando, es una gran amiga. Gracias por darme una oportunidad)
A Bintel ya le había dicho todo lo que tenía que decirle. No se arrepentía, igual podría estar a salvo en el avión de Einar, pero ya había dejado morir a demasiada gente, Noor había muerto, el PEC había caído, no dejaría caer a Bintel. Miró hacia atrás y le sonrió, mientras los propulsores les dirigían lentamente hacia el que sería su destino. Duncan y Dunne cruzó una mirada y la vio asentir. Él la correspondió. Ella pensaba lo mismo, la incertidumbre de lo que estaban haciendo, la certeza de que era su única salida.
Informaron a Bleiz de su decisión y siguieron el camino que les indicaron. Oponer resistencia no era una opción, él no había cogido su arma, y dudaba que Grey la llevara. Había que rendirse, no había más posibilidades.
- E oio aento. Sin aas, sin uos (Te copio sargento, sin armas, sin trucos)
Siguieron nadando hasta llegar al borde del lago. Afortunadamente el ascenso había sido más gradual así y no tendían que ocuparse del mal del buzo, sus tímpanos no explotarían, solo tenían que preocuparse de que no les acribillaran a balazos. Miró a la sargento y se señaló y marcó un uno y se volvió a señalar. Él sería el primero. Asomó la cabeza por la oquedad y levantó las manos. Lo ayudaron a salir pero le apuntaban. La situación estaba clara, eran prisioneros y con la menor excusa abrirían fuego contra ellos. Asterianos o humanos, en ese momento daba igual, ellos eran el enemigo y no tenían las armas, así que debían resignarse a su suerte.
Del agujero salió Tessa y Dunne y todos fueron conocidos al BICOM, donde les despojaron del traje espacial y les quitaron los comunicadores después de un cacheo riguroso. Los esposaron de pies y manos y los aislaron unos de otros. Así fue hasta que una nueva nave les vino a recoger, una nave donde les acompañaría el cuerpo del doctor Teller. Nadie sabía donde iban, aunque podía imaginarlo, a Aster, o como se llamara el planeta. Eran prisioneros de guerra, pero mientras estuvieran vivos podrían luchar, tal vez hoy no, mañana tampoco, pero algún día. Lo único que impedía que su ánimo se quebrara era saber que las muestras estaban a salvo, que Heather con las pistas que había obtenido lo conseguiría, y que los hackers amigos de Dunne lograrían las listas que harían caer a todos los espías asterianos. Había esperanza, pero no para él, él caería y sería un héroe anónimo, como Sarah, como Noor, como tantos otros que habían dado la vida por la space force.
La nave despegó y lo dejaron solo, esposado de pies y manos, de cara a la ventana. Desde allí le respondía su reflejo burlón en el cristal. Le sacó la lengua, y al verlo responder se rió, con su voz de trapo. Se volvió a mirar y decidió aprovechar el tiempo. Iba a estar en esa posición horas, días, y no tenía nada que hacer, nada, salvo intentar cumplir la promesa con Heather. Podía rellenar el tiempo hablando consigo mismo, practicando, para que, con suerte, cuando le torturaran pudiera confesar bien, y no se ensañaran con él.
Empezó a ensayar colocaciones de la lengua en los labios y los dientes. Al final hablar se reducía a eso, recordar donde tenía que colocar la lengua y después regular el flujo de aire. Sus cuerdas vocales funcionaba, solo tenía que recordar, o probar, y tras varias pruebas y error acabaría recuperando todos los sonidos. Carraspeó y empezó a hablar para su reflejo, buscando la posición de las letras, con la paciencia que había tenido cuando era cirujano cardíaco.
- Esta es una histoia e aó ...amó.....y esamó o la space ors (Esta es una historia de amor y desamor por la space force). Uano... UUUUUUAAAANOOOO.... ieda! UANDO, uando, uando eesamos a la ierrrrrrra esaamos todos ometaente seaados (Cuando regresamos a la tierra estábamos todos completamente separados). O me sentía totamente esasado, no eía está on naie y naie eía está onmio (Yo me sentía totalmente desplazado, no quería estar con nadie y nadie quería estar conmigo).
Poco a poco la voz de Duncan fue cogiendo más aplomo, sus fallos fueron menores, y todo regresó de forma natural. El manantial de las palabras volvía a brotar, aunque él no se diera cuenta de ello.
- La muerte de Noor me pesaba en el ánimo, la muerte de Noor y la destrucción del PEC. Yo no confiaba en la Space Force, y varios de mis compañeros no dudaban en hacerme ver que no encajaba, y que por ellos me podía marchar, pero la llegada de la capitana Thyndell fue un soplo de aire fresco. Su estilo de mando era muy alejado del del Brigada Joe. No permitía la violencia y daba órdenes lógicas, llenas de humanidad, incluso cuando se destapó que Harold y otros de los compañeros del domo eran asterianos. No permitió que nadie se excediera, incluso amenazó a Eylo con acciones disciplinarias por agredirles. Eso era lo que esperaba de la space force, que fueran lo mejor de la humanidad, no un atajo de gorilas de gatillo rápido, que fueran gente con principios, un ejemplo para todos.
- Tal vez fui demasiado ambicioso, tal vez el orgullo me cegó, pero creí que sería capaz de desentrañar el misterio de los asterianos, el saber como identificarlos para que lo del PEC 12 no se repitiera. No quería nada de la Space Force entonces, la odiaba, por permitir que Billy se librara y que Noor hubiera muerto, por todo lo podrido de la organización, pero odiaba más a los asterianos, esos malditos asesinos. Así que tomé a todos muestras de sangre y saliva, incluidos los asterianos. No había muchos medios, pero hubo que improvisar, aunque alguno se quejó de lo que hacía estaba todo calculado. Herví las agujas, reserve agujas para asterianos, así que ninguno contraerá enfermedades, espero.
- Con las muestras de tejidos y fluidos la capitana me preguntó donde quería hacer mi investigación. Me ofreció el quince y un centro secreto. Al final ninguna decisión creo que hubiera sido buena. El quince, el reducto del capitán Kepborn, resultó ser uno de los bastiones asterianos, y el centro secreto, al final no fue tan secreto. Me encaminé hacia el BICOM, junto al bendito Andersen. ¡Que hio e uta! El abrón más terrrrco que he conocido. Se me acerrrco, preguntando por mi investigación, pero nada podía decirle, era el consejo de la aento Grey, que había venido como oficial de contrainteligencia. Esa fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado. En el Bicom nos recibió la reina de los hielos, que me condujo a un laboratorio de esos que solo ves en las fotos. Era una maravilla, lo tenía todo, pero aun así conseguí poco aunque trabaje duramente. Mi primera aproximación fue determinar si había alguna compañera embarazada, pero afortunadamente no fue así. Después empecé a estudiar las diferencias bioquímicas de la sangre, pero no encontré nada. Fue un error, buscaba niveles distintos de parámetros conocidos: glucosa, hierro, plaquetas. Tonto, estúpido, tendría que haber buscado cosas que no deberían encontrarse en sangre, pero eso lo aprendí después.
Ideé un plan para estudiar el genoma asteriano en paralelo, involucrando a muchos laboratorios, diviendo el estudio en cromosomas, mientras que Grey se encargaba de configurar las distintas copias de seguridad, en varios planetas incluso. Dunne, cada día se hacía más fácil trabajar con ella, y poco a poco nuestro objetivo común nos fue acercando hasta que sin pretenderlo éramos amigos.
Solicité la presencia de más médicos, llame al doctor Teller y a Heather. Eso fue un error, puse en peligro a mi amiga y Teller....Teller era de ellos. Nadie sabía que la infiltración llevaba tantos años en marcha, todos pensábamos que era algo de unos meses, de la gente que se había colado en el 12. Fui un ciego. Cuando llegó Teller nos apuntó con una pistola e intentó deshacerse de la investigación, pero no podía, no cuando el trabajo estaba repartido por media galaxia. Aun así consiguió destruir algún vial de sangre, algo poco importante, porque había replicado la genética asteriana para tener material para todos los laboratorios. Yo le di cuerda, le sonsaqué toda la información que pude usando en su contra su arrogancia. Eso nos dio pistas importantes, como la terapía genética a la que se sometían los asterianos, haciéndoles indetectables para médicos, las listas de asterianos que manejaban él y Kepborn, y que su destino sería Aster si salían de allí. La irrupción de la sargento Grey fue vital. Ella lo disparó y yo lo rematé. No me lo pensé. Podía dar la voz de alarma. Mis manos están manchadas de sangre...... pero hice lo correcto.
Una vez Teller no era una amenaza había que escapar. Einar, Bintel, que resultó ser una cyborg humana, Grey y yo nos dirigimos a los hangares por distintos conductos de ventilación. Al llegar al hangar vimos que había guardia e idee un plan para librarnos con ellos. Bintel pudo fingir la voz del teniente Teller y el hangar se vació.
Dunne, Heather y Einar subieron a un avión y yo me quedé a ayudar a Bintel. Podía haberla dejado, pero estaba viva, era una de nosotros, y mucho más humana que muchos humanos que conozco. Ella se encargó de poner en los altavoces de la base el extracto de la conversación con Teller mientras yo bloqueaba la entrada. Escapamos, pero por los pelos. Nos dispararon, y caímos al hielo. Conseguimos salir a duras penas, y nos apresaron. Y aquí estoy, hablándole a un cristal, preguntándome que será lo siguiente que nos pasé, si es que nos va a pasar algo.
Noor, hice lo que debía hacer, luche por las muestras, pero no podía salvarme yo. Perdóname por no haberte podido querer, no había sitio en mi corazón para ti en ese momento, pero lo habría habido, habría caído como un adolescente por ti. Fuiste muy especial, y siempre te llevaré conmigo, cada vez que corra, cada vez que haga un estiramiento me acordaré de ti. Tenías razón con Heather, pero ha pasado mucho tiempo. No sé que espera, ¿espera que salte y mueva el rabo como siempre por ella? Yo ya no soy ese hombre, a fuerza de pasar los años aprendí a rendirme con ella..... Así que.... ya veremos a donde nos lleva esto, si es que realmente quiere algo conmigo.
Sonrió al cristal y se calló. Había sonado mucho mejor. Era cuestión de práctica. Ahora lo único que tenía que hacer era escapar, llevarse consigo a Dunne y Bintel y volver a la space force. Se había vuelto a enamorar de ella, estaba listo para comprometerse. Ya lo había hecho, había ofrecido su vida.....y le sabía mal no tener otra para poder darle. El tiempo lo diría todo. Miró el espacio e intentó entrar en comunión con sus compañeros de domo: Einar, Daya, Jim, Eylo.... le seguirían odiando, pero él había cumplido su parte. Solo esperaba que llegara a sus oídos. Ahora daba un poco igual, sentía la boca seca después de hablar tanto. Sonrió y dijo
- O aóooo un oco de aua...
No hacía falta que sus captores supieran de su mejora en el habla.
Crónica: Capítulo III
Después de la destrucción del PEC, a los supervivientes nos habían dividido. Seguramente había cabos sueltos y ante el descubrimiento de una raza alienígena en guerra contra la humanidad, había que aislarnos por ver si había algún terrorista camuflado que trataba de ponerse en contacto con los suyos, una vez que había conseguido llegar al planeta Tierra. Tenía su lógica.
Que nos hubieran mandado a Becky, Vera, Yum y a mí bajo las órdenes de la sargento Naomi Cornett a un pueblo perdido en la foresta canadiense, mucha lógica no tenía. Pero no seré yo quien dude sobre las estrategias de los mandos de la SF.
Cuando nos bajamos de la nave, descubrí con una mezcla de sorpresa y agradecimiento que, teníamos como vehículo de transporte un maravilloso 4x4, último modelo, full equip. Un auténtico premio y detallazo de los superiores; encontrarme con semejante vehículo hizo que toda la perspectiva que hubiera imaginado cambiase para bien. Probé aquella máquina de la que nos dirigimos al enclave donde debíamos pasar unos días. Traté de contagiar mi humor al resto, haciendo una especie de karaoke gracias al equipo de música que tenía el todoterreno; sin duda, las demás se portaron, contribuyendo Becky con su gran voz a la animación del viaje.
Llegamos a destino para descubrir que la base en la que debíamos de permanecer no estaba habilitada para la permanencia de ningún equipo, por muy preparado que este fuera. Así que, tras comprobar que necesitaríamos comida y mantas, nos dirigimos a explorar el pueblo y en concreto la tienda de ultramarinos. Aparentemente no había mucho movimiento en aquel lugar, parecía desierto aunque vimos algunas gentes que se escondían a nuestro paso.
Sin embargo, la antipatía que los vecinos de aquel lugar pudieran tener hacia los extranjeros y visitantes desapareció cuando una mujer – seguramente la alcaldesa – me reconoció. No me lo esperaba caray. Había estado en el Domo 12 y nadie me había reconocido, ni tan siquiera en el PEC que es un lugar en donde manejan mucha información; así que, con semejantes precedentes no me podía ni imaginar que en un pueblo perdido de Canadá supieran quiera era yo. Y sin embargo... El pueblo era como un club de fans. Rápidamente se corrió la voz de que yo estaba allí y empezaron a llegar vecinos a saludarme y pedirme autógrafos.
Podría decirse que nuestro enfoque de pasar unos días allí se modificó por la gran acogida. También porque "la base" no estaba condicionada. Al final, obtuvimos una solución salomónica, nos quedaríamos en la casa de Margaret, quien hacía de anfitriona allí (seguramente fuera la alcaldesa).
Naomi nos informó que venía con la misión de construir el Mech y me pareció genial. Era un lugar apartado en el que nadie nos molestaría y podríamos empezar a diseñarlo y fabricarlo. Sin embargo, resultó que no teníamos los materiales, tampoco la maquinaria suficiente pero al menos la sargento era un ser muy inteligente y empezó a diseñar diferentes bocetos para construirlos en un tamaño miniatura para comprobar la resistencia de los materiales. Otra incidencia que apareció fue que, en aquel pueblo había paso frecuente de skullreps. Y aquel dato había que investigarlo. Vale que no teníamos equipo para batallar allí contra los invasores y que el pueblo mismo tampoco estaba dotado para la defensa, ni siquiera había torretas defensivas y mucho menos un retén de soldados itinerante por las cercanías. Así que, decidimos dotar a aquel sitio de algunas ideas para la defensa, así como instruir a sus habitantes para el caso de que sufrieran un ataque.
Mientras nos hospedábamos en la casa de Margaret, le comenté a la sargento la posibilidad de que Yum, la mecánica del grupo, pudiera compensar aquella "residencia" arreglando todo tipo de electrodomésticos y cacharros que necesitasen los habitantes del pueblo. Así como motivarlos haciendo alguna demostración de conducción con el 4x4.
Y es que aquel pueblo, Acme, podía servir a la SF para presentarlo con fines publicitarios por la gran colaboración que estábamos teniendo.
De aquella, la sargento ya me había puesto en situación con respecto a Yum, de quien la capitana desconfiaba pues parecía que pudiera ser una asteriana camuflada. De ahí que, tuviéramos que tenerla vigilada en todo momento. Y se me ocurrió lo de que arreglase los trastos de aquella gente como opción a estar controlada, en vez de tener que estar continuamente espiándola o que alguna de nosotras estuviera encima. El hecho de que las vecinas de Acme fueran bastante invasoras facilitaba su control.
Becky nos demostró que era una gran confitera y que se asimilaba a la vida de Acme con una facilidad inusitada. Vera quizás era la que peor lo llevaba, sin duda aquella vida no acababa de encajarle en sus rutinas pero yo hacía todo lo posible por tenerla contenta. Y yo pues andaba de aquí para allá tratando a los vecinos del pueblo. Tuvimos a bien sembrar de trampas la zona por donde pasaban los skulls, así como organizar grupos de exploración, aunque quizás en el futuro necesitasen una instrucción mucho más específica, para una primera aproximación iban geniales.
Sucedió que un día, al despertarnos descubrimos que Yum había desaparecido. Mas bien había huido porque se había marchado en plena noche, aprovechando que el resto estábamos durmiendo y encima nos saboteó el 4x4. Mi apreciado tesoro. Ya te puedes imaginar la alarma que nos causó su desaparición, su huida. Sin duda había estado todos esos días disfrazando una conducta en la que no se la veía muy alienígena, aunque es verdad que era muy callada. Pero no habríamos imaginado que hiciera aquel sabotaje y emprendiese la huida.
Sacamos un plano y estuvimos organizando a la gente para tratar de atraparla. El hecho de que Acme tuviera falta de medios, había facilitado su huída. Y también nos perjudicaba en su rastreo y cacería. A punto estuvimos de acudir a una granja para hacernos con caballos pero analizando el tipo de terreno que teníamos en aquella zona y la vegetación, acabamos desechando la idea. Gracias a Margaret, la alcaldesa, pudimos movilizar a un grupo de vecinos de las inmediaciones para que tuvieran los ojos bien abiertos si la veían pasar. Hicimos un retrato robot pintando a una oriental y sin duda, los rasgos de Yum no tenían pérdida.
Naomi, Vera y yo estuvimos valorando la dirección hacia donde se había ido Yum. En un principio sospechamos que en el bosque habría algun equipo de comunicación con los asterianos, o bien que si se pasaban por allí skulls era porque quizás en las inmediaciones hubiera alguna base secreta. Sea como fuere, al final organizamos una cacería. Becky preparó las mochilas y salimos Vera y yo tras las huellas de Yum, campo a través.
Tuvimos suerte de no cruzarnos con ningún skull y tampoco que sus pasos nos encaminasen a la zona por la que solían transitar aquellas bestias. Avanzamos tras ella con cierta facilidad, al descubrir que tampoco se había dedicado mucho a tapar su rastro. Cierto es que, toda la organización la habíamos montado en base a las conjeturas que yo había proyectado en el plan de huida de la oriental. Y fue una suerte que, dentro de todas aquellas posibilidades hubiéramos dado con la correcta. Cuatro horas siguiendo aquel rastro conseguimos dar con Yum y nos acercamos a ella con cierto sigilo.
Conseguí alcanzar y Vera la amenazó con reventarla de un disparo. Pero al final no fue necesario dispararle porque levantando las manos se rindió. Llevamos a cabo una exploración del terreno por si se trataba de una trampa. Pero al final confirmamos que su huída había sido una escapada en solitario. Yum nos contó su historia, pude hacer oídos sordos a aquel relato que nos soltó pero la creí porque su versión encajaba con un comportamiento que no había sido hostil, salvo por el sabotaje de la máquina 4x4.
La llevamos al lugar de reunión que habíamos establecido con la sargento y allí la detuvo para evitar más peripecias. Volvió a contar la historia, pero la sargento dudó de su testimonio y por seguridad no le quitó las esposas. De vuelta al pueblo, convertimos la cacería a la oriental en una especie de gymkana o simulacro de emergencia y coló. Con lo que los daños y gastos fueron mínimos. Además comprobamos el grado de afecto que teníamos y también se valoró la coordinación entre los vecinos de Acme. Les reconocimos toda la labor hecha.
La sargento recibió instrucciones para estar en tres días en la comandancia, con lo que planeamos el viaje hasta el astro puerto más cercano. El problema fue que el sabotaje que había realizado a Yum sobre el vehículo oficial había sido tan a conciencia que no hubo forma de arreglarlo. Sin embargo, dimos rienda suelta a la creatividad y tuneamos el vehículo en favor de una modalidad más ecológica, sustituyendo el motor por una tracción animal. Nos aprovisionamos de víveres para el viaje y de madrugada salimos en dirección al astro puerto.
A mitad de camino alertadas por evidencias de la presencia de skulls cercanos, decidimos acelerar el paso de los caballos por ver si éramos capaces de dejarlos atrás o que no nos vieran, pues parecía que estaban cerca de la carretera pero no demasiado. Sin embargo, pese a todas aquellas precauciones, la sargento avistó uno de ellos más adelante justo en la carretera por lo que decidimos abandonar la diligencia y ocultarnos dentro del bosque, tratando de, en la manera de lo posible, bordear el peligro y seguir adelante. Pero no conseguimos despistar al bicho, el cual alertado por nuestra presencia se dirigió hacia nosotras mediante ruidos que sin duda alertaron a otros bichos cercanos.
Nos encontrábamos escasamente armadas y habíamos sido detectadas, sin embargo esperaba que las tres que llevábamos armas fuéramos capaces de eliminar la amenaza de aquel skullrep. Para ello, necesitábamos una distracción, alguien que hiciera de cebo para que el bicho nos mostrase su mejor cara y poder dispararle con facilidad a bocajarro sin que éste sospechara nada. La ocasión se me presentó cuando vi que Yum hacía ademanes de abandonarnos nuevamente y huir. Le coloqué la linterna encendida detrás, ya que tenía las manos atadas y dado que pretendía huir, cumplió a la perfección el plan sin ni siquiera comentárselo. La oriental salió corriendo, llamando la atención del bicho. El plan era que hiciéramos una emboscada a la criatura, ya que iba a pasar delante de nosotras y entonces teníamos la oportunidad de foguearlo a conciencia. Sin embargo, no todas tuvimos la suerte de acertarle en el disparo, motivo por el cual aquella bestia alcanzó a Yum hiriéndola. No sólo eso, Naomi quien sí fue capaz de alcanzarle con el disparo, provocó que el animal alertara de nuestra presencia a otros bichos, con lo que la amenaza real fue en aumento.
Identificadas por más bichos que venían hacia allí y aún sin eliminar a la bestia que teníamos delante, los hechos corrieron a una velocidad increíble. Primeramente la criatura volvió a atacar a Yum, aunque por lo menos en la siguiente acción fuimos capaces de matarlo gracias a una pedrada en la cabeza de Becky. Pero que se acercaran más bestias como aquella y que fueran más de una, reducía y mucho las posibilidades de supervivencia. Tuve a bien exponerles mi plan de supervivencia, consistente en rajar la tripa de la bestia muerta y meternos allí, escondiéndonos de la capacidad olfativa y visual de aquellas bestias. Y así lo hicimos Becky y yo, tras órdenes de Vera y Naomi, quienes decidieron encaramarse a un árbol porque el cuerpo del skull no daba para esconderse todas. Desde las ramas altas de las coníferas fueron capaces de abortar la amenaza de los dos skullreps que llegaron, si bien en el caso de la sargento sufrió heridas graves.
Pedimos ayuda y logramos llegar hasta el aeropuerto civil tras una intervención de primeros auxilios a vida o muerte de Becky sobre la sargento. Vera también estaba herida pero de menor consideración. En cuanto a Yum, no pudimos hacer nada, murió con las manos atadas tras varias estocadas del primer skullrep.
Logramos evacuar a la sargento y salir de Acme camino de la comandancia. La verdad es que nada había salido bien, aquel lugar que tan maravillosamente nos había recibido, al final nos dejaría un recuerdo amargo. Si bien es cierto que tampoco podíamos culpar a ningún habitante de Acme de lo sucedido, pues todo había surgido por sorpresa y por culpa de aquellas criaturas asterianas. Pero sí que es verdad que, el ataque en plena noche, nos causó cierta conmoción por los resultados que se derivaron.
Sentí la pérdida de Yum. Cierto es que la había expuesto en mi estrategia de caza del skullrep, pero al fin y al cabo, la culpa aunque remota había sido suya. Si no hubiera saboteado el vehículo oficial seguramente no habríamos tenido aquel encuentro, además que no había confiado en el resto para comentar su situación sino que todo se había sucedido de manera causa-efecto. Así que, su muerte no vino sino a reflejar que lo que mal empieza, mal acaba.
De todas maneras, siendo positivas y obviando la pérdida de Yum, creo que la estancia en Acme nos ayudó a todas bastante, necesitábamos desconectar y poner distancia con respecto a otros compañeros del Domo, así como, tener momentos para pensar, meditar y canalizar la energía de la naturaleza. Además de que habíamos logrado relacionarnos con los habitantes de un pueblo que previamente tenía mala fama por haber realizado ataques contra turistas y extranjeros y poco menos que habíamos reconducido aquellas actitudes por otras más benévolas.
En cuanto a las chicas, la estancia en Acme me ayudó a empatizar tanto con Becky como con la sargento y con Vera en mayor medida a como nos veníamos tratando. También con Yum, aunque eché en falta más empatía por la oriental, supongo que sus cosas la cegaron en más de una ocasión y al final no había acabado de integrarse en el grupo porque ella tenía tareas pendientes. Incluso llegó a reconocer que estaba allí, en la Space Force por un asunto suyo, que todo lo demás no le importaba. Así que, al final murió tal y como había llegado a SF, de manera individual, en su propia oscuridad perseguida por la realidad. Una pena.
Ayudé en la medida de lo posible a Becky en los cuidados a la sargento, me caía bien, habíamos conseguido un vínculo amistoso muy bueno y me daba mucha pena su estado. Con Vera también estaba en deuda, sin duda había ayudado a salvarme la vida y no era la primera vez.
Esperaba que todo aquel ambiente negativo que había surgido por culpa del ataque, se fuera resolviendo. Esperaba que Naomi no tuviera demasiadas secuelas y pudiera seguir formando parte de la Space Force, que diseñara el proyecto de Mech y pudiera volver a Acme, juntas celebraríamos la candidatura de aquella localidad para los juegos galácticos en compañía del resto.
También procuré asistir y animar al resto, sabía que eran momentos duros pero tampoco podíamos hundirnos, Becky pretendía casarse y esperaba que aquella boda sirviera de revulsivo frente a todas aquellas circunstancias adversas. Además, tenía que decidirme en cuanto a Vera, quizás si la aceptaba como pareja formal, también le diera un impulso a nuestra relación.
– Vera, ya sé que no es el mejor momento, pero vaya, tampoco quería dejarlo de lado más tiempo, nunca se sabe lo que nos puede ocurrir y yo estuve pensando todo lo que nos ha ocurrido... – ¿Aceptaría un compromiso? Igual eso reducía sus ambiciones de comandar un escuadrón, quién sabe si la distraería o peor, no se lo tomara bien. La fui tanteando durante el viaje, para mí era un auténtico apoyo que estuviera allí, que no le hubiera pasado nada. Además tampoco era plan de retrasar cosas que luego podrían pasar factura – te elijo a ti, Vera Zumbert.
Si iba todo bien, Naomi sería mi madrina y Becky la dama de honor, de padrino quizás Duke si hubiera sobrevivido. Aunque también podía estar la Shinsei. Igual hasta podíamos celebrar las dos bodas juntas, Becky y yo, seguro que aquello daba un aire de esperanza a toda la SF. Esperaba que fuera todo bien, que los demás les hubiera ido mejor que a nosotras, aunque éramos reclutas del Domo 12, todo podía pasar.
La situación estaba siendo mucho más dura de lo que William podría haber llegado a imaginar. Tenía ante si a la mujer que pretendía matar a Milena. Era duro controlarse en aquella situación, pero no podía por menos que pensar en todo lo que había en juego, en todo lo que se perdería, si el sucumbía a sus instintos más destructivos en aquel momento... Debía controlarse, por el bien de muchos, aunque una pequeña parte de él mismo, se calmaba única y exclusivamente pensando que acabaría pagando por todo el daño y el mal que había causado.
Al menos, sintió alivio cuando percibió humanidad en ella. En cierto modo, la máscara que tan bien había formado Althais se había resquebrajado para Thompson. Le parecía inhumana, fría, despiadada y cruel, aunque debía admitir que al menos la preocupación por sus hermanas parecía del todo sincera, aunque no cabría esperar menos, había momentos en los que llegaba a dudar incluso de eso. Asintió con firmeza ante la pregunta acerca del bienestar de las Townhall más jóvenes, transmitiéndole calma.
El camino era duro y en gran medida solitario. Entendía en ese momento lo que era la soledad. Una soledad más dura que el hecho de estar sin nadie alrededor. Comprendía lo que era la soledad que sientes cuando estás con gente en la que no confías, con gente de la que incluso sospechas. El paraje árido y desértico se transformaba así en una metáfora despiadada de la situación personal de Billy en aquel momento, en aquel planeta y con aquellos "compañeros" a los que jamás podría considerar tal. Al ver el transporte que les habían enviado, comprendía lo fútiles que era la rebelión. Siendo Althais la pareja del líder de la rebelión no habría enviado un transporte que poco se diferenciaba de la chatarra de tener algo mejor, o al menos eso era lo que el joven pensaba...
Una vez en la nave, con la inmensidad del espacio, tuvo tiempo de pensar en todo lo que estaba pasando. Y sobre todo, tuvo tiempo de llorar... en la soledad del espacio, en un apartado rincón mientras recordaba lo que había pasado desde que tomo la decisión de infiltrarse para tratar de rescatar a Eris, ahora además debía salvar a la hermana de Seok y junto a ellas... las vidas de muchos otros miembros de la Space Force e incluso de la humanidad que perecerían si no era capaz de cumplir con su misión. Apoyando una mano contra la pared cercana a una ventana, mientras observaba su rostro translucido sobre el infinito universo, se percató de algo... No era el adecuado. Había sido un error pensar que podía hacerlo. Había sobreestimado sus capacidades y ahora era demasiado tarde... Aunque esa certeza iba íntimamente ligada a otra certeza... No podía fallar, le costara lo que le costara... había demasiado en juego. Puede que incluso Milena, de la que se había vuelto a separar y a la que añoraba más que nunca. En realidad ella siempre había sido la fuerte. William se sentía en aquel momento tan pequeño e insignificante... impotente ante todo aquello que pretendía enfrentar. Había sido un crío estúpido...
Se dejó llevar por una inquieta duermevela en la que rememoraba lo ocurrido en los últimos tiempos. La llegada a la Tierra, en unas condiciones que jamás creyó posibles. Habían destruido un PEC, al parecer una raza alienígena de la cual algunos miembros odiaban hasta el extremo a la humanidad. Eran los responsables de que los Skulls atacaran a la humanidad y aún no estaba claro el por qué de sus acciones, aunque ellos si que tenían clara su justificación, algo que por ahora no estaba del todo claro para Thompson. Esos días eran algo tristes, ya que veía que todos iban haciendo su grupo, su núcleo de personas con las que relacionarse, pero a pesar de Milena, de alguna manera se sentía un poco fuera de lugar con el resto de miembros del Domo. Posiblemente el hecho de que hubieran ido al PEC para juzgar a Billy por el asesinato de un "compañero" tenga mucho que ver... Le sorprendió el abandono de la Space Force por parte de algunos de sus compañeros. Entendía perfectamente a Keira y Narel, aunque el resto si que le sorprendieron, pero bien es cierto que no los conocía quizás lo suficiente. Incluso se sorprendió a si mismo, manteniéndose fiel a la Space Force cuando podría haber tenido una salida por la que sólo unos meses atrás habría suplicado. Esto mismo le hizo preguntarse, cuanto había cambiado realmente desde su llegada al ejercito y cuanto quedaría del muchacho rebelde y alocado que era, dentro de un tiempo, en caso de seguir vivo.
Finalmente todos fueron destinados a distintas misiones. La de Billy, era rescatar a Eris y de paso obtener información acerca de la resistencia que se estaba formando en Natgrew. Por suerte, pudo reencontrarse con su hermano, algo que le aportó una calma que le resultaba difícil cuantificar, pero que sin duda le hizo mucho bien. De alguna manera, era como sentirse perdido en un océano inmenso y de pronto, ver la parte de arriba del tejado del hogar, encontrar algo confiable, cálido, entrañable que te hace sentir en casa, aún cuando estés lejos del hogar. La llegada al Domo 19 fue todo lo mal y todo lo bien que cabría esperar. Thompson, al menos estaba confiado en haber cumplido su papel de manera convincente, convirtiéndose en un claro objetivo de reclutamiento, pero sin parecer desesperado ansioso, un termino medio difícil de alcanzar. Después todo fue rodado con Althais, al menos, teniendo presente lo desconfiada que parecía. Sin duda esa chica era un gran peligro, pues era implacable y dura, alguien que no temía destruir a quien fuera para lograr sus fines. Por suerte, había averiguado e intuido con anterioridad lo que podía esperar de ella, lo cual le resultó bastante útil. Después del primer castigo general provocado por el comportamiento irreverente de Billy, conoció a la que sería, aunque por breve tiempo, su compañera. Min se notaba que era una experta en este tipo de infiltraciones, planteando opciones válidas a William sobre la mejor manera de actuar, tomando finalmente la decisión de hacerse pasar por pareja. Algo que en aquel momento Thompson no sabía lo que le llevaría a hacer. Llegando a practicar sexo con ella, algo que resultó un desastre y estresó bastante al joven. No sólo por ser su primera vez, si no por no poder evitar pensar en todo momento en Milena, a la que sentía que estaba traicionando.
De todos modos, llegó el momento de que saltara el plan. Durante una misión de supervivencia, donde comprobó que las bajas durante el entrenamiento no eran algo novedoso, Althais puso en marcha el plan de extracción, lo que incluía dejar atrás o matar a Seok. Billy se ofreció para matarle, comprendiendo que dejarlo solo sería lo mismo que ejecutarlo, pues sus opciones de supervivencia por si mismo eran insignificantes. Aún así estableció un plan que le permitiría salvarle la vida y obtener algo de información que resultó bastante útil, aunque supusiese una labor más para el joven, rescatar a la hermana de Hwan. Finalmente consiguieron llegar a la nave que debía llevarles a Natgrew, aunque Min no había llegado después de intentar despistar a las hormigas gigantes. Era algo que preocupaba bastante a William, pues aunque ella era una exploradora experta, ese planeta desde luego que estaba diseñado para ponerles a prueba de maneras que le costaba imaginar. Ahora, sólo quedaba esperar al futuro, con un marcado sentimiento de pequeñez, de que esto le venía grande y de que el fracaso no era una opción, sólo podía esperar volver a encontrarse con su hermano al menos en aquel planeta ya que sentiría que no se había despedido de él. Y sobre todo, poder ver a Milena, sentiría muchísimo abandonar este mundo sin poder despedirse de ella, sin poder intentar decirle todo lo que sentía por ella. Lamentaba pensar que estaba a punto de fallar, de cagarla y de morir...