Partida Rol por web

Le dolía todo el cuerpo, pero especialmente la garganta. Las rutinas de Noor se estaban volviendo cada vez más despiadadas, aunque todo pasaba mucho mejor mientras uno corría detrás de un culo bien puesto, no es que quisiera verlo, de verdad!, pero es que no había manera de pillarla, ni siquiera de acercarse, era como si ella fuera en uno de esos cacharros de Jim mientras el corría para alcanzarla. Imposible. Aunque lo peor no era eso, lo peor eran las clases, y pronto se dio cuenta que igual no iba a llegar a fin de mes, que 4 horas de medicina, los enfermos, disparar, empezar con ejercicios de logopedia, aunque había conseguido emitir algún sonido desde el incidente con los skullreps, que no le daba la vida, simple y llanamente y Duke lo empezaba a notar.

Entró en la sala de esparcimiento y se dirigió hacia la mesa de billar. Saludó a todos con una sonrisa, agitó la mano, básicamente hizo lo de siempre, aunque extrañamente ese día no tenía muchas ganas de ver a nadie, solo clamaba por una cama, una blandita, bunkerizada, donde Noor no pudiera encontrarle jamás, sí, era lo que necesitaba pero debía pasarse un rato por el área recreativa para que lo vieran. Más de uno se había preocupado después de lo del grito, y tenía que hacerles ver que estaba bien, que aquello no era nada, era su papel, era el médico, y él cuidaba de ellos, no al revés, así no era como funcionaban las cosas en su domo.

Se acercó a la mesa de billar y puso las bolas en la mesa. No era billar inglés, el único que realmente valía la pena, pero a falta de pan bueno era billar americano. Cogió un taco y puso tiza, mirando a unos y a otros con una sonrisa, y retándolos con la mano, como hubiera hecho Neo dentro de matrix.

Billy tenía la cabeza saturada del día que había pasado con el grupo de estudio, desde luego no estaba acostumbrado a estudiar tanto y la legislación se le hacía extremadamente pesada. Ese día todos parecían bastante agotados, se notaba que el examen estaba cerca y el grupo trataba de dar lo mejor de si mismo. William no se preocupaba demasiado por la nota de legislación, sabía que no era lo suyo y si aprobaba sería de potra, así que no iba a dejar que le atormentara aquello. Sólo había hecho el grupo para ayudar a sus compañeros a luchar contra sus propios demonios. 

Por suerte llegó uno de los listos del Domo que necesitaban estudiar poco, Duncan, parecía querer echar una partida de billar y eso es algo a lo que Thompson siempre estaba dispuesto. Con una sonrisa pícara se acercó a la mesa tras coger un taco y darle tiza. - ¿Abres o abro? - preguntó brevemente mientras colocaba con agilidad las bolas en el triángulo. 

Parecía que el joven Thompson sabía de que iba aquello, solo alguien con cierta experiencia era capaz de meter las bolas en el triángulo con tanta soltura. Duncan sonrió, ahora que lo miraba bien William tenía un aire a trilero, a gitano tramposo, pero Duke era un orgulloso escocés y no iba a dejar que un jovencito le diera una paliza a algo que se había inventado en las islas británicas, era su deber.

Levantó la mano para frenar su arranque y empezó a teclear con una sonrisa mordaz

- Antes hay que fijar las condiciones de la competición. En mi tierra jugamos siempre por algo, un pavo por bola?, o tal vez un secreto? Estoy seguro que alguien como tú, dedicado a la inteligencia lo encontrará satisfactorio. Entonces que? Un secreto por bola? Pero nada de mierdas de espía, sinceridad... te doy mi palabra de escocés.

Le miró con una sonrisa y le dijo

- Abre tú, yo solo se jugar a snooker, estas cosas yanquees no las jugamos en la tierra. Ves tirando tú, así voy aprendiendo como se juega... Entonces, esta madera sirve para darle a la bola, así? - dijo cogiendo el taco y bateando el aire como si fuera un bate de baseball.

Se iba a enterar, él también tenía sus trucos. Sería divertido conocer algo más de él, y seguramente si le preguntara en otras circunstancias mentiría, pura deformación profesional

Billy sonreía divertido ante la propuesta del médico, tenía un porte de confianza apropiado para alguien que era bueno jugando, le tendió la mano para estrechársela - Tenemos un pacto de caballeros - aceptó con un guiño cómplice - ¿Mierdas de espía? - Preguntó confundido - Si claro, sinceridad... es un acuerdo - Quizás le faltaba algo de madurez al joven William, no entendía lo de la sinceridad, si él había sido sincero en todo momento, incluso le dijo a Townhall de primeras que había entrado en la sala de telecomunicaciones.

Thompson reía con ganas ante el comentario del taco, - Parecido ¡JAJAJA! - Mantenía la sonrisa pícara prácticamente perenne mientras se colocaba en posición de tiro, tenía una buena postura, acostumbrado a juegos de bares. - Si juegas snooker serás un reto - le había gustado la iniciativa del médico, incluso mantenía una actitud de control de la situación que podía indicar que sabía perfectamente lo que hacía... interesante... 

Abrió la mesa repartiendo por todo el tapete las bolas y metiendo una rayada en el agujero - ¡Bien! - Sonreía divertido, después del mes que llevaba y toda la carga que había llevado encima durante ese tiempo debido a los conflictos, la sonrisa de Billy parecía hasta inocente, en ese momento era simplemente un chaval de 20 años divirtiéndose en un mundo de adultos. Se movió por la mesa hasta encontrar una buena posición que le permitiera meter una bola fácilmente, apuntaba mientras sacaba la lengua señalando con ella hacía arriba como gesto de concentración, con un movimiento fluido impactó el taco en la bola blanca y esta en otra rayada que fue a parar a una tronera. Billy dio un pequeño saltito de alegría, al tiempo que hacía un gesto de victoria con el puño, era la emoción de la partida y que tenía claro que sería un rival digno, era la emoción del juego en si lo que le gustaba... Con las prisas de seguir el juego, el siguiente tiro le salió un poco desviado haciendo que no entrara la bola. 

- Parece que te toca, ya te he ganado dos preguntas - asentía satisfecho... 

Duke miró la mano con suspicacia, como si fuera a darle un calambrazo, como los payasos esos de los circos que te daban calambrazo al estrechar la mano, pero como no vio nada raro sonrió y estrechó la mano con firmeza. Era de las pocas cosas que recordaba de su padre, un apretón era un 75% fuerza y un 25% suavidad, una mano excesivamente fuerte daba tan mala impresión que una débil, fuerza, pero sin romper huesos. Asintió, tenían un acuerdo y le invitó a abrir el juego mientras le preguntaba como manejar el palo.

Era de primero de universidad, hacerte pasar por peor de lo que eras, y así luego le pillabas con la guardia baja y le desplumabas. No solía hacerlo, pero bueno, a veces había que comer, y estando becado por lo justo, los vicios y caprichos tenían que salir de algo, como el billar. Asintió y le escribió agradecido

- Oh, gracias, gracias, creo que miraré tu técnica para aprender. La verdad es que era muy malo, se me daba mejor el cricket que el billar. - Le guiñó un ojo antes de escribirle - No seas muy duro con tus mayores...a ver que sabes hacer...

Billy le pegó un tacazo increíble, mejor de lo esperado, y metió una bola rayada. Eso le hacía a él ir a por las lisas, pero lo veía claramente injusto, porque él tenía una bola de más, la negra, mientras que Billy no, pero bueno, no pasaba nada, había que darle ventajilla. Billy se movía por la mesa buscando los ángulos, embocando dos bolas más con maestría. Si seguía así no iba a poder tirar, igual era uno de esos que abre y acaba la partida sin dejar ni siquiera tirar al otro, así que recurrió al truco secreto. Cuando iba a tirar tecleó

- Coff, Coff... - y chasqueó la garganta en señal de carcajada. Aquello no funcionaba nunca pero se ve que, por las prisas o por lo que fuera había fallado. Asintió, le había ganado dos preguntas, de momento. Llevó la mano al comunicador y escribió

- Esto no es como empieza sino como acaba... déjame un poco de espacio, que batear la bola así es muy complicado. - Cogió el taco como si fuera un bate y empezó a zarandearlo, para después guiñarle un ojo y chasquear la garganta, Alargó el palo, tocó un agujero de una esquina y señaló con la mano la trayectoria que seguiría la bola. Iba a lo grande, cuatro bandas, una jugada complicada, pero Duke cogió el taco y le dio con fuerza, recorriendo la bola el caminito como un corderillo amaestrado. En cuanto entró se le escapó una sonrisa y miró al chaval como diciéndole, ves?, yo también le se dar al palito.. que opero corazones chaval, que esto está chupado. Le dio la vuelta a la mesa y entonces señaló otra diagonal, esta vez solo a tres bandas. Tomo aire, aquello era facilísimo, pero entonces entró Jim en la sala y se le fueron los ojos detrás. No pudo evitarlo, no sabía si se cimbreaba así para que la viera o que, pero le recordaba según que cosas en según que asientos, y claro, uno no era de piedra, ni la capacidad de concentración era infinita. Una parte de su cerebro decía fuego, a por la bola, la otra, pero mira hombre, pero mira, y el cuerpo hizo la mitad, dar a la bola mirando hacia otro sitio...y allí empezó el desastre.

La bola blanca saltó de la mesa y fue a dar a Anne, que estaba a punto de tirar un dardo. El impacto fue en el cuerpo, pero claro, la mujer se desequilibró y lanzó el dardo que pasó rozando a Kurik, que se levantó con ganas de matar, porque el ruso solo tenía dos velocidades, matar o aplastar, y Duke tenía dos problemas, dos grandes. Tiró rápido del comunicador y escribió

- Perdón, Perdón, es que no sé mucho, y se me ha escapado la bola. Ha sido todo culpa mía, por favor, me devolvéis la bola? - Anne bufó desdeñosa y Kurik, bueno, no le mató, así que eso era positivo. Avergonzado llevó la bola de nuevo a la mesa y le escribió a William

- Mejor haz por meterlas todas antes de que me maten.

Sonrió tranquilo, no creía que le mataran, aunque fuera porque no tenían otro médico, y a veces era mejor torpe conocido, que habilidoso volando.

Anne estaba echando una partida a los dardos junto con Kurik, cuando una bola de los bllares fue precisamente a impactar contra ella. La muchacha se giró apretando el dardo en la mano, realmente cabreada.

- ¿Quién ha sido el gilipollas? - No había falta especificar mucho más para comprender de que estaba realmente molesta, aunque lo que no esperaba la agresiva mujer era escuchar el comunicador de Duncan emitiendo unas consecutivas disculpas, lo que hizo que ella dudase momentáneamente.

Durrell tomó aire, bufó y cogió la bola que Kurik parecía evaluar entre sus manos - Ya voy yo - Dijo ella acercándose hacia el doctor del Domo y el niñato Thompson, devolviendo el objeto.

- Mierda de puntería tienes... Te salvas porque soy agradecida... Agradécemelo - Irónico juego de palabras, pero eso sí, determinaba que Anne seguía siendo bastante chula, pero el tener la férula nueva en su mano, con posibilidad de poder usar su arma era un privilegio con el que no hubiera podido contar si no hubiera sido por el doctor y el idiota de Smart. Le debía una a Duncan, y la mejor manera de recordarlo era no matándolo.

- Alguien debería enseñarte a jugar a eso antes de que sea peor arma que una granada de mano - Comentó volviendo a su juego, los dardos.

Había reaccionado como el culo, nada fuera de lo esperado, pero es que así era Anne, todo lo que estuviera por debajo de una agresión física estaba bien. Al verle dudó, al menos no le tiró toda la andanada de mierda encima. Sonrió, solo se podía sonreír en esa situación y cuando dijo que se lo agradeciera empezó a teclear

- Oh, muchas gracias Anne, pero recuerda, si me pegas que sea con la otra mano, vale? No queremos empezar de cero, eh? - Le sonrió jovial. No creía que lo hiciera, pero era Anne, cualquier cosa era posible aunque normalmente no pasaba de lo verbal, y ya había aprendido con ella que lo mejor era fijarse en lo que hacía y no en lo que decía. Cuando le dijo que alguien debería enseñarle le escribió

- Si quieres hacerlo tú... Necesito alguien que me de lecciones, además, está el aliciente de darle una paliza a Thompson... pero, mientras te lo piensas, mejor le devuelvo la bola.

Puso la bola blanca en la mesa y puso una cara divertida mientras suspiraba aliviado y le hacía un gesto para que tirara él.

Billy sonreía divertido al tiempo que bebía un trago de agua, había decidido no probar la cerveza por la cercanía del examen, muchos estaban tensos y eso no solía ser bueno, aunque últimamente la sala estaba con menos movimiento, lo cual quiere decir que la gente estaba angustiada por el examen. Al estrechar la mano, William era directo, pero sin ser extremadamente fuerte, aunque jamás lo admitiría se sentía a veces acobardado ante los adultos del lugar. Muchas veces su comportamiento era fruto de querer sentirse más maduro de lo que era en realidad, como si quisiera mostrarse más mayor pero consiguiera sólo tener un ansia propia de un chaval. 

En el tiro que fallo, Duncan había escrito como si tosiera con su comunicador al tiempo que señalaba y hacia gestos en su garganta. Thompson lo miró con cara de circunstancias durante un segundo, sorprendido por lo que acababa de ocurrir y entonces... empezó a reír con ganas - ¡JAJAJAJA! - Parecía que el médico iba a tener sentido del humor - Ha sido genial Duke - comentó al tiempo que recuperaba el aliento después de reír, hasta le había sentado bien descargar emoción en aquella risa. Llegaba el turno del escocés, demostrando que sabía lo que hacía, nada relevante pues había jugado snooker y eso quería decir que manejaba las carambolas mejor que él, la primera fue bien y antes de la segunda, decidió poner en práctica un truco similar, cuando se disponía a tirar, dejó caer el taco al suelo, calculando para que el ruido fuera un poco antes de que el taco impactara en la bola. Por las repercusiones, parecía que el médico no se esperaba aquel "juego sucio". 

La bola fue a dar a Anna, que seguía malhumorada, aunque había mejorado un poco su relación, o eso pensaba Thompson, gracias al grupo de estudio. Lo malo es que estaba también el ruso... decidido a que la cosa no fuera a mayores, reaccionó rápidamente acercándose al lugar. - Si, bueno, también ha sido culpa mía... se me cayó el palo - Lo había dicho a propósito, si lo hubiera llamado taco, sabrían que difícilmente se le habría caído, así que decidió llamarlo palo... - Lo siento y gracias, tendremos más cuidado - afirmó con una sonrisa compungida. 

Una vez de vuelta en la mesa de billar se sentía culpable por lo ocurrido, había pensado dejarle tirar a Duncan, pero estaba claro que no iba a aceptar, así que optó por fallar una tirada por poco, a fin de cuentas no era la primera vez que fallaba a propósito... - Creo que quiero ir haciendo mi primera pregunta... - afirmó al tiempo que se apartaba de la mesa para que tirara el médico - ¿Porqué te has unido a la Space Force? - preguntó al tiempo que le ponía una cara de curiosidad y apostillando... - Recuerda... sinceridad - 

El sonido del palo en el suelo no le había despistado lo más mínimo. Aquello le hizo sonreír, aquel intento tan burdo de despistar a alguien que había jugado en los billares más sórdidos de toda escocia. Allí, si te despistabas, te daban un botellazo cuando se desataba una pelea, así que un golpecito no era nada, ni un ruidito, otra cosa eran los andares de Jim, eso le había costado el golpe anterior y el encontronazo con Anne, que afortunadamente no fue a mayores.

Anne gruñía, era faltona, pero Duke creía que era su manera de ser, de motivar, seguramente su padre se había portado así con ella, no se le podía tener en cuenta. Escaparon los dos de una posible muerte y Duke suspiró de alivio mientras chasqueaba la garganta divertido. Le hizo un gesto para que tirara y falló por poco. Duke arrugó los labios y se fue a poner tiza al taco, Jim reía ruidosamente por cualquier cosa con Vera, pero optó por bloquearla, ahora estaba a otras cosas, además, era un secreto, o al menos nada que comentar en público porque tampoco sabía muy bien si tenían una relación o solo había sido un modo de liberar estrés. Miró la mesa buscando una buena combinación, pero todo estaba bastante tapado, para intentar meter una bola tendría que ir al menos a 4 bandas, una de ellas para impactar, lo cual dificultaba la jugada. El querer cobrar tan rápido le pilló un poco desprevenido, sonrió y sopló parte de la tiza del palo. Asintió y empezó a escribir

- Por la comida, nada como un vómito de Gleason para desear alistarse. - Chasqueó la garganta mientras miraba alrededor - Y por las mujeres: Lizza, Narel, Noor, Keira, Daya... Esto parece la edición militar de Miss Universo. - Lo miró a los ojos compartiendo la broma y luego se encogió de hombros, los motivos estaban claros, que le pudieran parecer bien a un chaval de 20 años era más complicado. Que sabría él de ese tipo de problemas? Tenía un padre fuerte, un buen hogar, oportunidades, pero a él se lo habían arrebatado todo. Comenzó a escribir mientras miraba de reojo la mesa esperando ver alguna jugada que le pareciera más fácil - Crecí en una granja que fue atacada por los skullreps, mis padres murieron y yo acabé en un orfanato. Mi destino era ser granjero, pero se me arrebató, y eso ya hace casi 20 años. La guerra sigue, han muerto muchos de los nuestros, y me alisté para mantener vivos al máximo posible. Estamos en guerra, se necesitan soldados, y yo seré el que los mantenga con vida.... Llámalo responsabilidad, llámalo venganza....llámalo que a las chicas les gustas los uniformes - Sonrió con picardía mientras se dirigía a otra bola. Tocó un agujero de en medio y marcó la trayectoria, tiro difícil, pero la gloria no estaba en las cosas fáciles, así que inspiró, se concentró y disparó. La bola parecía ir por raíles, una banda, dos bandas, 3 bandas, iba directa al agujero pero en su camino rozó con otra bola y se desvió lo justo para que hiciera una corbata y saliera. Duke chasqueó la lengua mientras formaba con los labios un clarísimo - Mierda.

Sonrió, aceptando el fallo y empezó a escribir. Entonces borró, y en su rostro apareció una mirada pícara, llena de inteligencia. Era el tipo correcto al que preguntar, un espía se combate con otro espía, e igual él si podía hacer algo.

- Puedes conseguir el expediente médico de Dunne Grey? Ella lo ha hecho desaparecer del ordenador, y he pensado que nadie mejor que alguien de información para luchar contra alguien de información.... Puedes hacerlo?

Billy reía ante el comentario de Gleason, estaba claro que la cocinera no se había ganado el corazón de los reclutas con su comida ni con su carácter - Por Gleason. jaja - El siguiente brindis, producía un poco de nerviosismo en el joven ya que siempre trataba de mostrarse capaz, hábil y espabilado, pero en concreto el tema de las mujeres era algo en lo que era extremadamente novato, así que trató de aparentar con una sonrisa algo forzada y siguiéndole el juego al doctor - Siii... por ellas - aunque aprovechó para beber rápidamente y ver si podía disimular cualquier gesto que le delatara. Estaba demasiado pendiente de su propia vergüenza para percatarse de los distintos niveles que había en ese comentario. 

Cuando Duncan le contó el porqué se había unido el rostro de William cambió drásticamente, no esperaba una respuesta así, lamentaba haber sacado el tema. Duncan había perdido a sus padres y William sentía que podía empatizar con eso, aunque fuera sólo por haber perdido a su madre aunque fuera por una enfermedad y por no haber sentido la presencia de su padre jamás. Con una mirada mezcla de pena e incomodidad, le puso la mano en el hombro con gran conmiseración... - Lo lamento... no lo sabía - Se preguntaba cuantas historias de alistamiento serían provocadas por cosas así... - Supongo que te alaba más el pensar en salvar a los demás que en querer matar al enemigo - afirmó con solemnidad... realmente le resultaba curioso ya que la mayoría hubiera buscado devolver el golpe, pero Duncan... Duke, se había centrado en sanar a la gente... 

Una vez pasado el mal trago, el escocés tiró y falló por poco e hizo su pregunta, como pregunta parecía un poco desaprovechada - mmm... - hacía con la boca al tiempo que meditaba la respuesta - La respuesta más certera sería, no lo sé, aunque creo que no... Pero ya que me haces una pregunta tan sencilla, me comprometo a intentarlo - respondió guiñando un ojo cómplice, también estaba el hecho de que le generaba curiosidad... uno de sus grandes "defectos" su infinita curiosidad... ¿Porqué lo habría hecho desaparecer?. 

Llegaba el momento de ir a ampliar su almacén de respuestas, apuntó, aunque seguía pensando en la historia de Duncan... que duro debió haber sido... lanzó y fallo... por muy poco esta vez, parecía algo descentrado, aunque nada que no pudiera tener remedio... le entregó el taco, dudando mucho sobre la siguiente pregunta... no quería hacer revivir malos recuerdos al doctor, pero había algo que quemaba esa curiosidad propia de Billy... - ¿Cómo... Cómo era criarse en un orfanato? - preguntó un poco tímidamente, con cara de circunstancias... 

De un brindis exultante de felicidad a otro más forzado. Duke no era un tipo muy perceptivo en ese tipo de cuestiones pero juraría que se había puesto tenso por la referencia de las mujeres. Aquello daba que pensar, igual es que el chico era tímido, podía ser, no tenía más de 20, pero no hacía pinta de ser virgen, tenía planta, así que si hasta un bajito como él había pillado él no debería haber tenido problema... a no ser que.... joder, ahora lo entendía todo. Se puso a escribir con una sonrisa de disculpa

- O por ellos, aquí en la Space Force no se discrimina a nadie.... viva el amor libre.

Siguieron jugando y respondió la pregunta con sinceridad. Era un tema que ya había comentado con varios y estaba superado. La vida le había llevado por ahí, probablemente había forjado la persona que era ahora, y poco más, no se podía hacer nada, y no se iba a revolcar en su desgracia ni dar pena, era una persona práctica, así que no perdía tiempo en hechos que no podía cambiar. Echaba de menos a su familia, a su granja, pero Duke se había hecho a sí mismo, odiaba inspirar pena, una reacción lógica viniendo de un minusválido, así que cuando le puso la mano en el hombro como si hubiera matado a alguien Duncan chasqueó la garganta, le dio un par de palmadas en la mano y con una gran sonrisa escribió

- Vamos chico, que fue mi familia, no la tuya, cualquiera diría que se te ha muerto alguien. Fue hace mucho tiempo, ni siquiera habías nacido, así que no tienes porqué sentirte mal. En cuanto a lo de curar - le guiñó el ojo - no tuve muchas alternativas, buenas notas en el colegio, de las pocas opciones para salir del orfanato eran a través de una beca universitaria. Podría haber sido ingeniero, se me dan bien los números, pero la medicina me pareció que iba más conmigo, y luego la conocí y me enamoré.... - Sonrió nostálgico, aunque sin precisar si se había enamorado de la medicina o de alguien - Pero no te creas, quiero matar al enemigo, quiero que nadie más pierda a sus padres, pero se puede hacer de muchas maneras, y yo no es que sea ningún Kurik, así que hago mi parte curando a los que si pueden hacerlo. Me gusta la gente y me gusta lo que hago, ojalá no hiciera falta estar aquí y ojalá no hubiera guerra, pero eso es algo que no podemos elegir... o al menos no yo.

Parecía que William le miraba como un superheroe o algo así, eso siempre le hacía gracia. Simplemente era un tipo normal que había luchado para salir adelante, porque si hubiera podido habría sido granjero, y ahora estaría cultivando calabazas en lugar de reparando corazones, esa era su verdad. Siguieron jugando cuando le tocó su turno y le preguntó por el expediente de Grey. La respuesta le hizo sonreír, sabía que no se podría resistir al reto, aunque realmente no creía que pudiera conseguirlo. Se encogió de hombros y le escribió

-No creo que puedas conseguirlo, pero si lo consigues me harás un favor... no necesito hacerlo público, pero sí saber que pone, porque si le pasa algo voy a ciegas, y a veces cuando alguien recibe una herida no tienes tiempo de hacer pruebas, no siempre tienes sangre 0-... Así que si lo consigues, igual le salvas la vida a esa cabezota.

Duncan se preparó para ver la nueva jugada de William, pero parecía que estaba fuera de la mesa. Debía haber sido eso de salir del armario lo que le había distraído, pobre, pero, en el sucedáneo de snooker americano no había lugar a la piedad o los sentimientos. Era su turno, así que antes de que pudiera tirar Billy se cobró la deuda, con clara intención de distraerlo. Sonrió y se encogió de hombros. Como era? Pues no tan amable como crecer en casa de un general, faltaba la comida, sobraban los palos, había que crecer rápido, agudizar el ingenio y destacar en algo, lo que fuera, o tu futuro era incierto. Sonrió con nostalgia, hacía mucho que no visitaba el orfanato de St. Andrews pero nunca olvidaba su cheque, tal vez esos chavales tendrían su misma suerte, tal vez. Con paciencia se puso a escribir

- Pues tiene sus ventajas, muchos niños con los que jugar, pero casi todo es negativo, poca comida, monjas de mano larga, muchas oraciones y poco futuro. Miseria, mucha miseria, pero la alternativa hubiera sido peor. No hubiera sido capaz de tirar la granja adelante yo solo y me dejaron ir a la escuela, y desde allí mis resultados en el colegio me abrieron una puerta que muchos de mis compañeros no tuvieron. Mi destino era la marginalidad, pero .... tuve la suerte de los leprechauns. - Sonrió y puso tiza a la bola. Esa vez no señaló ninguna bola ni fue a varias bandas, un tiro directo, con potencia y retroceso para que la bola se le quedara en un sitio interesante. Había dos bolas bastante juntas, y Duke las señaló, y señaló esquinas opuestas de la mesa dejando claro que iba a meter las dos, a la vez. Se concentró, sacó la lengua en una pose de concentración máxima y las bolas siguieron su camino al agujero, eso hacía 3 preguntas. Sonrió y le escribió - No está mal para un mudo eh?, veamos, y que tal la vida en casa de un general del 15? o era comandante? Siempre me pierdo con las graduaciones.. - Lo miró con una sonrisa antes de decirle - No me mires así, lo medio dejo caer Kelpborn, y estás demasiado familiarizado con esto para no saber de que va, pero tranquilo, no pienso decir nada al respecto. Que ha traído a un idealista a un lugar que aniquila idealismos?

Lo dejó pensar la respuesta mientras miraba la mesa, complicado, solo podía hacer una tirada defensiva, tocar bola y no ponerla demasiado fácil para el tiro de William. Tiró, tocó la bola pero no consiguió embocar. Se encogió de hombros, cuando no podías ganar lo mejor era no perder, y con ese tiro lo iba a tener complicado. Le hizo un ademán para que tirara mientras esperaba la respuesta.

Escuchó la continuación del brindis con un claro gesto de extrañeza sin entender a que se refería. Parecía que el médico era un hombre más extraño de lo que había pensado en un principio, pero le siguió el rollo para que no pudiera pensar que era tonto, tenía una imagen que mantener. 

Daba la impresión de que lo tenía superado, pero se preguntaba cuanto sería producto de querer mantener una apariencia dura, al igual que le pasaba a él mismo en determinadas situaciones. Escuchar que no quería que nadie más perdiera a sus padres produjo una mirada de comprensión y ternura en el joven Thompson - Eso te honra - afirmó escuetamente, después de haber escuchado alguna otra historia de perdida, empezaba a pensar que quizás la Space Force fuera un sitio donde venía gente con traumas que superar, o aquellos cuya perdida les instaba a tener una motivación adicional. Él había perdido a su madre siendo muy joven, pero había sido por una enfermedad, se podía imaginar lo que sentiría si aquellas criaturas fueran las causantes de la perdida de su madre. 

Escuchaba con atención lo que suponía crecer en un orfanato, desde luego las diferencias eran palpables. A William nunca le faltó nada en el tema material, sólo le faltaba todo lo demás, así que no podía por menos que añorar aquello que jamás había tenido y que jamás podría tener, tener amigos de juegos, compinches para las travesuras y gente que aunque dura y con escasez se preocupase por aquellos jóvenes... en varios aspectos le envidiaba, aunque era bien probable que cada uno valore más aquello que le ha faltado que aquello que había tenido, así que prefirió no comentar nada. 

Escuchó el comentario sobre su padre con claro gesto de suspicacia, desde luego no quería que nadie le relacionara con su padre, pero había caído en su propio juego... ahora tendría que responder. Se encogió de hombros con cara de pocos amigos - Comandante... - afirmó escuetamente, mientras inspiraba profundamente - Pues un absoluto coñazo... vivía solo. Mi madre murió teniendo yo 10 años - Había intentado decirlo rápidamente, para que no le afectara demasiado, aún la echaba de menos - Dos años después mi hermano se unió a la Space Force y yo me crie solo en una casa grande y cuya única compañía eran guardias que preferían no relacionarse conmigo... si esperabas saber más del comandante Thompson por mi, creo que te vas a sentir decepcionado - sentenció, no es que no quisiera dar mucha información pero ahí había poco que rascar. La relación entre ellos era prácticamente inexistente, su padre sólo valoraba el que llevara su apellido y eso tampoco era mucho. - No faltaba la comida ni nada de eso... pero supongo que tampoco he tenido una familia como tal - terminó torciendo un poco el gesto de manera triste, no quería decirlo en realidad, pero pensando en ello se le vino ese pensamiento a la cabeza y era de justicia que respondiera... 

Con firmeza agarró el taco, parecía que la mención de su padre le había centrado, pues casi que su sola mención le hacía centrarse por puro enfado, embocó tres bolas seguidas moviéndose rápidamente alrededor de la mesa como un animal que busca su presa, hasta que finalmente fallo una que en realidad no era tan difícil... Le cedió el turno al doctor, acompañado de otra pregunta. - ¿Porqué no puedes hablar? - 

Le había dado vergüenza admitirlo. Duke se sonrió, bueno, no es que no lo entendiera, pero para él no era ningún problema, cada uno se podía acostar con quien quisiera. Vamos, tenía varios amigos gays, que en la profesión médica era algo habitual, así que no veía nada malo en ello, pero si quería mantenerlo en secreto o ser discreto él no iba a abrir la boca, de todos modos era mudo, así que, a quien se lo iba a contar?. Hablaron de los motivos por los que Duke se había alistado y cuando le dijo por segunda vez que eso le honraba se encogió de hombros con una sonrisa. Hacía lo que tenía que hacer y, de todos modos, no se perdía mucho, no tenía familia, nadie dependía de él y así era mucho más fácil ser valiente. Su vida en el orfanato era otra cosa que tampoco tenía mucho que decir, le había tocado, como a muchos niños. Los skullreps no distinguían, no era extraño que después de un ataque hubieran huérfanos, viudas, así que, salvo el haber escapado de esa vida por su inteligencia, no había mucho reseñable, una historia común a la que los más ricos volvían la cara.

Le preguntó por como había sido su infancia y antes de que hablara, por su relación, ya intuyó por donde iba la cosa. Se le había puesto cara de vinagre, pero tampoco se podía quejar mucho, porque él había ido a los temas más conflictivos de Duke y él no se lo había tomado a mal. Sonrió cuando dijo que había sido un coñazo, sonrió con cariño al recordar cada vez que se quejaba por tener que ordeñar las vacas o hacer las tareas de la granja. Los jóvenes no entendían, les faltaban años, pero probablemente acabaría entendiendo. Duke arrugó el entrecejo cuando habló de su madre y de como se crió solo. Había algún paralelismo entre los dos, ausencia de figuras paternas, soledad, puede que miedo, aunque a él si que le faltó la comida, probablemente uno de los motivos por el que era bajo. Levantó las manos en señal de paz y le dijo

- No he preguntado por tu padre, he preguntad por tu vida. No me interesan los comandantes, no creo que sepan jugar al billar. - sonrió y le dijo - Siento lo de tu madre, y lo de tu hermano, parecía que estabais muy unidos, pero estando los dos en la Space Force es cuestión de tiempo de que sirváis juntos, tarde pero la familia se volverá a unir, incluso a tu padre. Uno de los pocos consejos que me dejo mi padre fue que siempre abriera los ojos, que hasta la peor persona del mundo te va a sorprender haciendo algo bueno, es solo cuestión de tiempo y atención.

Enrabietado por las menciones a su padre Billy encadenó 3 bolas, dejando la partida en 5-4, mal asunto....estaba a 2 bolas y la negra de ganar, así que tenía que ponerse las pilas, dejarse de carambolas e ir a por él. La pregunta era esperada, era la sagrada trinidad, por que te alistas?, como fue el internado? por qué no hablas? A veces el orden se invertía, pero era casi lo mismo siempre. Sonrió y empezó a escribir

- Bueno, el shock de ver a mis padres morir, supongo que me afectó siendo un niño y perdí el habla. Se llama afasía posttraumática permanente, que viene a ser que no hablo después de un shock y que no tienen ni idea si me recuperaré, así que dicen que es permanente y así se ahorran alimentar esperanzas. No entraré en detalles, fue algo....duro de ver. Y si la siguiente pregunta es si he hecho algo para curarme....no te lo puedes imaginar, hasta recibí descargas eléctricas bastante dolorosas.

Empezó a dar vueltas alrededor de la mesa. Había un tiro, complicado, que le permitiría empatar, pero le dejaría la bola muy difícil, el resto de tiros, meh, poco prometedores. Se decidió, mejor bola metida que sobre la mesa, así que le dio un fuerte tacazo, con retroceso, esperando que eso mejorara el panorama. La bola entró, pero el retroceso no fue suficiente, así que acabó chasqueando la lengua de frustración. Escribió con una sonrisa burlona y le escribió

- Has entrado en la enfermería sin autorización? Y si no...cuando piensas entrar?

Había entrado en la sala de comunicaciones, así que, lo siguiente prohibido era la enfermería, así que...era cuestión de tiempo, si no lo había hecho ya. Intentó hacer saltar la bola para intentar embocar una bola casi imposible y el resultado fue desastroso. Movió una de las bolas de William, dejándosela más fácil para embocar. Se encogió de hombros y escribió

- Bueno, quien no arriesga no gana, por cierto.... cofff cofff....

William se encogió de hombros ante el comentario de que le había preguntado por su infancia y no por su padre - Sólo intento no escaquearme de las preguntas con tecnicismos... a fin de cuentas supongo que es una parte importante de mi infancia y del porqué de muchas cosas - El tema era cuanto menos desagradable, su relación con su padre desde luego era complicada y poco positiva, por decirlo de una manera sutil - Mi madre... - elevaba la vista al hablar de ella, con una mirada ligeramente vidriosa y de añoranza - Era muy buena... y muy guapa... - a veces le costaba tener algún recuerdo concreto de ella pues todavía era muy pequeño, pero lo que sentía hacía ella era vívido y claro. Casi podría decirse que el primer recuerdo firmemente afianzado de su infancia era el entierro de su madre, un día de lluvia... - No sé si nos destinaran juntos... no creo que sea buena idea, para mi siempre será mi hermano más allá del rango que tenga... - 

Escuchaba atentamente las razones para no hablar de Duke, bien visto parecía bastante comprensible... debía ser un shock grandísimo. A Thompson aún le afectaba la perdida de su madre y había sido por causas naturales, no podía ni imaginarse la situación del médico. Encogió los hombros ante el comentario de que parecía no tener solución - Bueno, así pareces más listo, ya que siempre piensas antes de hablar... algo que no abunda por aquí - sonrió divertido tratando de quitar hierro a los asuntos serios que estaban tratando... era una especie de mecanismo de defensa de Billy. Cuando las cosas se ponían demasiado serias, solía soltar algún tipo de broma que ayudara a quitarle trascendencia al asunto, sobre todo cuando le afectaba a él. Había sido educado para no transmitir emociones sensibleras, lo que podría interpretarse como debilidad, a menos a ojos de su padre. 

La pregunta le pilló desprevenido, en realidad William entraba en los sitios por curiosidad y por la emoción de transgredir ligeramente las normas para comprobar hasta donde podía llegar sin que le pillaran. - No - respondió rápidamente de manera automática. Debía admitir que no había nada allí que le interesara demasiado. La segunda parte de la pregunta era más delicada, apenas pudo encogerse de hombros - Cuando necesite de verdad algo de allí y no me permitan acceder... - Al menos había dejado entrever que desconfiaba de él, aunque no era algo extraño en aquel lugar, al parecer. - Trato de ayudar a la gente, Duncan... Duke... Obsérvame - dijo al tiempo que abría los brazos para que pudiera verle - No soy un cerebrito como tu, los mecánicos o los ingenieros. No soy piloto ni un luchador... mi única baza es mi capacidad de anticiparme a las situaciones para jugar con ventaja... si no, sería el soldado más jodidamente inútil de toda la Space Force... No busco causar problemas, sólo pretendo demostraros que puedo ser útil... aunque ya viste cuando hablamos la primera semana... nadie me toma demasiado en consideración... aunque supongo que no puedo culparos - Con gesto ligeramente contrariado agarró el taco dispuesto a demostrar lo que valía al menos en el billar, aunque para su desgracia el tiro salió estrepitosamente mal, dando a Duncan la oportunidad de ganar... 

Duke sonrió, tenía claro que la relación con el comandante era complicada, y que siempre que pudiera era mejor no referirse al 15, al comandante o a los Thompson delante de Billy. Asintió. El también recordaba a su madre, como olía, la suavidad de sus manos y la dulzura de su voz. Recordaba muchas historias pero su rostro se había borrado hacía tiempo. Cerró los ojos y sonrió, asintiendo, mientras escribía con los ojos cerrados, como si pudiera olerla de nuevo

- Las madres siempre son buenas y guapas, todas, y los hermanos, esos también son geniales, aunque yo no tuve, hijo único, mi madre no pudo tener más. - Negó chasqueando la garganta y se refirió a su hermano diciéndole - Siempre hay momentos en la cantina pero algo me dice que tu hermano te recordaría la graduación si te pasas de frenada.

Le contó lo de la afasia sin muchos aspavientos, como algo normal, aunque empezaba a tener la impresión de que el chico le compadecía. Se encogió de hombros y escribió - Si tienen que esperar a que hable probablemente les soltaré alguna mierda profunda como los misterios del universo, la fórmula de la coca cola o saber lo que piensa el sexo contrario. - Sonrió - No soy tan inteligente, si lo hubiera sido no me habría alistado.

Le preguntó por saber cuando se colaría. Era una pregunta disuasoria, de esas de, sé que lo has pensado o que lo pensarás, así que mejor que sepas que no me chupo el dedo. Chasqueó la garganta, una respuesta demasiado rápida, pero claro, sabía que podría mentirle sin parpadear, y que su estúpido juego no lo impediría. Levantó las manos en señal de defensa y le escribió

- Claro que te observo. Eres un chico demasiado listo que cree que las reglas no van con él, un chico curioso que está acostumbrado a hacer lo que quiere porque su padre era demasiado duro. Lo que quiero decir es que si hay un buen motivo para hacer algo lo suyo es que me lo digas a mi, sé guardar un secreto, pero si entras en mi enfermería por tu cuenta, bueno, no me lo voy a tomar bien. Ves por donde voy?  - Negó - Yo no soy un cerebrito, soy el hijo de un granjero que sabe poner tiritas, y no tienes que demostrar nada, creo que ese es el principal problema. - Le puso la mano en el hombro con una sonrisa - No tienes que demostrar que eres listo, o que eres escurridizo, tú lo sabes, los mandos lo saben, yo lo sé, y claro que te tengo en consideración, crees que estaría jugando contigo si no?, tengo mucho trabajo en la enfermería, y, la verdad, el billar americano me parece una salvajada bárbara. - dijo con una sonrisa sarcástica - Solo intenta no romper las reglas para impresionar a los demás y - chasqueó la garganta - y nunca en la enfermería, o te patearé el culo, y tengo práctica, jugaba a rugby, una patada a seguir no me costaría lo más mínimo.

Se puso a ver como Billy fallaba el tiro por el enfado, y él también falló. Le iba a hacer una pregunta cuando se escuchó un grito en el bar, un grito y las risotadas de Anne. Un dardo "se le había escapado" y se había clavado en el trasero de Zack, que le decía que estaba loca. Anne se disculpaba con una de esas disculpas que no tienen nada de pedir perdón, de las que se burlan de quien las recibe. Kurik salió y dijo que aquello había sido un accidente y cuando la cosa se calmó Duke puso los ojos en blanco, dio una tacada y metió la bola negra. Con una sonrisa escribió

- El deber me llama, ese dardo no se quitará solo. En serio, si necesitas algo de la enfermería, pídemelo. De acuerdo? Confiaré en ti y no cerraré la enfermería con 7 candados, pero, que sepas que hago inventarios, así que si falla algo..... te patearé el trasero si me entero que estás detrás.

Le palmeó el hombro y se fue en dirección a Zack mientras le escribía

- Venga Zack, compórtate como un soldado espacial....Si solo ha sido un pinchacito, y bien mirado, tu culo si que tiene forma de diana.

Sonreía ligeramente embobado cuando comentaba cosas de las madres, recordaba claramente como se sentía con ella. El comentario sobre su hermano sacó una sonrisa ladeada de Billy - Naa... mi hermano no haría eso - Estaba muy convencido de ello, su hermano se sentía como protector de Billy, quizás por la ausencia de su madre o por el carácter tan difícil de su padre, pero estaba convencido que su hermano haría lo que fuera por él... igual que William por su hermano. 

Sonrió ante el comentario sobre lo que haría en caso de recuperar el habla entendiendo que tampoco era algo en lo que profundizar, aunque por motivos diferentes. Parecía que Duke lo tenía asumido y no era algo relevante a estás alturas para él. - Supongo que alistarse depende más de sentimientos que de pensamientos... una cosa no quita la otra - 

El comentario sobre que era demasiado listo sorprendió a Billy, no pensaba que nadie le tuviera por algo así. - No exactamente... simplemente creo que a veces las reglas pueden no ser justas y creo en la justicia por encima de las  normas... - Eso era un pensamiento que tenía bastante clavado en su interior, muchas veces la justicia no se veía representada en las normas y a fin de cuentas había que pensar que tipo de mundo se quería construir... ¿uno más ordenado o uno más justo?

No tenía claro hasta que punto le decía que le tenía en consideración por la conversación de todos modos lo dejó correr. - No te preocupes si necesito algo de la enfermería te lo pediré... aunque no es un sitio donde haya cosas muy interesantes... - Ante el comentario sobre que intentara no romper las reglas para impresionar a los demás puso su sonrisa de medio lado, satisfecho mientras le preguntaba... - ¿Y si para obtener el expediente médico de Grey tuviera que transgredir alguna norma? Sería imposible conseguirlo de otra manera... - Al final, a ojos de Billy Duncan podría decirse que había caído en su propia trampa, era lógico que el doctor tuviera su expediente médico, pues era necesario, pero ella había conseguido alejarlo de él por los cauces correctos, sin embargo era algo que debería beneficiar a todos, a ella la primera... - ¿Qué es más importante... lo correcto o las normas? - Ese era a ojos del joven el eterno dilema... aunque para él no fuera tal. 

Después del estropicio del dardo, asintió al médico cuando decidió ocuparse de aquello - De acuerdo, pero no pongas siete candados, que entonces no tendré más remedio que entrar - dijo en tono de broma al tiempo que se reía. 

Ahí estaba el quid de la cuestión, la justicia de las reglas, quien decide lo que es justo, quien marca la frontera entre la búsqueda de lo que es justo y la justificación de un interés propio, alejado de la justicia. Puede que ni los hombres más sabios e inteligentes pudieran trazar aquella línea, pero de lo que estaba seguro es que William no era ese hombre. El ardor de la juventud, la inexperiencia, todo era un caldo de cultivo para que la búsqueda de la justicia fuera la excusa que utilizara simplemente para satisfacer su curiosidad. Estaba casi seguro que no había mala fe, tanto como que muchas de las cosas las hacía simplemente porque decían que no podía hacerlas. Alguien le tenía que hacer reflexionar sobre ello, y él era de los más viejos del lugar así que le escribió

- Y quien decide si son justas o no? Oh, no te creas, tampoco soy un santo, algunas veces he roto las reglas y he tenido que pagar el precio, porque siempre hay un precio - dijo sonriendo recordando cuando casi lo echan del hospital por "arreglar" datos del seguro de personas sin recurso. Aprendió la lección, y aprendió a trampear el sistema creando su propio fondo para cubrir esos gastos y tal vez es lo que tenía que aprender Billy, a que dentro de las normas también se podía burlar al sistema. Sonrió y continuó escribiendo - Las reglas están puestas precisamente para que las personas no decidan por si mismos que es justo y que no, porque, que es más justo? lo que yo creo que es justo o lo que piensas tú?.

Asintió con una sonrisa inocente cuando dijo que no había nada interesante en la enfermería. Lo había, los expedientes médicos, drogas, acceso a equipamientos para hacer química, demasiadas cosas, aunque igual no eran del interés de un espía. Sonrió con malicia mientras negaba con la cabeza - Yo no te he pedido que rompas las normas, ni siquiera te he pedido el expediente, solo te he preguntado si podrías hacerlo. Grey es un poco como tú, y por algún motivo ha escondido su expediente, o borrado. El solo hecho de que te plantearas sin preguntas el hacerlo me dice mucho de ti y es que igual, solo igual, además de la justicia te mueve la curiosidad....No te metas en problemas por el expediente de Grey, lo conseguiré, de alguna manera u otra, porque puede que no sea justo, pero lo necesito para cuidar de esa cabezota, porque los cabezotas también merecen vivir.

La trampa se había cerrado y el doctor le sonrió sabiendo que lo había pillado, y admitiendo, que, bueno, nadie estaba libre de pecado, que él también podía romper las reglas, aunque siempre lo había hecho para salvar vidas. Le palmeó la espalda mientras le escribía - La curiosidad mató al gato William, intenta no meterte en problemas....y nada de candados, hasta que haya necesidad de ponerlos. No puedo evitar que alguien entre en la enfermería, no soy cerrajero, pero sí soy concienzudo, y si falta algo lo sabré....Y ahora, tengo un culo que salvar, literalmente. - Chasqueó la garganta divertido y se fue a ver como podía sacar el dardo del trasero de Zack sin reírse demasiado de aquello.