Cualquiera que no conociera a Billy, podría pensar que era alguna clase de voyeur... siempre y cuando fuera capaz de verle, pues los movimientos del joven eran prácticamente imperceptibles, entrenados por una vida dedicada a huir de guardias profesionales... así era como su padre sin saberlo había entrenado a un maestro en el arte de ser prácticamente invisible.
Llevaba como media hora siguiendo con disimulo a Narel buscando la manera de poder hablar con ella... estaba muy preocupado por lo que recientemente había visto y quería asegurarse de cual era la situación. El momento llegó después de la comida, cuando varios tomaban el relevo de la cocina para fregar los platos dejando libres a quienes habían decidido hacerse cargo de la preparación del rancho.
Cuando pudo dar con ella a solas, se acercó por un pasillo, haciendo ruido al caminar para no pillarla desprevenida, en otro hubiera sido un ruido normal de caminar. Para Billy debía ser una acción consciente, pues el moverse en silencio e incluso a oscuras era casi una segunda naturaleza para él. - Narel, perdona... ¿Tienes unos minutos? - preguntó tratando de sonreír pero sin poder evitar una sombra de preocupación en su mirada.
- ¿Podemos hablar en algún sitio en el que no nos interrumpan durante un rato? -
Seguir a Narel no parecía ser algo sencillo. La joven se había parado en múltiples ocasiones mientras que Thompson la seguía, girándose para mirar hacia todas partes, como si intuyese que alguien la observase desde la distancia. Era una mujer muy perspicaz, intuitiva, y aunque no sabía que William estaba detrás de su persona, sabía que algo no estaba funcionando como siempre.
La joven mantenía la rutina habitual, entrenaba, se duchaba, iba a las cocinas, disponía el menú y charlaba con Buck o Foster, los que normalmente tendían a ayudarle. Smith miraba a la joven de manera muy significativa, estaba claro que tenía interés por su persona, aunque ella mantenía las distancias, siendo amable con todos los compañeros, quizás una de las reclutas más asertivas del Domo, pues hasta parecía entenderse con Kurik.
Tocaba fregar las bandejas, y en este momento la joven se tendía a liberar, yendo en esta ocasión de camino a la biblioteca, el sitio donde a veces, pasaba un tiempo de relajada lectura. Escuchó unos pasos que provenían del pasillo, y al escuchar su nombre se giró hacia la persona que la buscaba.
- ¿Billy?... Claro que tengo tiempo... - Ella le sonrió pero tras mirarle con sus hermosos ojos verdes intuyó que algo no iba bien - ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas ayuda?... - Y así era ella, siempre se ofrecía a los demás y no pedía nada a cambio, mostrando un carácter tan altruista que en ocasiones podía llegar a pensarse de que la joven ocultaba algo.
William pidió ir a algún sitio donde no les interrumpiesen y a ella le extrañó tanto secretismo. No obstante comprendía que el joven necesitaba su ayuda y que por ello, precisaba privacidad.
- Un sitio donde no nos interrumpan... Tendrá que ser fuera del Domo... Las cocinas están ocupadas, la sala de esparcimiento también, así como la biblioteca, gimnasio y barracones. Hasta podría apostar porque hay gente en el aula... - Y así solía ser, treinta y un cadetes, todos conviviendo en un pequeño espacio. Lo raro era encontrar sitios libres de personal - Si quieres podemos caminar un rato fuera del Domo. Yo no sé conducir ni pilotar, si no, podríamos coger algún vehículo - Propuso dejando que él tomase la iniciativa.
- Estará bien caminar - Fue la sencilla respuesta de William, mientras mantenía el tono preocupado de su mirada. Quizás esa actitud de Narel podría meterle en problemas si seguía "confiando" en Kurik. Las marcas de aquella confianza ya se dejan ver en el cuerpo de la joven. Mientras iban hacia fuera, Billy mantenía un paso rápido, como si intentara que pasara aquel trago lo antes posible, quería poder estar a solas y hablar con calma.
Una vez fuera, el joven miraba hacía todos lados para asegurarse de que no hubiera nadie por la zona, luego volviéndose hacía ella se mostró preocupado - Bueno... sólo... - Se notaba que le costaba decir lo que quería decir, no sabía como exponerlo - Quería saber por qué... ¿Por qué estás entrenando con Kurik después de lo que pasó con Lizza? - Lo que no quería escuchar era que Narel no creía a Lizza. Después de lo que había contado, afirmando incluso que la próxima sería Narel, no conseguía entender porqué iba a entrenar voluntariamente con aquel animal, así sólo lo estaban legitimando, le estaban dando un apoyo que no merecía después de todo lo que había pasado.
Se notaba en el caminar que Thompson estaba nervioso, no era una conversación que le resultara agradable y no conseguía ver alguna razón lógica por la que Dotter estuviera entrenando con Kurik - Si te amenaza de alguna manera, deberíamos saberlo todo... hacerle frente de una vez por todas... puedo encargarme - No quería que nadie más sufriera y menos por culpa de alguien que debería proteger a sus compañeros no causarles temor. Necesitaba alguna respuesta, ya fuera de una razón que pudiera entender o acerca de las amenazas que estuviera recibiendo por parte del psicópata. Billy trataba de transmitirle todo el apoyo posible, que pasara lo que pasara, estaba ahí para ayudarle.
La joven eridiana asintió con la cabeza cuando William le dijo de caminar, posicionándose a su lado y siguiendo su paso mientras le miraba extrañada - ¿Hay algo que te preocupe Billy? Tu mirada... - Ella era muy buena interpretando a la gente, no le pasaba desapercibido de que el joven tenía algo en mente y que aquello le daba cierto malestar.
Fuera del Domo no había nadie, era uno de los momentos de más luz y calor, una hora adecuada para estar en la sala de esparcimiento mientras tomaban algo fresco, en vez de soportar las inclemencias del planeta.
- ¿Por qué entreno con Kurik? - Dijo la muchacha permaneciendo pensativa por unos instantes antes de expresar su sentir a Thompson - Cuando Lizza dijo que yo iba a ser la siguiente en la lista de Mikhail, tuve miedo porque no quiero que me pase lo mismo que a Lizz... - Usó el término cariñoso con el que le llamaba - Entonces comprendí que si yo misma me exponía a ser entrenada por él, aunque fuera muy duro en la práctica, quizás llegase a cogerme algún tipo de cariño al que poder aferrarme para cuando se enfadase... - Le miraba a los ojos sin dilación, la joven estaba siendo muy sincera - Kurik es humano, terminará confiando en alguien. Si lo hiciera en mí podría guiarle para que deje de ser destructivo con todo el que se le cruza - Explicó ella, determinando que lo que realmente le movía para estar al lado de aquella mala bestia era su intención de hacerle cambiar, y que jamás se repitieran los hechos que habían acontecido en el pasado - Él sabe que Lizza es mi amiga, no quiero que vuelva a tocarla y la mejor manera de conseguirlo es intentar reeducarle, que sepa que no puede comportarse como un animal... - Evitaba decir que no había tenido muchos avances al respecto, pero en su planeta de origen se trabajaba mucho en comunidad. Eylo podría entender sus esfuerzos, aunque quizás cualquier otra persona de otro sistema solar distinto la tachase por loca.
- Billy... - Le tomó la mano animándole a pararse, le trataba con una suavidad extrema, era una mujer que desde luego sabía comunicarse con la gente - Tú vales mucho como persona, tienes unos ideales que pueden lograr que hayan muchos avances en la Space Force. No manches tus manos ni tu alma - Ella entendía perfectamente qué quería decir Thompson con el "puedo encargarme" pues ya lo hizo constar en los barracones cuando estuvieron reunidos - Si dañas a cualquiera de tus compañeros los demás nunca confiaran en ti. Si alguien muere y no se sabe el autor, jamás volveremos a descansar tranquilos o dar la espalda al resto de los reclutas... En Eidolon las cosas se solucionan hablando, buscando acuerdos, acercamientos, respetando espacios... - Suspiró profundamente - A veces hay cosas que hay que hacer aunque no nos guste, por el bien común y la convivencia. Mientras yo recibo daño físico, alguien se está librando de sufrir malestar moral... A mi no me va mal, me entreno, y durante esa hora, Lizza está completamente tranquila y segura. Hay mil maneras de luchar por las personas que se quiere.
Y definitivamente así era. Narel era muy incomprendida porque su forma de ver el mundo era diametralmente distinta a como lo veía el resto. Tenía menor capacidad de relación con los demás por sus diferencias y aunque nadie lo supiera, mayor capacidad para el compromiso.
Billy escuchaba la explicación de Narel, entendía lo que pretendía hacer aunque pensaba que con Mikhail estaba perdiendo el tiempo. Le costaba entender que hubiera tanta gente intentando ayudarle cuando se había mostrado tan poco merecedor de aquello. - Entiendo porqué lo haces Narel - Le dijo con bastante ternura. A pesar de que en muchos aspectos el mismo era bastante novato, le daba la impresión de que Dotter lo era aún más en este tipo de aspectos - Pero tienes que entender que las mayores crueldades provienen de los seres humanos... y me temo que aquí tenemos un claro ejemplo - Desde luego Kurik había demostrado tener 0 empatía y ser indiferente al sufrimiento que pudiera causar. Parecía que al menos había dado marcha atrás en lo de ir torturando, quizás por miedo a la reacción ahora que se había librado de la primera o tal vez por que ya se satisfacía su sed de sangre debido a los combates que realizaba.
- Narel... - Le parecía increíble tener que explicarle esto - Me temo que Kurik sólo entiende, respeta y aprecia la violencia y eres demasiado buena y dulce para generar simpatía en alguien así - En ese momento tomó aire - ¿Qué tal va por ahora? - preguntó al tiempo que elevaba una ceja, creyendo ser bastante consciente de cual iba a ser la respuesta.
- Tú vales mucho como persona, tienes unos ideales que pueden lograr que hayan muchos avances en la Space Force. No manches tus manos ni tu alma -
William se había parado y correspondía el gesto de Narel, miraba al suelo al tiempo que negaba con la cabeza - No... no te preocupes, desde luego que mi objetivo no sería matarle ni hacerle daño... primero buscaría que fuera apartado del ejercito... dudo que nos podamos llegar a sentir seguros y a salvo con él cerca - Él desde luego sabía que jamás se podría llegar a sentir seguro con el psicópata. Jamás podría sentirlo como compañero y que Narel se pusiera en peligro a propósito por intentar salvar a quien no lo merecía le producía mucho desasosiego. - Pero tampoco debes ponerte en peligro a propósito, esa hora de entrenamiento si no es contigo será con otra persona o él solo. Segura está, no está nunca sola ahora mismo... Pero a cambio eres tu quien se pone en peligro a sabiendas... -
Thompson entendía que al final no era una cuestión de ver las cosas o no, si no de percepciones y filosofías de vida, aunque le costaba mucho entender que se pusiera en peligro de esa manera... - Está bien... me has convencido - afirmó seriamente - Yo también entrenaré con él - Billy sabía perfectamente que Mikhail le odiaba más que a nadie por como se comportaba con él, comprendía que se iba a desquitar muchísimo y que lo pasaría mal, esperaba que así Narel pudiera ver lo que William veía tan claramente.
La joven eridiana sonrió a William cuando le aseguró de que entendía el porqué estaba haciendo aquello, entrenar con aquel tipo que tan poco aprecio le tenía a ella y al resto de sus compañeros, intentando que la muchacha abriese los ojos ante las crueldades del mundo, aquellas que eran provocadas por los seres humanos.
- Billy, yo entiendo que hay gente que hace cosas malas, pero yo puedo colaborar a que eso no suceda más. A veces se enseña con el ejemplo, quizás mi actitud sirva de algo en alguien como Mikhail... - Definitivamente era una mujer muy idealista, demasiado buena y dulce, alguien a quien el ruso podría destrozar si se lo proponía - Por ahora, me entrena y dice que quiere sacar de mí una auténtica guerrera... Pero no me golpea fuera del ring, no me toca inadecuadamente y... al menos ya me habla sin tanto desprecio... - Aseguró Dotter.
No se podía decir que el cambio de Kurik fuera magistral, de hecho se conformaban con poca cosa, pero teniendo en cuenta lo salvaje que había sido, cualquier mínima mejora ya era algo. La eridiana se conformaba en ese momento con muy poco avance, viendo la parte positiva, al menos no iban a peor.
William se vio sorprendido porque Narel le había tomado de la mano mientras le estudiaba con su mirada verdosa, tenía unos ojos bonitos, aunque quizás lo mejor de ella fuera su actitud de entrega hacia los demás y la dulzura de su trato.
- Confío en ti Billy - Le dijo cuando Thompson aseguró que no dañaría al ruso - Aunque yo le daría una segunda oportunidad antes de buscar apartarle, y más ahora que sabe que todos estamos a favor de Lizza. No se atreverá a dañar a nadie más, tengo confianza en que comience a ver cómo funcionan las cosas en el Domo y lo bueno que es tener compañeros que velen por tu bienestar... - Comentaba con anhelo, como si aquello fuese su objetivo final - No estoy en peligro, Billy, ya te digo que me entrena... Con dureza... Pero si quisiera lesionarme o matarme, ya lo hubiera hecho... Es muy fuerte y capaz, pero no ha hecho el amago. Todo va bien... - Le apretó la mano con suavidad antes de soltarla y dirigirse hacia el joven, para depositar un beso en su mejilla derecha - Muchas gracias por preocuparte por mí, eres un buen amigo - Aseguró antes de escuchar al muchacho de que le había convencido y que entrenaría también con él, haciendo que Dotter por primera vez dudase, como si no le preocupase exponerse ella, pero sí que los demás lo hicieran.
- ¿Crees realmente que es una buena idea, Bill? Entre vosotros ha habido mucha... tensión... - Dijo preocupada y aquí William entendería algo, Narel no era una ilusa, sabía lo que había, pero intentaba arreglar una situación que de por sí, tenía mal pronóstico. Dotter era como un pez que daba un par de coletazos cuando el pescador lo sacaba del mar, con el firme propósito de caer, por suerte, en el agua - No es necesario que lo hagas, con que siga entrenando conmigo supongo que será suficiente... No quiero que te haga daño...
Y la joven se mordió el labio, intuía cual iba a ser la respuesta de Thompson, intuitiva como ella era, solo cabían dos posibilidades, o que ninguno de los dos entrenase con él, o que ambos lo hicieran y a estas alturas, la joven no iba a recular en sus acciones, algo que apenaba a la fémina, puesto que no quería que William, resultase dañado.
William escuchaba con atención, buscaba comprender a Narel, cuya bondad no tenía claro si era fruto de su educación o de no haber encontrado a gente realmente malvada en el mundo. - Supongo que trato de aportar una perspectiva más amplia... En lo que ocurrió hay dos partes - cierta tristeza invadía el rostro del joven mientras trataba de exponer su perspectiva - Y el que ahora tanta gente se preocupe de integrar a Kurik y reconducirlo, dejándolo estar me parece muy injusto ante el sufrimiento de Lizza... no sólo a lo que ha sufrido, sino a lo que sigue sufriendo... Townhall plantea como solución la posibilidad de trasladar a Lizza y eso es extremadamente injusto, no puedes castigar el ser objeto de algo inhumano y "premiar" al instigador. Quizás eso sea lo más productivo sobre el papel, pero a nivel de personas - afirmaba Billy al tiempo que se ponía la mano en el corazón tratando de dar más énfasis a su discurso - Es tremendamente injusto y doloroso para ella. Sois varias las personas que invertís tiempo y esfuerzo en "adaptar" a Kurik, pero no son tantas las personas que se preocupan de las repercusiones que tuvo aquello para Lizza... - Elevando la mirada al cielo, meditando, bajo el tono de voz tratando de empatizar con como se debía sentir Jacobs - Creo que me sentiría muy abandonado si estuviera en su situación, más cuando parece que la manera de arreglarlo todo por parte de los mandos sería apartarla a ella, buscar que si algo tan bárbaro le ha afectado se quede fuera... - Trataba de analizar la situación desde que había pasado aquello - Muchos mostraron rechazo hacía él por lo que pasó, pero al día siguiente todo siguió como si nada hubiera pasado... no ha enfrentado consecuencias, de hecho ahora hay mucha gente "preocupándose" de él... hasta le ha salido bien desde su perspectiva... No digo que no lo entienda, pero me parece extremadamente injusto -
Le sorprendía mucho la dulzura de Narel y esos ojos que parecían traspasar el alma, parecía increíble que alguien como ella estuviera destinada en el mismo lugar que alguien como el sociópata ese... - Supongo que es una manera de verlo, pero lo que pasó en el comedor incluso delante de los mandos no me parece de alguien que piense que se ha equivocado... y estoy seguro que está usando el entrenamiento para descargar su ira... pero ¿Qué pasará el día que eso no sea suficiente? - El beso en la mejilla arrancó una dulce sonrisa en Billy poco acostumbrado a las muestras de afecto, así sólo conseguía que se preocupara más por ella, era demasiado buena para entrenar con Kurik y todo lo que eso podía significar.
- ¿Crees realmente que es una buena idea, Bill? Entre vosotros ha habido mucha... tensión... -
- Estaba convencido que no lo es... pero también lo estaba de que no es buena idea que lo hicieras tu... - Sentenció bastante firmemente. - Pero es una buena manera de comprobar su evolución... y... - la miró fijamente a los ojos encontrando el azul y el verde - ...También estoy dispuesto a recibir un castigo por evitárselo a gente a la que aprecio - finalizó, la alocución - Tu estás dispuesta a soportar daño y dolor por que consideras que así proteges a gente a la que aprecias... también mereces esa protección tu... No tengo pensado ponerte entre la espada y la pared, pero tampoco voy a permitir que sufras sólo porque un sociópata pueda ser "útil" al ejercito - Sentenciaba bastante convencido, era bastante consciente de que Kurik se desahogaría con él, posiblemente más que con Narel, pero si así conseguía que descargara algo de ira y fuera él y no otra persona quien sufriera aquello, era un precio que estaba dispuesto a pagar... no trataría de que alguien como Narel cambiara su manera de pensar, no le parecía justo, pero si que estaba más que dispuesto a protegerla...
Narel era muy respetuosa en la conversación. Sabía mantener el turno de palabra mientras William le exponía las distintas partes en los que se basaba su argumento, mientras iba generando contra respuestas mentales para luego exponer su propia perspectiva. El problema de haberse criado en una estación cerrada indicaba que la base de la convivencia era algo que todos asumían y comprendían, luego era cierto que había visto mundo, varios años en una nave comercial te obligaba a relacionarte con personas más dispares, pero claro, en una nave también había normativa para la convivencia. ¿Cómo se las hubiera apañado la joven muchacha en el barrio marginal de un planeta con necesidad de recursos? Habría sido una víctima, sin duda.
- Comprendo que Lizza pueda enfadarse porque le estemos prestando atención a él, pero reconducir la conducta de Kurik es quizás la mejor medida para el bien de todos y el de nuestra convivencia. Lo contrario, tratarle mal o dañarle sería actuar con venganza - Dijo la joven mordiéndose el labio con delicadeza cuando escuchó lo que Townhall pretendía hacer - No me gusta esa resolución del teniente, ella no tendría porqué irse... Hay que aprender a respetarse, a convivir, ambos podrían llegar a alcanzarlo si entre todos aportamos... Si me dieran a elegir, no querría que ella se marchara, por supuesto que no, prefiero que sea él, pero sinceramente, eso no parece ser que vaya a ocurrir... Por eso creo que hay que buscar líneas de convivencia, alternativas que sean viables...
Dotter escuchó las palabras de Billy cuando le dijo que se sentiría abandonado en el caso de estar dentro de la piel de Lizza, y el comentario parecía herir a la joven eridiana.
- Posiblemente yo también me sintiría así... - Reconoció la mujer con un suspiro, aunque sin tener muy claro el cómo proceder a partir de ese instante - Pero, ¿esto tiene remedio justo ahora? ¿Qué crees que podemos hacer tal y como están las cosas? Yo no quiero que Lizza sufra, pero de verdad... ¿Tan mala idea crees que es intentar incorporar a Kurik socialmente en este Domo?...
Narel era dulce no cabía la menor duda, pero que le preocupaba su amiga era algo que también se evidenciaba. Ella había optado por llevar a cabo una idea, la que creía mejor acorde a sus vivencias, pero ante la charla de Thompson parecía dispuesta a atender otras posibilidades. No era alguien obcecada en su particular manera de ver el mundo, podía evaluar otras perspectivas si estas fueran las más adecuadas para el bien general.
- Yo espero que los entrenamientos sean suficientes para descargar su ira, porque... - Reconoció algo - Me lleva al límite... Yo jamás he entrenado tanto, ni tan seguido y a veces siento que me duele todo el cuerpo - De hecho así era - Pero he dado mi palabra y no puedo retractarme, ni dejar de entrenar cuando ya he dicho que sí lo haría... - En realidad Narel estaba sacrificándose de alguna manera, porque no parecía disfrutar de ello.
- Yo creo que tú deberías evitar los conflictos con Kurik - Dijo Dotter plenamente convencida - Conmigo está siendo más comedido que como lo fue con Sarah, por ejemplo, pero a ti no te perdonaría en absoluto. Y... ya hay bastante dolor acumulado, no vayamos a empeorarlo... - Estaba preocupada por él, no quería que llegase a tener enfrentamiento con el ruso, aunque como él decía, tampoco podía evitarlo - Hagamos un trato... Un mes... Si en un mes no cambia, buscamos alguna alternativa distinta, tendrás mi apoyo para la idea que seas capaz de gestar... Si cambia, podrías probar a entrenar con él, pero no ahora... Deja que entre vosotros se relaje la tensión, ¿de acuerdo?... - Le dio un tierno abrazo, la joven mostraba bastante bondad y sobre todo, que se preocupaba por las personas, aunque quizás sus formas necesitasen algo más de experiencia de vida.
Entendía bien a Narel, parecía demasiado idealista para aquel mundo al igual que él, aunque había algunas líneas rojas que Thompson no pasaría aunque si que intentaba que Kurik se adaptara, se transformara en algo que pudiera funcionar en un grupo. - A veces la diferencia entre venganza y justicia, radica sólo en la emoción implicada no en el acto. Pero te entiendo - Asentía, pues a fin de cuentas eso mismo es lo que le detenía de actuar de otra manera. El hecho de darse cuenta de que estaba demasiado implicada y su perspectiva quizás no fuera la apropiada. - Yo también espero que demos con esas líneas de convivencia, también las busco... desde luego que no sería justicia que la castigada fuera ella -
Escuchaba lo que decía Dotter, sin duda una buena persona que iba a sufrir mucho en este lugar, igual que él mismo - No creo que eso sea malo, de hecho considero que es algo deseable y que merece el esfuerzo - afirmó con un profundo suspiro - Sólo opino que no merece la pena a cualquier coste - concluyó con una media sonrisa, apreciaba mucho a Narel y temía que el resultado de aquel conflicto, podía acabar pesando en un alma tan bondadosa como la suya.
Escuchaba y trataba de leer entre líneas los comentarios sobre los entrenamientos, finalmente asintió a los razonamientos de ella, pues realmente era incuestionable que Billy sacaba la peor parte del ruso, correspondió el abrazo de Narel con ternura - Pero a cambio, quiero que si en algún momento se pasa contigo vengas a contármelo en seguida... No actuaré igual que con Lizza, pero hay que hacer algo... piensa que puede que la siguiente no fueras tu y tampoco quieres eso... - Parecía que Narel tenía mucha capacidad de sacrificio y si llegado el caso, le pasaba algo serio, estaba convencido que callaría antes que contarlo todo en pro, de la buena convivencia.
- ¿Cómo te vas aclimatando? - preguntó esperando cambiar a un tema algo menos duro...
Narel comprendía a William. Él sólo trataba de que Lizza no arrastrase más malestar del ya vivido, mientras ella misma buscaba el equilibrio general del Domo como medio para alcanzar el bienestar de todos. En las estaciones espaciales no se solía expulsar a la gente, puesto que las personas con las que se convivía solían ser bastante razonables, y dentro de lo malo, el diálogo siempre era un gran medio para eliminar las tensiones, así como los contratos verbales.
- Si la justicia recae contra Lizza, no sería nada aceptable - Al menos estaban de acuerdo en eso - Quiero pensar que todo esto es porque somos reclutas. Cuando ascendamos a soldados espaciales tendremos quizás mayor derecho a emitir quejas... No lo sé... - Y bien era cierto que podían meterse en un mar de papeles y documentación para quejarse, pero, ¿alguien les respaldaría?
Narel Dotter parecía ser una joven bastante frágil, pero hasta el momento había mantenido el tipo en cada prueba, y no a costa de su propia moral, puesto que ella le llevó la contraria a Malbone, no golpeando a sus compañeros. Posiblemente fuera una persona sufridora que prefiriese llevar ella misma las repercusiones, antes que dañar a los demás, o al menos eso aparentaba, y más teniendo en cuenta que entrenar con Kurik no era algo sencillo.
Ambos jóvenes se abrazaron, estaba claro que Narel le apreciaba, de igual manera que lo hacía con Lizza, Sarah, Eylo y Buck. Habían algunos compañeros con los que solía relacionarse bastante bien, siempre manteniendo su propia esencia, aunque su forma de pensar y proceder, a veces chocase con el resto de la humanidad.
- Te prometo que si los entrenamientos se van de las manos, te lo contaré - Lo dijo con firmeza, no había pretensión de mentira en la joven de castaños cabellos, recapacitando sobre las palabras de Thompson - No quiero que nadie más sufra, debemos ayudarnos entre nosotros, ya bastante hay que pelear con los mandos como para que entre reclutas nos hagamos el camino más difícil... No, algo como lo de Lizza no puede suceder más... No es aceptable... - Al menos en ese punto estaban más que de acuerdo.
La pregunta de cómo se iba aclimatando le pilló un poco por sorpresa. Ella en realidad solía encajar siempre bien en todas partes porque buscaba dónde sus habilidades eran útiles y ofrecía un servicio que permitiera a sus compañeros vivir mejor. En el Domo su salida fue cocinar, pero si hubiera necesidad de alguien más activo en limpieza de armas, se habría habituado. Así era ella, una pieza siempre fácil de encajar.
- Muy bien la verdad, estoy contenta - Dijo con una sonrisa bonita - Me gustaría poder ocuparme del comercio, que en realidad es algo que me agrada mucho, pero para eso debo viajar casi de manera constante, algo que para la instrucción es imposible... Y bueno, comprendo que le dejen esa labor a Grey con el abastecimiento de Protect, se fiarán más de ella. Últimamente me estoy acercando más cuando solicita suministros, quizás así pueda conseguir que lleguen a cedérmelo... - No era invasiva ni exigía puestos concretos, a pesar de ser la mejor en su especialidad. - ¿Cómo te va a ti Billy? Quitando lo de Lizza... ¿Estás a gusto? ¿Eres feliz? - Era una pregunta genuina, no para cumplir, le interesaba el estado de ánimo de su amigo
Escuchaba a Narel, de alguna manera ambos eran inocentes. William mantenía unos principios e ideales que parecían no encajar del todo en el mundo actual. Dotter por otro lado mantenía la esperanza de que las cosas mejorarían en adelante como algo que le aportaba fuerzas para seguir adelante.
Parecía que estaban bastante de acuerdo en general, pensaba Thompson mientras asentía a sus afirmaciones, aunque la manera de afrontar las cosas era completamente diferente. Deseaba que la joven tuviera razón... el mundo sería bastante más sencillo de esa manera. Al menos confiaba en ella y esperaba que si realmente las cosas se iban de madre en el entrenamiento se lo contaría. Por un lado le sorprendió que la joven se quisiera centrar en el comercio. En realidad no sabía bien como funcionaría, pero siempre había pensado que si el ejercito necesitaba algo, simplemente lo pedía y le llegaba. No se había planteado que pudieran tener que establecer presupuestos y acomodarse a ellos. - Seguro que Grey aprecia mucho tu ayuda y seguro que pronto confía en ti para ir dándote más competencias al respecto - asintió convencido. De alguna manera Narel era una muchacha clara y transparente, era buena persona y se veía a lo lejos, realmente alguien digno de confianza.
La pregunta de ella le dejó un poco descolocado, en realidad nunca se había preocupado mucho por ser feliz así que no tenía claro como responder - Bueno... no sé si voy haciendo más rivales que aliados - respondió con una sonrisa confundida aunque divertida, el comentario iba en tono de broma para quitarle hierro al asunto - No sé si soy feliz, ni siquiera sé si este llegará a ser mi lugar... en bastantes ocasiones siento que no encajo del todo... - respondió algo pensativo. - Pero bueno, aún es pronto, a ver como va todo ¿No? - continuó para que el clima tampoco decayera.
La charla entre ambos jóvenes había llegado a un punto de encuentro. Narel y William se parecían mucho en ideologías, buscaban lo mismo, pero procedían de distinta manera, cada cual acorde a sus vivencias y costumbres.
Quizás lo que más pudo sorprender a Thompson era que en el mundo existiera una línea comercial entre militares y civiles, cosa que bien pensado, tenía lógica. Un militar no podía abusar del trabajo de un ciudadano, de lo contrario, podrían crearse injusticias y desigualdades que desembocaran en una guerra civil y al holocausto final. En la sociedad había un equilibrio fino y la Space Force, como institución, devolvía el dinero a los contribuyentes por medio de la obtención de materias primas, aunque en algunos casos, habían artículos que eran capaces de autogestionar. No vivían en un estado tiránico, de lo contrario ser soldado espacial no representaría un honor, si no que sería sinónimo de corrupción, lo cual no quería decir, que no existiera aquel contra valor.
- La he tratado poco, aunque me voy acercando e interesando por las gestiones diarias. Supongo que en algún momento se dará cuenta de que estoy plenamente capacitada - Dijo la muchacha con paciencia y sin acritud, con el convencimiento de que necesitaba tiempo y darse a conocer más.
Las afirmaciones de Thompson provocaron que Narel mirase con sus espectaculares ojos verdes al muchacho y suspirase - Encajas Billy, eres buena persona y tienes valores, arrojo y muy poca vergüenza - Rio con ganas - En serio, alguien como tú siempre encaja en todas partes. Esto no sería lo mismo sin ti, y tener un par de rivales a las espaldas no es nada malo... Lizza, Sarah y yo te queremos por cómo eres... Y seguro que más gente te aprecia... Así que bueno, cuando dudes cual es tu sitio, solo piensa en las partidas de por la noche y lo bien que lo pasamos. Espero que eso te haga sentir anclado al Domo... Y con respecto a tus valores..., si no tienes poder, no puedes transmitirlos. Hoy en día el poder se llama Space Force... - Se miró las manos durante unos instantes, elevándolas - Esto es lo único que necesitas para hacer el mundo a tu medida. No lo olvides.
Tras eso, Narel le dio un beso en la mejilla antes de marcharse. Dejándole sumido en su propio mar profundo de pensamientos.
La charla con Narel finalmente le había dejado mejor sabor de boca de lo que hubiera pensado en un principio. Sentía que eran muy parecidos, aunque pensaba que ella era demasiado inocente para un mundo que albergaba a gente como la que tenían de compañía en el Domo. Sonrío animado ante los comentarios sobre Sarah, Lizza y ella misma - Gracias Narel - dijo con su sonrisa característica de medio lado, entre tímido y divertido. Cuando se fue, después de darle un beso, se quedó mirando sus manos pensando en el último comentario que le había hecho al respecto.
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