Mes 2. Día 4. Conversación con Dunne
La conversación con Dunne en el aula estaba acumulando tensión. Él le pedía que diera su sangre y ella se negaba a hacerlo, hasta que llegó un momento en el que el eridiano expresó abiertamente su sentir ante su pareja, indicándole que estaba cabreado, furioso por la manera en que ella gestionaba la situación, infravalorándose en el proceso y provocando que, por una vez, adquiriera un porte mucho más reflexivo.
- Tienes razón en decir que no me respeto. Y por eso ahora estoy donde me encuentro - Asintió ella mirando a Eylo con la profundidad de sus ojos verdes - Aunque tampoco me ha ido tan mal, ¿no? - Intentó bromear, incidiendo en que estaban juntos. Una manera de eludir que Yilmaz daba en el clavo con ella, se autocastigaba por cada error cometido, dando por hecho que de todos, quien podía sobrar siempre era ella.
El convencimiento del eridiano para con Dunne, diciéndole que merecía respeto y amor, a pesar de todo lo hecho, reafirmando que iba a quedarse a su lado era todo lo que Grey necesitaba oír para ganar confianza. ¿Cuándo Ícaro había apostado tan fuerte por ella? Nunca...
- Iré a dar la muestra de sangre, Eylo. Quiero una vida contigo, una sencilla donde no tenga que estar escondiéndome más - Dijo la joven convencida - Solo espero que no te equivoques, porque si Duncan me denuncia, acabaré fuera de la Space Force en un tiempo record, el comandante no tolera drogas de tipo alguno. No habrán excepciones conmigo...
A Dunne no le gustaba mucho la idea de contarle a Duncan aquel secreto sobre lo que su sangre contenía, pero cedía por la seguridad que Yilmaz le aportaba. Le pedirían a McCarthy un año de silencio y quizás aquel secreto cayese en el olvido, pero al menos, no la denunciaría en un tiempo.
- Townhall... Puffff.... - Le pedía mucho, y es que para ella, era como su padre, alguien que desde joven la había guiado y ayudado, fallarle a él era más de lo que podía soportar - No sé ni cómo voy a mirarle a la cara... Dame mejor un tiempo para esto. No estoy preparada - Indicó Grey, preocupada porque Harry decidiera. finalmente, apartarla de estar en activo, y es que alguien con drogas en sangre no debía utilizar armas y mantenerse alejada de la instrucción básica.
Dunne suspiró antes de añadir - Primero hablemos con Duncan, ya después vemos lo de Townhall. Comprendo porqué me lo sugieres y sé que buscas mi bien con tus acciones, pero necesito estar fuerte para afrontarle y responder a sus preguntas... Dioses, va a matarme... - Y en esos instantes, la ex sargento era casi como si fuera una adolescente que tuviera que explicarle a su padre que había estrellado el coche como consecuencia de una noche de alcohol. No podía estar más nerviosa.
Mes 2. Día 5. Enfermería
Dunne Grey y Eylo Yilmaz se presentaron a primera hora de la mañana en la enfermería del Domo, buscando a Duncan. La actitud de la mujer no era la misma que la última vez que estuvo en aquella sala, mostrando una mirada esquiva y nerviosa hacia McCarthy, habiendo abandonado todo rastro de diversión en su rostro, así como la chulería por tener la situación controlada. El doctor no sabía lo que Yilmaz le había hecho a la ex sargento, pero fuera lo que fuese, había sido efectivo pues ella, nada más entrar, suspiró y se levantó la manga de la camisola, estaba claro que consentía la extracción de sangre.
- Me mareo con facilidad, odio las agujas - Fue la primera frase en la que se escudó, aunque no tenía una fobia irracional ante ellas, de lo contrario, no estaría en la estancia.
Dunne buscaría la mirada de Eylo para quedar pendida de él, cualquier comentario que le hiciera lo obedecería sin más, por más que pudiera costarle llevarlo a cabo.
- Duncan, siento lo del otro día... - Aquello si lo dijo de manera genuina, nadie le obligaba a ello pero deseaba expresarlo - Te puse en una situación muy incómoda y podría haberlo evitado... Discúlpame... - Y tras ello suspiró y esperó reacciones, estaba claro que la mujer estaba receptiva para la comunicación y cumplir con las obligaciones que le impusiera ya no solo el líder del Domo, también el médico titular de la sala.
Mes 2. Día 4. Conversación con Dunne
Eylo mantuvo la mirada a Dunne y se permitió una sonrisa que se traducía en una tregua, aceptando que la mujer recurriera a su relación para rebajar un poco la tensión de la charla. El eridiano le tomó la mano, sonrió levemente.
—Solo quiero que estés bien, Dunne. Me haría feliz saber que un día me dijeras que te sientes orgullosa de ti misma —le dijo mientras asentía, mostrando una sincera alegría escuchándola hablar que no quería seguir escondiéndose. Asintió del mismo modo, esperando que Duncan, como mínimo, les diera una tregua,
El eridiano asintió cuando le pidió tiempo con Townhall, comprendía que eso era incluso más difícil que lo de dar sangre. A pesar de ello, se mantuvo junto a ella, mirándola en clara predisposición a apoyarla.
—Paso a paso. De acuerdo —accedió acariciando el dorso de su mano con el pulgar —. Confío en ti, y estaré a tu lado. Creo que Townhall merece ver también que estás dispuesta a hacer las cosas mejor, que la confianza que ha depositado en ti se ve recompensada.
Dio un paso atrás, pero se detuvo. No sabía quien estaría mirando, pero tampoco le importó. La miró a los ojos y volvió a acercarse, no dio hueco a ningún respiro y la besó con un cariño que prendió como un incendio. Tras el sentido beso, se separó mínimamente y alzó el cuerpo para coronar la frente de Dunne con otro beso para terminar abrazándola.
—Todo saldrá bien.
Mes 2. Día 5. Enfermería
Eylo entró junto a Grey en silencio, a pesar de que saludó a Duncan dejó que tanto la iniciativa como la voz cantante la llevara la exsargento. El eridiano se limitó a acompañarla, a permanecer junto a ella como si fuera un pilar al que la joven pudiera aferrarse. Cuando esta ofreció su brazo, él tomó la otra mano y sonrió mostrándole que estaba allí.
No dijo nada, dejó que ambos conversaran, habían otras cosas que decir al respecto, pero por el momento permanecería en silencio dejando que fuera Grey quien argumentara. Eylo mostraba una actitud de confianza hacia la mujer, no titubeó en ningún momento mientras seguía con la mirada, a su vez, los movimientos del médico del Domo 12.
Mes 2. Día 5. Enfermería
No faltaba mucho tiempo para tener que reunirse en la plataforma de lanzamiento del starliner y Duncan estaba haciendo los últimos preparativos. Se acordaba de lo ocurrido en el anterior viaje, de lo poco que había en el botiquín de los starliners y llevando heridos necesitaba prepararse. La mayoría de material que necesitaba tenía que ver con algún punto que se pudiera soltar, pero lo que le preocupaba es que Keira tuviera algún tipo de problema y tuviera que operar de emergencia. Hizo una pequeña bolsa con 3 unidades de plasma 0-, un par de bisturís, gasas, vendajes, agujas e hilo, morfina, un par de kits de primeros auxilios y lo típico, antidiarréicos, antivomitivos, ese tipo de cosas necesarias cuando la gente se sube a un starliner y empieza a evacuar de todas las formas posibles.
La entrada de alguien en la enfermería le hizo levantar la cabeza. Era pronto y no esperaba a nadie, pero si hubiera esperado a alguien la última hubiera sido a la ex-sargento Dunne Grey. Suspiró, no tenía ganas de pelear con la terca señorita, aunque la presencia allí de Eylo podía significar cualquier cosa, tal vez le intentarían "convencer" de que se olvidara del tema, ya se sabe, lo que no consiga una mujer no lo consigue nadie y Eylo parecía estar por ella. Al verla levantarse la manga de la camisola alzó una ceja. Venía a sacarse sangre, en el último momento, y su disculpa era que se mareaba con dificultad y odiaba las agujas. Suspiró. Se quitó la bata, ella le había dicho que las odiaba, y la colgó en una silla mientras iba a preparar el material. Que sería lo mejor para la mujer? Una palometa? Una punción en una yema del dedo? Ir a por la vena? Lo tendría que ver, pero lo primero era poner las cosas claras, las cartas sobre la mesa. Se llevó la mano al intercomunicador y empezó a escribir
- Puedo hablar libremente delante de Eylo? Tengo que discutir cierta información médica que es privada... Sé que tenéis una historia, pero también es tu superior, y podría haber algún tipo de problema. Me autorizas? - La mujer lo hizo, dedicándole una mirada y una sonrisa a Eylo y Duncan asintió. Se disculpó por su actitud, genuinamente, pero le había empujado mucho, lo había llevado al borde de hacer algo que detestaba, y eso no estaba bien, no estaba bien forzar a la gente por tu propio bienestar, pero así había sido. La miró, serio, y empezó a escribir.
- Me pusiste en una situación complicada, una en la que me podían haber expulsado de la Space Force con seguridad, y tal vez hubiera sido una mancha en mi reputación como profesional. Podrías haberlo evitado, sí, pero decidiste no hacerlo.... - Suspiró. De nada servía apretar más las tuercas, volvió a suspirar y siguió escribiendo - Lo que importa es tu salud Dunne, no mi ego, y me alegro que estés haciendo esto. Supongo que también es irregular que no haya notificado en primer lugar al primer mando - dijo mirándola con evidencia, sabiendo que eso significaba Quest - pero pensé que lo que no podía hacer el cerebro igual lo haría el corazón...y aquí estás. Te diré lo que sé Dunne. Sé que estás tomando algo, algún derivado de los opioides, y que eso te hace tener las pupilas contraídas. Lo llevas tomando desde hace tiempo. Habría podido decirte que es exactamente si tuviera algo mejor en el laboratorio, pero es lo que hay. - Dejó que la información cayera sobre la mujer como un jarro de agua fría y luego la miró a los ojos - Si te hubieran herido y te hubiese inyectado morfina para el dolor te habría podido matar. Lo entiendes? Puede ser que a ti te valga con un bonito entierro, pero a mi no, y creo que a Eylo tampoco - Lo miró, si la quería, le gustaba o lo que fuera estaba casi seguro que lo apoyaría, pero últimamente no entendía a los eridianos, así que cualquier cosa era posible.
Les dijo lo que había hecho, algo totalmente irregular, pero era a lo que se había comprometido - He creado un expediente en el ordenador a nombre de Jane Dow con tus datos médicos. Jane Dow en medicina refiere a pacientes desconocidos, o a pruebas, así que no podrán obtener esta información a no ser que se la deis vosotros. Aquí pondré los resultados de los análisis, si me pasara algo, bueno, tal vez logres engatusar al siguiente médico, y si alguna vez hay una urgencia estarán disponibles. Es una solución aceptable? No puedo hacer mucho más, si reclaman los mandos tus datos puedo decir que hubo un error informático y se cambió el nombre....pero deduzco que nadie meterá las narices si no lo han hecho ya. Bueno, es el momento.....
Se levantó y se acercó al ordenador y puso algo de música relajante mientras se llevaba a Dunne a una camilla y le hacía señas a Eylo para que lo siguiera e hiciera lo que tuviera que hacer, coger la mano, susurrarle, lo que fuera. Le pidió que extendiera los brazos y se puso a mirar sin tocar las venas. No había, se le habían escondido, era cierto que estaba nerviosa. Cogió una almohada y se la puso encima de la cabeza y le escribió
- Tranquila, acabo enseguida, será un pinchazito minúsculo. - Le cogió de la mano con ternura, la que tenía libre, y se la acarició con suavidad mientras preparaba la lanceta con la otra mano. Un pinchazo rápido en la yema del dedo corazón y poner un vial para recoger las gotas de sangre obtenidas por capilaridad. Las iba a tener que estirar bien, porque normalmente se cogían varios tubos, pero se tendría que apañar con aquello, todo por el paciente.
Le quitó la almohada de la cabeza y etiquetó la muestra a nombre de Jane Dow y volvió junto a la mujer para escribirle
- Puedes levantarte, pero despacio, y si te mareas recuestate de nuevo.
No había dicho que la perdonara, pero le sonreía y había sido delicado. No parecía que Duncan fuera un tipo rencoroso en exceso, solo ponía el máximo celo para que todos siguieran vivos.