Billy entró en la sala de telecomunicaciones, llevaba esta vez un batido del que sorbía ruidosamente de una pajita. Tenía esa mirada pícara de cuando está maquinando alguna trastada, una vez entró en la sala comprobó que sólo estaba Eylo a sus cosas. Tiró el recipiente del batido a la basura y sacudiéndose las manos una contra otra se dirigió hacía donde estaba el recién nombrado líder en funciones. Buscó una silla cercana, se sentó cómodamente y se reclinó hacia atrás apoyando los pies encima de una mesa - Si es nuestro recién estrenado y brillante líder - comentó con una sonrisa amistosa, declarando que el tono era de broma y no se trataba de ninguna puya. - ¿Qué tal por ahora? ¿Te haces? - Preguntaba mientras mantenía en equilibrio la silla apoyándola sobre dos patas a pesar de tener ruedas, pero parecía que le divertía esos equilibrios con la silla.
Espero a que Eylo le comentara lo que considerase, realmente su preocupación era sincera. Consideraba que el cargo a pesar de estar en buenas manos, era más un castigo que un premio viendo la situación del Domo. - En realidad venía a pedirte... ayuda - comentó apoyando la silla por completo en el suelo y apoyando sus manos en la nuca. - Creo que tengo una buena pista sobre cual puede ser la zona de contrabando de la que hablan los archivos codificados - explicó a Eylo, dando por hecho de que ya habría curioseado en los mismos, o si no, que al menos recordaría cuando habló de ello en el aula cuando estaban con Townhall. Prefería no decir quien le había puesto sobre la pista, al menos por ahora. - Tengo varias ideas en mente y como flamante líder... - reveló sonriendo divertido de oreja a oreja - Además de tu ayuda, me gustaría tu opinión - afirmó antes de revelar su plan, aunque la última vez que había revelado un plan todo se había ido a la mierda y casi nadie lo había seguido, pero parece que la esperanza de Billy todavía permanecía - Mi plan inicial sería colocar unos cuantos localizadores GPS, micrófonos y cámaras... para obtener información, sobre las personas que llevan el contrabando, la mercancía, horarios y formas... En realidad eso casi podría hacerlo incluso solo, con un par de personas de apoyo de radio por si algo se torciera, uno de los cuales estaría bien que fuera tecnólogo, aunque espero que no se tuerza nada... La otra opción aunque más conservadora me parece más arriesgada, sería llevar un equipo entero, entre 6 y 9 hombres aproximadamente, lo cual llama más la atención - Finalizó la exposición esperando su opinión y la confirmación de que se podría disponer de un equipo de esas características.
Eylo estaba haciendo unas comprobaciones en las consolas de comunicaciones, era su turno de guardia en la sala, pero parecía enfrascado en algo que le tomaba toda la concentración. Aunque coger desprevenido al eridiano era difícil, siempre parecía atento a lo que le rodeaba a pesar de esta concentración. Frunció el ceño al ver el modo y tono con el que se acercaba William, asintiéndole con lentitud.
—¿Siempre se te nota tanto cuando vienes a pedir algo? —le espetó adivinando, de lejos, sus intenciones. No había sombra de enojo en sus palabras, más bien eran neutrales, pero acabó suspirando con tranquilidad —. Procuro hacer que los marrones que me he de comer estén condimentandos antes de tragármelos —añadió con ironía, sonriendo ligeramente. Dejó el análisis que estaba haciendo, se centró en William moviendo la silla hacia él.
Escuchó las intenciones de William, lo hizo con atención, sin decir nada ni mostrar ningún gesto de aprobación o desaprobación, aunque por el gesto que ponía no terminaba de entender el foco de todo aquello.
—¿Qué objetivo tiene esto? —preguntó con sencillez, mirándole con atención —. Es decir, explícame esto del contrabando, porque entiendo que no es algo permitido por la Space Force. Por lo que me estás pidiendo que.. ¿te ayude a eliminar la red? ¿controlarla para tu beneficio? —no había tono de acusación o desdén en aquello, aunque cuando Eylo quería el libro abierto que solía ser cambiaba de tapa y se hacía un tanto más difícil de leer, y esta era una de estas ocasiones.
- ¿Siempre? ¿Tantas veces he venido a pedirte algo? - Comentó en tono jocoso ante la afirmación. Eylo desde luego era alguien serio, se tomaba su trabajo y a si mismo muy en serio, algo habitual por aquí, aunque William con sus 20 años, aún no entendía esas ganas de ver todo desde una perspectiva de tanta seriedad. Sin embargo su pregunta siguiente si que pilló a Thompson por sorpresa mostrando un gesto de incomprensión.
- Está claro que aún no nos conocemos mucho... y me da que no te gusta demasiado mi manera de afrontar las cosas... pero hasta ahora no creo haber dado motivos para pensar que busco el beneficio personal por encima del del grupo... - afirmó torciendo ligeramente la mirada - Si has visto los archivos, hay una zona de contrabando que la Space Force quiere investigar... posiblemente para eliminarla. Y me gusta ir algunos pasos por delante - aseveró poniendo los brazos a los lados con las palmas hacia arriba - No tengo ningún interés en tratar de controlar nada de eso, en todo caso, quiero tener la información necesaria para llegado el momento que ciertos reclutas que sean válidos puedan ganar merecidos puntos al respecto - Ni siquiera buscaba ganar él mismo los puntos, eso le daba igual. Pero había varios miembros que desde luego eran muy válidos aunque pudieran fallar en algunas pruebas arbitrarias. - Independientemente de la opinión que se pueda tener a título personal, hay varios reclutas que serían un gran añadido para cualquier equipo... sólo pretendo ajustar la balanza para beneficio de todos en caso de ser necesario... si no, valdría con informar a los mandos de lo descubierto... - Observaba dudando a Yilmaz, le costaba entender porque era tan suspicaz con él, de todos modos no le iba a dar más importancia de la que tenía - No sé que habré hecho para que me valores así, pero puedes tomarlo como quieras... Hasta ahora, creo que he sido el que más ha compartido con los demás sobre lo que haya podido averiguar, el que más se ha implicado en la protección de los demás, sin pensar en como me afectaría a mi, ya sea físicamente o en mis posibilidades en la Space Force... Y lo único que he recibido ha sido desconfianza simplemente ser infravalorado... tanto en capacidades como en código moral - Encogió la nariz de lado, estaba claro que no le acababa de agradar la sospecha de Eylo - Si me dices que te hace pensar así de mi, creo que me ayudaría bastante, porque tengo claro que no encajo en este sitio, pero te juro que no entiendo el porque de esas sospechas... Aunque pueda actuar movido por una gran curiosidad, soy honesto y voy de cara y sobre todo... comparto con los demás... hasta ahora, mi impresión es que soy el único que actúa así y empiezo a entender el por qué, si eso sólo granjea suspicacias - Parecía que le había tocado hondo esa sospecha a ojos de Billy inmerecida, al menos a sus ojos en todo momento había buscado lo mejor para la mayoría, sin pensar en lo mejor para él en ningún momento, aunque no pensara como un militar, en todo momento valoraba a las personas y se preocupaba por ellas, que era mucho más de lo que la mayoría podían decir... - Bueno. "Líder" - dijo aunque en este momento la palabra líder si que tenía cierto matiz irónico - Yo he cumplido, te he informado, he compartido información, ahora haz lo que quieras... - terminó dispuesto a levantarse e irse si Eylo no lo impedía.
Eylo alzó una ceja al ver la reacción de William, una ceja que se mantuvo alzada con mayor firmeza a medida que le escuchaba hablar. No le interrumpió en ningún momento, el eridiano se tomaba con calma aquello, pero la incredulidad en su tez era absoluta.
—Para ser alguien que maneja tan bien la información, se te da fatal interpretar a las personas —dijo con asertividad, y se encogió de hombros a continuación —. O puede que a mi se me dé mal expresarme —comentó para desengrasar la situación, aunque tenía muy claro que el tono que había usado estaba huérfano de cualquiera de las sospechas que William le achacaba.
—Nunca he tenido ningún interés en estas operaciones de contrabando ni informes de ningún tipo, William —adelantó paciente —. Por muchas cosas que quieras abarcar, seguimos siendo reclutas a prueba, y, a pesar de que entiendo tu iniciativa, hay que saber lo que te cabe en la bodega antes de desvalijar un pecio —argumentó con un dicho de chatarreros, a lo que prosiguió con tranquilidad —. A lo que no, no sé nada de líneas de contrabando, ni tampoco aventuro qué intenciones tiene la Space Force al respecto. Por eso te estoy preguntando. Lo cual me lleva a pensar, ¿qué te hace creer que tú, y no me malinterpretes de nuevo, un recluta recién ingresado en la disciplina de la Space Force, será capaz de monitorizar y/o desmantelar una red de contrabando que está operando en las mismas narices de los mandos militares en uno de sus planetas de entrenamiento principales? —dejó esta reflexión unos instantes, para que William le diera una respuesta. No había acritud en el tono, casi podría decirse que era genuina curiosidad, a lo que añadió una nueva variante —. ¿No te has planteado el hecho de que quizá se permite?
—Lo cual me lleva a otra reflexión. Y esto empieza a ser frecuente, por lo visto —dijo con un deje de hastío —. Muchos tenéis una extraña tendencia a asumir lo que pienso, creo u opino —no lo dijo con intención de recriminar nada, pero lo hacia mirando a William mientras se acomodaba en la silla —. Yo no tengo ningún problema contigo, William. Ni tampoco desconfío de ti, ni tampoco de tus capacidades, te arrogas la condición de ser honesto, de tener buenas intenciones, de querer lo mejor para todos, y te creo —hizo una pausa, remarcando lo último que había dicho, repitiendo a continuación mirando a los ojos del joven —. Te creo. Nunca he dudado de ello, pero creo que eres demasiado impulsivo, das por hecho las cosas y, corrígeme si me equivoco, a veces tengo la sensación que te ciegan tus buenas intenciones y haces un flaco servicio a estas.
Respiró profundo, sin intención de avasallar en exceso a William. Estaba siendo franco con lo que decía, pausado y nítido, con el mismo tono libre de malicia que solía usar al hablar.
—Y permíteme —dijo captando plenamente su atención—, eres un imbécil si crees que no encajas en este sitio. Deja de decir que te sientes infravalorado, porque lo que me haces creer es que haces todo esto para buscar aprobación. Y, joder, sí me decepcionaría que la fuente de todo lo que haces, de ayudar, de apoyar, de contribuir.. se debe a una necesidad de reconocimiento y no de querer ayudar al grupo —fue bastante contundente al decir esto —. Y no me vengas con eso de que te sacrificarías gustoso por los demás. Eso te honra, pero preferiría que nadie tuviera que sacrificarse por nadie por ahora.
Se acarició el entrecejo, se inclinó apoyando los codos en las rodillas mirándole con un gesto más suave.
—Así que volvamos a empezar —dijo contenido —. ¿En quién has pensado para que te ayude en tu operación?
—Para ser alguien que maneja tan bien la información, se te da fatal interpretar a las personas —
Subió los hombros en un claro gesto de darle poca importancia - Quizás es porque pones tanto interés en no mostrar emociones que parece que todo te de igual... Ser humano no es un defecto ¿sabes? ¿O es sólo conmigo? - Generalmente se le daba bien interpretar a las personas, pero es verdad que Eylo habitualmente se mostraba aséptico, neutro y eso en realidad era bastante preocupante, como si no tuviera emociones o nada le llegara a afectar... quizás eso les podría interesar a los militares, pero para Billy era algo raro - No pasa nada por sentir cosas Eylo... si te dedicas a guardártelo todo al final estallará - Al menos eso esperaba, pues una actitud tan fría y neutra, significaba en el mejor de los casos un claro intento activo de controlar las emociones, pero eso solía acabar en un estallido difícilmente controlable.
Ante la pregunta sobre la red de contrabando la respuesta no era fácil y rápida desde luego - De primeras sólo quiero obtener algo más de información, no pretendo desmantelarla sin saber primero lo que hay... Mírame - afirmó mientras extendía los brazos como si le invitara a observarle en algún tipo de exposición - No soy alto, no soy duro, no soy un cerebrito. Sólo tengo mi voluntad y mi capacidad de anticiparme a las cosas... Sé que no se permite ese contrabando, porque en el archivo codificado, está marcado como uno de los objetivos el descubrir las actividades sobre el contrabando. Sólo necesito un tecnólogo que me ayude a rastrear las señales una vez instalados los GPS e ir monitorizando la información que se reciba... por suerte tenemos una sala de telecomunicaciones bastante eficiente... -
- Cuando digo que no encajo, es por varias razones... muchas de mis ideas u opiniones se desestiman, quizás por mi habitual impetuosidad o sólo por mi edad, pero soy consciente de lo poco que encajo en una vida militar... lo sé muy bien - la última afirmación estaba cargada de significado, algo importante para él, algo que no dejaba lugar a dudas, pero que ensombrecía su mirada durante unos momentos, cambiando de tercio rápidamente - No necesito aprobación, ni me importa... pero alguien como yo no puede salir adelante sin ser consciente de la situación lo más realmente posible... engañarme no me beneficiaría en nada, por eso tengo que ser quien más duramente me juzgue para poder salir adelante - Elevaba los hombros con indiferencia ante tal afirmación.
- Me vendría bien Benedict y quizás alguien que pueda acompañarnos y entrar y salir rápidamente... quizás Daya o Anne - De primeras había pensado en Eylo, como una manera de acercar posturas, pero ahora mismo había cambiado de opinión y mientras no fuera Harold ya le iba bien. Además era consciente que sorprenderían positivamente a Townhall de conseguir esa información - Y respecto a honores, no te preocupes, no me interesa ninguno, si sale bien -
Eylo miró con perplejidad a William y la respuesta que dio, casi podría decirse de incredulidad. Al principio no entendió a qué vino eso, luego trató de desglosarlo un poco para darle un significado que pudiera entender. A pesar de ello, el gesto de extrañeza no le abandonó en ningún momento.
—¿De qué narices estás hablando, William? —le espetó más con esa extrañeza que con cualquier otro sentimiento, a lo que añadió con el ceño fruncido —. ¿Cómo he de actuar para ser humano, según tú? ¿Sonreír siempre? ¿Reír a todas horas? ¿Llorar viendo una película dramática? —mantuvo una mirada acerada sobre William, aun desconcertado —. ¿Qué sucede? ¿Qué he de aceptar a ciegas las cosas sin preguntar por ellas? ¿O no hacerme preguntas? ¿Te ofende que pregunte? Que me tome las cosas con calma y las analice no me convierten en una persona insensible, más al contrario. Pero oye.. —levantó las manos sin pretender batallar el asunto, molesto hasta cierto punto —.. gracias por preocuparte por mi salud mental. Está perfectamente, así como mis frías y neutras emociones —mostró una sonrisa irónica, pero sin malicia, lo que le ayudó a quitarle hierro al asunto.
Aquella sonrisa quedó alojada en el rostro de Eylo, pero su ironía desapareció a una más afilada, como si estuviera leyendo entre líneas de lo que decía William. No era en absoluto una actitud de desprecio hacia el recluta, pero el contexto de la situación parecían sugerirle otra cosa. Cosa que expresó abiertamente tras la primera parte de la exposición.
—Un cerebrito que maneja información es más peligroso que un comando de soldados armados —resumió con sencillez, hilando con lo que le dijo anteriormente de elogiar las capacidades de William —. Aunque quizá no te lo quieras admitir. Eres más peligroso que Sarah o Mikhail si te lo propones —decía esto con absoluta convicción, pero dejó que siguiera hablando.
—¿Que se desestimen o no se tengan en cuenta significa a que es debido a tu edad? —preguntó con claridad, mirándole unos instantes —. ¿Te refieres a lo que pasó con Lizza? ¿Por qué no apoyé tu iniciativa de convertir el puto Domo en un campo de batalla? ¿O por otra razón? ¡Joder, William! —exclamó enojado —. ¿No lo ves? He cuestionado un poco tu plan, ni siquiera eso, he querido saber más de él, no te ha gustado y has saltado a la yugular como un tiburón oliendo sangre creyendo que me opongo a ti o a saber qué mierdas —frenó sus palabras un poco, respiró lentamente para centrarse —. Puede que a mi me falte a veces pisar el acelerador, pero a ti te falta levantar el pie de él. No soy tu enemigo, no me conviertas en tu enemigo, porque ni lo soy ni lo pretendo. Soy tu aliado, y te apoyaré si me lo pides, pero eso no implica que te dé mi opinión ni te pida explicaciones. Y más si soy el responsable de todo el Domo, ¿lo entiendes, verdad?
Eylo volvió a respirar, calmó el semblante, pero mantuvo la mirada sobre el joven intentando discernir algo en él.
—A este Domo le sobran egos e ideas preconcebidas sobre los demás y más mirar al que tienen al lado y comprenderlo, pero también, disculpa si te ha ofendido, no pretendía insinuar nada —zanjó serio, pero sincero con el corazón iba a mil por hora —. Está bien, habla con Ben para que te ayude. ¿Anne o Daya? Elige tú, ¿a quién prefieres? —añadió con un tono más reconciliador —. Es tu misión y tú sabes qué necesitas para ella.
No había puesto esto en abierto xD
Eylo parecía empezar a perder un poco los nervios lo cual hasta satisfizo a William, no por el hecho de enfadarle ni mucho menos, pero si que al menos le hacía parecer más humano. Ya había tenido suficiente gente en su vida con la seriedad perpetua en el rostro. - Vale, vale... - asintió levantando las manos con las palmas abiertas hacia delante - Admito que me ha sacado mis casillas el que pensaras si quiera que podría querer usar el contrabando para mi beneficio... - dijo asumiendo parte de su culpa en su reacción pues podría haber sido exagerada - Aunque admito que me agrada ver que algo te importa lo suficiente como para perder los papeles - sonrió levemente en respuesta a su sonrisa.
—Un cerebrito que maneja información es más peligroso que un comando de soldados armados —
Esa afirmación le sorprendió, hasta ahora pensaba que nadie le tomaba realmente en serio o que incluso muchos asumían que no era alguien muy válido algo que realmente el no se esforzaba en modificar, es cierto que hasta ahora su vida no había sido muy normal y le había venido bastante bien las muchas veces que le habían subestimado... quizás la única con la que se había mostrado sincero sobre sus capacidades fue Dunne cuando le pidió ayuda y le respondió lo que había meditado hacer más de una vez. - No creo que nadie sea más peligroso que Kurik en este domo, es como una bomba de relojería que no se sabe cuando estallará... sólo se tiene claro que lo hará. Aunque agradezco el cumplido - respondió con esa sonrisa indolente que tenía a veces, una vez que se había calmado un poco de su reacción exagerada anterior. No había tenido en realidad demasiado contacto con tantas personas y de manera tan abierta y suelta, así que en cierto casos se sentía como un novato aprendiendo a usar un coche.
—¿Que se desestimen o no se tengan en cuenta significa a que es debido a tu edad? —
- No tiene porque ser mi edad, quizás mi actitud o no sé... No me refiero sólo a lo de Lizza, tu al menos hiciste algo... es quizás algo más profundo, referente a la actitud... me da la impresión de que nadie me toma en serio o que la gente piensa que no puedo ser útil... La última reunión que tuvimos todos juntos ya comenté que soy buen tirador... y nadie quiso entrenar conmigo... preferían a "Kurik" o a Sue, aunque lo de Sue lo puedo entender - Había pronunciado el nombre de Kurik con un tono de odio bastante firme. Una sombra de tristeza se cernía sobre la mirada de Thompson al comentar aquello, de alguna manera estaba contando más de lo que solía sobre si mismo, sobre lo profundo de si mismo. Negaba con la cabeza ante el comentario de que era por querer saber más - Me ha molestado que pensarás que buscaba mi beneficio, sólo eso... - Él mismo se daba cuenta de que había sido muy susceptible ante aquel comentario, de cierta manera se sentía incomprendido y aunque eso era una norma en su vida desde los 10 años, de alguna estúpida manera pensaba que podría ser distinto en ese sitio. - Déjalo, disculpa - sentenció con gesto cansado, como si estuviera derrotado de alguna manera... como cuando el boxeador se enfrenta a una pelea que asume que no puede ganar.
Finalmente Eylo aceptó colaborar, algo que Billy pensaba que beneficiaría a todos - Casi mejor Daya... y si quieres venir tu, para asegurarte de que todo se instala correctamente también me va bien sino hablaré con Ben, sólo asegúrate de que tengamos el material cuanto antes - Podía ser increíble como había cambiado el carácter de William, como si sólo sus propios pensamientos, le hubieran llevado a una conclusión...
—Estamos en paz entonces —zanjó un tanto hosco al escuchar a William, aun suspicaz, pero aliviando el tono —. No, no me has visto perder los papeles aun —sonrió ladino —. Solo una persona me ha visto hacerlo en toda mi vida, y quiero que siga siendo una experiencia unipersonal.
Dotó de este último comentario una cierta aura de misterio, pero calmada la situación, se centró a acercar posiciones con William respirando lentamente. Suspiró un poco al escuchar la enésima vez que William se infravaloraba, pero no le reprendió por ello, tampoco le iba a avasallar. Aunque sí tuvo un comentario que decir al respecto de Kurik.
—Kurik es un perro amaestrado —lo definió con una simpleza casi insultante —. Un cobarde aprendiz de manipulador que no es más peligroso que cualquiera de nosotros si se le sabe manejar —se encogió de hombros —. Y por muy fuerte que sea Kurik, un skullcrep lo partiría en dos como a cualquiera de nosotros o le volarían la cabeza de un tiro como a cualquiera de nosotros —repitió la resolución, remarcando el hecho de que no consideraba a Kurik alguien a quien temer, sino a quien manejar —. Maneja su miedo a ser expulsado de la Space Force. Fíjate cómo se ha calmado desde lo que le hizo a Lizza y a cómo se le expuso delante de todos, aun negándolo. Le ha visto las orejas al lobo y ha bajado la cabeza como un cachorrillo.
Escuchó los pensamientos de William acerca de lo que sucedía cuando proponía algo, intentó extraer alguna resolución, pero Eylo se tomó con calma esto sin aventurar demasiado.
—Dime, William. ¿Te acuerdas de lo que dijo Vera cuando le dije que se tenía que calmar si quería recibir mi apoyo como compañera ese día? ¿O te acuerdas lo que dijo Martín al intervenir echando al bronca por el comportamiento de los presentes? —lo miró con curiosidad, como si pretendiera demostrar algo —. Yo no me acuerdo de lo que dijo Yum o las intervenciones de Alvin. Ese día los ánimos estaban muy caldeados. Es fácil que la gente pasara por alto muchas cosas, y lo hicieron —dijo con convencimiento —. En este Domo.. hay muchas voces.. mucho ruido.. y lo importante suele perderse bajo el ruido. A mi me duele a menudo la cabeza.. no estoy acostumbrado. De veras —frunció el ceño —. No personalices. Puede que lo que dijiste se perdiera en el ruido. ¿Y quieres ayudar con el tema de tiro? No hay problema. Ve con René, Anne, Keira y Sue.. ofréceles tu ayuda para organizar las cosas. Nada te lo impide. ¿Tienes buenas ideas? Seguro que las tienes. No te rindas frente al ruido general. Todo el mundo en este Domo tiene ideas geniales y estupendas, pero pocos se paran a escuchar las de los demás. Lo he visto. No solo a ti, sino a Jim, a René, a Martín.. incluso a mi.. a todos nos ha pasado lo que has dicho tú —respiró lentamente, liberándose un poco de tanta palabreja —. Cree más en ti. En lo que puedes aportar, no en lo que crees que otros esperan que aportes. Todo esto, el Domo, es un entrenamiento para prepararnos de cara al PEC y el rol que desempeñaremos en él. ¿Crees que van a poner a Yum o a Evan en un comando de asalto? No, pero es importante que sepan ser soldados, disparar y defenderse. Así que.. sí.. sigo creyendo que lo que puedes aportar tú es tanto o más valioso que lo que pueda aportar un gorila que sabe disparar muy bien y zurrar aun mejor.
Resuelto a animar a William, asintió escuchando las ideas de este para la misión.
—Habla con ella pues —asintió lentamente —. Prefiero que te lleves a Ben, así saldrá un poco de telecos y se relacionará un poco más. Es muy inteligente, más que yo seguro, pero seguro que le va bien soltarse un poco —se volvió hacia la consola que tenía al lado y la desbloqueó invitando a William a acercarse —. Pon lo que necesites ahí, y miraré de tenerlo listo.
Thompson asintió con ganas ante el comentario de que estaban en paz, debía admitir que se había excedido en su resolución, pero eran demasiados años estando bajo sospecha o simplemente siendo atacado lo cual hacía que no reaccionara bien ante ese tipo de actos de quienes aún no le conocían... Levantó una ceja con curiosidad ante el comentario de que sólo había perdido los papeles una vez en su vida, aunque lo dejó ahí pues posiblemente no fuera algo de lo que le gustaría hablar a Eylo.
La afirmación de Kurik le pilló desprevenido, sobre todo después de lo que había pasado no hace ni una semana en la cafetería - Estamos de acuerdo en disentir... Para mi Kurik es un perro rabioso... ahora mismo tiene un collar que aprieta fuerte y le impide desquitarse, pero esa rabia está ahí y explotará - Estaba convencido, que toda la contención que estaba mostrando ahora mismo algún día se volvería en su contra, pues aún sabiéndose vigilado había tenido pequeñas explosiones públicas, más aquellas que no lo fueran.
La siguiente afirmación sorprendió a William aunque quizás no de la manera esperada... Estaba acostumbrado a moverse en terreno hostil, rodeado de gente que estaba vigilándole, pendiente de coartar todos sus movimientos y eso le había llevado a estar atento de cada detalle a la necesidad de interpretarlo para ver como sacar provecho. Claro que se acordaba de lo que había dicho Vera y Alvin y todos los compañeros, igual que recordaba la información del panel que había visto hacía ya tantos días y las conversaciones que había tenido con cada uno de los miembros, recordaba nítidamente el tatuaje de Evan, la actitud de Yum, las miradas de Keira a Einar, para él ya era una segunda naturaleza el recordar y archivar cada palabra, cada actitud todo interpretado dentro de su cabeza... Pero realmente tampoco había tenido trato con mucha gente de manera personal como para comprender cuan extraño era aquello. Decidió que era más correcto aceptar su versión - Supongo... si... tienes razón - asintió no demasiado convencido.
- Gracias - sentenció de corazón, era un chaval complicado, Billy, podía tener una actitud chulesca en algunos casos, hasta soberbia, pero no podía evitar que en ocasiones el caparazón con el que se cubría cayera dejando entrever un corazón quizás demasiado infantil o inmaduro para algo como la Space Force. Cualquiera suficientemente perceptivo se daría cuenta que debería endurecerse más, a pesar de que era algo que había escuchado hasta la saciedad en su vida.
Acercó la silla al panel de solicitudes, para escribir en el listado: 6 rastreadores GPS pequeños, 5 cámaras, 4 micrófonos y 2 Datapad del tipo necesario para monitorizar aquello. Estaría bien tener dos datapad para poder hacer un seguimiento continuo.
Una vez escrito se levantó, aunque antes se giró hacía Eylo con el morro torcido hacía un lado, como si hubiera algo con lo que no se sentía cómodo de decir... - En serio... gracias -
Eylo no añadió más acerca de Kurik, no había más que decir al respecto una vez expuestas las opiniones mutuas y, dadas las circunstancias de la retrocontinuidad, muerto el perro, muerta la rabia.
—Puede que no la tenga —repuso al ver el escaso convencimiento de William, se encogió de hombros —. Averígualo por ti mismo. Y si no tengo razón, tendrás todo el derecho de decirme que me equivoco y yo tendré que cerrar la boca —aseguró con una sonrisa más tranquila.
Le siguió con la mirada cuando se lo agradeció, no dijo nada al principio, pero tras poner lo que necesitaba y reiteró el agradecimiento, Eylo no quiso quedarse solo con eso.
—No me las has de dar —aseveró —. Eres valioso para tus compañeros, William. Pero al primero que has de convencer de ello, esa ti mismo. Te avisaré cuando lo tenga todo, ¿de acuerdo? Vamos hablando.
Había que cerrar esto, que con lo que ha pasado, me quedé un poco en "pausa". Como dijimos.. pongamos que la charla es antes del combate, quizá esa misma tarde y ya.
- Espero que tengas razón - Sentenció Thompson dando por finalizado el tema del ruso, tampoco le gustaba mucho ahondar en aquello pues tendía a sacar lo peor de si mismo. El último comentario de Eylo sorprendió a William, no esperaba un comentario así y la verdad es que lo agradeció, en su corazoncito bien escondido donde dejaba entrar a pocos. Con cierta picardía le dio un leve puñetazo en el hombro, sin ponerle fuerza, era un gesto de compañerismo - Gracias jefe - le dijo sonriendo pícaramente. - Espero tu llamada - terminó al tiempo que ponía camino hacía la puerta tras guiñar el ojo divertido a Yilmaz.
Off: Pues cuando quieras podemos cerrar, si quieres ya, si quieres haz un post de cierre... como veas.