Desde el exterior, el gimnasio de tipo Acero engloba una fábrica completamente operativa donde están contenidas varias casas, siendo una de ellas el campo de batalla donde se realizan los combates por la medalla. Para acceder a dicho lugar, hay que subir las escaleras metal que suben haciendo zigzag hasta una gran altura.
Una vez se cruza la puerta de entrada al recinto, un pequeño almacén ha sido reformado con lo último en tecnología y un mobiliario de tonos metalicos que pese a estar compuesto en su mayor parte de metal, la sala de espera es notablemente cómoda. Varias pantallas muestran información a los aspirantes, principalmente el turno de combate y la indicación de cuando ha de entrar.
Una vez el aspirante accede a la zona de combate, el contraste con la anterior sala es enorme, dando una primera impresión de abandono, aunque después del primer instante, el lugar está impoluto y no hay ningún elemento que pudiera causar alguna interferencia durante el combate, donde una serie anciana con gafas de vista algo atípicas espera con un porte elegante dispuesta a presentar batalla a cualquier entrenador.