En la parte trasera del Dojo había un amplio lugar repleto de pokémon todos ellos de tipo lucha y en su menor estado evolutivo. Algunos pokémon estaban entrenando con los aparatos y las máquinas que estaban repartidas, otros luchaban entre sí y por último había alguno descansando.
Todos parecían cómodos y disfrutaba de lo que hacían. Ardsen podría acercarse a cualquiera de ellos para enfrentarse a él, derrotarlo y capturarlo o quizá podría esperar que alguno se acercase a él...
Puedes elegir un pokémon en su menor estado evolutivo de tipo lucha, el que quieras. O por el contrario puedo elegirlo yo, lo que tú quieras.
Ardsen abrió los ojos con cierta sorpresa y curiosidad y observó aquel lugar con mucha atención.
Había pokémon por doquier, un jardín rebosante de vida, pero sobre todo en apariencia, lleno de libertad. Los pokémon campaban a sus anchas y parecían estar actuando de manera voluntaria sin estar a las órdenes de nadie.
Sin embargo, estaban allí encerrados, probablemente coaccionados de manera indirecta por un sistema corrupto y agresivo que les había condicionado a llevar esas conductas tan salvajes. Por suerte, Ardsen estaba allí para poder salvar a alguno de ellos.
Miró a todos lados. Allí junto a él un par de Mankeys peleaban entre las ramas robustas de un árbol, al que un Machamp golpeaba con fiereza desde la base del tronco.
A otro lado se quedó observando con intriga, un Meditie parecía ajeno a toda pelea, meditando con tranquilidad. Ardsen quedó sorprendido por ese aura de paz que desprendía. Puede encajar perfectamente con nosotros. Dijo hablándole a Seedot, quien miraba sin interés al chico. Y se dirigió hacia aquel Meditie.
Pero de repente, mientras se acercaba, un golpe en la rodilla le desequilibró. Se giró y vio a un pokemon pequeño cargando una pesada viga de madera. Se observaron a los ojos y vio bastante agresividad en su mirada. Ardsen se alejó un poco dolorido, pero siguió sus movimientos, viendo como aquel pokémon manipulaba esa viga tan pesada. Rápidamente pensó que sería un Timburr, un pokémon del cual había escuchado mucho por su padre carpintero. Se quedó duditativo. Mirando hacia un lado, la paz y tranquilidad que transmitía Meditie y hacia el otro, la agresividad de aquel Timburr.
Finalmente se giró hacia este último. Hay que luchar contra nuestros miedos y fobias por nuestro objetivo final. Además, mi padre estaría orgulloso de mí. Sal Seedot, tenemos que salvar a un compañero.
Me dirijo hacia Timburr (aunque en realidad si tienes otra idea, no tengo ningún problema :D )
Ardsen abrió los ojos con cierta sorpresa y curiosidad y observó aquel lugar con mucha atención.
Había pokémon por doquier, un jardín rebosante de vida, pero sobre todo en apariencia, lleno de libertad. Los pokémon campaban a sus anchas y parecían estar actuando de manera voluntaria sin estar a las órdenes de nadie.
Sin embargo, estaban allí encerrados, probablemente coaccionados de manera indirecta por un sistema corrupto y agresivo que les había condicionado a llevar esas conductas tan salvajes. Por suerte, Ardsen estaba allí para poder salvar a alguno de ellos.
Miró a todos lados. Allí junto a él un par de Mankeys peleaban entre las ramas robustas de un árbol, al que un Machamp golpeaba con fiereza desde la base del tronco.
A otro lado se quedó observando con intriga, un Meditie parecía ajeno a toda pelea, meditando con tranquilidad. Ardsen quedó sorprendido por ese aura de paz que desprendía. Puede encajar perfectamente con nosotros. Dijo hablándole a Seedot, quien miraba sin interés al chico. Y se dirigió hacia aquel Meditie.
Pero de repente, mientras se acercaba, un golpe en la rodilla le desequilibró. Se giró y vio a un pokemon pequeño cargando una pesada viga de madera. Se observaron a los ojos y vio bastante agresividad en su mirada. Ardsen se alejó un poco dolorido, pero siguió sus movimientos, viendo como aquel pokémon manipulaba esa viga tan pesada. Rápidamente pensó que sería un Timburr, un pokémon del cual había escuchado mucho por su padre carpintero. Se quedó duditativo. Mirando hacia un lado, la paz y tranquilidad que transmitía Meditie y hacia el otro, la agresividad de aquel Timburr.
Finalmente se giró hacia este último. Hay que luchar contra nuestros miedos y fobias por nuestro objetivo final. Además, mi padre estaría orgulloso de mí. Sal Seedot, tenemos que salvar a un compañero.
Es un Pokémon generalmente brusco. Es más bien buscado por entrenadores que en su vida diaria utilizan la fuerza, como los luchadores, karatekas, constructores, etc. Además de que su poder es brusco, es un Pokémon digno de fiar. Es fiel con su entrenador y si algo le pasa no dudará en defenderlo. Su hábitat natural son las montañas y algunos bosques con muchos recursos que se puedan romper. Lucha bamboleando vigas de madera, las cuales rara vez sueltan, a excepción de como sea el uso de algunos ataques. Cuando las transporta sin dificultad es señal de que va a evolucionar. Siempre lleva vigas de madera. Normalmente ayuda en obras de construcción o con karatekas en los dojos. Su poderosa fuerza física mantiene los enemigos a raya ya que son muy competitivos. Las franjas rosadas de su cuerpo son de tejido muscular y pueden crecer durante el combate. Es un Pokémon muy parecido a Machop ya que ayuda a los trabajadores.
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Para capturarlo es necesario derrotarlo y para ello tienes que pelear, echale un ojo al sistema de combate. Tienes que lanzar 2d100 indicando en el motivo el nombre del ataque que haces
Al introducir los brazos en el macuto, Seedot saltó hacia Ardsen con un rostro feliz.
Cuidadosamente el chico dejó a su Pokémon en el suelo al tiempo que aquel Timburr parecía entender la indirecta y plantar cara a ambos.
Seedot, este pokémon necesita nuestra ayuda. Tenemos que sacarlo de aquí. Desgraciadamente ha sido manipulado por sus captores y no entiende que le queramos salvar. Por eso, debemos dejarlo exhausto. Así y sólo así podremos salvarlo. Dijo Ardsen con voz muy solemne mientras Seedot lo miraba con extrañeza en absoluto silencio.
¡Seedot, ataque Megaagotar! Gritó Ardsen, quien tuvo un choque de sentimientos al decir aquello. Por un lado desconcierto al saber que estaba dando órdenes a un preciado Pokémon y encima para luchar, pero al mismo tiempo una sensacion de poder que no le disgustó en absoluto. Seedot sonrió finalmente a Ardsen y tras un pequeño grito de entusiasmo dirigió su mirada hacia Timburr, quien también pareció prepararse para la batalla.
Motivo: Ataque Megaagotar
Tirada: 2d100
Resultado: 51, 51 (Suma: 102)
Seedot siguió las órdenes de su compañero y lanzó unas semillas que drenaron parte de la energía de Timburr, pero el pokémon de tipo lucha no pareció inmutarse. Se pasó la mano que tenía libre para quitarse las semillas de su cuerpo y después agitó la barra de hierro sobre su cabeza para golpear a Seedot como si se tratase de una pelota de baseball.
El pokémon planta fue lanzado varios metros y se golpeó contra una de las paredes del dojo quedando completamente fuera de combate.
Finalmente el pokémon se dio media vuelta y continuó entrenando. Ardsen había tenido mala suerte y le había tocado luchar contra un pokémon muy fuerte. Si quería recuperar a Seedot, tendría que llevarlo al centro pokémon y quizá, más adelante, volverlo a enfrentar contra un pokémon un poco más débil.
Motivo: Machada
Tirada: 2d100
Resultado: 76, 92 (Suma: 168)
Clima: Día Soleado
Terreno: Dojo: +10% a los ataques de tipo lucha.
¡Habilidad clorofila de Seedot se activa!
Megaagotar de Seedot:
Ps de Timburr: 291 - (87*40*1.5)/77 = 291 - 68 = 223
Machada de Timburr:
Ps de Seedot: 221 - (176*120*1.5)*1,1/123 = 221 - 283 = K.O.
Tras pronunciar aquella orden, que en la mente de Ardsen se traducía en un simple consejo, observó con orgullo a Seedot. Vamos amigo, tenemos que salvar a este pokémon.
El ataque impactó a Timburr, quien no sufrió mucho daño, para extraña molestia del mediano de los Mudbarro, que tanto alardeaba del pacifismo.
Su cara de molestia se tornó rápidamente a un rostro lleno miedo al percibir que aquel pokemon de lucha se preparaba para atacar a su amigo. Y en efecto, así fue. Timburr golpeó con todas sus fuerzas a Seedot, éste salió volando y cayó completamente incosciente.
¡¡¡NOOOOO!!! Gritó aterrorizado Ardsen. ¡¡Maldito!! Continuó gritando mientras corría hacia aquella semilla.
¡Amigo, compañero! Mientras abrazaba contra su pecho a Seedot. Vamos, levanta. En un tono más calmado, casi susurrando al pobre pokémon herido. Te voy a curar, te voy a salvar, no te preocupes. Al mismo tiempo que las lágrimas caían por las mejillas de Arsen.
Se levantó con su Seedot, lo metió con mucho cuidado en su macuto y mirando a aquel Timburr que ya lo ignoraba. ¡Eres un salvaje! Y mirando alrededor. ¡Tú! ¡Y todos los locos que estáis aquí encerrados! Las lágrimas volaban de su cara debido a su agresividad de movimientos con la cabeza. Pero una vez que se fue calmando un poco, la compasión se apoderó de él ¡Pero vosotros no sois los culpables, si no los monstruos que os obligan a hacer ésto!. Y mirando nuevamente a Timburr. ¡Volveré para salvarte!
Y salió corriendo tanto de aquel jardín como del Dojo sin querer hablar con nadie.
Ahora mismo te llevo a que te curen las heridas amigo mío, no te preocupes
Me dirijo a Centro Pokémon (1)
(En el anterior post puse foto de Seedot para el combate pero no sé porqué no se adjuntó)